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Dermatitis atópica

Dermatitis atópica

La dermatitis atópica (DA) es un proceso inflamatorio cutáneo de curso crónico caracterizado por un intenso prurito y un carácter recurrente. Se trata de una enfermedad multifactorial que resultaría de la interacción de factores genéticos, ambientales, defectos en la función barrera y una serie de factores inmunológicos.

Autores:

María José Álvarez Padilla, DUE Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

Isabel Ortiz Ramírez, DUE Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

Antonia Navajas Santos, DUE Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

RESUMEN

La dermatitis atópica no es solo una dermatosis pediátrica. Si bien suele comenzar casi siempre durante la pequeña infancia, y a menudo antes de los dos años, no tiende a desaparecer en todos los casos antes de la adolescencia y la edad adulta, donde también puede comenzar. Se estima que en torno al 10% de los pacientes sigue sufriendo manifestaciones de eccema durante la edad adulta. En algunos casos, este eccema sigue siendo un motivo de preocupación y puede plantear serios problemas. La dermatitis atópica del adulto suele ser una dermatosis grave. La prevalencia de la dermatitis atópica varía de unas zonas geográficas a otras y en general es mayor cuanto más al norte se sitúa el área estudiada y cuanto más alto es su nivel de desarrollo industrial.

PALABRAS CLAVE

Dermatitis atópica, inmunología, inmunomoduladores, corticoides, genética.

ETOLOGÍA

Como hemos comentado anteriormente se trata de una enfermedad multifactorial de la que se desconoce la causa final, pero sí conocemos múltiples factores que participan de ella, como son:

  1. Factores genéticos: Entre un 70-80% de los pacientes tienen una historia familiar positiva de atopia. La influencia genética es compleja, siendo el componente materno el más importante. Incluso se ha identificado el cromosoma responsable de la expresión de cuatro genes involucrados, el cromosoma 1q21.

Hay estudios que demuestran que varios genes están involucrados en la patogénesis de la dermatitis atópica. Más importante aún, los investigadores identificaron una variante en el cromosoma 11 que es particularmente común en los pacientes con dermatitis atópica. Esta variante se encuentra en una región que contiene el gen que codifica para la C11orf30 EMSY proteína. Los científicos sospechan que una mutación en este gen se asocia con dermatitis atópica.

Sin embargo, el papel exacto de EMSY en la dermatitis atópica aún no se ha investigado, por lo que en un futuro pretenden profundizar en esta línea para intentar descubrir más variantes genéticas relacionadas a la enfermedad. Lo más notable es que esta misma variante está asociada también a un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Crohn, patología inflamatoria crónica que afecta al intestino. De hecho, ésta tiene muchas cosas en común con la dermatitis atópica: inflamación, defectos en la función de la barrera mucoso-cutánea y una respuesta inmunológica deficiente innata contra las infecciones bacterianas. Esta nueva relación genética explica también por qué muchas personas con la enfermedad

Caracterizar el patrón genético de la DA constituye en sí mismo un desafío, teniendo en cuenta los diferentes fenotipos y las heterogeneidades genética e inmunológica. Se conoce que tiene una elevada incidencia familiar, aunque la concordancia no es total; en gemelos univitelinos la tasa de concordancia llega al 77, y al 15% en los dicigóticos.

  1. Factores inmunológicos: Los atópicos presentan una respuesta inmunitaria humoral y celular alterada, que facilita la reacción con antígenos ambientales. Las alteraciones evidenciadas más clásicamente son las siguientes: aumento de la IgE sérica (encargada de activar basófilos y mastocitos cuando el sistema inmune del paciente detecta alguna de las sustancias que le producen alergia; o en ciertas infecciones. Estos tras ser activados, liberan una sustancia: la histamina, responsable final de todos los síntomas de la alergia: picor, inflamación, dolor…), alteración de las subpoblaciones linfocitarias, alteración de las inmunoglobulinas y aumento de la expresión en la membrana de las células de Langerhans. Ha existido un considerable debate sobre el patrón inmunológico y la expresión de citoquinas en la DA, y ello es debido a que los hallazgos dependen del tiempo de evolución de la muestra biopsiada.
  2. Factores constitucionales: Se han encontrado diversos factores comunes

– Alteraciones de la reactividad vascular y farmacológica. Los vasos muestran una marcada tendencia a la vasoconstricción (dermografismo blanco y palidez centrofacial).

– Alteraciones de la fisiología de la piel.

– Disminución del umbral del prurito.

– Alteración en la eliminación de la sudoración.

– Alteración del manto lipídico de la piel.

– Personalidad atópica: son niños vivos, inteligentes, simpáticos, hiperactivos, con labilidad emocional y tendencia a la depresión. Defensivos, obsesivos y agresivos.

En estas personas hay ansiedad, hostilidad, timidez, falta de adaptación y rechazo a la madre.

  1. Factores desencadenantes: Como factores desencadenantes de la DA se han involucrado:
  2. Estrés, al inducir cambios inmunológicos.
  3. Alérgenos, tanto alimentarios (huevo, leche, trigo, soja, cacahuete), como aeroalérgenos (ácaros del polvo, malezas, epitelios de animales, hongos).
  4. Irritantes tipo limpiadores cutáneos, ropa de lana o fibras sintéticas, agua caliente, jabones, detergentes.
  5. Clima con temperaturas extremas, humedad o sequedad excesiva.
  6. Microorganismos, especialmente S. aureus, que es un colonizador habitual de la piel de los atópicos y exacerba la DA por medio de la secreción de toxinas llamadas superantígenos, que activan a las células T, a los macrófagos y, además, inducen corticorresistencia; el rascado facilita la acción de estas bacterias al debilitar la barrera cutánea. Se ha relacionado la presencia de Malassezzia furfur y DA, con afectación preferente del polo cefálico, en adultos jóvenes. El proceso estaría ligado a la producción de autoantígenos, dado que la enzima MnSOD humana puede actuar como autoalergeno, con reactividad cruzada con la enzima fúngica.

SINTOMATOLOGÍA

El principal síntoma de la dermatitis atópica es el prurito. El rascado continuado induce la instauración de un círculo vicioso de prurito-rascado-prurito, cuyo resultado es la liquenificación de la piel. Este prurito se desencadena como consecuencia de la sequedad cutánea, por el contacto con tejidos de lana o fibras sintéticas, detergentes, jabones, cambios de temperatura en el ambiente, tensión física o mental, etc. Las lesiones de la dermatitis atópica siguen una distribución característica que varía según la edad. Se suelen distinguir tres fases evolutivas: fase del lactante, infantil y del adulto. Se distinguen diferentes estadios clínicos: