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Trastorno por estres postraumatico
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Autor: Dra. Patricia Di Nasso
Publicado: 27/05/2009
 

Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) se configura como una reacción emocional intensa ante un suceso experimentado como traumático. Una experiencia traumática, como un desastre natural, guerras, accidentes automovilísticos y actos de violencia, puede ser entendida como una discontinuidad súbita y extrema en la vida de una persona.

Su sensación de control sobre sí mismo y sobre el medio ambiente físico, y la creencia de invulnerabilidad son amenazadas en forma dramática. Se alteran los procesos emocionales, cognitivos y volitivos, incorporando un fundamental quiebre en la experiencia que es difícil de integrar en la conciencia personal

Las reacciones pueden ser transitorias o prologarse por largo tiempo. De este modo se plantea que la capacidad de un “estímulo” para producir este trastorno está en directa relación con la percepción de amenaza que se tenga de éste. Dicha percepción dependerá del acontecimiento y/o de las características de la persona.


Trastorno por estres postraumatico.1

Trastorno por estrés postraumático.

 

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Autor: Dra. Patricia Di Nasso

 

Profesora Titular Efectiva cátedra Atención Odontológica del Paciente Discapacitado, Facultad de Odontología, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. Master en Atención Temprana (2008) España, Magíster en Gestión de Organizaciones Públicas (Especialidad: Educación). Investigadora categoría 3, Especialista en Odontología Preventiva y Social. Especialista en Docencia Universitaria. Directora del Centro de Atención Odontológica al Discapacitado.

 

El presente trabajo integra el plan de estudios de Doctorado en Salud Pública en la Atlantic International University, EEUU

 

 

Índice. Tabla de Contenido

 

  • Resumen. Palabras clave
  • Desarrollo
  • Criterios diagnósticos
  • Trastorno de Estrés Postraumático
  • Predictores
  • Tratamiento
  • Conclusión
  • Bibliografía

 

 

Resumen

 

Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) se configura como una reacción emocional intensa ante un suceso experimentado como traumático. Una experiencia traumática, como un desastre natural, guerras, accidentes automovilísticos y actos de violencia, puede ser entendida como una discontinuidad súbita y extrema en la vida de una persona.

 

Su sensación de control sobre sí mismo y sobre el medio ambiente físico, y la creencia de invulnerabilidad son amenazadas en forma dramática. Se alteran los procesos emocionales, cognitivos y volitivos, incorporando un fundamental quiebre en la experiencia que es difícil de integrar en la conciencia personal

 

Las reacciones pueden ser transitorias o prologarse por largo tiempo. De este modo se plantea que la capacidad de un “estímulo” para producir este trastorno está en directa relación con la percepción de amenaza que se tenga de éste. Dicha percepción dependerá del acontecimiento y/o de las características de la persona.

 

El hecho que más de la mitad de las personas expuestas a un trauma no desarrolle este trastorno a pesar de la experiencia de extremo peligro, pérdida y amenaza, enfatiza que otras variables son necesarias para explicar su inicio.

 

El Trauma es una realidad permanentemente presente a lo largo de la historia de la humanidad. Y aunque las reacciones psicológicas frente a hechos traumáticos han sido observadas desde hace ya más de un siglo, han caído más de una vez en el olvido. Recién en las últimas dos décadas, sustentado en los movimientos pacifistas y en los movimientos contra la violencia doméstica y sexual, ha crecido el interés en el estudio de estos temas.

 

En el año 1980, se establece el diagnóstico de Trastorno por Estrés Post Traumático (Post Traumatic Stress Disorder, PTSD) en el DSM-III. A partir de aquel momento ha ido creciendo exponencialmente el interés en este trastorno, materializado en cientos de publicaciones científicas, investigaciones, creación de asociaciones, desarrollo de nuevos abordajes terapéuticos, etc.

