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Bioetica y Enfermeria. Dialogo transdisciplinario
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Autor: Msc. María Rosa Roldán Pol
Publicado: 16/06/2008
 

La temática que se aborda hace referencia a la Enfermería como disciplina, como esfera del conocimiento dentro del área de la salud, en la cual los profesionales despliegan acciones, prácticas, funciones y conductas que pueden afectar, positiva o negativamente, a aquellas personas recipiendarias de su ejercicio profesional; por lo que se hace necesario disponer de amplios y sólidos conocimientos sobre bioética y otras áreas para un ejercicio más idóneo, más acorde con la realidad actual. En esta perspectiva y de acuerdo al alcance propuesto se intenta poner en evidencia la importancia de la transdisciplinariedad como nodo de dos disciplinas.


Bioetica y Enfermeria. Dialogo transdisciplinario.1

Bioética y Enfermería: diálogo transdisciplinario.

 

Msc. María Rosa Roldán Pol. Msc. en Enfermería Geriátrica y Gerontológica. Prof. Asociado, Departamento de Enfermería, Universidad de Oriente-Núcleo Bolívar. Doctorante: en el Doctorado en Enfermería Salud y Cuidado Humano de la Universidad de Carabobo.

 

Dra. Digna Escobar. Dra. en Enfermería. Prof. Titular Universidad de Carabobo

      

Resumen

 

La temática que se aborda hace referencia a la Enfermería como disciplina, como esfera del conocimiento dentro del área de la salud, en la cual los profesionales despliegan acciones, prácticas, funciones y conductas que pueden afectar, positiva o negativamente, a aquellas personas recipiendarias de su ejercicio profesional; por lo que se hace necesario disponer de amplios y sólidos conocimientos sobre bioética y otras áreas para un ejercicio más idóneo, más acorde con la realidad actual. En esta perspectiva y de acuerdo al alcance propuesto se intenta poner en evidencia la importancia de la transdisciplinariedad como nodo de dos disciplinas.

 

Se alude a las nuevas realidades científico-tecnológicas, éticas, epistémicas, sociales y políticas, así como la configuración y dimensiones globales de los problemas de hoy que dan lugar a nuevas formas de relación entre disciplinas, a la dialogicidad. Se recurre a la Filosofía, y a variados aspectos de la fertilización cruzada entre Enfermería y Bioética, asumiendo que estas categorías no son caprichosamente definidas, así como a algunas escuelas filosóficas que permiten aproximarse al asunto, dado que la articulación de un conjunto de disciplinas constituyen, hoy, una Red que configura lo transdisciplinario, incluso en términos de metaciencias. Al tratamiento de la temática se introduce el concepto de alienación para intentar dar cuenta de ciertas especificidades en Enfermería. El propósito, en fin, es contribuir al debate sobre la importante imbricación transdisciplinaria entre Enfermería y Bioética.

 

Palabras Clave: Enfermería, Bioética, Transdisciplinariedad.

 

Abstract

The theme that here is raised referred to nursing as a discipline, as an area of knowledge within the area of health, in which professionals deployed actions, practices, roles and behaviors that can affect, positively or negatively, to those whom receive their professional practice, which makes it necessary to have comprehensive and thorough expertise on bioethics and other areas more suitable for an exercise, more in line with current realities. With this in mind and according to the proposed scope was trying to highlight the importance of trans-node as two disciplines.

 

It refers to the new realities scientific-technological, ethical, epistemic, social and political as well as the overall size and configuration of today's problems that give rise to new forms relationship between disciplines, to the dialogue. It resorts to Philosophy, and various aspects of cross-fertilization between nursing and bioethics, assuming that these categories are not defined capriciously, as well as some schools that allow philosophical approach the subject, as the articulation of a set of disciplines are, today, a network that configures the transdisciplinary, even in terms of metaciencias. By treating the issue introduces the concept of alignment to try to account for certain specificities in Nursing. The purpose, in order, is to contribute to the debate on the important relationship between trans Nursing and Bioethics.


Key Words: Nursing, Bioethics, Transdisciplinarity.

 

Bioética y Enfermería: dialogo transdisciplinario

 

Introducción

 

La temática que se aborda hace referencia a la Enfermería como disciplina y como esfera del conocimiento dentro del área de la salud, en la cual los profesionales despliegan acciones, prácticas, funciones y conductas que pueden afectar, positiva o negativamente, a aquellas personas recipiendarias de su ejercicio profesional; por lo que se hace necesario disponer de amplios y sólidos conocimientos sobre bioética y otras áreas para un ejercicio más idóneo, más acorde con la realidad actual.

 

De manera que es éste, un abordaje sobre la Bioética como propuesta, como convocatoria al debate postergado sobre la inseparable relación dialógica entre ambas esferas del conocimiento, asunto este que permite contribuir - tomando en cuenta el contexto social, político, económico, y religioso en el cual se realiza - a un mejor Cuidado Humano tanto en lo que refiere a la toma de decisiones en reales o potenciales situaciones límite de los pacientes, como en el desempeño cotidiano.

