Discriminacion y rechazo en la relacion medico-paciente con VIH-SIDA. Implicaciones y propuesta etica
Autor: Dra. Sara Gabriela María Eugenia del Real Sánchez | Publicado:  23/09/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Otras Especialidades | |
Discriminacion y rechazo en relacion medico-paciente con VIH-SIDA. Implicaciones. Propuesta etica.1

Discriminación y rechazo en la relación médico y paciente con VIH/SIDA. Implicaciones y propuesta ética.

 

Sara Gabriela María Eugenia del Real Sánchez

Cirujano Dentista. Alumna de la Maestría en Ciencias de la Salud. Énfasis en Bioética Médica.

 

María Luisa Pimentel Ramírez

Doctora en Humanidades. Catedrático de la Facultad de Medicina

 

Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

Facultad de Medicina. Toluca, México.

 

Resumen

 

El propósito de este artículo es mostrar que la forma de relacionarse entre las personas se basa en pautas de comportamiento definidas, aprendidas, aceptadas y compartidas por una construcción cultural. Estas relaciones pueden resultar afectadas por una valoración negativa, ejercida sobre determinadas características de quienes asumen pautas ajenas o diferentes a las que la sociedad establece como normas; en consecuencia, se obtendrán conductas de discriminación y rechazo que impidan la interacción interpersonal.

 

La relación médico-paciente, como tipo especifico de relación interpersonal, es susceptible de experimentar este tipo de conductas, dado que refleja los mismos criterios e ideologías de la sociedad a la que pertenece. Las concepciones equivocadas sobre la identidad y estilo de vida de un paciente afectado por VIH/SIDA, propician actitudes negativas e injustas por parte del médico. Esta situación obstaculiza el reconocimiento de la cualidad humana del enfermo y, por ende, la atención pertinente.

 

Palabras clave: VIH/SIDA, discriminación, rechazo, relación médico paciente, ética, reflexión.

 

Summary

 

The aim of this article is to show that the way of relate among persons is based on defined paths of behavior, learned, accepted and shared within a social construction. These relations can be affected or modified due to a negative valuation about certain characteristics of those who assumed a different behavior from the social established norms; in consequence, discrimination and reject attitudes are presented during interpersonal interaction.

 

Medical relationship as a specific interpersonal relation is susceptible to experiment this negative attitudes as it reflex the same ideology and cultural values of the society it belongs.

 

The wrong conceptions about the identity and life style of a patient affected by HIV/AIDS, provides negative and unfair attitudes from the physician’s side. This situation restrains the recognition of the human quality of this ill person and also his adequate attention.

 

Key words: HIV/AIDS, reject, discrimination, medical relationship, ethics, reflection.

 

Introducción

 

Desde hace más de 20 años, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es un problema de salud mundial que por su gravedad, ha impactado en los distintos ámbitos, de lo político, económico, religioso, médico y ético. Su rápido incremento y propagación a pesar de los intentos para prevenirlo y detenerlo han hecho centrar la atención en él.

 

El SIDA es una enfermedad infectocontagiosa causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); se caracteriza por un grave deterioro en el sistema inmunológico y daño multisistémico. La infección, pasa por etapas progresivas e irreversibles con manifestaciones muy particulares; solamente a la última se denomina SIDA. (1)

 

Esta enfermedad infecciosa tiene mucho en común con otras que han generado pánico en la historia de la humanidad: su carácter contagioso, rápida diseminación y mortalidad a largo plazo; otra de sus características radica en que no responde a la forma tradicional de ese tipo de enfermedades, pues el contagio depende más de factores de carácter personal, como falta de cuidado de sí y determinadas prácticas de riesgo, los cuales facilitan su transmisión y contribuyen, de forma significativa, a su incremento y expansión. (2)

 

Cuando el VIH/SIDA empezó a expandirse, se vinculó con ciertos grupos de riesgo: homosexuales, adictos y prostitutas, quienes lo contrajeron de manera consciente o inconsciente, como resultado de la exposición al virus y de la falta de cuidado de sí. Posteriormente, el grupo se amplió, afectando a mujeres con parejas bisexuales, transfundidos, hemofílicos, hijos de madres infectadas y heterosexuales con relaciones promiscuas. (3, 4)

 

Muchas personas dentro de la norma social no se consideraron expuestas a pesar de llevar prácticas con igual riesgo, por lo que contrajeron la enfermedad y la trasmitieron a otros. Ello impidió la prevención y el control de la infección. (5,6)

 

Aun cuando se sabe que el virus del VIH es el responsable de la enfermedad, y se ha informado sobre los modos de transmisión o contagio, su asociación primaria como enfermedad de cierto grupo de personas, fuera de la norma social, estimuló prejuicios y pánico en la sociedad. (4)

 

De este modo, se establece y asume que, en tanto castigo divino para degenerados y viciosos, el VIH/SIDA está asociado a la perversión y a un comportamiento inmoral; a estas actitudes y a la incomprensión hay que sumar el temor al contagio y la ignorancia en cuanto a los mecanismos de transmisión y temor a la muerte. (3) Desde esta perspectiva, los juicios y enfoques sobre el VIH/SIDA adquieren una connotación moral; se argumenta que los enfermos merecen su condición por agredir las normas morales establecidas por la sociedad. Así, esta enfermedad de transmisión sexual se convierte en una trasgresión ética, porque implica la identidad de las personas: intimidad, orientaciones o preferencias, relaciones interpersonales, formación, valores y creencias. (5,6,7)

 

A partir de entonces, surgió el estigma: atributo desacreditador dada la caracterización social impuesta a la enfermedad y que se aplica para marcar a las personas contagiadas por VIH; a quien la padece se le juzga diferente al resto de las personas. Esta marca señala a los enfermos como individuos indignos y peligrosos, que deben ser excluidos para no contagiar al resto de la comunidad. (5,8)

 

La acción derivada del estigma es la discriminación, la cual se refleja en conductas negativas y de rechazo que pueden ser observadas en diferentes ámbitos: familiar, social, laboral, cultural y médico.

 

La discriminación recurre a innumerables expresiones, pero se refiere, concretamente, a cualquier forma de diferenciación, restricción o exclusión que puede sufrir una persona, a causa de alguna característica personal inherente. (9)

 

Saber que una persona es portadora de VIH, constituye causa inmediata de discriminación por parte de quienes carecen de información suficiente sobre el virus y la enfermedad. Restringe su papel social y modifica las relaciones con los demás a partir del momento en que se les descubre seropositivos, porque la alteración en el estado de su cuerpo (cuerpo deteriorado), tiene un simbolismo social que degrada al sujeto física y moralmente (identidad deteriorada). (5,10)

 

El área médica no está exenta de estas conductas, ya que se presentan evidencias de actitudes y trato desfavorable en los servicios de atención a la salud. (5,11) La relación médico-paciente como tipo especifico de relación interpersonal, es susceptible de experimentar este tipo de conductas, dado que reproduce los mismos criterios e ideologías de la sociedad a la que pertenece.


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