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Manejo de la hematuria macroscópica en las urgencias urológicas de adultos

Manejo de la hematuria macroscópica en las urgencias urológicas de adultos

Las consultas en urgencias por motivos urológicos, como puede ser la hematuria macroscópica, son relativamente frecuentes.

Eva Carreras Salcedo

Soledad Fátima Vega Pozuelo

Inmaculada Herrera Torres

RESUMEN

La hematuria se define como la presencia de sangre en la orina. Cuando hay 100 o más hematíes por campo, la sangre se vuelve macroscópica y el color de la orina varía desde el rojo sangre hasta el color café, dependiendo de si esta sangre es fresca o ha sido transformada en hemoglobina ácida por efecto del pH urinario.

Cuando una persona acude a un servicio de urgencias, la hematuria suele ser franca o asociada a la formación de coágulos, que pueden resultar obstructivos y muy dolorosos.

El tratamiento de una hematuria macroscópica depende de la repercusión hemodinámica y del grado de obstrucción urinaria que provoque.

En el presente artículo describimos las principales actuaciones en urgencias de adultos frente a la hematuria diferenciando las que tienen repercusión hemodinámica y/o retención urinaria de las que no.

Para ello, se ha realizado una búsqueda bibliográfica y se ha sintetizado la información, ya que consideramos que es importante la actualización y difusión de la información como material de apoyo a las profesionales enfermeras que día a día trabajamos, o podemos trabajar, con personas afectadas por este problema.

PALABRAS CLAVE

Hematuria macroscópica, urgencias urológicas, retención urinaria.

KEYWORDS

Macroscopic hematuria, urological urgencies, urinary retention.

INTRODUCCIÓN

Las consultas en urgencias por motivos urológicos, como puede ser la hematuria macroscópica, son relativamente frecuentes.

La hematuria se define como la presencia de sangre en la orina. En condiciones normales, se acepta como máximo un número de uno o dos hematíes por campo en el sedimento de orina centrifugada en hombres, o a hasta cinco hematíes por campo en mujeres. En este caso, el color de la orina está inalterable. Sin embargo, cuando hay 100 o más hematíes por campo, la sangre se vuelve macroscópica y el color de la orina varía desde el rojo sangre hasta el color café, dependiendo de si esta sangre es fresca o ha sido transformada en hemoglobina ácida por efecto del pH urinario.

Cuando una persona acude a un servicio de urgencias, la hematuria suele ser franca o asociada a la formación de coágulos, que pueden resultar obstructivos y muy dolorosos.

El tratamiento de una hematuria macroscópica depende de la repercusión hemodinámica y del grado de obstrucción urinaria que provoque. Pese a que en la mayoría de los casos son episodios automilitados, en ocasiones existe un riesgo potencial de desequilibrio hemodinámico que puede requerir hospitalización.

La hematuria macroscópica es un importante problema de salud que afecta al individuo física y emocionalmente generando altos niveles de ansiedad. La enfermera tiene un papel fundamental a la hora de realizar un correcto manejo de la situación. Si la profesional posee los conocimientos adecuados y necesarios, podrá anticiparse a la obtención del material necesario así como a la rápida instauración del tratamiento médico prescrito que la persona precisa para la posible resolución temprana del problema.

MATERIAL Y MÉTODO

Se ha realizado una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos, así como en páginas web, excluyendo artículos de opinión y documentos poco fiables. Posteriormente, se ha sintetizado la información para su posterior uso.

HEMATURIA CON REPERCUSIÓN HEMODINÁMICA Y/O RETENCIÓN URINARIA

  • El cuadro suele acompañarse con dolor y ansiedad. Procuraremos reducir la ansiedad del paciente, y de familiares, aclarando las posibles dudas que tengan e informando de los procedimientos desde un primer momento. Procuraremos tumbarlo en una camilla en un espacio individual, proporcionando el mayor confort posible.

  • Control de las constantes vitales: Tª, FC, TA, SatO2. Monitorización de las constantes si existe repercusión hemodinámica. Realizar un ECG en caso necesario.

