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Alimentos funcionales en pediatría

Alimentos funcionales en pediatría

Actualmente, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) ha considerado que  más del 40 % de la población podría llevar una dieta mejorable y que un 5% se aprecian carencias graves de algunos nutrientes1.

Victoria Marco Benedí, enfermera-nutricionista, Hospital Universitario Miguel Servet

Beatriz Sánchez Lomba, enfermera especialista en enfermería comunitaria, Hospital

Universitario Miguel Servet

Sonia Sancho Salazar, enfermera, Hospital Militar de Zaragoza

Lorena Castellot Perales, enfermera, Hospital Universitario Miguel Servet

Andrea Santisteban Zamora, enfermera, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza

Palabras clave: alimentos funcionales, probióticos, prebióticos, pediatría.

Keywords: functional foods, probiotics, prebiotics, pediatrics.

 

     RESUMEN

            Se han estudiado los riesgos sobre la ingesta inadecuada de algunos micronutrientes sobre todo en la infancia. Mediante el estudio de aporte de nutrientes y no nutrientes en aquellos niños con déficit de micronutrientes o enfermedades crónicas, será clave para alcanzar una calidad óptima de salud a lo largo de la vida. Los alimentos funcionales pueden servir para obtener efectos beneficiosos en algunas funciones del organismo2,3. Para estudiar como influyen los alimentos funcionales en la alimentación infantil, habrá que analizar su actuación en la función celular, en la micriobiota intestinal, en el sistema inmunológico, en los mecanismos de oxidación, y en el metabolismo celular4.

SUMMARY

            Currently, the Spanish Society of Community Nutrition (SENC) has considered that more than 40% of the population could have an improvable diet and that 5% can see serious deficiencies of some nutrients1. The risks of inadequate intake of some micronutrients have been studied, especially in childhood. By studying the contribution of nutrients and non-nutrients in those children with micronutrient deficiencies or chronic diseases, it will be key to achieving an optimal quality of health throughout life. Functional foods can serve to obtain beneficial effects in some functions of the organism2,3. In order to study how functional foods influence infant feeding, we must analyze their performance in cellular function, in intestinal microbiota, in the immune system, in oxidation mechanisms, and in cellular metabolism4.

  1. Alimentos funcionales

Un alimento funcional, es aquel en el que se ha añadido un alimento o sustancia al que se le quitan componentes median técnicas tecnológicas o biológicas, o se ha modificado alguno de sus componentes su naturaleza, o cualquiera de estas posibilidades3.

Aquellas leches con probióticos mejoran la tolerancia a la lactosa, y además se observan propiedades como mayor respuesta de la Inmunoglobulina A (IgA) secretora, de las citocinas y se desarrollan menos infecciones4.

Los prebióticos, son un tipo de alimento funcional que promueve el crecimiento de bacterias beneficiosas para la salud, presentes en el colon, tales como Lactobacillus y Bifidobacterium1. Son generalmente hidratos de carbono de cadena corta: los fructooligosacáridos (FOS), la inulina y la lactulosa, que estimulan el crecimiento de las bifidobacterias, una vez fermentadas en el intestino.

Los prebióticos se encuentras en los lácteos, bebidas suplementadas, y en cereales, excepto la inulina que está en las plantas4. Tienen su actividad en el intestino grueso, mantienen el pH de las heces, influyen en el metabolismo de carbohidratos y lípidos, y se está estudiando su relación con la disminución de cáncer1.

Un adulto contiene entre 300- 500 especies bacterianas en la microflora intestinal a lo largo del colon y del intestino delgado distal; mientras que al nacer, durante la lactancia, disponemos de entre100-1.000 especies anaerobias por cada especie aerobia con predominio de Bacteroides, Bifidobacterium, Eubacterium, Clostridium, Lactobacillus y Fusobacterium5.