 

Los sucesos traumáticos sobrepasan nuestra capacidad de asimilación. Las personas que los experimentan pueden tener reacciones de intenso miedo, horror o desesperanza. Estos eventos pueden comprender el sentirse amenazado de muerte, ser herido gravemente o asaltado física o sexualmente. Pueden ocurrir por única vez como el caso de un accidente vehicular o aéreo, un desastre natural, un incendio o un delito violento, o pueden ser repetidos y persistentes, como en el caso del abuso o maltrato infantil, otras formas de violencia doméstica y la guerra. Por desgracia, los sucesos traumáticos son muy comunes, afectando a la mayoría de las personas, como mínimo una vez en su vida. Las reacciones a estos eventos traumáticos varían considerablemente, provocando desde alteraciones menores a perturbaciones severas, debilitantes y prolongadas. Es muy común que, además de la ansiedad, el temor y el decaimiento, la persona se desconecte emocionalmente y no recuerde partes significativas de lo acontecido. Pese a ello, puede verse atormentada para imágenes fragmentarias de recuerdos que se presentan a través de imágenes y recuerdos persistentes, pesadillas o depresión, irritabilidad, trastornos del sueño, etc.

 

Cuando estas experiencias duran más de un mes, son descriptas bajo el diagnóstico de Trastorno por Estrés Postraumático o TEPT.

 

Palabras clave: Estrés, síntomas y signos postraumáticos, desórdenes postraumáticos

 

Desarrollo. Estrés Traumático

 

En 1934, Hans Selye enunció por primera vez el concepto de Estrés. Desde aquel momento hasta la fecha, la concepción acerca del mismo ha ido evolucionando. Hoy, podemos definir el estrés como “los procesos fisiológicos y psicológicos que se desarrollan cuando existe un exceso percibido de demandas ambientales sobre las capacidades percibidas del sujeto para poder satisfacerlas; y cuando el fracaso en lograrla tiene consecuencias importantes percibidas por el sujeto (...)

 

El concepto moderno de estrés, entonces, refleja la interacción entre 3 factores:

 

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La respuesta individual puede ser de afrontamiento o de huida, el organismo se prepara entonces con aumento del ritmo cardíaco, del ritmo respiratorio, de la presión sanguínea, se dilatan las pupilas, se tensan los músculos, se produce una vasoconstricción periférica, aumenta la glucemia, se libera adrenalina, noradrenalina, glucocorticoides, etc.

 

Cuando el individuo ha experimentado, ha presenciado o se ha enterado de “acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás, (...) y la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.” (DSM-IV, 1994) y como resultado de ello experimenta además tres clases de síntomas.


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Criterios diagnósticos

 

El DSM-IV (American Psychiatric Association, 1994) y el DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 2000) incluyen 6 criterios para el diagnóstico del Trastorno por Estrés Postraumático.

 

El primero se refiere a la delimitación del trauma, señalando que un evento traumático es definido como tal si:

 

  1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás; y
  2. la persona ha respondido con temor, desesperanza u horror intensos.

 

Y luego tener en cuenta la aparición de estos 3 síntomas:

 

1. Reexperimentación del hecho traumático (recurrencia de pensamientos, sentimientos o imágenes relacionados con el hecho traumático, sueños y pesadillas que producen malestar, sensación de estar viviendo nuevamente el hecho traumático, reacciones fisiológicas o psicológicas intensas de malestar al exponerse a estímulos que recuerdan o simbolizan el hecho traumático)

 

Cada nueva reexperimentación del hecho produce en el individuo una réplica de la reacción original frente al trauma, provocando así una retraumatización y el trauma se autoperpetúa, el individuo queda fijado en el tiempo y es continuamente reexpuesto al hecho traumático.

 

2. Evitación y de embotamiento psíquico: esfuerzo por evitar pensamientos, sensaciones, personas, lugares, actividades, hechos etc. que recuerden el hecho traumático y síntomas de carácter disociativo o de embotamiento psíquico (incapacidad para recordar aspectos significativos del hecho traumático, reducción del interés o de la participación en actividades que le resultaban significativas, reducción significativa de la vida afectiva, con incapacidad de experimentar sentimientos positivos, sensación de futuro desolador y desesperanza)

 

El individuo desarrolla esta serie de síntomas en un aparente intento de resguardarse de las emociones intolerables, o bien evitando directamente los recordatorios del trauma, o bien anestesiándose emocionalmente, ya sea por medio de mecanismos disociativos o de amnesia, ya sea por medio de consumo de sustancias, trastornos alimenticios, adicción al trabajo, etc.

 

3. Hiperactivación (trastornos del sueño, en la concentración, irritación, hipervigilancia, respuesta de sobresalto exagerada). El paciente está siempre en guardia en otro intento de permanecer a salvo de la reexposición al hecho traumático, nunca se siente a salvo.

 

Y se dice que sufre de un Trastorno por Estrés Post Traumático.

