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Papel del TCAE con el paciente renal

Papel del TCAE con el paciente renal

Las enfermedades del riñón o nefropatías, son aquellas caracterizadas por la disminución progresiva de la funcionalidad de los riñones.

RESUMEN

Las enfermedades del riñón o nefropatías, son aquellas caracterizadas por la disminución progresiva de la funcionalidad de los riñones.

En la actualidad, están consideradas un problema de salud pública por su incidencia cada vez mayor en la población, el esfuerzo creciente de la comunidad sanitaria para afrontarlo, su impacto socioeconómico, su prevalencia, su potencia letal y su impacto en el paciente.

AUTORES:

  • Nuria Barrera Arias. Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Trabajadora del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA). Diplomada en Magisterio por la Universidad de Oviedo.
  • Ana Beatriz Espeso García. Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Trabajadora del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA).
  • Nieves Jiménez Fdez-Ahuja. Graduada en Enfermería por la Universidad de Oviedo. Trabajadora del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA).
  • Virginia Freire Seguín. Graduada en Enfermería por la Universidad de Oviedo. Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico. Trabajadora del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA).

PAPEL DEL TCAE CON EL PACIENTE RENAL

OBJETIVOS: Definir qué es la enfermedad renal. Describir tipos de diálisis y sus ventajas e inconvenientes. Mostrar las implicaciones biopsicosociales que suponen en el paciente su enfermedad. Determinar las diferentes funciones del TCAE con respecto al paciente renal.

MATERIAL Y MÉTODOS: Se ha realizado una búsqueda en la literatura científica en relación con los objetivos propuestos. Para ello se ha consultado bibliotecas electrónicas (Scielo) y buscadores (Google Académico Google).

Se incluyeron en el estudio todos los artículos que cumplieron los siguientes requisitos: lengua española, inglesa o portuguesa que reflejasen conocimientos acerca de la enfermedad renal, el proceso de diálisis y el impacto de psicológico del paciente ante esta enfermedad.

JUSTIFICACIÓN: La enfermedad renal tiene un gran impacto en nuestra sociedad por el número creciente de casos. El paciente renal debe ser guiado, aconsejado y asesorado, en todo momento, por un equipo multidisciplinar. Del mismo modo, la persona debe concienciarse de la importancia que tiene para su enfermedad el llevar unos correctos hábitos alimenticios y un estilo de vida saludable.

CONCLUSIONES: La insuficiencia renal es una enfermedad progresiva en un gran número de casos. Para la persona, el saber que padece una enfermedad renal crónica le supone un gran impacto emocional. La familia es un pilar importante y un nexo de unión a la hora de afrontar los cambios que esta va a experimentar.

El equipo multidisciplinar se encargará de los cuidados integrales del paciente, siendo, concretamente, el equipo de enfermería el encargado de los cuidados del enfermo.

PALABRAS CLAVE: Nefropatías, Insuficiencia Renal, Paciente renal, Diálisis, Hemodiálisis, Kidney Disease.

  1. INTRODUCCIÓN

Las enfermedades del riñón, o nefropatías, son aquellas caracterizadas por la disminución progresiva de la funcionalidad de los riñones. En la actualidad es un problema de salud pública por su incidencia cada vez mayor en la población, el esfuerzo creciente de la comunidad sanitaria para afrontarlas, su impacto socioeconómico, su prevalencia, su potencial letal y su impacto en el paciente.1,2

Según la definición de la guía KDIGO 2013, la enfermedad renal crónica sería “aquellas alteraciones de la estructura o de la función del riñón que duraran al menos 3 meses y que tuvieran implicaciones para la salud”.3

Está considerada una epidemia a nivel mundial. En nuestro país las cifras girarían en torno a más de 4 millones, teniendo en cuenta el número de personas que están afectadas por esta enfermedad, siendo España uno de los países que mayor prevalencia de la enfermedad tiene a nivel europeo.4

  1. ESTADO ACTUAL

Los riñones pierden paulatinamente la capacidad de filtrar la cantidad necesaria y suficiente de residuos tóxicos y agua que le sobra al organismo. Generalmente, no es un hecho que se produzca rápidamente, sino que esta capacidad se va perdiendo de manera progresiva (insuficiencia renal crónica), aunque, en ocasiones, el deterioro se produce bruscamente (insuficiencia renal aguda). Esta pérdida funcional, en fases avanzadas, supone tener que realizar un trasplante para mejorar el pronóstico del paciente.

Los riñones desempeñan 6 funciones principalmente:

  • Limpiar y filtrar la sangre. La sangre entra a través de las arterias renales, es filtrada por las nefronas y vuelve, ya limpia, al torrente sanguíneo, por medio de las venas renales.
  • Eliminar toxinas y exceso de líquido. La cantidad de orina producida dependerá de la cantidad de comida y bebida que se haya ingerido y de la que se haya eliminado a través de las heces y el sudor.

Las sustancias eliminadas serán, fundamentalmente, creatinina, urea, ácido úrico, fósforo y calcio.

  • Ayudar a controlar la presión arterial. Mediante la eliminación de sodio y agua.
  • Mantener el equilibrio de las sustancias que hay en la sangre. Como el potasio, el sodio, el calcio y el fósforo que nuestro cuerpo necesita.
  • Composición del hueso. Transforma la vitamina D que, junto con el calcio y el fósforo, forman un hueso de calidad.
  • Evitar la anemia. Gracias a la producción de la eritropoyetina necesaria para la producción de glóbulos rojos.5,6

La enfermedad renal es asintomática en la mayor parte de los casos. Por este motivo, el médico debe estar alerta ante cualquier persona que pueda pertenecer a algún grupo de riesgo; estamos hablando de pacientes que hayan sufrido con anterioridad algún tipo de accidente cardiovascular, personas hipertensas o aquellas que padezcan diabetes.