  1. Alimentos Funcionales para el crecimiento

Para un óptimo desarrollo del lactante y futuro crecimiento del niño, la alimentación que adquiere la madre durante el embarazo y la lactancia es fundamental. Para una buena calidad de los nutrientes de la leche materna, es necesario que esté prevista de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI), hierro, zinc y yodo. Se ha observado que influyen tanto en el crecimiento y desarrollo del bebé como en sus funciones neurológicas y de comportamiento de la vida adulta. Por eso, los alimentos funcionales pueden servir como herramienta clave de aporte de estos nutrientes: calcio, proteínas, fósforo, magnesio y zinc, así como las vitaminas D y K, el flúor y el boro; además oligosacáridos, gangliósidos, y las glicoproteínas de alto peso molecular, las lipasas activadas por sales biliares, así como prebióticos y probióticos se están investigando para el buen funcionamiento del organismo, del sistema inmunitario, intestinal, crecimiento y maduración del bebé3,4.

  1. Probióticos en pediatría

En aquellos lactantes en los que no es posible la alimentación con pecho maternal, se está estudiando la posibilidad de alimentación con probióticos mediante leche de fórmula a la que se le añade bifidobacterias. La flora de los niños que se alimentan de leche materna contienen: grampositivos, lactobacilos, bifidobacterias, enterococos, destacando gramnegativos como Escherichia coli. Los probióticos actúan contra las bacterias patógenas y desarrollan sustancias como el Lactobacillus GG y la cepa LB del L. acidophilus, consideradas como antimicriobianas. Entre sus funciones destacan: el aumento de leucocitos, actúan contra el rotavirus y secretan citocinas, (IFN-g), además de mejorar el sistema inmunológico7. Se favorece un desarrollo y crecimiento adecuado del bebé, mejora la adaptación intestinal, tienen menos infecciones y eritema del pañal4,6.

  1. Prebióticos en pediatría

La leche materna se considera un alimento simbiótico (prebiótico + probiótico), es por ello, que además de añadir próbioticos, se estudia la influencia del aporte de prebióticos como los galactooligosacáridos, GOS, al 90% + FOS al 10 % en una concentración de 0,8 g/dl, añadida a una fórmula infantil, recomendado por el Cientific Committee on Food de la Unión European (dosis inferiores a 20 g/día son las recomendables)8. Los prebióticos aportan propiedades para las células intestinales, conllevan la fermentación bacteriana y son una fuente de energía para el colon, mejoran la absorción y disponibilidad del  calcio, magnesio, cinc y hierro y disminuyen el colesterol y glucosa en plasma4. Añadir oligosacáridos a la leche de fórmula, como Bifidobacterium bifidum, nos aporta beneficios para el bebé: un desarrollo adecuado en el crecimiento del bebé, menor riesgo de infecciones intestinales, respiratorias y disminución de dermatitis atópica entre otros4,9.

CONCLUSIONES

Se está investigando, mediante múltiples ensayos clínicos, la utilización de probióticos y prebióticos para la prevención de algunas enfermedades. Estos aportes para las leches de fórmula, podrán contribuir a una menor incidencia de infecciones intestinales, respiratorias, atópicas y un desarrollo y crecimiento favorables en la medida de lo posible muy similar al de bebés alimentados con leche materna. No se han establecido todavía las dosis óptimas, aunque una dosis mínima eficaz diaria de 109 en cuanto a los probióticos sería adecuada, el Comité de Nutrición de la ESPGHAN, recomienda seguir estudiando con especial atención en prematuros. En cuanto a los prebióticos, todavía es necesario verificar sus beneficios y unos ensayos que confirmen dichas evidencias.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Bosscher D., Cirici M. Beneficios para la salud de los prebióticos, presentación de los nuevos estudios. Rev. Nut Práctica, Dietecom 2006 Abril; (10):19-22.
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  3. Ortega R., Marcos M, Aranceta J., Mateos J.A, Requejo A.M, Serra L. Alimentos funcionales. Probióticos. Ed: Médica Panamericana. Madrid 2002.
  4. Pavón Belinchóna P, Guillán Pavónb B. Alimentos funcionales. Papel de los prebióticos en nutrición pediátrica. Alimentación Infantil. An Pediatr, Monogr. 2005; 3(1):24-33.
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  8. Moreno Villares J.M. Prebióticos en las fórmulas para lactantes. ¿Podemos modificar la respuesta inmune? An Pediatr (Barc). 2008; 68(3):286-94.
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