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Insomnio. Clasificación, causas y opciones terapéuticas

Insomnio. Clasificación, causas y opciones terapéuticas

Resumen:

El insomnio es una patología muy frecuente en la población general. Se estima que de un 10 a un 15 % de la población adulta padece insomnio crónico y que un 25 a 35 % ha sufrido un insomnio ocasional o transitorio en situaciones estresantes. El objetivo de este trabajo es proporcionar información actualizada sobre el insomnio: clasificación, causas, diagnóstico diferencial, opciones terapéuticas. Para ello hemos realizado una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos como PubMed, SciELO

Autores:

  1. María Dolores Loro Padilla. Hospital de Jerez (Cádiz).
  2. Ana Hermosín Alcalde. Centro de diálisis Playa de Cartaya (Diaverum).
  3. Elena Pereira Jiménez. Interclinik.

Palabras clave: “insomnio”,  “trastornos del sueño”, “clasificación”, “terapia farmacológica”

Desarrollo:

Son muchas las personas que tienen dificultad para dormir. El insomnio es un trastorno del sueño consistente en la imposibilidad para iniciar o mantener el sueño, o de conseguir una duración y calidad de sueño adecuada para restaurar la energía y el estado de vigilia normal. El problema del insomnio se ha asociado a una disminución del rendimiento laboral y un incremento de la tasa de accidentes de automóvil, y una mayor propensión a padecer enfermedades médicas.

La clasificación de enfermedades de la OMS, en su décima revisión (CIE-10), requiere para el diagnóstico de insomnio que la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o no tener un sueño reparador, dure al menos un mes y que, además, se acompañe de fatiga diurna, sensación de malestar personal significativo y deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad personal

Los trastornos del sueño son un motivo de consulta frecuente, tanto en medicina general como en psiquiatría. Más del 50% de los pacientes de atención primaria se quejan de insomnio si se les pregunta por el sueño, pero sólo el 30% lo mencionan a su médico de cabecera por iniciativa propia, y sólo el 5% acuden al médico con el objeto principal de recibir tratamiento para este problema. Se estima que de un 10% a un 15 % de la población adulta padece insomnio crónico.

Causas Insomnio:

  • Médicas:
  • Enfermedades metabólicas y hormonales, neurológicas, , digestivas, cardiovasculares y todas aquellas que pueden interrumpir el sueño por dolor –, cefaleas, o  por la necesidad urgente de micción infecciones, próstata, renales. También hay que considerar el embarazo y la menopausia.
  • Enfermedades psiquiátricas (ansiedad, depresión, esquizofrenia), así como otras enfermedades del sueño que contribuyen a dormir menos o peor (síndrome de piernas inquietas, síndrome de apnea de sueño, parasomnias, etc).
  • Externas: Suelen implicar factores ambientales que influyen de modo negativo sobre el sueño: (malos hábitos de sueño, uso y abuso de sustancias y medicamentos, trabajos por turnos o viajes frecuentes transoceánicos, etc)
  • Insomnio primario:son aquellos casos en los que no se puede identificar una causa clara del trastorno. Este tipo de insomnio también lo podemos subdividir en diferentes tipos en función de la manifestación y origen del problema:
  • Insomnio idiopático:se origina en la infancia y parece relacionado con un aprendizaje incorrecto del hábito de dormir.
  • Percepción de sueño poco reparador:Estudios de laboratorio no corroboran los problemas de sueño que el paciente percibe subjetivamente, encontrándose cansado y somnoliento durante el día.
  • Insomnio psicofisiológico:Caracterizado por un nivel elevado de la activación psicofisiológica asociado al inicio del sueño. La persona que lo sufre suele manifestar una gran preocupación por el problema de sueño haciendo grandes esfuerzos para intentar dormir cada noche, aunque se duerme sin dificultad cuando no realiza este esfuerzo, suele mejorar cuando duerme en ambientes diferentes al habitual y aunque suele originarse coincidiendo con un periodo de estrés se mantiene el problema durante mucho tiempo aunque el estrés desaparezca o se habitúen al mismo.

Independientemente de la causa que lo origina, el insomnio puede ser:

  • Transitorio:si se produce durante un corto periodo de tiempo de duración menor a un mes.
  • Crónico:Si se prolonga más allá de seis meses, pudiendo durar años.

Si el insomnio es secundario a una causa identificable, hay que intervenir principalmente en esa causa para solucionar el problema de sueño. En ocasiones, aunque se trate la causa inicial del problema, éste se mantiene porque el paciente se ve inmerso en un círculo vicioso del que le resulta difícil salir por si mismo. Es el círculo en el que la ansiedad por intentar dormir reduce la posibilidad de quedarse dormido, aumentando la aprensión y el miedo a la cama. Parece que algunas características de personalidad hacen a las personas más vulnerables a entrar en este círculo (personas con tendencia a la preocupación, que tienden a tener más ansiedad y dificultades para ver el lado positivo de las cosas, perfeccionistas y exigentes, que tienen que tener todo bajo control y que no suelen hablar de sus problemas interiorizando las emociones negativas).