 

Asimismo, el vacío filosófico que generalmente acompaña al discurso bioético, es revelador de la ausencia de las orientaciones filosóficas que mueven la reflexión ética contemporánea y conduce a la aceptación acrítica de discursos inconsistentes. En breve, la transdisciplinariedad tanto de una como de otra, su mutua interpenetración, su fertilización cruzada y su contexto de realización, en tanto que disciplinas aplicadas al saber humano como sujeto de diversidad cultural, aluden a considerar la multiculturalidad y la transcultura como categoría de análisis y a rescatar – para Enfermería- las concepciones sobre el ser humano en sus dimensiones afectiva, moral social, histórica y cultural que confiere en alguna medida una necesaria visión antropológica de la temática planteada.

 

Asimismo, se analiza la necesidad ineludible que tiene la Enfermería de incorporarse al diálogo de saberes, en términos de las demandas que impone hoy el desarrollo científico-tecnológico, que, si bien son pivotes para la superación y crecimiento intelectual de sus profesionales, así como para un ejercicio fundado en la ratio-technica también se debe asumir la imprescindible reorientación de valores tradicionales y la construcción de una nueva ética frente, a la ya reiteradamente probada amenaza a la vida, que genera la razón instrumental expresada en una tecnociencia que si bien luce exitosa, posee una cara perversa, desde el punto de vista ético.

 

Dos áreas del conocimiento interpenetradas desde nuevas realidades

 

Una mirada crítica a estas áreas del conocimiento, permite inferir que tanto la Bioética como la Enfermería son, en la actualidad, intrínsecamente transdisciplinarias, condición esta, derivada de una realidad dinámica impuesta, por la necesidad indispensable de entrelazar las diferentes disciplinas que se manifiesta en el surgimiento, hacia la mitad del siglo veinte, de la pluridisciplinariedad y de la interdisciplinariedad.

 

Por un aparte, en la Bioética se entrelazan un conjunto de otras disciplinas como la Ética, la Jurisprudencia, la Biología, la Religión y posiblemente otras que subyacen, las cuales dan lugar a la novedosa Bioética, que surge como respuesta al conjunto de problemas globales que no pueden ser abordados por un conocimiento fragmentado. Asimismo la Bioética - (bios-ethos), ética de la vida, o (ethos vital), articula el saber de las ciencias naturales afiliadas directamente al asunto salud con las ciencias sociales, para, en conjunto, construir la ética para la vida que nos permita una sana convivencia con el entorno, que supere la concepción reduccionista de la economía política, para transitar por la vía de la ecología política, transición esta que atiende, sin dudas, a los modelos de cambio científico o desplazamientos en el terreno de la Filosofía de la Ciencia (Kuhn, Basalla, Lakatos)

 

Por la otra, en Enfermería se entrelazan, en una primera aproximación, otras disciplinas tales como la Psicología, Medicina, Biología, Sociología, entre otras, que configuran una Enfermería Compleja en sus fundamentos epistémicos. La conjunción de ambas, más aún, lo que llamaríamos acá la fertilización cruzada entre Enfermería y Bioética, por tanto, constituye una nueva ventana de acceso para la comprensión y reconceptualización del Cuidado Humano en Enfermería, por cuanto proveen las innovaciones conceptuales y operativas necesarias para la comprensión de cuáles y cómo deben ser los Cuidados Humanos de acuerdo a las necesidades y a la dimensión cultural y ecológica. Ambas disciplinas parecen tener un objetivo emparentado: la Bioética atiende todos los aspectos relacionados con la vida humana, sus problemas, su relación con el medio ambiente, planteándose en todo momento, ¿Qué es lo mejor para el hombre? La Enfermería se ocupa del Cuidado Humano y todo lo relacionado con él.

 

Es importante destacar que las categorías epistémicas pluridisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad no son constructos caprichosos o demodé sino que de un tiempo a esta parte los desafíos de la humanidad, los retos al conocimiento simplemente disciplinar se han hecho exponencialmente mayores en nuestra época, Vg. los desafíos éticos, requieren cada vez capacidades más y más amplias, por tanto, de acuerdo con Nicolescu (1996) “…..la suma de los mejores especialistas en sus dominios no puede engendrar, evidentemente, más que incompetencia generalizada, porque el total de las capacidades no es la capacidad: en plan técnico, la intersección entre los diferentes campos del saber es un conjunto vacio”.

 


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Como vemos, es la complejización de la vida – por una parte, el dinamismo y complejidad de los nuevos problemas a resolver, el desarrollo de nuevos estilos de actividad científica, las resultantes de la última revolución científico técnica en la cual se fusionan disciplinas como, por ejemplo, en la esfera de las ingenierías donde la metalurgia y la química dan origen a la plasturgia o la fertilización entre mecánica y electrónica da lugar a la Mecatrónica y por la otra, la incertidumbre, los conflictos de valores, las polémicas sobre los Organismos Genéticamente Manipulados (OGM) los debates sobre Eutanasia y Distanasia, la mercantilización creciente de la salud – son factores contribuyentes a nuevas formas de problematizar las soluciones propuestas y, ello da lugar a nuevas racionalidades a las cuales no escapa Enfermería como disciplina.

