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Tratamiento de la pirosis en el embarazo

Tratamiento de la pirosis en el embarazo

La pirosis o reflujo gastroesofágico es una de las molestias más comunes en el embarazo.

El objetivo de esta investigación es conocer la última evidencia disponible a cerca de sus causas y el tratamiento más efectivo.

AUTORAS: Inmaculada Cubillas Rodríguez, Mª Teresa Aragón Núñez, Inmaculada García Rojas

RESUMEN

Resultados: Se debe empezar siempre por las medidas más sencillas que son los consejos higiénico dietéticos (comidas ligeras, pequeñas cantidades y con más frecuencia), si no son suficientes añadir medidas farmacológicas, empezando siempre por los más sencillos que son los antiácidos; si con esto no se controla añadir Antagonistas de los receptores H2 de la histamina (anti-H2), la mínima dosis necesaria, y si la pirosis sigue siendo muy molesta se pueden añadir Inhibidores de la bomba de protones.

INTRODUCCIÓN

El embarazo es un proceso continuo de cambios y un estado en donde la madre y el feto están expuestos a diversas afecciones propias de la gestación. Una de estas afectaciones tan comunes es el reflujo gastroesofágico, con la sensación de acidez (pirosis). Los estudios sugieren que más del 50% de las gestantes experimentarán alguna vez pirosis. Los síntomas son sensación de ardor en el pecho o la garganta.

Esta afectación pueden comenzar a partir del tercer mes de gestación, pero es mucho más frecuente en el tercer trimestre, debido al peso del útero sobre el estómago.

La pirosis se produce al contactar los contenidos gástricos ácidos con el esófago, aunque

durante la gestación también puede ocurrir un reflujo de contenido alcalino duodenal e incluso de bilis.

OBJETIVO

Conocer la última evidencia científica disponible sobre las causas más comunes de la pirosis en el embarazo así como el tratamiento más efectivo.

METODOLOGÍA

Revisión bibliográfica de la literatura en lengua española e inglesa de las investigaciones publicadas en el período comprendido entre 2000 y 2017. Las bases de datos que se consultaron fueron PubMed, Cinhal, Cochrane.

Palabras clave: pirosis, reflujo gastroesofágico, embarazo, y sus homónimos en inglés: pyrosis, gastroesophageal reflux, pregnancy.

RESULTADOS

Causas:

– Aumento de las hormonas en el embarazo: el aumento de progesterona en el embarazo produce una reducción del tono del cardias, con la consiguiente disminución de la presión esofágica, lo que favorece la salida de los jugos ácidos del estómago hacia el esófago.

El aumento de progesterona y relaxina que tiene lugar en el embarazo provoca igualmente una disminución de la motilidad intestinal, lo que ocasiona un enlentecimiento del peristaltismo y retraso del vaciamiento gástrico.

– Aumento del volumen del útero conforme progresa el embarazo: a medida que el embarazo avanza se incrementa progresivamente el volumen y peso del útero lo que origina un aumento de presión en el estómago favoreciendo el reflujo.

Tratamiento:

MEDIDAS HIGIÉNICO- DIETÉTICAS:

En aquellas mujeres con clínica leve el tratamiento basado en medidas higiénico dietéticas debería ser suficiente para aliviar la sintomatología. Estas medidas incluyen:

– Evitar tumbarse inmediatamente después de comer, ya que estar tumbado o recostado favorece el reflujo gastroesofágico. Tampoco es aconsejable agacharse con frecuencia después de comer.

– Evitar comidas copiosas. Es más recomendable realizar comidas ligeras y en cantidades pequeñas y con más frecuencia.

– Levantar la cabecera de la cama 15-20 centímetros respecto al abdomen y evitar ciertos cambios posturales que puedan exacerbar los síntomas.

– Prescindir de alimentos que retrasan el vaciado gástrico, como bebidas carbonatadas (con gas, en especial las bebidas de cola), café, té, chocolate y alimentos o preparaciones grasas (fritos, estofados o guisos grasos).

– Evitar los alimentos que aumentan la acidez y pueden empeorar los síntomas, como ciertos condimentos (vinagre, pimienta u otros picantes), cítricos (naranja, mandarina, pomelo, limón) y sus zumos.

Generalmente estas medidas ayudan a aliviar los síntomas, pero si el ardor persiste, en muchas ocasiones se hace necesario el uso de medicación específica.

MEDIDAS FARMACOLÓGICAS:

  • Uso de antiácidos: derivados de aluminio, magnesio, calcio, así como el alginato de sodio, que neutralizan el ácido del contenido gástrico o protegen el recubrimiento del estómago y esófago.

Estos fármacos no incrementan el riesgo para el desarrollo embrionario y fetal, sin embargo para la madre pueden existir ciertos efectos adversos como son el estreñimiento y la diarrea que pueden dificultar la absorción de algunos alimentos y suplementos.

  • Antagonistas de los receptores H2 de la histamina (anti-H2). Deben utilizarse cuando la pirosis no se controla con las dosis habituales de antiácidos. En estos casos mejor que incrementar la dosis de antiácidos, es cambiar a estos otros fármacos que son antagonistas específicos, competitivos y reversibles de los citados receptores.

Gran cantidad de trabajos avalan la seguridad de la ranitidina durante el embarazo. Tanto la ausencia de teratogenicidad en animales y en humanos, como la ausencia de efectos antiandrogénicos, como la eficacia documentada de la ranitidina durante el embarazo, hacen que este fármaco sea de elección en la mujer gestante.

  • Inhibidores de la bomba de protones (IBP). Estos productos se pueden utilizar cuando los anti-H2 no resultan eficaces. Actúan inhibiendo las enzimas del estómago involucradas en la

producción ácida. En diversos análisis se ha mostrado que no incrementan los riesgos para el

desarrollo del embrión y feto. El omeprazol es un fármaco de este tipo, y es considerado seguro para el feto

CONCLUSIÓN

La pirosis es una de las molestias más comunes en el embarazo, sobre todo en el tercer trimestre, cuando hay una mayor presión del útero sobre el estómago.

La gestante va a demandar al profesional sanitario medidas para remediarlo. La matrona desde atención primaria juega un papel fundamental a la hora de aconsejar medidas higiénico dietéticas para disminuir o aliviar los síntomas causados por el reflujo gastroesofágico.