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Beneficios del reservorio venoso subcutáneo en pacientes crónicos

Beneficios del reservorio venoso subcutáneo en pacientes crónicos

En la atención sanitaria del siglo XXI la utilización de accesos vasculares es imprescindible en la mayoría de los casos siendo muy importante en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

Los servicios hospitalarios y el personal de Enfermería, en la práctica diaria, deben dar una respuesta eficaz y de calidad en la atención al usuario, teniendo en cuenta una visión integral del paciente, siendo el mayor reto de todos el obtener una satisfacción perceptible y real.

AUTORES

Sara Macías Caballero. Diplomada en Enfermería.

María del Rocío Periañez Cordero. Diplomada en Enfermería.

María Gil Lora. Diplomada en Enfermería.

RESUMEN

Los sistemas de acceso vascular son fundamentales para la práctica de la medicina en la actualidad. Son utilizados para muchos procedimientos como la administración de sustancias intravenosas y diversos tratamientos, sangre o sus derivados, nutrición parenteral y en la monitorización del estado hemodinámico en pacientes críticos.

Los avances médicos y científicos propician no solo que los pacientes vivan más tiempo, sino que tengan una mejor calidad de vida y con menores secuelas, pero esto conlleva nuevos retos tanto para los pacientes como para el equipo sanitario que los trata por lo que es necesario que el tratamiento endovenoso que reciben sea seguro y fiable, evitando efectos secundarios y complicaciones

PALABRAS CLAVE: Reservorio venoso subcutáneo. Manejo eficaz.

INTRODUCCIÓN

Los reservorios subcutáneos son sistemas implantables a través de una técnica quirúrgica.

Se colocan por debajo del tejido subcutáneo fijándose sobre un plano muscular en la fosa infraclavicular derecha normalmente (sobre la tercera o cuarta costilla).

Consta de un dispositivo que proporciona acceso permanente, permitiendo el acceso repetido y rápido al sistema vascular central del paciente facilitando así la extracción de muestras sanguíneas, la administración de medicamentos, de nutrición parenteral y la gran mayoría de la terapia intravenosa utilizada en la actualidad hospitalaria.

Está formado por varias unidades que son:

  • Cámara de inyección troncónica o cilíndrica que puede ser única o doble, con esta última opción es posible la administración de medicamentos incompatibles entre sí, está confeccionada en un material de acero quirúrgico (titanio) o poliéster plástico, que incluye una membrana autosellante de silicona, a la cual se accede mediante punción percutánea con una aguja angulada y especifica tipo Gripper o Huber.
  • Catéter: es radiopaco y está fabricado en silicona o poliuretano.

Tienen un objetivo claro y fundamental, mantener un acceso que garantice una terapia intravenosa agresiva como puede ser en pacientes oncológicos que reciben quimioterapia o en aquellos pacientes que necesitan nutrición parenteral.

Son una buena alternativa para la infusión de soluciones hiperosmolares o hipertónicas, agentes inotrópicos, además de la transfusión de unidades hematopoyéticas.

Este dispositivo posee ciertas limitaciones  con respecto a su utilización, siendo la más importante la necesidad de punción con una aguja especial (aguja tipo Gripper), así como las complicaciones derivadas de la técnica, y su proceso de implantación; también la  mala utilización del dispositivo y/o complicaciones que aparecen por el hecho de permanecer con el dispositivo implantado durante largos períodos de tiempo, ya sea para su uso de manera continuada o para utilizarlo de forma intermitente durante ciclos de quimioterapia.

Cuidados

Su implantación se realiza mediante técnica quirúrgica habitualmente de forma percutánea, con el paciente bajo anestesia, mediante técnica de Seldinger se crea un bolsillo subcutáneo donde quedará alojada la cámara con la membrana que posteriormente se utilizará para infundir las sustancias al torrente circulatorio.

La vena de elección para su inserción es la subclavia derecha siempre que sea posible, aunque existen estudios en los que la vena canalizada fue la yugular interna derecha.