 

Es en un contexto como el sucintamente descrito que han surgido las categorías señaladas supra y que pueden ser definidas de acuerdo con (Nicolescu 1996) de la siguiente manera:

 

La pluridisciplinariedad “…consiste en el estudio del objeto de una sola y misma disciplina por medio de varias disciplinas a la vez”…..es decir, la gestión pluridisciplinaria sobrepasa las disciplinas pero “su finalidad queda inscrita en el marco de la investigación disciplinaria.

 

La interdisciplinariedad, tiene una mirada diferente. “Concierne a la transferencia de métodos de una disciplina a otra”…. es decir, de la misma manera que la categoría anterior, la interdisciplinariedad sobrepasa las disciplinas pero “su finalidad queda inscrita en la investigación disciplinaria”

 

La transdisciplinariedad, por su parte concierne, como lo indica el prefijo "trans", “….a lo que simultáneamente es entre las disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina. Su finalidad es la comprensión del mundo presente, uno de cuyos imperativos es la unidad del conocimiento”.

 

En concordancia con lo señalado, fundamentalmente con la tercera categoría, afirmamos que hoy en día, no se concibe una ciencia que no se relacione con la Bioética y con otras áreas de conocimiento, propiciando un diálogo transdisciplinar que permita una visión integral. En el caso que nos ocupa, facilita determinar las razones de los comportamientos en la práctica de la profesión, los principios que regulan dichas conductas, las motivaciones, los valores del ejercicio profesional, los cambios y las transformaciones a través del tiempo. Así como la Bioética se encuentra en una búsqueda incesante por el mejoramiento de la vida, así también la Enfermería busca mejorar el Cuidado Humano.

 

Ambas disciplinas parecieran tener puntos de encuentro y la misma necesidad de promover la transdisciplinariedad que las dos poseen de forma natural, ¿porqué decimos que es una condición natural?, sencillamente porque la conformación de ambas surge de las necesidades de cada una de ellas, para obtener los cambios capaces de generar acciones exitosas, con alternativas creativas e innovadoras que den respuesta a los problemas y necesidades de salud y de vida, como lo expresa la “Carta de la Transdisciplinariedad”, Convento de Arrábida, 6 de noviembre de 1994, en su Artículo 3, donde se expresa la importancia de la complementariedad de las disciplinas con el fin de alcanzar una nueva visión de la naturaleza y de la realidad mediante la apertura de ellas. Así como también, lo expresado en su artículo 13, acerca de que el saber compartido debería conducir a una comprensión compartida basada en la empatía con el otro, por la vida común sobre una sola y misma tierra.

 

En un intento de profundizar las ideas fuerza de este trabajo, se hace referencia al origen del Cuidado Humano, el cual se remonta a los tiempos en los que tanto la explicación de lo desconocido por la vía de la deificación, en un primer momento, como la observación sistemática de ciertos sucesos recurrentes de la naturaleza, sirvieron para aplicar los primeros cuidados, en relación con lo que hoy se puede denominar Enfermería. En esta búsqueda constante por brindar un mejor cuidado, no puede pasar desapercibido desde el punto de vista bioético, el actuar “consciente y voluntariamente” de forma moral, es decir contar con normas fundamentales de Enfermería que fijen un camino a seguir basado en el comportamiento ético en relación con el comportamiento social, como lo refiere el Dr. Cely Galindo (1999): “que la Bioética une las ciencias con las humanidades para salirle al paso a los riesgos que corre todo tipo de vida”.

 

Por siglos se ha visto a la ética como una ciencia normativa, pero al anteponerle el prefijo Bio cambia su connotación ampliando su contenido casi de forma automática y dando lugar a los principios de: Beneficencia, Autonomía, No Maleficencia, Justicia y Equidad. Asimismo, para la Enfermería involucra reglas morales como la veracidad, la confidencialidad, la privacidad y el consentimiento informado o válido.

 

Debemos considerar, que, asimismo, el rol de la mujer como sujeto de fecundación y, por tanto, transmisora de vida, sabedora y hacedora de los “cuidados de supervivencia”, mantenía estos conocimientos integrados en el mundo de la magia y la religión, lejos de una intención de sistematizar y organizar los fenómenos que los configuraban, pero introduciendo instrumentos, herramientas y utensilios para los Cuidados Humanos, que más tarde cristalizaron en el desarrollo de sistemas más o menos complejos para llevar a cabo los mismos, a través de un cúmulo de conocimientos teórico-prácticos heredados de las sociedades primitivas y de las antiguas civilizaciones, enfocados a cubrir las necesidades básicas del hombre.

 

Más adelante siguiendo la evolución de los mismos, el Cristianismo institucionaliza, por su naturaleza, los Cuidados de Enfermería a través de la caridad, la humildad y el concepto de salvación del alma mediante las “buenas obras”. En líneas generales, se puede afirmar que el corpus de los Cuidados Enfermeros alcanza su forma genuina y definitiva a partir del bosquejo trazado durante la Edad Media. Del epigonismo de los siglos posteriores resultará, con la presencia de alteraciones significativas – la concepción protestante de los Cuidados Enfermeros- una continuación de la idea de Ciencia en Enfermería, que no variará hasta el siglo XIX.

