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Parto humanizado, desafío entre conocimiento y desarrollo de la práctica en estudiantes de licenciatura en Enfermería

Parto humanizado, desafío entre conocimiento y desarrollo de la práctica en estudiantes de licenciatura en Enfermería

Introducción: La humanización del parto, es un término que ha tomado importancia en los últimos años debido al alto índice de quejas y demandas sobre el maltrato en las salas de parto (Valdez, Hidalgo, Mojarro & Arenas, 2013), siendo los principales protagonistas los médicos y enfermeras, quienes en algunas ocasiones poco conocen de estar ejerciendo éste (maltrato) ya que lo ven como algo cotidiano y parte de su hacer diario (Villanueva, 2010).

Dr. Javier Salazar Mendoza 1, LE. Leonor Esmeralda Zavala De Jesús 2, Dra. Edith Castellanos Contreras ³. Dra. Claudia Beatriz Enríquez Hernández 4, MCE. María Esperanza Conzatti Hernández 5, Dra. Blanca Flor Fernández 6, Yuzani Pérez Esparza 7

  1. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería Orizaba, de la Universidad Veracruzana
  2. Licenciada en Enfermería y estudiante de Maestría en Enfermería en la Universidad Veracruzana, Sede Veracruz
  3. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería Veracruz, de la Universidad Veracruzana, Coordinadora de la Maestría en Enfermería Multisede.
  4. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería Veracruz, de la Universidad Veracruzana
  5. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería Orizaba, de la Universidad Veracruzana
  6. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería Veracruz, de la Universidad Veracruzana
  7. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería Orizaba, de la Universidad Veracruzana

Resumen

Esto, lleva a dirigir la mirada a la formación que tiene los profesionales, para poder visualizar las herramientas que tienen en su educación profesional y así, brindar cuidados a la mujer en trabajo previo y el parto con calidad y calidez humana, sin dejar de lado las bases científicas y de salud para llevarla a un proceso exitoso y satisfactorio para ella y el recién nacido (Villanueva & Cruz, 2012).

Objetivo: Determinar el nivel de conocimiento que tienen los estudiantes de licenciatura en enfermería sobre el parto humanizado y conocer si la práctica de los estudiantes de licenciatura de apega a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Materiales y métodos: Estudio cuantitativo, descriptivo, prospectivo, de cohorte transversal, en 21 alumnos de la licenciatura en enfermería, se aplicó el instrumento COPAHU (Salazar et al., 2016), que evalúa el conocimiento del parto humanizado.

Resultados: El 90.50%, de los participantes, no han recibido formación en parto humanizado dentro de su institución educativa, respecto al conocimiento, el 61.9%, puntúo alto, la formación en la práctica la mayoría (85.7%), refirió ser excelentes para brindar el cuidado a la mujer en trabajo de parto.

Conclusión: respecto al nivel de conocimiento que tienen los estudiantes de licenciatura en enfermería sobre el parto humanizado, el 61.9%, puntuó alto, sin embargo, la formación en esta práctica, la consideran excelente 85.7%, con ello, se da respuesta al objetivo: conocer si la práctica de los estudiantes de licenciatura de apega a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, se recomienda que las Experiencias Educativas: enfermería fundamental, proceso de enfermería, en la atención a la salud materno infantil, en la atención primaria de salud, clínica de la atención de la mujer y el niño, práctica profesional comunitaria, se enfoquen y favorezcan la atención del parto humanizado, con fundamentos sólidos, enriquecidos en conocimientos, habilidades y actitudes.

Palabras clave: humanización del parto, conocimiento, desarrollo, estudiantes de licenciatura

Introducción

En la actualidad, la atención obstétrica se desarrolla en los centros médicos, aquí la mujer ya no es la protagonista de su proceso, los conocimientos del equipo de salud, toman el papel principal en el acto, dejando a la mujer sumisa y solo acatando órdenes sin importar que éstas sean incomodas o indeseables por ellas, dejando de lado el respeto a la fisiología del parto al no valorar sus tiempos entre otras acciones que se han tornado como rutinarias en las salas de parto, sin observar que en el proceso medicalizado, la mujer y el recién nacido son los más afectados (Belli, 2013). Es por ello, que sin identificarlo, se presenta una violación de los derechos de la mujer por parte del personal de salud y recibido sin objeciones por las mujeres.

En los últimos tiempos, se observa un comportamiento poco afectivo por parte del personal de salud desde el momento de las consultas ya que estas se desenvuelven con rapidez, desinterés en el binomio, preocupados más por terminar a tiempo su trabajo, despreocupados por las condiciones de vida y del entorno de la mujer, con exceso de estudios de laboratorio y gabinete, o por otra parte, manipulando información para conseguir objetivos, dando una información y siendo otra en realidad asentándola así en el expediente clínico o simplemente ocultándola. Todo esto, manifestación de la medicina deshumanizada (Villanueva, 2010).

La convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer define como violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, en el ámbito público y privado. Los tipos de violencia son: físicos, sexuales o psicológicos, así mismo, define a los agresores que la infringen en el espacio doméstico, en la comunidad, por el estado y agentes (Villegas, 2009). Por esto, se puede observar claramente que la violación a los derechos de las mujeres en el parto, trabajo de parto esta visible en el trato que se les da, ya que a menudo los maltratos psicológicos como físicos saltan a la vista de todos en las salas de parto desde comentarios despectivos ofensivos o burlones o la incomodidad de algunas posiciones en las que la mujer se ve forzada a estar.

La humanización del parto, es un término que ha tomado importancia en los últimos años, debido al alto índice de quejas y demandas sobre el maltrato en las salas de parto, siendo los principales protagonistas los médicos y enfermeras los cuales en algunas ocasiones poco conocen de estar ejerciendo este maltrato ya que lo ven como algo cotidiano, como parte de su quehacer diario.

Dentro de la teoría de Dorothy Johnson, menciona los sistemas conductuales (SC) “un sistema es un conjunto que funciona como tal, gracias a la interdependencia de sus partes”. El SC, está formado por diferentes modos de conducta pautados, repetitivos y determinados, éstas, forman una unidad funcional organizada e integrada que determina y limita la interacción entre la persona y su entorno (Raile & Tomey, 2011), enfocado al trato que reciben las mujeres en el parto, podría explicar la forma rutinaria en la que se desarrollan las actividades en las salas de maternidad marcando así un pauta para que el ambiente se vuelva hostil para la mujer, ya que estas conductas son negativas creando una interacción incomoda donde solo se ve favorecido el personal de salud. Derivada de esta problemática, se vuelve de suma importancia capacitar al personal y al mismo tiempo, realizar intervenciones dirigidas a disminuir y erradicar el ejercicio de la práctica deshumanizada por parte del personal de salud.

Esto, a su vez, lleva a enfocar la mirada a la formación que tiene los profesionales del cuidado para poder visualizar las herramientas con las que cuentan en su educación, para brindar cuidados durante el trabajo de parto y parto con calidad y calidez humana, sin olvidar las bases científicas y de salud para llevar a la mujer a un proceso exitoso y satisfactorio para ella y el recién nacido (Cortés, 2010).

En la “cruzada nacional por la calidad de la atención” desde la Secretaría de Salud (en el sexenio 2000-2006), se han promovido múltiples cursos de “capacitación” y “sensibilización” para el personal de salud, a fin de que pueda brindar un “trato digno” a las usuarias. El fracaso de esta estrategia está a la vista como lo demuestra el creciente número de quejas y denuncias en este campo. No se trata de meros problemas de “calidad de la atención” sino de violaciones de derechos básicos de las mujeres en el marco de los servicios de salud (Castro & Erviti, 2014). De esto modo, es importante también capacitar al personal en formación que hacen prácticas hospitalarias como parte de sus curricula ya que se ha reportado que en ocasiones, ellos son protagonistas de este maltrato, no por hacerlo de mala fe sino por seguir patrones impuestos por el personal activo de las instituciones y, a su vez, a corto plazo estará laborando en las instituciones de salud (Franeite, Feo & Toro, 2012).

Johnson propuso la idea de que la enfermería debe centrarse en el comportamiento de una persona, más que en su estado de salud o condición de la enfermedad. Es un modelo de atención que se centra en las necesidades humanas, y el uso de la enfermería para promover el equilibrio y disminuir el estrés (Raile & Tomey, 2011). De acuerdo con Johnson, el trabajo de enfermería es apoyar a la mujer en trabajo de parto de las formas que sea posible para que su proceso de parto sea más llevadero y satisfactorio y no centrarse solo en lo médico, cuidando que sea cómodo para el personal sanitario o se ajuste a sus tiempos, también, hace referencia a disminuir el estrés para recuperar el equilibrio, es más que conocido que un ambiente incómodo para la mujer, elevando los niveles de adrenalina, es por ello, que es importante centrarse en las necesidades humanas de la parturienta y los estudiantes deben conocer estas estrategias para ayudarlas en su proceso.

En palabras de los mismos estudiantes, mencionan que la información que tiene sobre el parto humanizado es poca a nula ya que algunos no conocen esta forma de trabajo y los que si lo saben, se han informado de manera personal y lo poco obtenido, no se lleva a cabo en las prácticas hospitalarias a las que se han presentado. Otros, expresan que el personal que está inmerso en las instituciones no los dejan tratar o hacer procedimientos de forma distinta a como ellos dicen aunque el resultado sea el mismo o mejor.

Por desgracia, se observa que en la formación de enfermería, pocas veces se hace referencia al parto humanizado y cuando se habla de esto, la información es muy escasa o solo se queda en palabras sin saber cómo aplicarla y en qué momento o bien aunque se tenga la información suficiente en los centros de atención, se trabaja de una forma diferente a lo aprendido en las aulas y se cae constantemente en el error de reproducir las acciones negativas realizadas por el personal de salud justificándolas en excusas como “si la trato bien no ayuda al bebé a salir”, “los procedimientos aquí se hacen así”, entre otras.