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Atención de enfermería ante problemas de intercambio gaseoso: manejo de inhaladores

Atención de enfermería ante problemas de intercambio gaseoso: manejo de inhaladores

El correcto funcionamiento de las vías aéreas inferiores está determinado por la acción de varios sistemas entre los que se encuentran el corazón y el aparato circulatorio encargados de que haya un correcto flujo sanguíneo y un intercambio…

AUTORES

1.     Cristina López Hernández. Máster en Gerontología Social. Enfermera en Hospital Miguel Servet (Zaragoza).

2.     Andrea Remacha Rodríguez. Máster Iniciación en Investigación en Ciencias de la Enfermería. Enfermera en Hospital Miguel Servet (Zaragoza).

3.     Carlos Alberto Luna Gandú. Máster Iniciación en Investigación en Ciencias de la Enfermería. Máster en Dirección de Centros Sanitarios. Enfermero en Hospital Clínico Lozano Blesa (Zaragoza).

4.     Mireya Layunta Hernández. Máster en Gerontología Social. Enfermera en Hospital Miguel Servet (Zaragoza).

RESUMEN

El correcto funcionamiento de las vías aéreas inferiores está determinado por la acción de varios sistemas entre los que se encuentran el corazón y el aparato circulatorio encargados de que haya un correcto flujo sanguíneo y un intercambio de gases óptimo. La alteración de este intercambio gaseoso provoca la aparición de trastornos que afectan a la calidad de vida del individuo y que a menudo precisan de fármacos inhalados para mejorarla.

ABSTRACT

Palabras clave: educación para la salud, inhaladores, intercambio gaseoso, vías respiratorias.

ABSTRACT

The correct functioning of the lower airways is determined by the action of several systems including the heart and circulatory system responsible for blood flow and optimal gas exchange. The alteration of this gas exchange causes the emergence of disorders that affect the quality of life of the individual and that often require inhaled drugs to improve it.

Keywords: airways; gas Exchange; health education; inhalers.

OBJETIVO

Describir el papel que juegan los profesionales de la enfermería en la educación para la salud en el manejo de inhaladores en pacientes con alteraciones del intercambio gaseoso.

INTRODUCCIÓN

Las patologías respiratorias conllevan una alteración en el intercambio gaseoso que hacen necesario el uso de dispositivos inhalados para conseguir un mejor control de la enfermedad. Presentan una elevada prevalencia en la población general, siendo el asma especialmente elevada en niños y enfermedades como el EPOC o la insuficiencia respiratoria en personas de edad avanzada, por ello, es completamente necesario el papel de enfermería en la enseñanza del manejo de estos dispositivos con el objetivo de mejorar la eficacia del tratamiento ya que se ha demostrado en diversos estudios que una buena educación favorece la adhesión al tratamiento de estos pacientes.

ATENCIÓN DE ENFERMERÍA ANTE PROBLEMAS DE INTERCAMBIO GASEOSO: MANEJO DE INHALADORES

La alteración del sistema respiratorio conlleva una alteración del proceso de ventilación, con afectación en el proceso de movimiento del aire entre las vías respiratorias y los alveolos. Estas alteraciones hacen que el intercambio de gases no se realice de forma correcta. Esto puede producirse por varios mecanismos:

–       Atrapamiento de aire que disminuye la cantidad de oxígeno disponible para el intercambio de gases. Esto ocurre en enfermedades como al asma bronquial y en los trastornos obstructivos como en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (bronquitis crónica y enfisema).

–       Alteraciones en el intersticio del pulmón que se ve engrosado lo que dificulta la expansión del mismo y por tanto reducen la oxigenación en el alveolo. Pertenecen a este grupo enfermedades como la fibrosis pulmonar o asbestosis.

–       Alteraciones en los vasos que llevan la sangre al pulmón generando una mala perfusión del mismo, como en la embolia o la hipertensión pulmonar.

–       Ineficacia de los pulmones para oxigenar la sangre y eliminar el óxido carbónico como ocurre con la insuficiencia respiratoria (1).

Estas alteraciones se pueden producir en cualquier etapa de la vida, sin embargo, el envejecimiento lleva asociado una disminución del número de alveolos afectando a la capacidad para la ventilación y el intercambio de gases. Todo ello supone para este colectivo un mayor riesgo de sufrir insuficiencia respiratoria.

El asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la insuficiencia respiratoria son patologías de las vías respiratorias con una elevada prevalencia. Concretamente el asma es una patología que se da con mayor frecuencia en la población infantil mientras que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (bien sea en forma de bronquitis crónica o en forma de enfisema) y la insuficiencia respiratoria es mucho más prevalente en las personas con edad avanzada (2).

En todas ellas es frecuente que el individuo necesite manejar inhaladores como parte de su tratamiento (bien sea como tratamiento para una reagudización de la enfermedad o como tratamiento crónico). Ambos colectivos se caracterizan por una mayor vulnerabilidad de manera que en muchas ocasiones el manejo de estos inhaladores puede resultar complicado (3).

