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Algunos cambios fisiológicos en la embarazada sana

Algunos cambios fisiológicos en la embarazada sana

Durante el embarazo suceden cambios importantes de los sistemas músculo-esquelético, cardiovascular, respiratorio, endocrino y metabólico, para mantener un funcionamiento normal y óptimo tanto de la embarazada como del feto.

Autores: Aragón Núñez, María Teresa. Cubillas Rodríguez, Inmaculada. García Rojas Inmaculada. Matronas del Hospital Materno Infantil de Málaga.

Palabras clave: cambios físicos, embarazo, alteraciones, fisiología.

Resumen: Es necesario conocerlos para poder comprender la fisiología de la embarazada.

Cambios en el embarazo

El embarazo, trabajo de parto y parto van acompañados de cambios fisiológicos y anatómicos importantes que deben conocerse para la adecuada atención de la embarazada durante su proceso de gestación. Entre estos cambios podemos encontrar los siguientes:

  • A nivel locomotor

El cuerpo debe cambiar de manera drástica para acomodar al bebé, y estos cambios afectan tanto a la estabilidad como a la postura.1

La producción de hormonas y  la ganancia de peso,  causan cambios en los ligamentos y en la movilidad articular, para mantener y coordinar el centro de gravedad de la embarazada. Ocurre un aumento progresivo de la lordosis lumbar y una rotación de la pelvis en el fémur, previniendo así que la embarazada se vaya hacia adelante.2

La lordosis lumbar aumenta hasta un 60% cuando están de pie, para permitir mantener estable el centro de gravedad sobre las caderas.1

Existe un significativo aumento del tamaño y peso del útero, situación que desembocará en una alteración de la distribución de órganos en la cavidad abdominal. Dicha modificación también favorece  el  aumento de la hiperlordosis lumbar y la cifosis torácica compensatoria; además, favorecerá la hiperextensión de las rodillas debida, probablemente, al cambio de la línea de gravedad. Esta transformación del útero se produce para acomodarlo y definirlo como el órgano de la gestación donde se desarrollará el feto, además de ser el motor del parto, debido a su capacidad contráctil.3

Otro factor destacable en el aumento de la lordosis lumbar es el desarrollo de las glándulas mamarias (aproximadamente 500 mg cada una) que favorece una tendencia a la mastalgia –dolor en la región de las glándulas mamarias– además se hacen visibles unas finas venas bajo la piel, conocidas como red venosa de Haller.1

En el último trimestre de la gestación, el tronco puede experimentar una rotación a la derecha a la vez que el útero crece y rota sobre su eje mayor en la misma dirección. Esta dextro-rotación es más frecuente por la posición del rectosigmoides en la parte izquierda de la pelvis. Asimismo, se puede observar la diástasis en los rectos del abdomen –considerada como significativa a partir de los 2 cm de separación-, efecto que potenciará, por un lado, la posibilidad de protuir la parte anterior del útero, y por otro lado, la distensión de los músculos abdominales.1

Como el equilibrio se hace más difícil, principalmente al caminar, es necesario que su marcha sea de mayor base, con un paso más corto y más variado. Por ello, se aconseja un fortalecimiento de los músculos abdominales para controlar el grado de curvatura lumbar.2

  • A nivel cardiovascular

Durante el embarazo, el corazón aumenta de tamaño y se desplaza cefálicamente, con una tendencia de desplazamiento hacia la izquierda; además gira sobre su eje longitudinal. Estos cambios están, sobre todo, originados por la elevación progresiva del diafragma.1

Para compensar los cambios de aumento de volumen corporal, es necesario aumentar la frecuencia cardiaca, el volumen sanguíneo y el gasto cardíaco. Estos cambios se evidencian desde la semana 28 con mayor intensidad.2

El volumen de sangre aumenta un 45% (1800 ml), tanto por un incremento de la volemia (más o menos 1500 ml) como de la citemia (más o menos 350 ml). Esta “hemodilución” mantendrá el flujo úteroplacentario adecuado.

El aumento en la masa de glóbulos rojos, más los requerimientos fetoplacentarios de hierro, representan una necesidad de 1 gramo de hierro diario adicional durante todo el embarazo. Esta necesidad es más ostensible a partir de la segunda mitad de la gestación. Se considera anemia durante el embarazo a una concentración de hemoglobina inferior a 11gr/100 ml. El embarazo normal en una mujer con un déficit de reservas férricas, puede conducir a una anemia ferropénica (Villaverde F, Rodríguez y Villaverde B, 2003).4

Además del incremento de la volemia, las embarazadas experimentan un aumento del gasto cardíaco (Q) que se sitúa entre un 30 y un 50%. Este incremento se ve acompañado de un incremento en el volumen sistólico y la frecuencia cardíaca de reposo.1

