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Educación al paciente con sonda vesical permanente de larga duración

Educación al paciente con sonda vesical permanente de larga duración

Resumen: El adecuando mantenimiento y los cuidados a la sonda realizada por el paciente son de especial importancia para asegurar el correcto funcionamiento de la sonda vesical, así como para evitar posibles infecciones derivadas de un pobre mantenimiento e higiene. Reconocer los signos de alerta es clave para evitar complicaciones graves, de ahí la importancia de que el paciente los reconozca a tiempo y se comunique con su enfermera.

Autores:

María Dolores Sillero Ruz, Diplomada en Enfermería

Ana María Vargas Olegario, Diplomada en Enfermería

Rafaela Sillero Ruz, Graduada en Enfermería

Palabras clave: Sonda vesical, cuidados, educación

Introducción.

El sondaje vesical es una técnica invasiva que consiste en la introducción de una sonda hasta la vejiga a través del meato uretral, con el fin de establecer una vía de drenaje, temporal, permanente o intermitente, desde la vejiga al exterior con fines diagnósticos y/o terapéuticos.

Hay diferentes tipos de sondajes vesicales:

–           Según su duración:

Permanente

         De larga duración: duración mayor de 30 días en pacientes que sufran de retención crónica de orina.

         De corta duración: de uso en retenciones agudas de orina pero con una duración menor a 30 días.

Intermitente o evacuador

         Consiste en retirar el catéter tan pronto como sea posible tras vaciar la vejiga de orina. Se suele utilizar para retenciones agudas de orina, vejiga neurógena o en pacientes con lesión medular que precisan de un vaciamiento intermitente de la vejiga cada 6-8 horas.

–           Según su composición:

Látex: de uso muy frecuente .Especial cuidado en pacientes con alergia al látex. Se usan para el vaciado vesical permanente en sondajes con duración inferior a 15-20 días aproximadamente (sondajes hospitalarios, postoperatorios).

Silicona: Los catéteres de silicona son los que presentan mayor biocompatibilidad y a igualdad de calibre exterior, mayor calibre funcional (luz interior), por lo que pueden ser más finas y tener por tanto mejor tolerancia. Están indicadas en sondajes de duración superior a 15-20 días o en pacientes alérgicos al látex.

Cloruro de polivinilo (PVC): también conocidas como sondas de Nelaton. Se usan en cateterismos intermitentes, para diagnostico o terapéuticos, instilaciones y para medir residuos.

–           Según el calibre:

Los calibres deben seleccionarse según el sexo, la edad y características del paciente: en el caso de adultos existen sondas desde el calibre 8 al 30. Los calibres que se utilizan con más frecuencia son:

Mujeres: CH 14 y 16

Varones: CH 16-18-20-22

–           Según sus indicaciones:

o          FOLEY: Son rectas, de dos o tres vías para lavados.

o          NELATON: Son rectas, semirrígidas y de una sola vía, sin sistema de fijación. Para vaciar la vejiga y/o recogida de muestras.

o          TIEMANN: Son curvas, con punta olivada y puntiaguda. En pacientes prostáticos de vaciado dificultoso.

o          COUVELAIRE: Punta biselada o en pico de flauta. En pacientes con hematuria o para mantener un circuito de lavado.

o          DUFOUR: Punta acodada, en forma de pico y perforada en el codo. Para lavados vesicales con coágulos.

Mantenimiento y cuidados de la sonda vesical permanente de larga duración en el domicilio.

El personal de Enfermería tiene un papel clave en le educación del paciente con sonda vesical permanente de larga duración en el domicilio. El adecuando mantenimiento y los cuidados a la sonda realizada por el paciente son de especial importancia para asegurar el correcto funcionamiento de la sonda vesical, así como para evitar posibles infecciones derivadas de un pobre mantenimiento e higiene.

Las principales recomendaciones para el mantenimiento y cuidado de la sonda vesical dirigidas al paciente y/o cuidador son las siguientes:

  1. Lavarse las manos antes y después de manipular la sonda vesical y/o bolsa colectora.
  2. Extremar la higiene diaria, haciendo hincapié en las manos y la zona genital, en el hombre después de la higiene tiene que volver el prepucio a su posición normal para evitar parafimosis.
  3. Estimular al paciente para que ingiera de 2-3 litros de líquidos por día, salvo que esté clínicamente contraindicado.
  4. Evitar la limpieza frecuente del meato uretral con antisépticos o desinfectantes o la aplicación periuretral de cremas que no hayan sido prescritas.
  5. Después del lavado, intentar movilizar la sonda en sentido rotatorio, nunca de dentro hacia fuera o viceversa, para evitar adherencias y decúbitos.
  6. Evitar desconexiones innecesarias de la bolsa y utilizar el sistema de drenaje.
  7. Cambiar la bolsa colectora cada 4-5 días utilizando los principios de asepsia previamente impartidos por el profesional de Enfermería.
  8. Vaciar la bolsa colectora antes de que esté completamente llena.
  9. Mantener la bolsa por debajo del nivel de la cintura, para evitar reflujo de la orina hacia la vejiga.
  10. Evitar tracciones o tirones de la sonda vesical.
  11. Evitar acodamientos en el recorrido del tubo.
  12. Fijar la sonda vesical en la cara interna o anterior del muslo después de su inserción para evitar el movimiento y la tracción uretral.

Signos de alerta para el paciente. ¿Cuándo contactar con la enfermera?

El paciente debe conocer los principales signos de alerta y se le debe proporcionar la educación necesaria para evitar futuras complicaciones.

Signos de alerta:

–           Pérdidas de orina.

–           Cambios en la orina: volumen, color y olor.

–           Fiebre.

–           Dolor abdominal y lumbar.

–           Sensación de ardor en la vejiga.

–           Secreción alrededor de la zona de inserción de la sonda vesical.

Bibliografía:

  1. Jiménez Mayorga, Isabel; Soto Sánchez, María; Vergara Carrasco, Luisa; Cordero Morales, Jaime; Rubio Hidalgo, Leonor; Coll Carreño, Rosario et al. Protocolo de sondaje vesical. Biblioteca Lascasas, 2010; 6(1). Disponible en http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0509.php
  2. Abasolo I, Arrieta R, Gómez Y, Múgica A, Rezola B, Sarasola JC. Protocolo de Sondaje Vesical, Uso, Inserción, Mantenimiento y Retirada. Osakidetza Hospital Universitario de Donostia. Donostia. 2014. Disponible en: http://docplayer.es/6276870-Protocolo-de-sondaje-vesical-uso-insercion-mantenimiento-y-retirada.html
  3. Grasa Lambea I. Cateterismo vesical y mantenimiento de la sonda. En: Semfyc. Guía de Actuación en Atención Primaria. 3 ed. Barcelona: SEMFYC ediciones; 2006. p.1695-703.
  1. Carballo Álvarez M, Martínez Vilariño M, Llaga Rodríguez M. Sondaje Vesical. Revista Rol de Enfermería. 2007; 30 (11): 39-42.