 

Este concepto religioso si bien trajo consigo un gran atraso para el crecimiento de la Enfermería como Ciencia parece haberle conferido, elementos bioéticos que han marcado la diferencia en el quehacer con respecto a otras profesiones de la salud. Enfermería está con el paciente y por el paciente y, esta concepción no mercantilista continúa vigente hoy, lo que hace de esta, una profesión con un carácter único y diferenciable de todas las demás profesiones relacionadas con la salud.

 

Un nuevo concepto de la actividad económica y del trabajo humano, como tareas libres y dignificadas, tuvieron que ocurrir para que se produjera un desbloqueo efectivo entre los ámbitos de los saberes prácticos inmediatos y el de los saberes teoréticos generales. Es allí donde se inicia la profesionalización de Enfermería como resultado de un saber latente, producto histórico y social, resultado a su vez de un contexto político-social específicamente anglosajón, esto está reflejado en el libro de Florence Nightingale (2001), Notas sobre Enfermería, en el establece una nueva concepción teórica basada en la vocación religiosa, potenciando la dimensión caritativa y militar, estableciendo la base lógica de su “Filosofía Enfermera” centrada en el paciente, en la higiene, del medio y del entorno; asimismo, sentó las bases para la creación de muchas de las primeras Escuelas de formación de Enfermeras como las de St. Thomas Hospital y el King’s Collage Hospital de Londres.

 

Sin embargo, no separó de forma precisa el ambiente, del paciente en los aspectos físicos, emocionales o sociales y contempló a la Enfermería como “el conocimiento que todo el mundo debe tener distinto del conocimiento médico propio solamente de una profesión”. Esta concepción resulta opuesta a una visión científica y profesional de la Enfermería, tiene más que ver con la importancia que para ella tenía la Bioética, dejando de lado una sistematización o un modo de hacer científico, con lo cual perdió la oportunidad de incorporarse en el siglo XIX al conjunto de ciencias aplicadas de orientación psicosocial, que iniciaron su tránsito a un estatus y a una concepción científica de su disciplina. No queremos quitarle mérito a esta ilustre enfermera, sin embargo es importante analizar la influencia significativa de su concepción para el crecimiento de la profesión.

 

Esta visión parcelada de la Enfermería en gran medida marcó un significativo atraso para la evolución del Cuidado Humano, principalmente por carecer de articulación con otras disciplinas como ocurre hoy en día, donde existe un sistema de “Red” que permite que, si dos puntos cualesquiera de conocimientos se encuentran bien establecidos, entonces se constituye necesariamente un nuevo campo de conocimientos a partir de su intersección. Esto ocurrió más tarde cuando Enfermería se valió del Método Científico para crear el Proceso Enfermero, lo cual constituyó un aporte revelador, debido a que como nos recuerda Bunge: “el Método Científico es un rasgo característico de la Ciencia, tanto de la pura como de la aplicada: donde no hay Método Científico no hay ciencia”.

 

A pesar de este logro donde se pone en evidencia la importancia que los Cuidados de Enfermería han tenido tanto en la conformación del mantenimiento de la vida y de la especie, como en el alivio de los padecimientos del hombre, hasta ahora se ha prestado poco interés al análisis científico de los fenómenos que los integran. Es por esto que el autor se plantea la posibilidad de reflexionar desde una concepción filosófica del mundo y del ser humano que incluya variables como la libertad, la responsabilidad y las necesidades humanas, para lo cual es indispensable un abordaje transdisciplinario valiéndose de disciplinas fundamentales como la Filosofía, debido a que como refiere Hegel (1995): “las preguntas que no responde la Filosofía, hay que responder que no deben plantearse de ese modo”, lo que indicaría que se deben ir buscando alternativas que respondan a los innumerables cuestionamientos que se presentan en el crecimiento de estas disciplinas.

 


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Asimismo, se debe contar con el auxilio de la Sociología y la Bioética, además de las teorías psicológicas que han sido de gran apoyo entre otras, para contextualizar e interpretar porqué la disciplina enfermera ha convertido ciertos hábitos en normas, determinadas formas de hablar en principios o axiomas y ciertos conocimientos de la experiencia en creencias, como lo expresan J. Hernández Conesa y Colb, o como se refiere Colliére, a la actividad del Cuidado Humano Enfermero, cuando opina que: “cuidar representa un conjunto de actos de la vida que tienen por finalidad y por función mantener la vida de los seres vivos para permitirles reproducirse y perpetrar la especie”.

 

Estos Cuidados Humanos o “actos para la vida” propios de Enfermería cuyo objetivo es la salud desde un punto de vista bioético, es imposible desvincularlos del medio ambiente y la cultura, porque todos ellos tienen que ver con el bienestar del individuo que plantea esta disciplina siguiendo sus propios parámetros, orientados hacia una vida lógica y digna que les permita alcanzar la “felicidad” a la que todos aspiran. Se crean entonces, valores que indican lo que es bueno o malo, lo justo, lo deseable, lo necesario, lo saludable y lo conveniente, y todo esto depende fundamentalmente de la cultura, de la cosmovisión, entendiendo que no es lo mismo el concepto de salud en un indígena que en un sujeto de la urbe, porque este concepto no se adquiere de forma aislada sino en una relación estrecha con el resto de su comunidad y con el medioambiente.