La frecuencia cardiaca se aumenta durante las primeras semanas del embarazo en promedio en 7 latidos por minuto, y al final hasta de 15 a 20 latidos por minuto., hay que tener en cuenta que después de la semana 16, el aumento del tamaño uterino hace compresión sobre la vena cava inferior, lo cual reduce el retorno venoso, que puede limitar la realización de esfuerzos y producir disminución de la presión arterial. Muchos mecanismos actúan para mantener relativamente constante el consumo de oxígeno en el feto, tales como: el incremento del hematocrito materno lo cual aumenta el transporte de oxígeno sanguíneo. La redistribución del flujo sanguíneo favorece a la placenta más que al útero; como resultado de estos cambios la entrega de oxígeno y el consumo de oxígeno fetal parece no comprometerse.2

  • A nivel respiratorio

Durante el embarazo ocurre una disminución de la capacidad pulmonar debido a la elevación del músculo diafragma por el crecimiento del útero que desplaza las vísceras abdominales hacia arriba. Esto, junto con otros cambios hace que la respiración por minuto se aumente.2

El sistema respiratorio también se adapta a los cambios de la gestación. Las variaciones hormonales generan un aumento de la secreción del moco en el tracto respiratorio, produciendo síntomas parecidos al resfriado.

Las modificaciones más importantes incluyen variaciones en las dimensiones pulmonares, sus capacidades y los mecanismos respiratorios.1

La ventilación aumenta durante el embarazo y un acortamiento de la respiración puede presentarse hacia el término. La causa del aumento de la ventilación por minuto es probablemente por estimulación del centro respiratorio debido a los altos niveles de progesterona relacionados con el embarazo.3

Como resultado de la hiperventilación del embarazo la PaCO2 baja y usualmente está en el rango de 29-31 mmHg; como resultado, la PaO2 está frecuentemente por encima de 100 mmHg. También como resultado de una PaCO2 disminuida, el pH se eleva al rango de 7,43-7,46 acompañado de una pérdida compensatoria de bicarbonato de sodio a un nivel de 21 mEq/litro. La disminución del volumen residual (VR) y de la capacidad residual funcional (CRF) provocan una disminución de la reserva de oxígeno y esto, unido a un aumento del consumo de O2 de un 20-35 %, provocan que la embarazada sea extremadamente sensible a la hipoxia.3

  • A nivel hormonal y metabólico

La hipófisis aumenta de dos a tres veces su tamaño ya que sus células productoras de hormonas se dividen y agrandan. El hipotálamo y el tiroides también aumentan de tamaño, produciendo efectos sobre la hipófisis que incrementa la liberación de prolactina (PRL) y oxitocina durante el parto.

El cambio metabólico más destacable es la “experiencia diabetógena” que pueden experimentar las mujeres embarazadas.1

Durante la última parte del embarazo en condiciones basales, la tolerancia a la glucosa está disminuida, los niveles de circulación de insulina se incrementan, la sensibilidad a la insulina disminuye (principalmente en el músculo esquelético) y la glucosa plasmática en ayunas se incrementa.2

  • A nivel gastrointestinal

Los cambios se deben en gran parte al incremento de las cifras de progesterona. Durante el embarazo pueden ocurrir varios cambios en la cavidad oral. La salivación puede verse incrementada debido a la dificultad para la deglución y en asociación con náusea; el pH de la cavidad oral disminuye; puede haber caries en los dientes, pero no debido a carencia de calcio en estos. Las encías pueden estar hiperémicas e hipertróficas, están esponjadas y friables pudiendo sangrar fácilmente. La deficiencia de vitamina C también puede causar sangrado de las encías. Las encías retornan a la normalidad en el posparto inmediato.

La pirosis, común en el embarazo, es debida probablemente al reflujo de secreciones ácidas hacia la parte inferior del esófago y es probable que el cambio de posición del estómago determine su frecuente aparición.3

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.- Sarmiento Castañeda, Juan M. Ejercicio Durante el Embarazo. G.S.S.I. Sports Science Exchange Número 30. Año 2002.

2.- Cordero, M. A., López, A. S., Blanque, R. R., Segovia, J. N., Cano, M. P., López-Contreras, G., & Villar, N. M. (2014). Actividad física en embarazadas y su influencia en parámetros materno-fetales; revisión sistemática. Nutr Hosp, 30(4), 719-726.

3.- Ojeda González José, Rodríguez Älvarez Maritza, Estepa Pérez Jorge, Piña Loyola Carmen, Cabeza Poblet Bárbara. Cambios fisiológicos durante el embarazo. Su importancia para el anestesiólogo. Medisur  [Internet]. 2011  Oct [citado  2018  Ene  28] ;  9( 5 ): 484-491. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2011000500011&lng=es.

4.-  Barakat Carballo, R., & Stirling, J. (2008). Influencia del ejercicio físico aeróbico durante el embarazo en los niveles de hemoglobina y de hierro maternos. RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte, 4(11).