 

Se caracteriza por un conjunto de síntomas que se hacen presentes en los pacientes luego de haber vivido un acontecimiento estresante o traumático, en el cual se tuvo sensación de ver en peligro la vida propia o la integridad física.

 

El DSM IV incluye los siguientes:

 

• Guerras

• Ser víctima de ataques personales violentos, secuestros, torturas, encarcelamiento, desastres naturales, desastres provocados por el hombre.

• Diagnóstico de enfermedades potencialmente mortales.

• Haber sido testigo de accidentes graves, muerte no natural de personas (por accidentes, guerras, ataques, etc.)

 

Trastorno de estrés postraumático

 

El trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) es una enfermedad real en donde la persona se siente estresado y asustado después de pasado el peligro. Afecta su vida y a la gente que le rodea. Comienza en momentos diferentes dependiendo de la persona: inmediatamente después del evento traumático y permanecer o bien desarrollar síntomas nuevos y más serios meses o hasta años más tarde.

 

El DSM IV reúne los siguientes síntomas:

 

- Ansiedad

- Trastornos del sueño

- Pesadillas

- Hipervigilancia

- Respuesta exagerada

- Irritabilidad

 

Generalmente, el paciente tiene recuerdos o pesadillas recurrentes, en los que ese acontecimiento se repite. Los síntomas incluso pueden surgir en presencia de estímulos que recuerdan algún aspecto de esa situación. El paciente tiende a evitar estos estímulos, esforzándose por no pensar ni hablar acerca de esa situación, también intenta evadir actividades o personas que le recuerden ese hecho traumático.

 

He aquí una lista de circunstancias que pueden desencadenar el trastorno de estrés postraumático (PTSD):

 

  • Algo que ocurrió en la vida de la persona.
  • Algo que sucedió en la vida de una persona cercana.
  • Algo que la persona presenció.

 

El riesgo de que un niño desarrolle trastorno de estrés postraumático a menudo se ve afectado por la proximidad y la relación del niño con el trauma, la seriedad del trauma, la duración del suceso traumático, la recurrencia del suceso traumático, la capacidad de recuperación del niño, las habilidades que tenga para sobrellevarlo, y los recursos de apoyo que el niño disponga en la familia y la comunidad luego del suceso o sucesos.

 

Los siguientes son algunos ejemplos de hechos catastróficos que atentan contra la vida y que pueden causar un trastorno de estrés postraumático cuando son presenciados o vividos por un niño o un adolescente:

 

  • Accidentes graves (accidentes de automóvil o de ferrocarril)
  • Catástrofes naturales (inundaciones o terremotos)
  • Catástrofes provocadas por el hombre (bombardeos)
  • Ataques personales violentos (asaltos, violaciones, tortura, cautiverio o secuestro)
  • Maltrato físico
  • Ataque sexual
  • Acoso sexual
  • Maltrato emocional
  • Abandono

 

Síntomas del trastorno por estrés postraumático en niños

 

Los siguientes son los síntomas más comunes pero cada niño puede experimentarlos de una forma diferente.

 

Los niños y adolescentes que padecen trastorno de estrés postraumático sufren una angustia emocional, mental y física extrema cuando se ven expuestos a situaciones que les recuerdan el suceso traumático. Algunos vuelven a vivir el trauma repetidas veces en forma de pesadillas y recuerdos perturbadores cuando están despiertos, y pueden experimentar también todos o algunos de los siguientes problemas:

 

  • Alteraciones del sueño
  • Depresión
  • Sensación de inquietud, de "estar en guardia"
  • Facilidad para sobresaltarse
  • Pérdida de interés en cosas que solía disfrutar; desapego; ausencia general de receptividad; sensación de adormecimiento
  • Dificultades para demostrar cariño


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  • Irritabilidad, mayor agresividad que antes del suceso traumático, que puede manifestarse incluso violentamente
  • Evitar ciertos lugares o situaciones que despiertan recuerdos desagradables
  • Imágenes recurrentes que no pueden evitarse (estos recuerdos pueden tomar la forma de imágenes, sonidos, olores o sentimientos y el individuo por lo general cree que el suceso traumático está volviendo a ocurrir)
  • Pérdida de contacto con la realidad
  • Vivencia recurrente de un suceso traumático que puede durar unos segundos, horas o, muy raramente, días enteros
  • Problemas en la escuela; dificultad para concentrarse
  • Preocupación por morir a edad temprana
  • Conducta regresiva; comportarse como si tuviera menos edad (succionarse el pulgar, incontinencia nocturna)
  • Síntomas físicos (dolor de cabeza, dolor de estómago)