Tras la intervención, los reservorios deben ser sellados con 2 ml de heparina a una concentración de 500 UI/ml y su posición comprobada mediante técnicas radiológicas.

La duración de la cura es de entre 5 a 7 días en el caso de realizarse con apósito hidropermeable, mientras que si se realiza con gasa, la cura debe ser diaria y el sistema Gripper se debe cambiar una vez a la semana.

Es importante, por parte del personal de Enfermería, que además de conocer la correcta técnica de punción y el material necesario para ella, conozca también la técnica de sellado del mismo, existen estudios que indican que se debe realizar con solución heparinizada (5ml de una dilución compuesta por 9 ml de suero fisiológico al 0,9% y 1 ml de heparina sódica al 5%) ya que con ella se evitarían obstrucciones del mismo y desplazamientos innecesarios al hospital, aunque en el mercado encontramos productos ya reconstituidos no siendo necesario realizar la dilución y que se aplican directamente a través del sistema infusor.

Ventajas

Se trata de un dispositivo fácil de utilizar y entre sus ventajas, encontramos la eliminación de las complicaciones a través de accesos venosos periféricos transitorios como la irritación, la esclerosis del endotelio vascular o la flebitis, una menor necesidad de heparina para el lavado del catéter ya que el equipo queda instalado completamente de manera subcutánea, también produce un aumento de  la calidad de vida del paciente, puesto que, a día de hoy,  estos pacientes no deben  permanecer ingresados en centros hospitalarios permitiendo el abordaje desde la Atención Primaria, manteniendo así, en cierta medida, sus actividades cotidianas.

El uso de este catéter se relaciona con la evitación de venopunciones frecuentes a los pacientes, es de fácil manejo domiciliario y permite al paciente el disfrute de la libertad de su higiene personal, realizar actividades cotidianas, practicar cualquier tipo de actividad deportiva y está probado que esto beneficia psicológicamente a los pacientes, ya que no se altera su imagen corporal, mantiene su autonomía e independencia aunque sea necesario que desde Atención Primaria se continúen los cuidados, siendo esta vía mucho más cómoda.

Complicaciones

Entre las complicaciones descritas relacionadas con el uso de los catéteres objeto de estudio encontramos: infección, trombosis, migración del catéter, extravasación de soluciones, rotación del portal y tromboflebitis.

Como complicación poco frecuente puede aparecer la rotura de este tipo de catéteres, esto se puede observar mediante la compresión del mismo (signo de pinch off)  y es consecuencia de la fricción del catéter entre la clavícula y la primera costilla, y se debe confirmar mediante estudios radiológicos.

La complicación descrita es rara y asintomática y debe ser tratada con prontitud para no desembocar en una situación grave,  por lo que  se recomienda el control periódico de la inserción del catéter mediante radiografía

La complicación más frecuente descrita es la infección, el personal sanitario debe estar alerta ante la aparición de fiebre sin foco en este tipo de pacientes portadores de reservorio venosos subcutáneo.

CONCLUSIÓN

La formación del personal de Enfermería cobra un papel muy importante en este tipo de accesos venosos, en sus cuidados y en los posibles problemas potenciales de los mismos con el objetivo de minimizar las complicaciones hacia el paciente, transmitiendo seguridad y fiabilidad

Queda demostrado que estos dispositivos mejoran la calidad de vida de los pacientes, permitiendo una vía de acceso venoso permanente, estable y seguro, disminuyendo el sufrimiento del enfermo.

BIBLIOGRAFÍA

  • Guía del uso del catéter subcutáneo, (Hospital Txagorritxu, Bilbao España)
  • Bruera E, De Lima L, Bertolino M, Dussel V, Bonacina R. Cuidados Paliativos: Guías para el manejo clínico. 2 a ed. 3 p.
  • Centeno Cortés C, Gómez Sancho M, Nabal Vicu a M, Pascual López A, e-libro C. Manual de medicina paliativa. Pamplona: EUNSA; 2009.