 

Así mismo, la cosmovisión que hemos aludido también refiere a las cristalizaciones disciplinares como desideratum cultural puesto que en el quehacer científico y en la práctica profesional, articuladas, el sesgo responde a una postura “internalista”. Al respecto, Núñez Jover (1997) señala: “Miramos siempre la realidad desde “espejuelos” cuyos cristales están construidos con los materiales propios de una época, no existe la posibilidad de acceder a la verdad de un modo virginal: estamos siempre conducidos por las teorías, las filosofías, las preferencias metodológicas y otras que hemos recibido de la cultura científica disponible y en particular de la cultura científica recibida”

 

De manera que, para el caso que tratamos, los Cuidados Humanos deben plantearse desde la Bioética porque como dice Albert Schweitzer (1875-1965), citado por Cely: “La ética no es otra cosa que el respeto por la vida. El respeto por la vida suministra el principio fundamental de la moralidad… Para el hombre verdaderamente ético toda la vida es sagrada”. Pero, también deben plantearse desde la “cultura”. En esta doble dimensión esbozada (ética/cultura) adquiere relevancia lo que se denomina una ética descriptiva (cuyo objeto de estudio es el desarrollo de lo moral: valores propios de cada cultura, clase, lugar, época...), normativa (cuyo objeto es recomendar valores y normas) y meta-ética (que estudia qué son los valores morales que la descriptiva cataloga y la normativa recomienda), según Ortega y Gasset (1932) el objeto de la ética es, averiguar qué es lo bueno, qué acciones son las buenas.

 

La ética quiere saber qué es el bien, es decir, lo que debe ser, aunque no sea; lo que no debe ser, aunque sea. La ética no puede inventar, construir racionalmente el bien, ha de limitarse a describirlo, en realidad lo que está estableciendo es cómo tendría que ser, el deber ser. Si atendemos a la circunstancia individual, en Ortega (1932) es el propio destino del sujeto, su realidad más profunda, la que establece cuál es su deber ser, es la razón vital, individual, y cada razón vital, cada sujeto, busca qué debe hacer él siguiendo su ser, no siguiendo su razón. “Lo bueno no se puede definir racionalmente, demostrar ni decir: solo se puede mostrar, ponérnoslo delante, hacer que nos percatemos de su fisonomía”.

 

Si lográramos a través de la Enfermería, concientizarnos como profesionales del equipo de salud y a su vez poder transmitir al resto de la sociedad la importancia que, reconocer estos aspectos tiene para su salud, infiero que nos podríamos dar por satisfechos los enfermeros, porque estaríamos cumpliendo con nuestro objetivo mejorar en definitiva la vida del individuo sano o enfermo ayudándolo a reconocer las propias herramientas con las que cuenta para cuidar su salud, porque, considero que cada uno de nosotros es responsable de sí mismo y del resto de los “bichos humanos” como dice el Prof. Cely (1999).

 

Cabe acotar que la Enfermería, quien estudia la respuesta de los seres humanos ante situaciones de enfermedad, también lo hace ante situaciones de salud que podrían mejorarse mediante un diagnóstico de bienestar; es decir que existen acciones que se pueden implementar cuando aparentemente se está bien, para estar aún mejor tomando en cuenta las razones de los comportamientos, los principios que regulan dichas conductas, las motivaciones, los valores y los cambios o transformaciones que sufre el hombre a través del tiempo. Para esto es necesario contar con normas morales para el ejercicio profesional en la prestación de servicio a la sociedad, como las de trato social, las legales, las institucionales, las gremiales, etc. que constituyen la ética profesional.

 

La Enfermera que contemple estas normas morales ejercerá un liderazgo en su comunidad en lo que al autocuidado de la salud se refiere, porque ella es parte de esa comunidad, conoce el medio ambiente, comparte con ella, vive en ella y consecuentemente, puede tomar decisiones, puede hacer una planeación valorativa constante, se le facilita la coordinación de otros miembros del equipo de salud y la interrelación con los sujetos a quienes presta su servicio. Esas normas morales a las que nos referimos tienen la función de ordenar en cierta forma el sistema social, al mismo tiempo que pueden asegurar el beneficio de la colectividad, permitiendo la armonía de los grupos sociales y generalmente siendo aceptadas de forma intrínseca por las personas, porque se convencen que son benéficas y pueden llegar a transformarse en conductas o comportamientos individuales, es decir, parafraseando a Ortega, lo que es bueno para mí también puede llegar a serlo para el otro.

 

Pero esta moral no es inocente ni neutra, es necesario adoptar una postura ideológica para que las conductas puedan regir los actos. La insatisfacción que produce una realidad social de marginación, un ambiente hostil, fragmentado, que ha generado una confusión de valores, una actitud de constante protesta donde a veces ni siquiera se está claro en porque se protesta, una actitud egoísta de querer salvarse el individuo sin importarle el resto de las personas, es lo que debemos tratar de cambiar. Revalorizar y rescatar todo aquello que busca “el bien”, no solo individual sino colectivo perfilando de esta forma unas normas morales de Enfermería que pertenecen “al ser” y al “deber ser” de la profesión.

