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Educación enfermera al paciente portador de sonda vesical

Educación enfermera al paciente portador de sonda vesical

Resumen:

Es una técnica invasiva que consiste en la introducción aséptica de una sonda desde el meato uretral hasta la vejiga urinaria, con el fin de establecer una vía de drenaje temporal, permanente o intermitente.

Autores:

  • Laura Pérez Pérez, diplomada universitaria en Enfermería.
  • Zahira Villa Campos, diplomada universitaria en Enfermería.
  • Miriam Domínguez Campos, diplomada universitaria en Enfermería.

Autor responsable: Laura Pérez Pérez

Palabras clave: Cuidados. Catéteres de permanencia. Infecciones relacionadas con catéteres. Catéteres urinarios. Educación en salud. Atención de Enfermería.

Su colocación persigue varios fines diagnósticos o terapéuticos que son:

  • Manejo de la retención aguda de orina u obstrucción del tracto urinario.
  • Control de diuresis.
  • Tratamiento intra y postoperatorio de alguna intervención quirúrgica como:
  • Cirugía urológica o de estructuras próximas al tracto genitourinario, para permitir la cicatrización de las vías urinarias tras la cirugía.
  • Cirugías de duración muy prolongada.
  • Cirugías en las que se prevé la administración de gran cantidad de líquidos o diuréticos.
  • Cirugías en las que se necesita control de diuresis intraoperatorio.
  • Mantener una higiene adecuada y favorecer la cicatrización en el caso de escaras genitales o sacras de pacientes incontinentes
  • Tratamiento crónico en aquellos pacientes que no vacían espontáneamente la vejiga.
  • Pacientes con inmovilizaciones prolongadas.
  • Mejorar el confort en los cuidados paliativos.
  • Manejo de la hematuria asociada con coágulos.
  • Vaciado de la vejiga en pacientes con vejiga neurógena.
  • Recogida de muestras estériles cuando el paciente no pueda orinar voluntariamente.
  • Administración de medicamentos con fines exploratorios o terapéuticos.

Una vez colocada, debemos educar al paciente para el mantenimiento correcto de la sonda vesical:

  • Excepto que esté contraindicado, estimular al paciente para que beba dos o tres litros de líquidos diarios.
  • Extremar higiene diaria haciendo hincapié en las manos y zona genital.
  • Después del lavado, intentar movilizar la sonda en sentido rotatorio, nunca de dentro hacia fuera o viceversa, para así evitar adherencias y decúbitos.
  • Durante el aseo, vigilar posibles lesiones producidas por la sonda.
  • Evacuar bolsa colectora regularmente.
  • Indicar en los casos de sondaje permanente, los plazos para el cambio de sonda (15 días látex y 30 días silicona).
  • Limpieza de la sonda dos veces al día, para mantenerla limpia y libre de gérmenes.
  • Verificar que la sonda esté funcionando a lo largo del día.
  • Saber detectar signos y síntomas de riesgo que requieren atención a consulta médica y/o enfermera:
  • Dolor alrededor de los lados o región lumbar.
  • Orina maloliente, turbia o de diferente color.
  • Fiebre o escalofríos.
  • Sensación de ardor o dolor en vejiga o pelvis.
  • Cansancio.
  • La bolsa se llena rápidamente y tiene un aumento del volumen de orina.
  • Presenta escape de orina alrededor de la sonda.
  • Sangre en la orina.
  • Sonda parece bloqueada.
  • Nota arenilla o cálculos en la orina.
  • Dolor cerca de la sonda.