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Drogas y riñón

Drogas y riñón

El alcohol, a pesar de ser una droga legal, se debe tener en cuenta que es un hábito que podría en poco tiempo dañar los riñones, ya que contiene químicos y toxinas muy agresivos para estos órganos.

Yolanda Ramírez Fernández. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Oviedo.

Enfermera en el Hospital Universitario Central de Asturias. Cirugía General.

Adrián  Prado Álvarez. Diplomado en Enfermería por la Universidad de Oviedo.

Enfermero en el Hospital Universitario central de Asturias. Cardiología.

INTRODUCCIÓN:

Los principales órganos del sistema urinario son los riñones, encargados de la excreción de sustancias de deshecho a través de la orina.

Otras funciones importantes de las que también se encarga son:

-Regular el equilibrio del medio interno del organismo, denominado homeostasis.

-La osmolaridad del plasma sanguíneo

-Control del volumen de líquidos extracelulares, balance de electrolitos y el ph del medio interno.

También participa en la regulación de la presión arterial, al fabricar la renina producida por sus células yuxtaglomerulares, la cual interviene en el sistema renina-angiotensina-aldosterona.

Al recibir el 20-25% del gasto cardiaco, entre 1 y 5 litros por minuto pasan por el riñón. Es por ello que es tan  vulnerable a la toxicidad que pueden ocasionarle tanto las drogas farmacológicas, como las legales e ilegales.

La nefropatía producida por fármacos es un riesgo que se corre en determinados tratamientos ya que el túbulo proximal y distal son sensibles a su acción, y algunos de ellos se eliminan principalmente por filtración glomerural.

OBJETIVO:

Describir la importancia de la nefrotoxicidad renal, a tener en cuenta en el consumo de drogas y fármacos.

METODOLOGÍA:

Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica en la que se han utilizado bases de datos y bibliotecas electrónicas tales como Pubmed, Scielo y Medline. De los 30 artículos encontrados, 19 fueron seleccionados para la elaboración de este trabajo.

PALABRAS CLAVE:

“Nefrotoxicidad”, “drogas y nefrotoxicidad”, “fármacos nefrotóxicos”,”toxicidad renal”

RESUMEN:

El alcohol, a pesar de ser una droga legal, se debe tener en cuenta que es un hábito que podría en poco tiempo dañar los riñones, ya que contiene químicos y toxinas muy agresivos para estos órganos.

Esta sustancia produce un desequilibrio de electrolitos y de sus mecanismos hormonales.

Es esencial la moderación de su consumo, evitando sobre todo los excesos, aunque el no consumo de esta bebida sería lo más recomendable.

En el caso del tabaco, principalmente se ha relacionado a enfermedades cardiacas, pulmonares y vasculares, aunque algunos estudios comenzaron a vincular el tabaquismo con ciertos marcadores de daño renal crónico.

En la actualidad, dicha sustancia se considera un factor de riesgo tanto en el inicio como en la progresión de la enfermedad renal crónica, donde algunos de sus efectos nefrotóxicos son el aumento de la presión arterial y de la resistencia vascular renal, y toxicidad de las células tubulares, estrés oxidativo, entre otros…

Dentro de las drogas ilegales, la cocaína y la heroína producen unos efectos similares en el riñón.

Aunque las complicaciones que con más frecuencia producen son neurológicas y cardiovasculares, a nivel renal ocasionan rabdomiolisis, que es la destrucción de las células musculares, la cual produce un fracaso renal agudo. El acúmulo de esos restos hace que los riñones puedan terminar colapsándose.

Al mantener un consumo habitual y extendido en el tiempo, son causantes de hipertensión arterial severa y desarrollo de insuficiencia renal terminal.

El infarto renal, la hipertensión arterial maligna y la patología tubular, vascular y glomerular serían otras de las complicaciones asociadas.

Cuando hablamos de cannabis, hablamos de la droga que más se consume a nivel recreativo, si a éste sumamos su uso medicinal y terapéutico en algunos países, la importancia de conocer los efectos que puede causar de manera general y en este caso concreto, en el riñón, crece notablemente.

Aunque su uso terapéutico se centra en el control del dolor y las náuseas, se desconocen las consecuencias que pueda ocasionar en pacientes con insuficiencia renal.

Dado que los datos de los que se disponen son sobre estudios hechos en animales, la información que se tiene en la actualidad sobre los efectos de la marihuana a nivel renal, son muy limitados, siendo recomendable un seguimiento de dichos pacientes.