 

Ese “deber ser” de la profesión infiere la necesidad de optimizar la calidad de la atención ofertada desde una visión integral de las competencias profesionales, donde deben converger los comportamientos de índole emocional-afectiva, cognitiva y psicomotoras, como ejes fundamentales para comprender de manera más completa los elementos que se encuentran presentes en todo desempeño profesional en el área de la atención de la salud y especialmente en Enfermería, como lo expresa la Red de Enfermería de América Latina (REAL,1998) al establecer que la competencia en el ejercicio de la profesión: “tiene un carácter esencialmente humano, coordina y hace efectivo el conocimiento científico y tecnológico del equipo de Enfermería y del equipo de salud en beneficio de la persona que cuida”, mediante la valoración de la condición humana de las personas que tiene bajo su cuidado.

 

A pesar del tiempo y de los acontecimientos históricos y de tener más de un siglo de por medio el juramento de Florence Nightingale (1950) parece ser tan vigente como cuando lo escribió por lo que expresa:

 

“Juro…ejercer mi profesión con devoción y fidelidad, me abstendré de todo lo que sea maligno y perjudicial, de tomar drogas o administrar a sabiendas cualquier droga que pueda ser nociva a la salud. Haré lo que esté de mi parte para elevar el buen nombre de mi profesión, guardaré inviolable el secreto de todas las cosas personales que se me confíen, así como el de los asuntos de familia de los que me entere en el desempeño de mi cometido. Con lealtad ayudaré al facultativo en su obra y me dedicaré al bienestar de todos los que estén a mi servicio”.

 

Es posible que sean necesarias algunas modificaciones a este juramento porque en ese momento la enfermera no tenía la formación académica que tiene hoy, pero la esencia es tan significativa como cuando fue escrito porque está basado en valores fundamentales para la profesión y para la vida, que siguen vigentes hoy y posiblemente lo estén siempre, los cuales se ven fortalecidos en el código Deontológico de Enfermería y en algunos de los principios del Manifiesto por la Vida que fue elaborado como parte de la ética para la sustentabilidad, y, que fue presentado ante la Séptima Reunión del Comité Intersesional del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, celebrada en San Pablo, Brasil, los días 15 al 17 de mayo de 2002.

 

Allí se pone de manifiesto como la ética de la sustentabilidad coloca a la vida por encima del interés económico-político o práctico-instrumental. Explica también como la sustentabilidad sólo será posible si regeneramos el deseo de vida que sostiene los sentidos de la existencia humana. Esto habla de la esencia del Cuidado Humano, de su razón de ser y del cuidado para la vida. Asimismo, -la ética de la sustentabilidad es una ética para la renovación permanente de la vida, donde todo nace, crece, enferma, muere y renace- incluye aspectos que atañen directamente a la Enfermera, la cual está preparada para actuar en cada una de las etapas de la vida del individuo, ya sea en la preservación de la vida facilitando a través de la educación-acción, el desarrollo de relaciones interpersonales armónicas entre las personas de las diferentes culturas, respetando las diferencias, sus derechos; así como también ayudarlo a bien morir en un ambiente rodeado de amor.

 


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Una reflexión necesaria y prospectiva

 

¿Qué nos planteamos entonces como premisa para el futuro de la Bioética en Enfermería?

 

El debate, consideramos, es fundamental y debe estar basado, en principio, en una auditoria o un balance íntimo de la profesión y de nosotros como profesionales, para saber con que contamos para enfrentar los cambios sociales sustanciales que se están produciendo hoy y que impactan nuestra actividad. Esa es la base para conocer las carencias y las necesidades para el futuro.

 

Sostenemos que no es posible concebir una enfermera con ausencia de conciencia social; quizá esta sea una condición sine qua non, dadas las estructuras sociales del mundo contemporáneo, donde el modelo civilizatorio dominante degrada el ambiente, subvalora la diversidad cultural y desconoce la otredad (al indígena, al pobre, a la mujer, al negro) mientras privilegia un modo de producción y un estilo de vida insustentables que se han vuelto hegemónicos en el proceso de globalización. Podríamos preguntarnos que tiene esto que ver con Enfermería, cómo puede afectar los cuidados, pero; si sabemos que la ética de la sustentabilidad induce al cambio de concepción del conocimiento de una realidad hecha de objetos por un saber orientado hacia el mundo del ser, entonces, esto es un manifiesto que impulsa el valor y el potencial de la ciencia para alcanzar estadios de mayor bienestar para la humanidad, especialmente para quienes han sido excluidos por una u otra razón, de lo que no está ajena Enfermería.

 

Así es como esta disciplina, permanece en la búsqueda constante de un Estatuto Científico que sustente su quehacer de Cuidado Humano, modificando hasta las raíces de la profesión de ser necesario, transformando la práctica de la subordinación, la rigidez, la disciplina, la vocación, la abnegación, el sacrificio, el control social y el papel secundario asignado a la enfermera en el equipo de salud.

 

Es la ética de la sustentabilidad, la que lleva a un proceso de reapropiación social del conocimiento, orientando los esfuerzos científicos hacia la solución de los problemas de la humanidad, como lo es la salud entre otros, para asegurar el beneficio de la colectividad, donde es impostergable que el círculo de las ciencias se abra hacia un campo epistémico, que incluya y favorezca diferentes formas culturales de conocimiento, en la búsqueda de “lo bueno”, basada en la interdisciplinariedad, la transdisciplinariedad y la pluridisciplinariedad, es decir, la apertura hacia un diálogo de saberes que esté al servicio de la sociedad y no solo en la búsqueda de la legitimación académica, que ha servido para cerrar los círculos científicos alejándolos de una realidad social que nos supera día a día.