Para conseguir una mejor eficacia en el tratamiento con inhaladores, los profesionales de enfermería, en el ámbito de la educación para la salud de los procesos respiratorios, tienen la labor de enseñar a los pacientes que padecen este tipo de patologías, el manejo de los distintos dispositivos de inhalación, tanto lo relativo al proceso de la inhalación como la conservación de los mismos y el cuidado de la mucosa oral con el objetivo de evitar complicaciones (4-6).

Manejo de inhaladores:

La bibliografía revisada demuestra que cuando los pacientes han recibido una buena educación sobre el manejo de los inhaladores, se mejora la eficacia y la adherencia al tratamiento. Por ello, los profesionales de enfermería deben conocer que existen varios tipos de inhaladores y el uso correcto de cada uno de ellos para hacer posteriormente una correcta enseñanza a los usuarios. Dicha enseñanza la pueden llevar a cabo a este colectivo tanto de manera ambulatoria en los centros de atención primaria de salud como desde el ámbito de la atención especializada (tanto en pacientes que se encuentran ingresados en las distintas unidades del hospital como a aquellos que acuden a las consultas externas de neumología) (6,7,8).

Se clasifican de forma general en inhaladores de polvo seco e inhaladores presurizados. La principal diferencia entre ambos se encuentra en que el inhalador de polvo seco se caracteriza por ser un dispositivo manual de forma que al realizar la inhalación envía el polvo hacia las vías respiratorias mientras que el inhalador con cartucho presurizado se caracteriza por ser una suspensión líquida que se trasforma en gas al inhalarlo como consecuencia de la diferencia de presión que existe entre el aire del ambiente y la que hay en el cartucho (2,7,9).

Una de las cosas más básicas que deben saber es que el proceso se puede realizar estando de pie, sentado o semisentado, pero nunca debe permanecer en decúbito supino. Los pasos a seguir para su correcta utilización son muy similares por lo que los pacientes que deben utilizarlos necesitan que los profesionales les enseñen las pequeñas diferencias que existen para que puedan manejarlos de manera correcta en función de qué tipo de inhalador que precisen en cada situación.

Otra de las diferencias que debe conocer el paciente es que los inhaladores con cartucho presurizado se deben agitar siempre antes de utilizar, sin embargo, los inhaladores de polvo seco no se pueden agitar antes de emplear.

En ambos casos el paciente tiene que realizar una exhalación completa antes de realizar la inhalación del fármaco. Una vez hecha esa exhalación debe introducir el dispositivo en la boca con los labios fruncidos para realizar la descarga del fármaco. Con ambos tipos de dispositivos el paciente debe saber que la inhalación ha de ser profunda, sin embargo, la técnica debe ser mucho más rápida cuando está empleando inhaladores de polvo seco (no debe durar más de 2 segundos) que cuando se emplean cartuchos presurizados que debe durar 5-6 segundos aproximadamente (9).

Tras realizar la inhalación es muy importante que realice una apnea de aproximadamente 10 segundos para favorecer que el fármaco que ha entrado por la vía respiratoria alta se deposite de forma correcta en el árbol bronquial. En muchas ocasiones debido a las dificultades respiratorias que presentan les resulta muy complicado mantenerse en apnea tanto tiempo (2,7,10).

Una vez mantenida la respiración, es importante explicarles que a pesar de que tengan la necesidad de soltar todo el aire de golpe por la posible sensación de falta de aire y ahogo, tienen que realizar la exhalación de forma muy lenta.

En caso de que necesiten varias inhalaciones seguidas se les debe informar que tienen que esperar medio minuto entre una y otra ya que la técnica les genera fatiga y necesitan recuperarse completamente para que la siguiente inhalación vuela a ser efectiva.

La técnica puede parecer sencilla a priori, pero se debe tener en cuenta que las personas que emplean estos dispositivos presentan dificultades respiratorias por lo que su capacidad para mantener la respiración y posteriormente expulsar el aire de forma lenta es mucho más reducida que para cualquier persona que no presenta este tipo de patologías (4-6).

A menudo estos dispositivos, como se ha dicho anteriormente, son muy empleados por personas con alta vulnerabilidad como lo son los niños y las personas de edad avanzada. Debido a la dificultad técnica, para mejorar la eficacia del tratamiento existen unas cámaras espaciadoras que permiten que el fármaco llegue por completo al árbol bronquial sin necesidad de que el paciente tenga que realizar una coordinación entre el disparo del dispositivo y la inhalación del mismo. Estos dispositivos son empleados con frecuencia en niños asmáticos de corta edad por lo que es importante que enfermería enseñe el manejo al niño y a los padres cuando éstos no son capaces de comprender el procedimiento. Aunque el uso más común de estas cámaras espaciadoras se realiza con niños pequeños, siempre que sea necesario se puede emplear en cualquier edad (3,11,12).

