Síndromes medulares. Cuidados de Enfermería
Resumen: la médula espinal forma parte del sistema nervioso central y sirve de camino para la información motora, sensitiva y autonómica al resto del organismo. Está formada por una zona central de sustancia gris (cuerpos neuronales) y una corona periférica de sustancia blanca (axones).
Autores:
Irene Calviño García. Graduada en Enfermería. Clínica Los Naranjos. (Huelva).
Ana Hermosín Alcalde. DUE. Diaverum. (Cartaya).
Elena Pereira Jiménez. DUE. Interclinik.
Palabras clave: lesión medular, cuidados de Enfermería, síndrome medular, traumatismo medular.
Introducción: existen múltiples patologías que la pueden afectar (tumores, accidentes vasculares y, sobre todo, traumatismos). Estos últimos son los más habituales y son causa, en múltiples ocasiones, de incapacidad permanente o secuelas importantes a largo plazo.
A grandes rasgos, las vías de la médula espinal son:
- Cordón posterior: fibras de la sensibilidad profunda.
- Cordones anteriores: fibras de la sensibilidad táctil grosera y termalgésica.
- Cordones laterales: fibras por las que viaja la vía motora o piramidal.
Las causas más frecuentes de las lesiones medulares son distintos tipos de traumatismos: accidentes de tráfico, violencia, caídas, lesiones deportivas y recientemente adquieren importancia las lesiones por arma de fuego al igual que en el caso de los TCE.
Fisiopatología de la lesión: la médula espinal se lesiona cuando los mecanismos osteo-ligamentosos de protección no son capaces de absorber la energía del traumatismo. Los mecanismos que producen daño pueden ser compresión medular por desplazamiento vertebral, interrupción del aporte sanguíneo a la médula o a tracciones excesivas de la misma.
La importancia de la lesión medular y las posibles secuelas neurológicas a largo plazo son consecuencia de:
- Lesión primaria. Interrupción física de la transmisión del impulso nervioso a través de los axones derivada del propio mecanismo causal (laceración, compresión medular, sección, etc.).
- Lesiones secundarias con degeneración progresiva de los axones derivadas de microhemorragias, isquemia, hipoxia, muerte celular y edema asociado a la respuesta inflamatoria.
Tipos de lesiones medulares: las lesiones medulares pueden clasificarse según localización, mecanismo de producción y grado de lesión.
- Según localización: el sitio esquelético de la lesión es el nivel vertebral en el que está el mayor daño de las vértebras y de los ligamentos. Puede ser cervical, torácico o lumbar, siendo las dos primeras las más frecuentes. El sitio neurológico del daño es el segmento de la médula espinal con función sensitiva y motora a partir del cual se ve afectada la función. Dependiendo de la localización, las manifestaciones serán diferentes:
- Monoparesia o monoplejía.
- Hemiparesia o hemiplejía
- Paraparesia o paraplejía.
- Tetraparesia o tetraplejía.
- Según el mecanismo de producción: derivan del tipo de movimiento que realizan las vértebras con el impacto. Los mecanismos más frecuentes son flexión, flexión-rotación, hiperextensión y compresión. Cuando existe rotación la lesión es más inestable debido a la rotura de las estructuras de soporte como tendones y ligamentos.
- Según el grado de lesión: atendiendo a esta clasificación se encuentran:
- Hemisecciones o secciones incompletas: Se produce lesión de los cordones anteriores, laterales y posteriores de la mitad de la médula. Las alteraciones frecuentes son:
- Fibras motoras: paresia homolateral a la lesión.
- Sensibilidad propioceptiva: hipoestesia homolateral a la lesión.
- Sensibilidad termalgésica: hipoestesia termalgésica contralateral a la lesión.
- Secciones completas: se produce una desconexión medular total en la que cualquier función nerviosa por debajo de la lesión estará abolida (funciones motoras, sensitiva superficial, termalgésica, profunda y vegetativa).
- Hemisecciones o secciones incompletas: Se produce lesión de los cordones anteriores, laterales y posteriores de la mitad de la médula. Las alteraciones frecuentes son:
Dependiendo de la localización, la lesión será más o menos grave. Algunas localizaciones frecuentes y sus repercusiones son:
- Por encima de C3: muerte por parada cardiorrespiratoria.
- Por encima de C5: tetraplejía.
- Por debajo de D1: paraplejía.
- Por debajo de L1-L2: síndrome de la cola de caballo (cauda equina) consistente en incontinencia de esfínteres y vejiga átona, dolor y alteración motora en extremidades inferiores.
Shock espinal y neurogénico: los afectados por lesiones medulares pueden experimentar un síndrome neurológico temporal conocido como shock espinal. Se produce una pérdida transitoria de todos los reflejos espinales asociada a una pérdida de sensibilidad y parálisis flácida por debajo de la lesión.
Se asocia también a íleo paralítico, pérdida de la función vesical, etc. Se ha descrito también el shock neurogénico que puede asociarse al espinal o aparecer en solitario en las lesiones medulares. Consiste en pérdida del tono muscular y de los vasos con consiguiente hipotensión, bradicardia, vasodilatación, congestión venosa y disminución del gasto cardíaco. Se asocia a lesiones torácicas o cervicales por supresión de los impulsos simpáticos.
Tratamiento y cuidados de Enfermería: En el tratamiento de un paciente con sospecha o lesión medular es imprescindible la inmovilización de la columna vertebral y la realización de movimientos controlados en el paciente. Mediante la exploración física, la clínica del paciente y la realización de pruebas diagnósticas (TC, RMN) se debe diagnosticar el tipo de lesión y su localización lo más inmediatamente posible. De este modo se podrá prevenir complicaciones y disminuir las posibles secuelas a largo plazo de las lesiones. En ocasiones el tratamiento primario es la cirugía si existen fracturas con minuta, desplazamientos, compresiones importantes u otro tipo de alteraciones.
Entre los cuidados de Enfermería se encuentran:
- Asegurar una correcta función respiratoria, una ingesta adecuada de líquidos, enseñar a toser o realizar fisioterapia respiratoria, si es preciso.
- Realizar masajes y movilizaciones pasivas para favorecer el retorno venoso de las extremidades.
- Prevenir contracturas musculares, asegurando una correcta alineación corporal.
- Fortalecer la musculatura y evitar la atrofia realizando ejercicios pasivos de las extremidades afectadas y activos de las no lesionadas.
- Mantener la integridad de la piel.
- Realizar reeducación vesical e intestinal, si procede.
- Ofrecer apoyo psicológico.
Si la lesión medular se asocia a shock neurogénico se debe tener en cuenta:
- Mantener la PAS por encima de 90 mmHg mediante la combinación de drogas vasoactivas.
- Oxigenoterapia por posible alteración de la función respiratoria. Es la causa más frecuente de muerte en la fase aguda.
- Hidratación intravenosa con control de PVC por el riesgo de edema agudo de pulmón asociado.
- Si existe bradicardia, administrar atropina.
- Corticoides para reducir el edema.
- Control de temperatura, dolor, diuresis, etc.
Bibliografía:
- Cotran, R. Kumar, V. Robbins, S. El sistema nervioso central. En: patología estructural y funcinal. Madrid. 1998.
- Kozier, B. Erb, G. Blais, K. Johnson, J. Smith, J. Técnicas en Enfermería clínica. Madrid. 2002.
- Smeltzer, S. Bare, B. Enfermería médico-quirúrgica. Madrid. 2002.