 

Evaluación

 

Los instrumentos más utilizados para la evaluación de la sintomatología relacionada con el Trastorno por Estrés Postraumático han sido habitualmente los autoinformes, entre los que podemos encontrar dos tipos de instrumentos de evaluación, por una lado las entrevistas y por el otro los cuestionarios, inventarios y escalas. Adicionalmente, en la actualidad los investigadores han dirigido también su interés a la búsqueda de marcadores psicofisiológicos y neurobiológicos característicos de los pacientes con Trastorno por Estrés Postraumático.

 

Prevalencia

 

Los estudios basados en la comunidad revelan que la prevalencia global del trastorno por estrés postraumático oscila entre el 1 y el 14%, explicándose esta variabilidad por los criterios diagnósticos empleados y el tipo de población objeto de estudio. En estudios sobre individuos de riesgo (p.ej., veteranos de guerra, víctimas de erupciones volcánicas o atentados terroristas) pueden encontrarse cifras de prevalencia que van del 3 al 58%.

 

Se calcula que asciende al 40 por ciento en los vecindarios muy violentos.

 

Curso

 

El Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) es de aparición brusca, pudiendo producirse dicha aparición hasta años después de producido el hecho traumático y su diagnóstico es relativamente fácil de hacer cuando el paciente refiere la existencia del hecho traumático. En cambio, cuando los síntomas son de aparición tardía, en muchas oportunidades no es evidente para el paciente la vinculación entre la experiencia traumática y sus síntomas, por lo que el clínico debería investigar siempre la existencia de tales experiencias. A menudo, otro de los obstáculos que encuentra el clínico, es que frecuentemente el paciente evita hacer referencia al hecho traumático para evitar el sufrimiento.

 

El trastorno por estrés postraumático puede iniciarse a cualquier edad, incluso durante la infancia. Los síntomas suelen aparecer en los primeros 3 meses posteriores al trauma, si bien pueden haber un lapso temporal de meses, o incluso años, antes de que el cuadro sintomático se ponga de manifiesto. Con frecuencia, la alteración reúne inicialmente los criterios diagnósticos del trastorno por estrés agudo. La duración de los síntomas muestra considerables variaciones; la mitad de los casos suele recuperarse completamente en los primeros 3 meses; en otras ocasiones todavía pueden persistir algunos síntomas más allá de los 12 meses posteriores al acontecimiento traumático.

 

La intensidad, duración y proximidad de la exposición al acontecimiento traumático constituyen los factores más importantes que determinen las probabilidades de presentar el trastorno. Existen algunas pruebas que demuestran que la calidad del apoyo social, los antecedentes familiares, las experiencias durante la etapa infantil, los rasgos de personalidad y los trastornos mentales preexistentes pueden influir en la aparición del trastorno por estrés postraumático. Este trastorno puede aparecer en individuos sin ningún factor predisponente, sobre todo cuando el acontecimiento es extremadamente traumático.

 

Predictores

 

En el DSM-IV se introdujo un nuevo diagnóstico, el de Trastorno por Estrés Agudo, en que con criterios similares al del diagnóstico de Trastorno por Estrés Postraumático, se pone el acento en los síntomas disociativos (amnesia disociativa, despersonalización, desrealización, etc.)., de tal manera que quien, inmediatamente después de la exposición al hecho traumático desarrolla los síntomas de un Trastorno por Estrés Agudo, está en mayor riesgo de que esos síntomas se perpetúen bajo la forma de un Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

 

Con respecto a las características del hecho traumático tienen más posibilidades de desarrollar un Trastorno por Estrés Postraumático quienes estén expuestos a hechos traumáticos

 

1. infringidos por la mano del ser humano

2. por familiares directos o personas en las que se debía confiar

3. los que son repetidos y reiterativos

4. sufridos más tempranamente por los que se ha recibido presión al silencio en contraposición a:

 

1. los de carácter natural

2. no intencionales

3. hechos únicos

4. sufridos a edad más avanzada

5. de los que se ha podido hablar libremente que tienden a resolverse más benignamente

 

Una vez diagnosticado el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), algunos de los factores de vulnerabilidad que se deben considerar y explorar en la historia de un paciente son:

 