Además de enseñar la técnica es necesario que los profesionales les expliquen la importancia que tiene enjuagarse la boca tras la realización de la técnica para evitar la aparición de lesiones en la mucosa oral producidas por cándidas ya que su aparición produce importantes molestias y por tanto genera el abandono de tratamiento. También se debe explicar la limpieza correcta y la conservación del producto en un ambiente que no sea demasiado ni demasiado húmedo ni demasiado cálido (13,14).

Para conocer si los pacientes tienen una buena adherencia al tratamiento existe el test de adhesión al tratamiento. Se recomienda emplear en pacientes adultos que presentan asma o EPOC, no tiene gran validez su uso en niños. Permite conocer el grado de adhesión, así como el motivo de por qué el paciente no lleva a cabo de forma correcta su tratamiento permitiendo crear estrategias para mejorar ese cumplimiento. Debido a la sencillez del test, es posible que los profesionales sanitarios pueden aprovechar a pasarlo a los pacientes cualquier día que acudan a la consulta sin que se necesaria programar una cita únicamente para ello (15)

CONCLUSIÓN

Una de las labores más importante que realiza enfermería en el ámbito de su profesión es la educación para la salud englobando todo tipo de patologías. En el caso de la educación para la salud en pacientes con alteraciones del aparato respiratorio tienen un peso importante en la enseñanza de técnicas como la producción eficaz de tos o el manejo de los distintos tipos inhaladores. Debido a que está demostrado que una correcta educación mejora la eficacia y la adherencia al tratamiento con inhaladores, se debe hacer especial hincapié en ello tanto desde atención primaria como especializada pudiendo pasar a los pacientes el test de adhesión a los inhaladores para conocer el grado de cumplimiento de dicho tratamiento.

BIBLIOGRAFÍA

1.     LeMone P, Burke K. Asistencia de enfermería de los pacientes con trastornos del intercambio gaseoso. En: LeMone. Enfermería medicoquirúrgica. Pensamiento crítico en la asistencia del paciente. 4ªEd. Madrid: Pearson; 2009. 1325-1330

2.     Manríquez P, Acuña AM, Muñoz L, Reyes A. Estudio de la técnica del inhalador en pacientes con asma: diferencias entre pacientes pediátricos y adultos. Jornal Brasileiro Pneumología. 2015; 41(5):405-409.

3.     Pascoal LP, Venicios de Oliveira M, Resende DB, Amorim B, Martins V, Magalgaes FP. Deterioro del intercambio gaseoso: precisión de las características definitorias en niños con infección respiratoria aguda. Rev Latino-Am Enfermagem. 2015;23(3):491-9.

4.     García D, Lawrence K, Prendes MC. 5.  Uso inadecuado de la vía inhalatoria en pacientes asmáticos que utilizan salbutamol. 2013;30(2):344-364.

5.     De Abajo AB, Méndez E, González J. Copón J, Díaz A, Pleteiro B et al. Estimación del porcentaje de pacientes con EPOC adiestrados en consulta para el manejo de inhaladores. Estudio ADEPOBLE. Nutr Hosp. 2016; 33(6).

6.     Díaz J, Cremades MJ, Carrión F, Maya M, Fontana I, Cuevas E. Valoración del manejo de los inhaladores por el personal de enfermería en un hospital de referencia. An Med Interna. 2008; 25(3).

7.     Barros B, Miguélez B, Souto M, Lodeiro L, Sánchez Y. Manejo de inhaladores y adhesión al tratamiento en pacientes del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. 2017; 23(1):20-28.

8.     Melero C, Rodríguez N, Díaz R. Adherencia al tratamiento en asma. Situación actual. Rev Asma. 2017;2(1):13-22.

9.     Ponce T, Cordón T. Utilización de los dispositivos de inhalación por pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Pharmacy Practice, 2005; 3(2):78-83.

10.  Puntunet ML, Ortega MC, Montesinos G, Leija C, Quintero MM Cruz G et al. Diagnósticos de enfermería más frecuentes por necesidad en la persona con afectación cardiovascular. Rev Mex Enf Cardiol. 2012; 20(1):12-16.

11.  Andrés M, Pérez G, Navarro M. Cámaras de inhalación para el niño asmático. Una actuación desde el punto de vista práctico. Vox Pedriátrica. 2014; 21(2):35-52.

12.  Del Arco MT. Cámaras de inhalación para el niño asmático. Ciberrevista enfermería de urgencias. 2016; 49: 7-14.

13.  Huartamendia R, Nappa A, Queirolo R. Problemas de salud bucal relacionados al uso de medicamentos por vía inhalatoria en trastornos respiratorios. 2012; 14(20):4-16.

14.  Hernán L, Alvaro A, Rina G. Evaluación de las técnicas y errores en el uso de inhaladores de dosis media en el paciente adulto. Rev Med Chile. 2001; 129(4).

15.  González MM, Montejo C, Gil M. Evaluación de la técnica inhalatoria y la adherencia al tratamiento con inhaladores en farmacia comunitaria. Pharm Care Esp. 2019; 21(1):41-44.