Una optica real del envejecimiento actual
Autor: Dr. Daniel Ramon Gutierrez Rodriguez | Publicado:  4/08/2008 | Geriatria y Gerontologia | |
Una optica real del envejecimiento actual.2

 

Por eso, los especialistas del envejecimiento, consideran que la imagen y actitudes negativas hacia el anciano constituyen factores de alto riesgo psicológico-social, semejante a los efectos biológicos del bajo peso al nacer de un niño, o la hipertensión en la embarazada. Sabemos que es posible cambiar la imagen negativa que tienen algunos, y hasta un número de ancianos, sobre la vejez. Claro que es un proceso largo, pero no imposible. Los esfuerzos de la medicina para incrementar la esperanza de vida no tendrían sentido por sí solos, si no tratamos de mejorar las actitudes hacia esa vida que se prolonga cada vez más en el tiempo.

 

Cada generación de ancianos, como cada generación de jóvenes, de adultos, de niños, tiene sus propias especificidades, ninguna es igual a la otra. No podemos valorarlas con estereotipos: "Los jóvenes son inmaduros", o "los viejos son achacosos", porque no siempre estas son características reales del grupo o de los individuos.

 

La madurez sana de un individuo depende mucho de su personalidad anterior, desde su juventud; así un joven alegre será un viejo contento, aunque tenga más allá de 80 años de edad y hasta quien sobrepase los 100. En el proceso de envejecimiento es básico superar lo físico, adaptarse al deterioro biológico, a las canas, a las arrugas, a los cambios y entonces, a partir de allí, fomentar el desarrollo social y espiritual con la experiencia acumulada. En este concepto vital se valoran mejor las satisfacciones de un trabajo determinado, de la formación de una familia y de la actividad social. La vejez tiene entonces su verdadero sentido como etapa de la vida donde se encaran pérdidas importantes, pero en la que se puede disfrutar y continuar creciendo como seres humanos. (11)

 

La prolongación de la esperanza de vida ha sido un anhelo de la humanidad. En este sentido, el envejecimiento puede ser considerado un logro en el que mucho ha aportado el desarrollo científico técnico alcanzado. (12) Sin embargo, la longevidad está produciendo retos sin precedentes a los responsables de la elaboración de políticas en general y a los ciudadanos en particular, pues se deberán mantener los niveles de seguridad social y económica, y la oferta de servicios de salud de calidad a un segmento de la población que, por su avanzada edad, se encuentra en desventaja para afrontar las exigencias sociales de la contemporaneidad. (13)

 

Más allá de los efectos biológicos del envejecimiento, muchos de los posibles factores de riesgo de las discapacidades comienzan a presentarse a partir de la quinta década de la vida. 70 Consideramos que el aumento del riesgo de discapacidad física encontrado en esta investigación respecto a otros reportes, puede relacionarse con la crisis económica que ha afectado al país desde la década del 90, con repercusiones importantes sobre el estado de salud de los ancianos. Asimismo, el perfeccionamiento de los diseños metodológicos de estas investigaciones pudiera haber contribuido a una mejor estimación de la verdadera prevalencia de la discapacidad física, trayendo como consecuencia el aumento en el valor de lo estimado.

 

A medida que transcurren y se acumulan los años, varía la forma y el funcionamiento del cuerpo humano, lo cual es llamado envejecimiento normal. La disminución de la fortaleza muscular se ha asociado a mayores grados de discapacidad física. Si bien las funciones fisiológicas se afectan con el proceso de envejecimiento, la mayoría de las personas ancianas no presentan alteraciones que influyan marcadamente en su funcionamiento físico, intelectual o social antes de los 80 años. Si se tiene en cuenta que este grupo etáreo es el que más crecerá en las próximas décadas, se puede vaticinar un incremento marcado de esta problemática, lo que debe tomarse en cuenta por los que deciden políticas de salud, en la búsqueda de una longevidad más saludable.

 

La diferencia de discapacidad física por sexo pudiera deberse a la discreta mejoría alcanzada en la esperanza de vida para el sexo femenino con relación al masculino, lo que provoca un número mayor de efectivos poblacionales femeninos en los grupos etáreos superiores, donde esta afectación es más frecuente. Además puede estar relacionado con causas estrictamente biológicas debido a que existen enfermedades dependientes de la edad como Alzheimer, depresión, osteoporosis, artrosis y fractura de cadera, entre otras, las cuales son altamente discapacitantes y las féminas son más vulnerables a ellas. (14)

 

Por otra parte, la presencia de un gran número de familias multigeneracionales en la población cubana, puede acarrear, bien la suplantación de las ancianas por las mujeres jóvenes de la casa en las labores domésticas, o por el contrario la sobrecarga. Estos cambios en el rol doméstico de las ancianas pudieran relacionarse con la diferencia evidenciada. (15)

 

Con la senectud se supone que un grupo de personas pase de la autonomía a depender de los demás, (16) a lo que se le agrega la pérdida de relaciones que estos han tenido durante años, tales como el trabajo, y sobre todo, los hijos, quienes pueden valerse por sí mismos y no necesitan de la ayuda de los padres, lo que provoca que estos tiendan a sentirse menos valiosos e inútiles, lo que hace que (17) la sociedad vea la desocupación en el anciano como un hecho normal. (12)

 

Con la jubilación los ancianos se acogen a un descanso merecido, después de muchos años de trabajo. Además, en Cuba fueron pocas las mujeres que en edades productivas trabajaron fuera de sus casas, debido a que por normas de la sociedad de índole sociocultural, las mujeres debían permanecer en sus hogares, desempeñando tareas domésticas y dependiendo económicamente de sus esposos.(17)

 

