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Protocolo de prevención y actuación ante caídas en ancianos institucionalizados

Protocolo de prevención y actuación ante caídas en ancianos institucionalizados

Las caídas son uno de los “síndromes geriátricos” que constituyen un problema mundial de salud pública en personas mayores, generando un gran impacto de morbimortalidad por sus graves consecuencias.

AUTORAS

Raquel Falcón Polo (ENFERMERA)

Marta Gil Arqué (ENFERMERA)

RESUMEN

Introducción: La importancia de la prevención a nivel multifactorial y multidisciplinar radica en conseguir la máxima seguridad en el anciano y reducir el número de caídas.

Palabras clave: Anciano, Caída, Prevención, Enfermería, Institucionalización, Protocolo

ABSTRACT

Introduction: Falls are one of the “Geriatric Syndromes” that make a Global Public Health Problem in elderly, producing a great impact on morbidity and mortality due to its serious consequences. The importance of prevention to multidisciplinary and multidimensional level lies in finding the most security in the elderly and reduce the number of falls.

Keywords: Elderly, Fall, Prevention, Nursing, Institutionalization, Protocol

  1. INTRODUCCION

La sociedad ha cambiado en las últimas décadas por el aumento de envejecimiento de la población mundial. Entre los más destacados, se encuentran los países industrializados, pues el aumento de la esperanza de vida pone a España entre los países de la Unión Europea (UE) con mayor proporción de personas mayores1-3. Se estima que, en el año 2021, el 20% de la población en España será mayor de 65 años4-6.

El proceso de envejecimiento conlleva cambios fisiológicos asociados a la edad y al conjunto de patologías que ha presentado a lo largo de la vida y, que en muchas ocasiones, afecta al estado de salud del anciano manifestándose en forma de “Síndrome geriátrico”; entre ellos se encuentran las caídas por su elevada incidencia en la población mayor7,8.

Los cambios fisiológicos comúnmente afectan a la alteración en la estática y la marcha y, producen cambios en los órganos y sistemas que dificultan el control postural del individuo. La afectación del sistema visual, somatosensorial y vestibular, junto con la alteración del sistema locomotor, hacen mucho más vulnerable al anciano de sufrir caídas9-11.

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S) define caída como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo hacia el suelo, en contra de su voluntad12,13. Las caídas se han convertido en un problema de salud pública a nivel mundial con elevada magnitud en la población mayor; Son una de las principales causas de lesión grave, deterioro de la calidad de vida, aumento de la dependencia e incluso la muerte en este grupo de población, considerándose un buen marcador de fragilidad en el anciano14,15, manifestado como inestabilidad y gran probabilidad de convertirse en una persona dependiente e incluso de necesitar la institucionalización16.

Las caídas son la principal causa de muerte accidental en personas mayores de 65 años y la novena causa de mortalidad a nivel nacional17,18. En el mundo, aproximadamente un 30% de las personas mayores de 65 años, que viven en la comunidad sufren una caída al año, llegando a un 50% en los mayores de 80 años y ancianos institucionalizados de cualquier edad. Se estima que la mitad de estos mayores sufren, al menos, otra caída en ese mismo año19-21. El número de defunciones en mayores de 65 años a causa de lesiones relacionadas con las caídas, ha aumentado en los últimos años llegando a 2.279 muertes en el año 201418 (Anexo I).

En la mayoría de los casos, las caídas son la consecuencia de una combinación de factores de riesgo22 intrínsecos, relacionados con características físicas y/o psicológicas de la propia persona, y extrínsecos, derivados de la actividad o del entorno23. Los primeros influyen más en ancianos institucionalizados24 mientras que los segundos están relacionados con las Actividades de la Vida Diaria (AVD) de personas mayores que residen en el domicilio23,24.

Las caídas en personas mayores producen consecuencias graves generando un gran impacto de morbimortalidad13,15. El anciano sufre complicaciones a nivel físico, psicológico y/o socioeconómico11,13 que conllevan cambios en sus hábitos de vida; comprometen la capacidad de movilidad y autonomía para realizar las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) y Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), desarrollan miedo de volver a caer o incrementan los costes económicos. Requieren la hospitalización del anciano y, muchas veces, la institucionalización25,26.

La prevención de las caídas en ancianos se debe afrontar de forma multifactorial y multidisciplinar, siendo el principal objetivo conseguir la máxima seguridad en el anciano, reducir el riesgo de caídas y su morbimortalidad con estrategias de prevención primaria. En ancianos institucionalizados debe realizarse una evaluación multidimensional que indique el riesgo de caída en el momento de entrada a la residencia13,15.

Tras sufrir una caída, la prevención secundaria busca reducir la frecuencia de caídas en el anciano actuando sobre los factores que la han desencadenado; la prevención terciaria pretende limitar la gravedad de las lesiones y complicaciones que producen22.

