Inicio > Enfermería > Trabajo diario de una enfermera en la unidad de cuidados intensivos

Trabajo diario de una enfermera en la unidad de cuidados intensivos

Trabajo diario de una enfermera en la unidad de cuidados intensivos

INTRODUCCIÓN.

El papel de enfermería en la UCI, es de suma importancia, para el cuidado de los pacientes cuyo estado es crítico. Se requiere especialización para dar respuesta a situaciones complicadas que entrañan peligro para la vida del enfermo, anticipándose en la detección de problemas, toma de decisiones y participación en procedimientos propios de dicha unidad.

AUTORES:

  • Mª Ángeles España Romero, DUE
  • Isabel Gallego Carbajo, DUE
  • Elvira López Sánchez, DUE.

PALABRAS CLAVE: UCI, paciente crítico, higiene, movilización.

COMPLICACIONES

Debido al estado patológico que presentan los pacientes de UCI, requieren unos cuidados específicos ya que pueden presentarse una serie de complicaciones en la manipulación durante la higiene, los traslados, los cambios posturales, etc. tales como: desaturación, desadaptación del respirador(aumento de la frecuencia respiratoria, disminución del volumen por minuto, aumento de la presión pico en la vía aérea…), hipotensión, hipertensión, bradicardia, taquicardia, arritmias cardiacas, aumento de la presión intracraneal(PIC), retirada accidental de sondas, vías, drenajes, hemorragias y parada cardiorrespiratoria. Ante alguna de estas situaciones lo primero es estabilizar al paciente hemo dinámicamente antes de continuar con la tarea que se le esté realizando.

CUIDADOS

Entre los cuidados generales del paciente crítico podemos encontrarnos con los siguientes:

  • Monitorización del paciente, al ingreso en la unidad.
  • Participación en el relevo de enfermería para conocer la evolución durante las últimas 24 horas
  • Aplicar los cuidados planificados para nuestro paciente.
  • Aplicar el tratamiento médico prescrito y colaborar con el médico en procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
  • Cumplimentar los registros: gráficas, plan de cuidados, hojas de evolución.
  • Controlar y registrar las constantes vitales continuamente.
  • Actuación ante una situación de amenaza vital inmediata.
  • Control de la nutrición.
  • Dar una respuesta adecuada a las demandas del paciente y de la familia y asegurar que disponen de los recursos necesarios.
  • Movilizar al paciente de forma segura, tanto en los cambios posturales como levantamiento al sillón.
  • Proporcionar una correcta higiene.
  • Asegurarse del correcto cumplimiento de normas de aislamiento por parte del personal, del paciente y de los familiares.

Una especial atención durante la higiene y la movilización del paciente:

  • Higiene: el objetivo es reducir el número de microorganismos patógenos y eliminar secreciones y excreciones para evitar la infección. En ella colabora tanto la enfermera como los auxiliares de enfermería, junto con el celador y se realizará al menos una vez al día y tantas veces como sea necesario, teniendo en cuenta todas las particularidades del paciente (p.ej. si es un politraumatizado mantener el eje cabeza-cuello-tórax y dirigir la maniobra). Durante la técnica, la enfermera se encargará de proteger vías, drenajes y tubuladuras que, en caso de paciente intubado, mantendrá la fijación manual del tubo. Se hará una valoración del estado de la piel y mucosas, prestando especial atención en signos de aparición de UPP con escalas de valoración.
  • Movilización: los efectos que produce la inmovilización del paciente encamado, puede afectar a todos los sistemas del organismo por ello es importante tener en cuenta varios aspectos para limitarlo: si el paciente no está sedado hacerlo participar en sus actividades, realizar movilizaciones pasivas progresivas para evitar el tiempo de reposo, mantener al paciente en una posición anatómica con las articulaciones en posición neutra, planificar cambios posturales cada 2-3 horas, espaciándolos por la noche, realizar ejercicios de fisioterapia respiratoria (clapping), programar ejercicios isométricos y entrenamiento ortostático cuando vaya mejorando, y en caso de paciente politraumatizado, realizar la movilización sólo cuando sea estrictamente necesario y siempre manteniendo el eje cabeza-cuello-tórax.

Todas estas acciones van encaminadas a favorecer el bienestar y confort del paciente, prevenir complicaciones, promover, mantener y restablecer el estado de salud del paciente.

BIBLIOGRAFIA:

Salvadores P, Sánchez E, Carmona F. Enfermería en cuidados críticos. Madrid. Editorial Universitaria Ramón Areces; 2011.

Navarro JM, Perales R. Guía práctica de Enfermería en el paciente crítico. 2ª ed. Conselleria de Sanitat. 2012.