 

La confluencia de saberes es indispensable en Enfermería con el fin de reflotar los cuatro principios que rigen la profesión, tan necesarios para llevar a cabo el Plan del organismo rector en materia de salud en el país (Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSD) a través de las políticas de atención establecidas en Plan Estratégico 2001-2007 y mediante las cuales se plantea el reordenamiento de los servicios constituyendo sistemas de redes públicas que generen respuestas oportunas, equitativas e integrales a las necesidades de la población en pro del mejoramiento de la calidad de vida. Estos principios son:

 

  1. Proteger la individualidad del paciente.
  2. Proteger al paciente de causas externas que puedan producir enfermedad.
  3. Mantener las funciones fisiológicas de los pacientes en parámetros normales.
  4. Colaborar en la rehabilitación del paciente y a su incorporación a la comunidad.

 

Vista la importancia que representan, en cuanto al deber ser de Enfermería y los Cuidados Humanos y, dada su relevancia para este trabajo, se hará un breve comentario sobre los mismos señalando aspectos resaltantes de cada uno de ellos en los siguientes términos:

 

  1. Proteger la individualidad del paciente: se refiere a la atención integral que debe recibir el paciente tanto en sus aspectos biológicos como psicosociales, y señala que:

 

·         Es incorrecto referirse a un paciente como un número de cama, un padecimiento o un expediente, porque esto es una cosificación del individuo.

·         El paciente siempre debe ser el sujeto principal del ejercicio profesional.

·         Es incorrecto desquitar los sentimientos personales negativos en el paciente.

·         La vida y la salud del enfermo debe ser la motivación principal de la labor de Enfermería así como el cuidado de sus bienes.

·         Guardar siempre el secreto profesional es un deber ineludible de las enfermeras en el trato con el paciente.

·         Es incorrecto ignorar los sentimientos de incomodidad, tristeza, apatía o dolor que presenta un paciente durante su cuidado.

·         Se deben respetar sus ideas y actitudes y tomarlas en cuenta, aunque no sean compartidas.

 

  1. Proteger al paciente de causas externas que puedan producir enfermedad. Hace referencia a la prestación de servicios de Enfermería, tomando en cuenta todos los aspectos de seguridad, que ayuden a prevenir cualquier afección añadida por una mala praxis.

 

·         Se debe evitar la iatrogenia por ignorancia, omisión, descuido o negligencia.

·         Es responsabilidad de la Enfermera como profesional mantenerse al día con los avances científico- tecnológicos, evitando acciones o comportamientos que puedan causar patologías agregadas a los pacientes a su cargo.

·         El cuidado y la observación constante debe realizarse con genuino interés en los pacientes.

 

  1. Mantener las funciones fisiológicas de los pacientes en parámetros normales. Se refiere a la satisfacción de las necesidades básicas para la supervivencia del individuo.

 

·         Es deber de la Enfermera cuidar que el paciente cumpla con las funciones fisiológicas como: alimentación, eliminación, hidratación, respiración, circulación, termorregulación, higiene y movilización, descanso y sueño y percepción a través de los sentidos.

·         En caso de no poder satisfacerlas por si mismo, el paciente deberá recibir la ayuda necesaria de la Enfermera para satisfacer las necesidades mencionadas anteriormente.

 

  1. Colaborar con la rehabilitación del paciente y su incorporación a la comunidad.

 

·         La Enfermera deberá enseñarle al paciente medidas de auto cuidado de su salud en el hogar y en la comunidad.

·         Es responsabilidad de la Enfermera promover la reincorporación de los pacientes a la vida útil y digna.

·         La Enfermera orientará y proveerá al paciente de herramientas necesarias para el mejoramiento de la calidad de vida.

 

No obstante que estos principios tienen reconocimiento universal - asumiendo que el paciente no es el objeto de nuestro cuidado sino el sujeto más importante en la relación terapéutica Enfermera/Paciente y que la Bioética busca la protección del individuo desde que nace hasta que muere- consideramos que los mismos podrían enriquecerse y ampliarse con el aporte de otras disciplinas, que permitan aprehender, propiciar y fortalecer los cambios necesarios para adaptarse a las nuevas propuestas sociales del país, apuntando a un sistema de salud progresista, que promueva, incorpore y configure para Enfermería, la acción con poder de decisión, nuevos desafíos y modelos de calidad con participación activa, iniciativas que no estén limitadas a la atención para la cantidad sin importar la calidad, la adquisición de nuevos conocimientos mediante la apertura de postgrados que respondan a las necesidades de la comunidad en cuanto a la atención especializada y de calidad, concientización de la responsabilidad social mediante el desarrollo de todo su potencial profesional y el conocimiento de su contexto de realización.