Ahora bien, la inadaptación a la jubilación se presentó como un factor de riesgo, en los estudios de Bayarre (12) y Tello, donde además expusieron (18) que otra variable de discapacidad física en el anciano resultó ser la escolaridad, expresándose como un factor de riesgo, el alfabetismo propicia el bienestar del individuo, permitiendo que logren sus perspectivas económicas, e incrementa sus motivaciones intelectuales, lo cual hace que las personas lleguen a la senectud con mejor preparación. (17)

 

En visión futurista dentro de diez años posiblemente veamos más ancianos que niños por los parques. Lo que demógrafos y especialistas llevan un tiempo advirtiendo, ya no es un problema solo del mañana. El paso irreversible a la vejez se gesta en Cuba ahora, en este minuto que los expertos llaman de aceleración del proceso que ha venido acompañado de la transición de altas a bajas tasas de fecundidad y mortalidad. (19)

 

Afortunadamente, hoy día resulta evidente, a la luz de los datos científicos disponibles, la nueva concepción de la adultez y la vejez, que elude la ya comentada fase de declive del mayor en base a una etapa llena de posibilidades y actividades nuevas y supone que los cambios en el desarrollo se producen de forma gradual, predecible y ordenada. El desarrollo no se limita a los cambios biológicos, sino que está sujeto a cambios sociales, culturales e históricos, así como a las experiencias individuales.

Afirmando, en términos generales, que el envejecimiento es un proceso gradual, en el que se produce una evolución lenta de las transformaciones físicas y psicológicas que nos hacen estar más o menos satisfechos con nuestra trayectoria vital. Aunque existen algunas pérdidas, más claras a nivel sensorial, en términos generales se observa una relativa estabilidad en las funciones cognitivas y sociales, incluso algunas habilidades parecen mejorar con la edad, como por ejemplo el lenguaje, nos queda plantear como enfoca y ve la vejez la satisfacción por la vida, sentimiento que no llega de ahora para horita simplemente se cree que es un contrato a través de los años y que solo aflora ya en las etapas de declive de la vida.

 

Referencias Bibliográficas.

 

1.     Bonita R. Women, Aging and Health: Achieving Health across the Lifespan. Ginebra, Organización Mundial de la Salud, 1998.

2.     Plan of Action on Health and Aging: Older Adults in the Americas 1999-2002. OPS, 2002.

3.     Sennott-Miller L. Older Women in the Americas: Problems and Potential. En: Gender, editors. Women and Health in the Americas. OPS, 2004.

4.     Calzadilla I. El mundo también envejece. Librínsula: La Isla de los libros [serie en Internet]. 2004 [citado 25 ene 2008];1(20):[aprox. 8 p.]. Disponible en: http://www.bnjm.cu/librinsula/ 2004/mayo/20/dossier/dossier40.htm

5.     Bazo MT. Negligencia y malos tratos a las personas mayores en España. Rev Española Geriatr Gerontol. 2001;36(1):8-14.

6.     Bazo MT. Violencia familiar contra las personas ancianas que sufren dependencia y enfermedad. Rev Española Geriatr Gerontol. 2002;37:10-2.

7.     Bennett G. Elder Abuse. Doctors must acknowledge it, look for it, and learn how to prevent it. BMJ. 1999;318:278.

8.     Biggs S, Phillipson Ch, Kingston P. Elder abuse in perspective. Buckingham: Open University Press; 1995.

9.     Bostock DJ, Auster S, Bradshaw RD, Brewster A, Chapin M,Williams C. Violencia familiar. American Academy of Family Physicians. Ed. Española. 2003. p. 39-44.

10.   Bover A, Moreno ML, Mota S, Taltavull JM. El maltrato a los ancianos en el domicilio. Situación actual y posibles estrategias de intervención. Aten Prim. 2003;32(9):541-42.

11.   Polo Viamontes M, Espín AM. Nueva imagen de la vejez. [monografía en Internet]. La Habana. INFOMED; 2006. [citado 23 de abril 2008]. Disponible en: http://saludparalavida.sld.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=194

12.   Bayarre HD. Prevalencia y Factores de Riesgo de Discapacidad en el Anciano. Municipio Playa. [tesis]. La Habana: Facultad de Salud Pública; 1998.

13.   Hernández Castellón R. Estudio del envejecimiento de la población. En: Perspectivas y escenarios de la población y los recursos humanos de Cuba y sus implicaciones económicas y sociales entre el año 2000 y 2050. La Habana: CEDEM; 2000. p. 374-418.

14.   Martínez S. Prevalencia y factores de riesgo de discapacidad física en ancianos en el municipio "Pedro Betancourt". [tesis]. La Habana: Facultad de Salud Pública; 1997.

15.   Escalona RC. Calidad de vida y estado funcional del paciente anciano hospitalizado. [tesis]. Matanzas: Hospital Clínico Quirúrgico Docente “José R. López Tabranes;” 1993.

16.   Michel JP, Kressig R, Gold G. Dependency: possible risk or inevitable outcome? Schweiz Med Wochenschr. 1997;25(127):1796-801.

17.   Bayarre HD. Prevalencia y factores de riesgo de discapacidad en ancianos. Ciudad de La Habana y Las Tunas. 2000. [tesis]. Ciudad de La Habana: Universidad de la Habana; 2003.

18.   Tello Velázquez Y. Prevalencia y factores de riesgo de discapacidad en ancianos, municipios Jobabo y Amancio Rodríguez. [tesis]. La Habana. Facultad de Salud Pública; 1999.

19.   Mas S. Cuba: De cara a la vejez. Granma [serie en Internet]. 2003 [citado 23 de abril 2008]; 7(321): [aprox. 5 p.]. Disponible en: http://granma.co.cu/ 2003/11/08/nacional/articulo10.html


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