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Hipoglucemia neonatal

Hipoglucemia neonatal

Resumen

La hipoglucemia es una concentración sérica de glucosa <40mg/dl en recién nacidos a término o <30mg/dl en los pretérminos. En el presente trabajo nos marcamos el objetivo de dar a conocer en qué consiste esta patología en el recién nacido y qué procedimientos debemos de llevar a cabo para resolverla, para ello hemos realizado una revisión bibliográfica a través de la búsqueda de la bibliografía en diferentes bases de datos como Dialnet, PubMed y Scielo.

Autores:

Sara Garrido Manové. Graduada en Enfermería.

Lorena Del Rocío Padilla Camacho. Graduada en Enfermería.

Laura Ortiz Vázquez. Graduada en Enfermería.

 

Palabras clave: hipoglucemia neonatal, trastorno metabólico, hiperinsulinismo.

Introducción

El cese del flujo placentario y por tanto del aporte nutricional materno, tras el nacimiento, implica por parte del neonato una adaptación al medio, con serias repercusiones en aquellos con patologías añadidas, como puede ser el hijo de madre diabética.Tras el cese de los aportes de glucosa maternos y la persistencia del hiperinsulinismo, puede originarse hipoglucemia en el recién nacido. Además del hiperinsulinismo fetal reactivo se encuentran otras causas como la disminución de las respuestas contrarreguladoras del glucagón y catecolaminas o una supresión de los niveles plasmáticos de ácidos grasos libres y de menor glucogenólisis.La hipoglucemia es el problema metabólico que ocurre con más frecuencia en los recién nacidos y, en la mayoría de los casos, refleja un proceso normal de adaptación a la vida extrauterina. Cuando la hipoglucemia es prolongada o recurrente, puede originar alteraciones sistémicas agudas y secuelas neurológicas, por lo cual el manejo de los niveles de glucosa en los primeros días posnatales es de considerable interés como parte de los cuidados del recién nacido.

Objetivos

Con este trabajo nos planteamos el objetivo de ofrecer la información necesaria acerca de qué es la hipoglucemia neonatal y qué medidas abordar para resolverla.

Metodología

Hemos realizado una revisión bibliográfica mediante una búsqueda en distintas bases de datos como son Dialnet, Medline Plus y PubMed.

Desarrollo

La hipoglucemia es una concentración sérica de glucosa < 40 mg/dL (< 2,2 mmol/L) en recién nacidos a término o < 30 mg/dL (< 1,7 mmol/L) en aquellos pretérmino.

Las hipoglucemias tienen una incidencia del 30-50% de los hijos de madre diabética, clasificadas en sintomáticas y asintomáticas o transitoria o persistente.

  • Transitoria:
  • Por producción disminuida de glucosa como es el caso de los CIR y prematuros.
  • Por disminución de la producción y aumento del consumo de glucosa (sepsis, toxemia materna, sufrimiento fetal agudo, etc.).
  • Por hiperinsulinismo transitorio: como en el hijo de madre diabética, eritroblastosis fetal, fármacos maternos, entre otras.
  • Persistente: por defectos hormonales, cuadros de hiperinsulinismo persistente y los errores innatos del metabolismo.

La hipoglucemia es la más frecuente de las alteraciones que se pueden encontrar en hijo de madre diabética y trascendente por la posibilidad de secuelas neurológicas. La glucemia dependerá del equilibrio entre las necesidades del organismo y la capacidad de liberar glucosa a partir de las reservas de glucógeno, siendo difícil definir el límite por debajo del cual se puede considerar hipoglucemia en el neonato. El periodo de mayor riesgo se sitúa hasta las 48 horas, siendo las más críticas las 6 primeras, dando las cifras más bajas a las 2 horas del nacimiento.

En situación de hipoglucemia, el aporte de glucosa al cerebro dependerá parcialmente del flujo sanguíneo, pero en estos pacientes puede existir una alteración hemodinámica concominante, añadiéndose a esto la ausencia de reservas glucídicas en estos pacientes, necesarias para mantener la función celular y neurotoxinas, siendo sus manifestaciones clínicas temblor, apatía o hipotonía brusca, cianosis, apnea, estupor, rechazo al alimento, convulsiones y parada cardiorrespiratoria en el caso de las hipoglucemias sintomáticas, aunque pueden ser inespecíficas e inaparentes como en las hipoglucemias asintomáticas.