Un apartado especial habría que dirigirlo a las drogas farmacológicas, que si bien son imprescindibles en el tratamiento de determinadas patologías, pueden alterar y deteriorar el riñón ,resultado tóxicas para él.

Entre los principales medicamentos que causan dicha nefrotoxidad, se encuentran:

– Antibióticos

Puesto que muchos se eliminan por el riñón, sería importante conocer el estado de la función renal el paciente a tratar, antes de proceder a su prescripción. El aclaramiento de la creatinina sería la prueba ideal para conocer el estado base del paciente en ese aspecto. Ajustando las dosis de dichos medicamentos y de todos los que causaran nefrotoxicidad en general, según el grado de función renal específico e cada persona se evitarían las complicaciones causadas por estos fármacos.

Una especial atención en este caso ha de dedicarse al paciente trasplantado o dializado, donde debe adaptarse la dosis por alguien especializado, en caso de ser absolutamente necesaria la administración de esta medicación.

En este apartado, el fármaco más nefrotóxicos son los aminoglucósidos, siendo una de las principales casusas de iatrogenia en lo que a insuficiencia renal aguda se refiere.

La neomicina, gentamicina, tobramicina y amikacina forman parte de este grupo de antibióticos. Su principal problema es que el organismo no los metaboliza por lo que su excreción a través de los riñones se realiza de forma inalterada.

Tras varios días de tratamiento un porcentaje de los pacientes muestra un trastorno renal, el cual va siendo proporcional a la duración de éste. Su utilización debe ser lo más restringida posible.

Pasando ya a las penicilinas, la meticilina es la que principalmente causa nefritis intersticial, observándose más frecuentemente en administraciones prolongadas. Es una reacción que suele acompañarse de fiebre, rash y eosinofilia.

En el caso de las cefalosporinas, son antibióticos beta-lactámicos  bastante utilizados, pueden llegar a producir insuficiencia renal, pero sus efectos tóxicos suelen revertir cuando el tratamiento se retira. La nefrotoxicidad de las nuevas cefalosporinas suele ser mínima comparada con versiones más antiguas.

– Medios de contraste

Los procedimientos diagnósticos rutinarios de imagen han aumentado el uso de medios de contraste como parte de su metodología, siendo otro de los factores que contribuyen a la aparición de la insuficiencia renal aguda iatrogénica.

Este dato puede llegar a producir un aumento de los costes dado que la estancia hospitalaria puede prolongarse por este motivo.

-AINES y analgésicos

Otra causa de insuficiencia renal crónica es el consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y analgésicos en personas que abusan de este tipo de medicación, que en muchos casos tiene el agravante de ser de venta libre.

El dolor crónico es uno de los males más prevalentes de nuestra sociedad, por lo tanto el uso de estos medicamentos se extiende tanto en la práctica clínica como a nivel domiciliario.

En el caso de los AINES, los más utilizados con el ibuprofeno y naproxeno, y en el de los analgésicos, el paracetamol. Las nefropatías que causan estos últimos son la nefritis intersticial crónica y la necrosis papilar renal.

-Inmunosupresores

Son los fármacos más usados y eficaces para evitar el rechazo agudo del trasplante, y a que el injerto dure el mayor tiempo posible alargando así la vida del paciente, pero por contra provocan alteraciones de la tensión arteria, del metabolismo de los lípidos y del equilibrio de la glucosa.

Entre ellos los más convencionales suelen ser la ciclosporina y el tacrolimus, de los cuales hay que realizar un control analítico para comprobar si es necesario cambiar la dosis.

-Antivirales

Estas medicaciones suelen producir intolerancia gastrointestinal por vía oral y flebitis por vía endovenosa, sin embardo también puede llegar a provocar nefrotoxicidad además de neurotoxicidad.

Tomando como ejemplo el aciclovir, que resulta muy efectivo y de elección para tratar infecciones por virus Herpes viridae, el daño renal que puede ocasionar está relacionado con el depósito de cristales en los túbulos contorneados distales. La insuficiencia renal aguda que puede provocar resulta reversible.

En el caso de los antirretrovirales, el ejemplo del tenofovir, la toxicidad renal es su efecto más característico.

CONCLUSIÓN:

Dado que existe suficiente evidencia de daño renal asociado al consumo tanto de drogas recreativas, como farmacológicas, es necesaria una mayor vigilancia y control de los efectos negativos que puedan producir éstas en el riñón, mediante controles analíticos en el caso de las de aplicación clínica, para disminuir en la medida de lo posible la nefrotoxicidad.

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