Inicio > Enfermería > Manejo del reservorio subcutáneo o port-a-cath

Manejo del reservorio subcutáneo o port-a-cath

Manejo del reservorio subcutáneo o port-a-cath

Los sistemas de reservorio subcutáneos son pequeños dispositivos metálicos que se colocan debajo de la piel del paciente. Es un catéter venoso central de acceso periférico cuya duración comprende desde los tres a los cinco años de uso.

Resumen:
Es preciso conocer la técnica específica para su manejo, debido a que las complicaciones pueden ser graves. La finalidad de su utilización es la administración de medicación, transfusiones sanguíneas y extracción de muestras de sangre, excepto la administración de contrastes (por riesgo a rotura). La indicación de este dispositivo va depender del tipo de tratamiento, duración y la dificultad al acceso venoso o calidad de las vías periféricas. Las complicaciones más significativas que puede presentar son obstrucciones, infecciones o trombosis, el cuidado y mantenimiento de este dispositivo implica estar familiarizada con la técnica. Para acceder a él se debe hacer en unas condiciones estériles y de asepsia minuciosa para evitar la invasión de gérmenes procedentes del exterior al interior del organismo. Comprobaremos siempre que la vía permanezca permeable, para posteriormente, realizar una limpieza con suero fisiológico y sellar con heparina.

Autores:
1. Rivera Moreno, Leticia. Diplomada en enfermería.

2. Pavón Reyes, Juan Manuel. Diplomado en enfermería.

3. Vázquez Pérez, Adrian. Diplomado en enfermería.

 

Palabras clave:

Reservorio subcutáneo, catéter venoso central, port-a-cath

 

Procedimiento para la manipulación del reservorio.

Para acceder al reservorio la técnica debe ser siempre estéril.

En primer lugar lavado higiénico de manos.

Colocarnos la mascarilla y palpar la zona de punción para calcular el largo de la aguja, calibre de la aguja 19 a 22G a menor calibre menos se dañara la membrana y más tiempo durara.
Preparar el campo estéril para poder depositar todo el material (guantes, compresas, jeringa 10mL, agujas iv, bioconector, campana vacutainer (por si fuese necesario la extracción de sangre), apósito adhesivo transparente, heparina de baja concentración 20 U/mL, aguja especial para puncionar el port-a-cath tipo hubber o gripper (agujas curvas y de bioseguridad para evitar pinchazos accidentales), suero fisiológico monodosis, clorhexidina acuosa al 2% o povidona yodada al 10%).

Una vez que tenemos preparado el campo estéril procedemos a preparar el campo limpio del paciente, nos colocamos un guante estéril en la mano dominante, cogemos una gasa estéril y limpiamos con suero fisiológico la zona de inserción de la aguja (desde el centro a la periferia con movimientos en espiral), secamos y aplicamos la clorhexidina al 2% o en su defecto povidona yodada.

Colocamos la compresa estéril y esperamos que se fije el antiséptico.

Purgamos la aguja y el equipo de extensión mediante un dosificador de suero fisiológico o con una jeringa de 10 mL y suero fisiológico, una vez purgada clampamos.

Conectar la jeringa a la alargadera de la aguja y una vez purgada clampar y dejar en el campo estéril.

Nos colocamos el otro guante estéril y sujetando bien el reservorio puncionamos, pediremos al paciente que inspire para que el portal quede más a la superficie y se fije (notaremos una pequeña resistencia al atravesar la membrana de silicona, continuar presionando hasta llegar al suelo de la cámara y notemos que la punta de la aguja toca zona metálica).

Aspiramos con jeringa de 10 mL para asegurar que hay reflujo sanguíneo (puede ofrecer resistencia, para ello hay que hacer varias aspiraciones y varias emboladas). Si se necesita extraer analítica hay que desechar de 5 a 10mL de sangre para desechar los restos de fibrina y heparina del sellado anterior.

Asegurarnos de tener la pinza distal clampada para que no se mezcle el suero con la sangre en caso de extracción de sangre.

Una vez terminado el tratamiento o extracción debemos lavar bien el trayecto del catéter mediante pequeñas emboladas frecuentes que crean turbulencias en el interior del catéter, de este modo se limpiaran las paredes de los restos de fibrina y heparina de la vez anterior.

Una vez finalizado el procedimiento si vamos a retirar la aguja del reservorio inmediatamente por qué no la vamos a utilizar, sellaremos el catéter con 5 o 6 cm de heparina de baja concentración. Introducimos la heparina y clampamos en presión positiva, es muy importante para evitar el retorno venoso.

Si vamos a utilizar el reservorio mas tarde para infundir, administración de fluidoterapia, medicación, realizar toma de muestras sanguínea hace falta sellar el reservorio con heparina si en ese momento no se va a utilizar. Acomodamos bien la aguja con almohadilla de foam para que permanezca segura o gasas a su alrededor para proteger de la presión del Gripper que podría llegar a provocar necrosis cutánea de la zona, colocar un apósito transparente para proteger la aguja y acomodarla. Por último protegeremos la alargadera en un saco estéril ya que esta se sigue manteniendo estéril.

Referencias bibliográficas

  1. Jorge Antonio Álvarez, Willian Omar Villalba, Wilfrido Pastor Encina, Ricardo Blasdimir Vega. Reservorio venoso subcutáneo Rev.Cir.Parag. vol.36 no.2 Asunción Dec. 2012; ISSN 2307-0420.
    2. JM. Cotilla Franco, J. Prieto Tinoco, P. Frigolet Maceras. Protocolo de uso y mantenimiento del reservorio venoso subcutáneo. Enfermería Global Nº 13 Junio 2008.Vol. 7, Núm. 2 (2008)
    3. http://hdl.handle.net/10045/53476