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Fractura diafisaria de fémur en niños. Cuidados de enfermería

Fractura diafisaria de fémur en niños. Cuidados de enfermería

Las fracturas de fémur en niños menores de 2 años son frecuentes en la infancia. La edad del paciente determina el tipo de manejo.

Autores:

  • Laura Sebastián Millán. Graduada en Enfermería. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  • Violeta Garasa Martín. Graduada en Enfermería. Enfermera especialista en Salud Mental. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).

Resumen:

La gran mayoría de este tipo de fracturas tiene un buen pronóstico. Sin embargo, estas lesiones no están exentas de riesgos y complicaciones. Suponen un impacto socioeconómico importante.

El manejo de la fractura de fémur se realiza de forma conservadora. Se utiliza la tracción de Bryant o al cénit. A los 7-10 días aproximadamente, se deberá hacer una radiografía para poder colocarle un yeso pelvipédico en quirófano. Es fundamental educar a los padres y cuidadores con respecto a los cuidados.

Palabras clave: fractura, fémur, niño, tracción, yeso

Abstract:

Femur fractures in children younger than 2 years are relatively common in childhood. Patient´s age determines the type of management. The vast majority of this type of fractures have good prognosis. However, these injuries are not free from risks and complications. They suppose an important socioeconomic impact.

The management ofa femur fracture is done conservatively. Bryant traction or zenith are used. Approximately 7-10 days later, an x-ray should be done to place a pelvic plaster in the operating room. It is essential to educate parents and caregivers about care.

Key words: fracture, femur, child, traction, plaster

Introducción:

Las fracturas diafisarias del fémur (en la zona central del hueso) es una de las lesiones pediátricas más frecuentes, con una incidencia de 1 cada 2000 niños por año. Las fracturas más comunes son las de clavícula, seguidas por las metafisarias distales del cúbito y en tercera posición las de fémur.

El tratamiento de dichas fracturas es diferente en los niños y en la edad adulta, pues las técnicas aplicadas en los adultos no se pueden ejecutar durante el crecimiento. De ahí, que el método elegido para inmovilizar esta fractura tenga como objetivo disminuir el tiempo de hospitalización, facilitar una correcta fijación a la fractura e impedir que aparezcan el mínimo número de complicaciones. Esto es, en función de la edad del afectado, el tratamiento de la fractura seguirá unas líneas u otras.

Por lo general, estas fracturas tienen buen pronóstico. Apenas dejan secuelas y evolucionan con una buena cicatrización, además de la rápida recuperación que se da tras la inmovilización de la extremidad.

Desarrollo:

Las causas y la manera de tratar este tipo de fracturas son diferentes en función de la edad del niño. Si el paciente a tratar es un niño menor de un año, en primer lugar es necesario descartar la existencia de maltrato infantil.

Este tipo de fracturas requieren una estabilización primaria inmediata. De esta manera se conseguirá una movilización precoz posteriormente.

La considerable diferencia existente entre las fracturas de este tipo en niños y en adultos, es el crecimiento. Representa una ayuda en la corrección de las deformidades de los huesos. Durante la infancia y tras una fractura, el fémur se somete a un hipercrecimiento en los 12–18 meses siguientes a la lesión, y es posible que se corrijan o remodelen algunas deformidades residuales que existieran. Sin embargo, estas lesiones pueden sufrir riesgos o complicaciones como lo son las deformidades angulares y rotacionales, nerviosas o vasculares.

Para el diagnóstico, será necesario un estudio de imagen mediante la realización de una radiografía simple. El traumatólogo tendrá que valorar si hay lesiones asociadas.

Es importante conocer la elevada tasa de morbilidad y los altos costes que suponen este tipo de fracturas, lo que se resume en un acentuado impacto socioeconómico.

Material necesario:

Si la fractura sucede durante los primeros meses de vida, el tratamiento de elección sería inmovilizarla mediante un arnés de Pavlik.

La inmovilización de la fractura de fémur en un niño de más edad o lactante, se lleva a cabo con la tracción de Bryant o al cénit, oportuna para niños que pesen menos de 18 kg y/o menores de 2 años con una fractura desplazada. Es un método conservador en la mayoría de los casos.