También se deben tener en cuenta los antecedentes familiares (poliquistosis o historia familiar de insuficiencia renal), así como vigilar a aquellas personas que hayan padecido, de manera reiterada, cálculos en el riñón.

Es precisamente teniendo en cuenta estos antecedentes, por lo que el especialista debe realizar análisis de orina, de sangre o ecografías (para confirmar o descartar quistes), ya que el diagnóstico precoz es importante para tratar de averiguar si la persona está padeciendo una insuficiencia renal y de este modo frenar o detener la progresión de la enfermedad mediante la aplicación del tratamiento adecuado. Sólo si se produce un aumento de urea en sangre, del nivel de creatinina o la presencia de proteína en la orina, podemos hablar realmente de que la persona padece dicha insuficiencia renal.7

Como ya se dijo, la enfermedad renal es asintomática en sus estadios iniciales, aunque a medida que esta va avanzando, van apareciendo una serie de síntomas característicos. Los síntomas que sufra la persona pueden ser muy diversos y van a depender del grado de daño renal que padezca el enfermo. Principalmente aparecerá:

  • Aumento o disminución en la frecuencia de micción.
  • Nocturia (necesidad de orinar por la noche).
  • Cansancio.
  • Fatiga.
  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Hinchazón en las extremidades.
  • Calambres musculares (sobre todo nocturnos).
  • Dolores de cabeza.
  • Fracturas óseas.
  • Boca seca y picores de piel.
  • Anemia.
  • Presión arterial alta.
  • Riesgo cardiovascular elevado.
  • Inmunodeficiencia.  8,9

A medida que la enfermedad va avanzando, en el aliento del enfermo predomina un característico olor a orina y la piel se vuelve más seca, quebradiza, con tendencia a la descamación y de color terroso.10

La persona tendrá que aprender a vivir con el dolor y aprender a manejarlo. Para ello se ayudará de tratamientos analgésicos antiinflamatorios no esteroideos.11

Cuando la enfermedad ya llega a fases más avanzadas, más concretamente, a la fase final, los riñones no pueden trabajar por sí solos, produciéndose, en este caso, el llamado fallo renal terminal. La persona que lo sufre tiene que recibir un tratamiento de diálisis o un trasplante de riñón para poder sobrevivir. Cada tratamiento tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

El trasplante consiste en implantar en el cuerpo un nuevo riñón, proveniente de un donante, que sustituya al anterior que ya no cumple sus funciones. La persona trasplantada deberá seguir un tratamiento de por vida para evitar el rechazo del cuerpo al nuevo órgano.

Otra opción es el tratamiento de diálisis. Hay dos tipos de diálisis: la diálisis peritoneal y la hemodiálisis.

  • DIÁLISIS PERITONEAL: Utiliza la membrana peritoneal, una membrana natural situada en la cavidad abdominal, que desempeña la función de filtro, haciendo las veces de riñón artificial.

Se introduce líquido de diálisis mediante un catéter produciéndose a continuación la filtración de las sustancias tóxicas y de desecho del agua y sal que tiene la persona en su interior a través de esta membrana. Al cabo de un tiempo este líquido se extrae.

Para que este procedimiento sea efectivo, debe realizarse al menos 4 veces al día. Puede realizarlo el paciente en su propio domicilio. Así mismo también puede elegir realizar la diálisis en horario nocturno, mientras duerme, gracias a una máquina cicladora, para que no interfiera en su vida diaria.12

El inconveniente de la diálisis peritoneal es el riesgo de complicaciones por el catéter, sin embargo, tiene la ventaja de que el paciente no sufre en su cuerpo tantos desequilibrios ni malestar como con la hemodiálisis.

  • HEMODIÁLISIS: La sangre pasa a través de un tubo hasta un filtro especial formado por varios miles de fibras de celofán con orificios microscópicos, llamado dializador, conectado a la máquina de hemodiálisis, y que está dividido en dos partes; por una parte, pasa la sangre y por la otra, un líquido extrae los residuos de esa sangre que regresará al cuerpo, ya limpia, a través de un tubo. Para ello el médico debe crear un acceso (una fístula arterio venosa) en el brazo del paciente donde se conectarán los tubos de salida y de entrada de la sangre. La máquina de hemodiálisis es la encargada de eliminar los desechos del dializador y de controlar que el flujo de sangre sea el adecuado. Cada sesión de hemodiálisis dura entre 3 y 4 horas y se realiza tres veces por semana.

Se debe informar al paciente de la importancia de lavar la extremidad, evitar roces y contacto después de la desinfección de la zona. Debe mantener siempre limpia la misma y lavarla diariamente con agua y jabón, evitar cambios bruscos de temperatura, traumatismos, tomas de presión arterial y punciones.

Tiene la ventaja de que el paciente siempre estará supervisado por un médico o una enfermera. Como inconvenientes tiene el hecho de que se pueden producir mayores calambres musculares, descenso de la presión arterial, mareos, malestar, dolores de cabeza.

Durante el tratamiento el cuerpo del paciente dializado pierde vitaminas y minerales por lo que deberá recibir algún tipo de suplemento.

El médico deberá informar al paciente sobre la técnica más adecuada a sus características y necesidades, aunque la decisión final sobre el tratamiento a seguir la tendrá el enfermo, quien deberá firmar el consentimiento informado.13,14,15,16