 

El enfoque es global en el camino a seguir para la defensa del grupo humano, como lo exige la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en 1997, donde se manifiesta que existen cuatro pilares fundamentales a tomar en cuenta: la libertad de investigación, la cooperación internacional, la dignidad de la persona y la solidaridad entre los seres humanos; esta última, es el eje primordial de los Cuidados Humanos que, sumado a la comprensión del sentir del otro y partiendo del sentir propio y de las necesidades personales satisfechas, nos conducen al replanteamiento -desde el punto de vista bioético- de los límites entre lo técnicamente posible y lo éticamente aceptable en el Cuidado Humano. Hoy -en nombre de la tecnociencia y la hiperracionalidad de que esta hace gala- no es posible transitar por la senda del conocimiento de forma independiente dejando de lado los valores humanos.

 


Bioetica y Enfermeria. Dialogo transdisciplinario.5

La Bioética, que ha surgido fundamentada en el respeto a la vida humana, está presente en todas y cada una de las ciencias que la involucra, quizás como “el puntico de luz”, que le da un sentido moral y de responsabilidad a nuestro accionar, como lo expresa el Dr. E. Carrullo cuando afirma: “El exceso de caras en cualquier parte nos impide percibir el semblante y el rostro de la persona individual, del otro yo más allá de mí mismo”. Esta afirmación alude a lo que no debe ocurrir en Enfermería y, si se percibe que nos desviamos del camino esencial, se debe apelar a los principios éticos para la evaluación de las acciones humanas: respeto a las personas y a su capacidad para tomar decisiones maduras en cuanto a su salud y su cuidado, proporcionándole las herramientas necesarias para que así sea y protegiéndolo cuando no sea capaz de hacerlo por si mismo; beneficencia, protegiéndolo de daños y acrecentando al máximo los beneficios para su salud y justicia, asumiendo la defensa del paciente toda vez que esté impedido para hacerlo por si mismo.

 

A manera de conclusión

 

De lo expuesto anteriormente, puede colegirse que la interpenetración y/o fertilización cruzada entre áreas de conocimiento, Vg., entre Bioética y Enfermería no se encuentra al margen de los cambios ocurridos en la filosofía de la ciencia, fundamentalmente a partir de los llamados postempiristas (Kuhn, Feyerabend, Hanson, Tulmin, Lakatos, Stegmuller, entre otros) quienes han planteado las transiciones de modelos estáticos de la ciencia (en las cuales han morado plácidamente las disciplinas) a modelos dinámicos (que admite la complejidad y, en consecuencia, la transdisciplinariedad).

 

Hoy, a partir de Kuhn (1956), es aceptado que el desarrollo de la ciencia entrelaza, de modo inseparable, los aspectos cognitivos, sociales y éticos, asunto este que revela y refuerza el concepto de transdisciplinariedad por cuanto en los desplazamientos identificados mediante modelos de cambio científico Basalla (1967), Jun (1956) los cuales han sido expresados –por ejemplo- en el decurso histórico de la Enfermería como profesión, se evidencia la articulación transdisciplinaria, más aun, Metadisciplinaria entre Filosofía, Enfermería, Sociología, Etica, Biología, Economía, entre otras disciplinas.

 

Decimos Metadisciplinas, porque en conjunto pueden ser denominadas Metaciencias (asunto que no abordamos en profundidad en este trabajo en razón de los alcances señalados para el mismo) De lo que se trata, en fin, es de destacar y promover la discusión en torno a que lo transdisciplinario alude a la Red en la cual se retroalimentan y se fecundan recíprocamente, las llamadas áreas de conocimiento (como las contenidas en el título del presente trabajo) y donde cada vez es más visible la interrelación entre tecnociencia y sociedad, entre conocimiento sin frontera (trans) y la exaltación de la vida como valor supremo mas allá de las reducciones economicistas y las racionalizaciones interesadas.

 

Enfermería, hoy, debe utilizar como lo expresa el Dr. V. Fiorino “…el conocimiento como poder,…..poder para la vida, poder para...construir el bien personal en armonía con el bien común”, enfatizando la responsabilidad social que implica brindar Cuidado Humano centrado en valores éticos.

 

Apuntando a un “proyecto de vida” para Enfermería y parafraseando a Marx, podríamos decir que, en tanto el enfermero no se reconozca como tal y no haya organizado su mundo personal y profesional, desde el punto de vista tecno-ético (si cabe el término), la comunidad de Enfermería tendrá la forma de alienación (vale decir, deja en manos de otros su quehacer) Sujeto de esa comunidad, el enfermero, es un ser alienado en sí mismo, como reflejo de esa comunidad; quien asume su actividad –Cuidado Humano- como un tormento, sus propias funciones como extrañas a sí mismo, su riqueza espiritual como pobreza sentimental, el lazo profundo que lo une al otro sujeto –paciente- como un lazo artificial y la separación con respecto del otro como su verdadera existencia; su vida, enajenada, es el sacrificio de su vida; su realización como “cuidador”, es la pérdida de su vida.

 

En este proceso de alineación asume, además, que en su quehacer no hay producción, que su poder sobre el sujeto –paciente- es un poder sobre un objeto. En fin, siendo dueño de su profesión, el enfermero, aparece como esclavo de ella y, si no es capaz de introyectar las palabras amor, solidaridad, armonía y amplitud a su “Ser” Enfermero, difícilmente podrá “Cuidar” en su quehacer.

 

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