  • Colocación de un catéter venoso periférico. Realizar una extracción de sangre para cursar una analítica con hemograma, bioquímica y estudio de coagulación, con la petición médica.

  • Análisis del sedimento o tira reactiva de orina. Siempre que sea posible, pedir a la persona que orine en el tarro para realización de la tira reactiva de orina o bien, si la persona facultativa lo indica, para cursar el sedimento. Debe de limpiarse los genitales con agua y jabón y desechar los primeros mililitros de orina de la micción. En el caso de la mujer que esté menstruando, y si hay disponibilidad,  será necesario utilizar un tapón vaginal para no contaminar la recolección de orina. Valorar la realización de un urocultivo. En este último supuesto, que se realizará bajo prescripción médica, se entregarán unas gasas estériles con povidona iodada para que la persona se realice el lavado antiséptico de los genitales previa la obtención de la muestra.

  • Sondaje vesical. Si la hematuria se acompaña de coágulos, dolor intenso no controlado o retención aguda de orina, se debe colocar una sonda vesical semirrígida de tres vías con calibre mínimo 20F. Realizar lavados con suero fisiológico empleando una jeringa de 50ml. hasta que se obtenga un fluido libre de coágulos. Mantener entonces el lavado vesical con irrigación continua rápida de suero fisiológico. Si hay presencia de Retención Aguda de Orina (RAO), emplear una sonda Foley de calibre 16 ó 18F. Si existe dificultad en el paso de la uretra, hay que intentar el procedimiento con una sonda de menor calibre. Si la dificultad se encuentra en la uretra prostática o en el cuello vesical, se debe de emplear una sonda acodada. Si no es posible el sondaje, evitar forzar el paso de la sonda. Solicitar consulta urológica para un sondaje alternativo o una cistostomía suprapúbica.

  • Pruebas de imagen. Radiografías de abdomen y ecografía urológica en las primeras 24-48h.

  • Fluidoterapia. La persona afectada permanecerá en ayuno desde el primer momento, y se iniciará el tratamiento farmacológico prescrito, incluida la fluidoterapia, hasta orden explícita de inicio de ingesta.

  • Hemoterapia. En caso de administrar concentrado de hematíes, observar escrupulosamente la normativa sobre la solicitud de hemoterapia y otros aspectos en la seguridad transfusional según las indicaciones del Banco de Sangre. Controlarlas constantes vitales durante la transfusión. No deben de administrarse sueros ni medicamentos por la misma vía empleada para la transfusión.

  • Consulta urológica: si es necesario la persona será sometida a una intervención quirúrgica. Será necesario prepararla para la intervención según el protocolo de la unidad.

HEMATURIA SIN REPERCUSIÓN HEMODINÁMICA NI RETENCIÓN URINARIA.

Si la hematuria provoca síntomas miccionales es recomendable la colocación de una sonda y lavado vesical según se ha referido en el apartado anterior. Una vez realizadas las exploraciones complementarias (análisis generales, análisis del sedimento o tira reactiva de orina, radiografía simple de abdomen), el/la paciente puede derivarse a la consulta de urología para el estudio diagnóstico. Se recomendará la ingesta hídrica abundante.

BIBLOGRAFÍA

  1. Jenkis, J. L.; G. Richard Braen, Sonia Jiménez Hernández. Manual de medicina de urgencia. Elsevier España, 2003; pág 269. ISBN 84-458-1074-X.
  2. Brunicardi, F. (2006). «Capítulo 39: Urología.». Schartz: Principios de cirugía (8vaedición). McGraw-Hill. p. 1038. ISBN 9789701053737.
  3. Grise S. Retenciones urinarias agudas completas. En: Lenoble M, Horay P. Enciclopedia Médico Quirúgica. Urología. Editions Scientifiques et Médicales Elsevier. Paris: 18-207-D-20. 2002.
  4. D. García-Gil.; J. Mensa. Terapéutica Médica en Urgencias 2008-2009. ditorial médica panamericana, 2008; pág. 148-149. ISBN 978-84-7903-562-4.