Por lo que hemos visto previamente, para poder romper ese círculo, es importante cambiar los factores que están contribuyendo a perpetuar el insomnio. Es decir; cambiar los hábitos inadecuados, que en principio surgieron como un intento de paliar sus efectos negativos, cambiar los pensamientos erróneos que aumentan la preocupación, y reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables.

Para ello, es importante adoptar un papel activo en el cambio de estos aspectos. Contará con nuestro apoyo y guía, pero es el sujeto el que tiene que llevar a cabo las pautas que le daremos para afrontar el insomnio. Estas pautas, han sido desarrolladas en clínicas de todo el mundo y han demostrado ser efectivas en otros pacientes que sufrían problemas de insomnio.

Aunque no es una cura milagrosa, este tratamiento le ayudará a desarrollar habilidades para el autocontrol del insomnio y a recuperar el control sobre el sueño, de manera que pueda manejar las ocasionales dificultades para dormir con las que se puede encontrar incluso después de completar este programa. El programa requiere tiempo, paciencia y esfuerzo.

Para llegar a su objetivo de dormirse pronto y reducir el tiempo que pasa despierto en mitad de la noche, es importante que cumpla con todos los requerimientos. No puede elegir únicamente aquellos que le parezcan menos difíciles. Los beneficios se irán haciendo más evidentes con el tiempo y la práctica continuada. La consistencia con la que siga las instrucciones es el factor más importante para determinar los resultados, que puede empezar a advertir pasadas unas semanas de tratamiento.

Esta intervención costa de tres componentes; cambio de conductas, cambio de pensamientos y reducción de la activación.

  • Regularemos la hora de acostarse y levantarse, u consolidaremos el sueño dentro de un periodo en la cama más corto. . Esto generará una situación de “déficit de sueño”, y cuando se realiza de manera continuada, obliga a los centros cerebrales responsables del sueño a reprogramar, consolidando el sueño en forma de descanso más profundo y continuado. Es frecuente que los insomnes duerman hasta tarde por la mañana, que duerman siestas durante el día, o que simplemente pasen más tiempo en la cama para compensar su déficit de sueño. Esto lo conseguiremos;
  • Limitando el tiempo que pasamos en la cama a la cantidad de horas que realmente dormimos.
  • Manteniendo regular la hora de levantarnos.
  • Eliminando las siestas durante el día.
  • Reduciremos las actividades que interfieren en el sueño. El objetivo principal es asociar la cama, hora de acostarse y entorno del dormitorio con la sensación de relajación, somnolencia y sueño, en lugar de con la frustración, la actividad y el insomnio, para ello;
  • Acuéstese sólo cuando tenga sueño.
  • Si no puede conciliar el sueño después de 10-15 minutos de intentarlo relajándose, levántese de la cama, siga relajándose del modo aprendido y vuelva a acostarse de nuevo únicamente cuando tenga sueño. Repita esta operación tantas veces como sea necesario a lo largo de la noche. Si tras la relajación no siente sueño, realice fuera del dormitorio algún tipo de actividad monótona y aburrida que no exija concentración, ni resulte interesante para usted.
  • Utilice la cama y el dormitorio solamente para dormir. No mire la televisión, no escuche la radio, ni coma o lea en la cama.
  • Influiremos en nuestro estilo de vida: dieta, deporte, horarios regulares, Limitar el consumo tabaco y de bebidas alcohólicas.
  • Valoraremos las actitudes y creencias sobre el sueño y el insomnio. La manera como la gente piensa sobre un problema concreto puede tanto aligerarlo como agravarlo. Lo que usted piensa también afecta a lo que siente y a lo que hace. Por ejemplo, cuando usted se preocupa durante el día por lo mal que ha dormido la noche anterior es probable que esto le haga sentir más aprensión hacia la noche siguiente.

Una preocupación excesiva por las consecuencias de dormir mal también puede alimentar su problema. Las preocupaciones excesivas y el malestar emocional no son precisamente inductores del sueño. Por lo tanto, este componente del tratamiento está pensado para ayudarle a tratar estas preocupaciones. Para conseguir un mayor autocontrol sobre el sueño, usted deberá dejar de lado sus convicciones anteriores y reemplazarlas por otras que resulten más adaptativas.

Trataremos de que usted consiga el control voluntario de su activación fisiológica, aprendiendo a relajar su cuerpo y su mente siempre que lo necesite, pero sobre todo a la hora de ir a dormir, ya que está suficientemente comprobado que la activación emocional dificulta e impide el sueño, además de comprometer su bienestar y calidad de vida.

Conclusión:

El insomnio es la alteración del sueño más frecuente. Su incidencia en la población es alta y deteriora notablemente la calidad de vida de las personas que lo padecen, con repercusiones negativas en su actividad familiar, laboral y social. Se asocia a muchas enfermedades médicas y psiquiátricas siendo un factor predictivo de la enfermedad. A pesar de su relevancia clínica y de su sencillo manejo, pasa con frecuencia inadvertido para los médicos a los que la falta de tiempo, de información o de recursos les impide un tratamiento adecuado del mismo.

Bibliografía:

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  • Ancoli-Israel S. Insomnia in the elderly: a review for the primary care practitioner. Sleep 2000; 23 (S1):S23-38.
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