(Imagen nº 4) (Imagen nº 5)

  • Cuna con barras de tracción donde se hayan las poleas
  • Dos juegos de tracción blanda infantil(Imagen nº 1)
  • Restón o material similar. El restón consiste en una almohadilla de espuma de poliuretano y algo porosa. En uno de sus lados tiene un adhesivo hipoalergénico para pegarlo en la piel, el cual no provoca irritación ni deja restos de pegamento. Su función es proteger la piel de la pierna frente a las férulas, yesos u órtesis que se colocarán encima de éste. (Imagen nº 2)
  • Dos soportes para colocar las pesas
  • Pesas de 3 a 4 kilos para cada pierna (Imagen nº 3)

Procedimiento:

Para colocar la inmovilización en el niño, lo tumbaremos en la cuna ortopédica en posición supina y pegaremos las tiras de restón sobre los maléolos para evitar daños en la piel.  Las tracciones blandas irán colocadas en ambas piernas, de modo que:

  • Las tiras adherentes van pegadas en la cara interna y externa de la pierna de forma longitudinal, y se deja una extensión de unos 10cm entre la planta del pie y el extremo de la tracción.
  • Se hace un vendaje en espiga con venda de crepé o con la del propio kit, para inmovilizar dichas tiras adhesivas, comenzando en el maléolo hasta la ingle del niño.
  • Una vez inmovilizada la pierna, se atará una cuerda a la extensión que hemos dejado entre el pie y la tracción, se pasará por las poleas y aguantará unas pesas. El peso necesario de las pesas irá en función de la edad y peso del niño, de tal manera que han de levantar la pelvis del niño de la cuna. Sabremos que hace buena tracción cuando se puede pasar una mano por debajo de la pelvis.
  • El niño ha de estar inmovilizado con esta tracción entre 7 y 10 días, tras los cuales se realizará una radiografía para evidenciar que la fractura se ha alineado. Si es así, se le colocará un yeso pelvipédico.

En 1898, Harvey Cushing describió el uso del yeso pelvipédico, pero no tuvo mucho éxito. La efectividad del tratamiento mediante yeso pelvipédico en este tipo de fracturas ha sido constatada posteriormente por la literatura médica.Como beneficios vemos su simplicidad y corta estancia hospitalaria si lo comparamos con otros métodos más agresivos: fijadores externos, fijación endomedular…

Cuidados de enfermería:

En la tracción de Bryan:

  • Vigilancia de los dedos del pie afectado: circulación, temperatura, sensibilidad y trofismo.
  • Mantener una adecuada integridad de la piel de ambas extremidades inferiores (empeines, muslos…)
  • Como ya he nombrado anteriormente, para que haya una buena tracción de la pelvis, siempre debemos poder pasar una mano por debajo de la pelvis. Si no es así, ajustaremos los pesos.
  • Las pesas deben quedar suspendidas en el aire.
  • Resguardar las prominencias óseas, especialmente los talones de las extremidades traccionadas.
  • Administrar analgésicos y/o relajantes musculares prescritos por el médico (inicialmente por vía intravenosa, posteriormente por vía oral).
  • Recordar a los familiares que no deben manipular las pesas ni las cuerdas, ante cualquier incidencia tienen que avisar a los profesionales sanitarios (en primer término, a la enfermera de la planta encargada del niño).

Con el yeso pelvipédico:

  • Debemos movilizar al niño en bloque.
  • Ponemos dos pañales al niño, uno de su talla metiéndolo por dentro de la escayola y otro de una talla mayor que se colocará encima del otro pañal y de la escayola.
  • El niño mantendrá el yeso pelvipédico unas 6 semanas, tiempo que será supervisado por su médico de cabecera.
  • Explicar a los padres la importancia de mantener seco el yeso, para evitar su deterioro y el maceramiento de la piel.
  • Como en todas las escayolas, intentar no introducir ningún objeto en su interior.
  • Tras las 6 semanas, se retira el yeso y es fundamental incitar al niño para que realice ejercicios y recupere el movimiento de la extremidad.
  • Hay que indicarles que desde que se retira el yeso pelvipédico, el niño puede tardar varias horas o días en comenzar a caminar. No conviene forzarlo. Es probable que cojee al comienzo.
  • Si hay consolidación clínica, se puede iniciar la rehabilitación con los ejercicios activos que indiquen los traumatólogos

El médico y el personal de enfermería tienen un papel primordial en educar a los padres del niño en relación a los cuidados sobre el niño y el yeso pelvipédico. Con una buena educación sanitaria, se minimiza la ansiedad que sufren los padres ante lo desconocido.

La elevada tasa de consolidación de este tipo de fracturas y la baja incidencia de complicaciones, sitúan a estos cuidados como el tratamiento de elección.

FRACTURA-DIAFISARIA-DE-FEMUR

Bibliografía:

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  5. Chemes de Fuentes C., Solórzano L. Cátedra Enfermería Quirúrgica. Lesiones Traumatológicas. (2011)
  6. Moro M, Málaga S, Madero L. Tratado de Pediatría. Asociación Española de Pediatría. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2014