Hoy en día, la legislación vigente en Cataluña, expresada en el Decreto 176/2000 del 15 de mayo, señala que los centros residenciales deben llevar el control de caídas de los residentes mediante un registro por parte del personal de enfermería27,28. Además, se recomienda poner en práctica un protocolo en el que se evalúe el riesgo de caída en los ancianos en el momento que entra en contacto con la residencia y durante toda su estancia, así como desarrollar estrategias de prevención plasmándolas en un programa de intervención de caídas12.

OBJETIVO GENERAL

Prevenir las caídas y/o reducir las complicaciones derivadas de estas, en ancianos institucionalizados con leve dependencia en las AVD.

PROFESIONALES A QUIENES VA DIRIGIDO

El protocolo realizado va dirigido a todo profesional que tiene contacto con el anciano, así como a los cuidadores y a la propia persona.

POBLACIÓN DIANA

Personas mayores de 65 años institucionalizados en la residencia y que tienen una leve dependencia en las AVD. Se excluyen en este protocolo aquellos pacientes que tengan una elevada dependencia.

ACTIVIDADES O PROCEDIMIENTOS

4.9.1 VALORACIÓN INICIAL

La Valoración Integral Geriátrica (VIG) es una herramienta de evaluación multidimensional, interdisciplinaria y estructurada del anciano, que permite definir el estado bio-psico-social de la persona, con el objetivo de establecer un plan de cuidados adecuado y seguimiento a largo plazo en la residencia21,22.

La valoración inicial del anciano al llegar a la residencia será realizada por enfermería, cumplimentando el documento por Necesidades Humanas Básicas de Virginia Henderson. El diagnóstico enfermero “Riesgo de caída”29 se determinará en cada individuo a través de la escala de J.H. Downton30 y se llevarán a cabo las intervenciones convenientes.

Las escalas validadas incluidas en el documento de la VIG  son el índice de Barthel para valorar el grado de dependencia en las ABVD8,31, escala de Lawton y Brody31 que detecta alteraciones funcionales en las AIVD8. El Test de Pfeiffer31 se utiliza como detección de deterioro cognitivo31 y el Mini examen cognoscitivo de Lobo para seguir la evolución del deterioro cognitivo31. Finalmente, el Test de Tinetti complementa a la escala de Downton mediante la valoración de la marcha y el equilibrio31.

4.9.2 PREVENCIÓN PRIMARIA

Conjunto de medidas encaminadas a disminuir la incidencia de caídas en las residencias, siendo el objetivo evitar que el accidente tenga lugar22.

  • MEDIDAS BÁSICAS DE PREVENCIÓN

Se establecen medidas de prevención que no alteren el nivel de independencia y autonomía en las AVD que presenta el individuo2,9. Van dirigidas a todos los ancianos que viven en la residencia haciendo referencia al entorno y programas de intervención multidisciplinar30.

  • Educación para la Salud
  • Informar a la familia, cuidador y paciente sobre la importancia de prevenir las caídas y dar recomendaciones sobre cómo hacerlo13,30.
  • Comentar los beneficios del ejercicio físico adaptado a cada persona para mantener el estado general del anciano13,32.
  • Revisar periódicamente gafas y audífonos, adaptándolos a las alteraciones sensoriales13,32.
  • Enseñar a usar adecuadamente bastones, andadores o sillas de ruedas13.
  • Prevenir y tratar la osteoporosis atendiendo a los niveles de Calcio y Vitamina D 33-35.
  • Prestar cuidados podológicos para prevenir alteraciones de la marcha y el equilibrio32.
  • Medidas de seguridad ambiental
  • Asegurarse del freno de la cama siempre, o de la silla de ruedas durante las transferencias31,36.
  • Comprobar el funcionamiento adecuado del timbre36 y alentar al paciente de su uso en el caso de necesitar ayuda*.
  • Colocar los dispositivos de ayuda para caminar al alcance del anciano*.
  • Evitar los objetos o mobiliario que puedan obstaculizar el paso del anciano37.
  • Mantener siempre una iluminación adecuada36.
  • Promover el uso adecuado de vestuario y calzado cerrado con suela antideslizante y confortable33.
  • Mantener al individuo sentado en la cama durante unos minutos antes de levantarlo para evitar posibles mareos* (hipotensión ortostática)37.
  • Sentar al anciano en una silla o sillón apropiado, del que posteriormente sea más fácil levantarse, evitando sillones blandos que hundan al individuo*.
  • Evitar que el anciano camine descalzo, en calcetines o cuando el suelo esté mojado37.
  • Facilitar que el cuarto de baño esté accesible37.
  • Acompañar a la persona mientras aprende a usar el dispositivo de ayuda como bastón o andador*.