Muchos recién nacidos. La hipoglucemia prolongada o grave causa signos tanto adrenérgicos como neuroglucopénicos. Los signos adrenérgicos consisten en diaforesis, taquicardia, letargo o debilidad y temblores. Los signos neuroglucopénicos son convulsiones, coma, episodios cianóticos, apnea, bradicardia o dificultad respiratoria e hipotermia. Puede haber apatía, escasa alimentación, hipotonía y taquipnea.

El diagnóstico de la hipoglucemia en el recién nacido debe ser precoz, antes de la aparición de la clínica, y se basa en el control rutinario de la glucemia en todo neonato con riesgo.

Para evitar el hiperinsulinismo en el recién nacido, se controlará adecuadamente la glucosa materna, considerando como criterios de buena compensación metabólica, desde la concepción hasta el parto:

  • Mantener cifras de glucemia en ayunas <100mg/dl y pospandrial<120mg/dl.
  • Normalización de la HbA1c
  • No presentar episodios de cetonuria positivos ni hipoglucémicos graves.

La anticipación y la prevención son las claves del tratamiento de la hipoglucemia.

En los CIR, la hipoglucemia, se produce como consecuencia de la reducción de los depósitos hepáticos de glucógeno, la disminución de los ácidos grasos libres en las primeras horas de vida y por las alteraciones metabólicas (hipocalcemia, hiponatremia) derivados de los cuadros de hipoxia y por el elevado consumo que conlleva las patologías asociadas.

Hay que iniciar la alimentación precoz, desde el postparto, reforzando la lactancia materna y si esto no fuera posible antes de las primeras dos horas de vida, se facilitará el vínculo afectivo entre la madre y el recién nacido a través de una atención integral.

La hipoglucemia se puede agravar con otras manifestaciones como son la hipotermia y la dificultad respiratoria. Por ello se debe iniciar la alimentación precoz del recién nacido, que dependerá de su sintomatología.

Es imprescindible un control periódico de la glucemia en el recién nacido pudiéndose establecer al nacimiento, a la hora del nacimiento, a las 3h, a las 6, 12,18, 24 y 48 horas. Administrando si es preciso, glucosa intravenosa para mantener niveles de glucosa seguros (>40mg/dl). Una vez estabilizada la glucemia, el tratamiento deberá retirarse progresivamente para evitar hipoglucemias reactivas. La duración del hiperinsulinismo neonatal puede ser de 5 a 6 días.

Con respecto al tratamiento, se administra:

  • Dextrosa iv (para prevención y tratamiento).
  • Alimentación enteral.
  • En ocasiones, glucagón im.

Está indicado el tratamiento preventivo de la mayoría de los recién nacidos de alto riesgo.

En cualquier recién nacido cuya glucosa descienda a ≤ 50 mg/dL (≤ 2,75 mmol/L) debe comenzarse el tratamiento rápido con alimentación enteral o con una infusión de dextrosa hasta del 12,5% en agua, a razón de 2 mL/kg en 10 minutos; si es necesario, pueden infundirse concentraciones más altas a través de un catéter central. Después, debe continuarse con la infusión de glucosa a una velocidad que aporte de 4 a 8 mg/kg de glucosa por minuto (es decir, dextrosa al 10% en agua a aproximadamente 2,5-5 mL/kg por h). Se deben controlar las concentraciones séricas de glucosa para guiar los ajustes de la velocidad de infusión. Una vez que ha mejorado el estado del recién nacido, puede reemplazarse gradualmente la infusión IV por alimentación enteral, mientras sigue controlándose la concentración de glucosa. La infusión IV de dextrosa siempre debe disminuirse en forma gradual, porque la suspensión brusca puede causar hipoglucemia.

Si es difícil iniciar rápidamente una infusión IV en un recién nacido hipoglucémico, el glucagón en dosis de 100 a 300 μg/kg IM (máximo, 1 mg) suele aumentar rápidamente la glucosa sérica, un efecto que persiste de 2 a 3 h, excepto en recién nacidos con depleción de los depósitos de glucógeno. La hipoglucemia resistente a la infusión de glucosa a alta velocidad puede tratarse con hidrocortisona en dosis de 2,5 mg/kg IM 2 veces al día. Si la hipoglucemia es resistente al tratamiento, hay que considerar otras causas (p. ej., sepsis) y, posiblemente, una evaluación endocrina para investigar hiperinsulinismo persistente y trastornos de gluconeogénesis o glucogenólisis defectuosas.

Conclusiones

Desde el punto de vista de la enfermería, el profesional enfermero debe de conocer el abordaje preventivo ante la presencia de la hipoglucemia neonatal ya que es algo que nos corresponde a nosotros abordarlo y cuanto antes mejor para evitar las secuelas que podrían ocasionar.

Bibliografía

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