  1. Historia de traumas previos: éstos podrían indicar una vulnerabilidad fisiológica respecto a los síntomas de activación o una predisposición psicológica al reactivar conflictos previos no resueltos. Los pacientes con Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) refieren con mayor frecuencia historia de abuso físico y/o sexual.
  2. Género: Investigaciones recientes muestran que tanto hombres como mujeres tienen similar riesgo de desarrollar una reacción emocional de cualquier tipo después de una experiencia traumática; sin embargo, el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) es más frecuente en las mujeres en población civil
  3. Trastornos psiquiátricos previos: en especial depresión, trastorno de personalidad y abuso de alcohol y drogas
  4. Historia familiar de trastornos psiquiátricos: ya sea por la influencia genética, medio ambiental o la combinación de ambos
  5. Factor Neurocognitivo: Algunos estudios han establecido que los pacientes con Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) presentan bajo nivel intelectual y compromiso neurológico. Esto podría comprometer la habilidad del sujeto para adaptarse psicológicamente a una situación altamente estresante
  6. La presencia de lesiones físicas como causa del trauma: es poco clara la relación pero puede tener mayor relevancia el significado personal del accidente o daño como factor predictor
  7. Características de los síntomas: se plantea que la presencia de marcadas conductas de evitación o síntomas disociativos son de mal pronóstico. No hay clara evidencia acerca de este punto, existiendo concordancia en que todos los síntomas al inicio del cuadro tienen un valor predictor, y a mayor cantidad e intensidad de éstos, más exacta es la predicción.

 

Tal vez lo que sí queda claro es que el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) no es simplemente el resultado de la exposición a un trauma, existiendo variación en la capacidad del estresor en causar este trastorno y en la vulnerabilidad de los individuos para desarrollarlo. Por esto, seguido a un suceso traumático, es importante evaluar en forma precoz la necesidad de una intervención psicológica considerando estos factores de vulnerabilidad en la planificación de cualquier aproximación terapéutica.

 

Las consecuencias

 

El individuo que sufre Trastorno por estrés Post Traumático, pierde significativamente el interés por participar en actividades que antes le parecían gratas, se aleja de los demás, pierde la capacidad de expresar sus sentimientos y experimenta desesperanza respecto al futuro.


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Tratamiento

 

El tratamiento del Trastorno por Estrés Postraumático siempre ha sido difícil y complejo, arrojando en ocasiones datos contradictorios. Por ello, se estableció la idea de un tratamiento por objetivos, tratando de intervenir sobre el síntoma predominante con la técnica más adecuada para este.

 

Técnicas recomendadas para cada síntoma o manifestación (Foa et al., 1999).

 

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Las estrategias a seguir en un Trastorno por Estrés Post Traumático son:

 

- Reexperimentación y Confrontación

- Psicoterapia cognitivo-compartimental grupal y/o individual

- Psicoeducación

- Psicofarmacoterapia

- Algunos autores recomiendan la hipnosis

 

Intervención terapéutica

 

El clínico utiliza diversas herramientas dentro de la terapia con el fin de reestructurar creencias irracionales y pensamientos catastróficos que pueden surgir en relación a los sentimientos de vulnerabilidad y pérdida de control. A continuación se describen diversas herramientas:

 

a)     Pautas cognitivo ­conductuales: destinadas al manejo de creencias irracionales y pensamientos negativos automáticos, facilitan un mejor manejo de la ansiedad y de síntomas asociados.

b)    Psicorrelajación: Con respiración diafragmática que se caracteriza por una respiración profunda y lenta, enseñándole al paciente a controlar su ritmo respiratorio, relajación progresiva de Jacobson en que el paciente debe discriminar entre tensión y relajación de cada grupo muscular, y en donde se agregan imágenes placenteras que provoquen sensaciones de calidez y tibieza. Esta técnica se enseña para el manejo de síntomas ansiosos y psicofisiológicos, y como primer paso para la planificación de la desensibilización. Básicamente se busca ayudar al sujeto a manejar sus miedos y ansiedades, utilizándose además como una técnica de distracción o como ayuda para la detención de los pensamientos catastróficos.

c)     Desensibilización en imaginería: se recuerda la experiencia traumática mediante una graduada exposición a señales que generan ansiedad y activación psicofisiológica. Es una manera segura y protegida en que el paciente revive la experiencia traumática y va ganando control sobre este episodio de su vida;

d)    Interconsulta al Servicio de Terapia Ocupacional: para la realización de desensibilización en vivo cuando existen síntomas de evitación que impiden la movilización independiente en la vía pública y uso de locomoción colectiva, o el retorno al lugar de trabajo. Los terapeutas ocupacionales realizan salidas a la vía pública con graduada exposición a estímulos ansiógenos;

e)     Entrevista a algún familiar significativo del paciente ya sea para la clarificación sintomática o para el manejo de situaciones disfuncionales en el ámbito familiar que influyen negativamente en la evolución.

f)     Estimular conductas activas y autónomas que permitan retomar roles y actividades previas. Para esto se enfatiza el aprendizaje de nuevas estrategias de enfrentamiento y tareas de autocuidado

g)    Objetivar continuamente los logros terapéuticos a fin de reforzar la percepción de autoeficacia personal para crear mayor seguridad en sí mismo

h)     Estimular la búsqueda de redes de apoyo ya sea en el ámbito familiar como social.

i)      Reforzar la rehabilitación médica así como las indicaciones dadas por los distintos especialistas incluido el tratamiento farmacológico.

 

Prevención del trastorno por estrés postraumático en niños

 

Las medidas preventivas para reducir la incidencia o disminuir las posibilidades de las experiencias traumáticas en los niños incluyen, entre otras, las siguientes:

 

  • Enseñar al niño que está bien decirle NO a alguien que intenta tocar su cuerpo o acercarse de cualquier manera que lo haga sentir incómodo.
  • Enseñar al niño que está bien contarle de inmediato a un adulto de su confianza que alguien lo ha hecho sentir incómodo.
  • Brindar el apoyo y los consejos adecuados a los niños y los adolescentes que hayan experimentado o presenciado un suceso traumático.

 

Fomentar los programas de prevención en la comunidad o en el sistema escolar de la zona.

 

Conclusión

 

El Trauma es un factor omnipresente en la historia de la humanidad, y en la vida cotidiana de las personas. Su definición, diagnóstico, mecanismos de acción y tratamiento están en plena evolución.

 

Una experiencia traumática puede constituir una discontinuidad súbita en la vida de una persona, por lo que a continuación de un suceso traumático siempre es importante evaluar la necesidad de una intervención precoz ­que permita la detección de síntomas del Trastorno por Estrés Postraumático e iniciar un tratamiento que prevenga la cronificación y complejización del cuadro.

 

Desde el inicio se establece un plan de tratamiento explícito para el paciente, existiendo un rango flexible de opciones terapéuticas. El objetivo central de la psicoterapia es la elaboración y la resignificación del acontecimiento traumático, centrándose también en el aprendizaje y refuerzo de habilidades y recursos personales, para que el paciente pueda reestructurar su historia vital después de un acontecimiento estresante, que pueda comprender lo ocurrido y que tenga control sobre sus síntomas para otorgarle un sentido a la experiencia traumática vivida.

 

Aproximadamente la mitad de los casos que presentan esta sintomatología, suele resolverse espontáneamente en el lapso de los tres primeros meses. El resto, requieren de atención psicoterapéutica para su resolución. Obvio es decir que cuanto más temprana la intervención, más rápida su resolución. Si la intervención se demora mucho tiempo, el paciente estructura su vida en torno de los síntomas, dañando las actividades sociales, interpersonales, laborales, etc. por lo que la recuperación es más lenta y dificultosa.

 

 

Bibliografía

 

1.     American Psychiatric Association (1994, 2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. (DSM-IV). Washington, D.C.: American Psychiatric Association.

2.     Carbonell, C. G., Trastorno por estrés postraumático: clínica y psicoterapia , Revista chilena de neuro-psiquiatría, ISSN 0717-9227 versión on-line. Santiago nov. 2002 ; 40 (Suplemento 2): 69-75

3.     Cazabat, E., Trastorno por Estrés Post Traumático. Criterios Diagnósticos, Trabajo presentado en el II Congreso Virtual de Psiquiatría , Feb. del 2001

4.     Cia, A. H., TRASTORNO POR ESTRES POSTRAUMÁTICO, Ed. Imaginator, Isbn 950-768-362-3

5.     Servicio de Salud Mental, Hospital del Trabajador de Santiago. Chile.

6.     Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y Estrés

7.     http://www. nlm.nih.gov/ medlineplus/ spanish/ posttraumatic stress disorder.html

8.     http://www. eutimia .com/ tr mentales /estrés post.htm

9.     http://www.redsanar.org/Textos/Trastorno_Estres.htm