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Tratamiento de las principales lesiones musculares
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Autor: Dr. Rubén Fernández García
Publicado: 25/09/2009
 

El presente artículo ha tenido como principal objetivo explicar las distintas formas y posibilidades que puede utilizar el profesional de la fisioterapia, en el tratamiento de las lesiones musculares. Con esta finalidad, se ha realizado en primer lugar, una descripción de la estructurara del tejido muscular y de los principales tipos de fibras que componen el músculo. También nos hemos detenido en desarrollar los mecanismos de lesión y reparación muscular, así como los conceptos básicos y principales causas de las lesiones deportivas. Finalmente se dedica un último apartado para describir el tratamiento de las principales lesiones musculares. Las conclusiones más relevantes que se pueden obtener son el elevado número de lesiones musculares que ocurren en el deporte, sobre todo en el de rendimiento y, la importancia que tiene la figura del fisioterapeuta dentro del contexto deportivo.


Tratamiento de las principales lesiones musculares.1

Tratamiento de las principales lesiones musculares

 

Fernández García, Rubén*; Zurita Ortega, F**; Fernández Sánchez, Manuel*** ; Sánchez, Sánchez, L.****.

 

*Doctor en Psicología y Diplomado en Fisioterapia. Profesor Escuela de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de Almería. España.

 

**Félix Zurita Ortega. Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Diplomado en Fisioterapia. Profesor Escuela de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de Almería (España).

 

***Manuel Fernández Sánchez. Licenciado en Antropología y Diplomado en Fisioterapia. Profesor Escuela de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de Almería. España.

 

****Licenciada en Psicología. Profesora Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Universidad de Almería. España.

 

Resumen

 

El presente artículo ha tenido como principal objetivo explicar las distintas formas y posibilidades que puede utilizar el profesional de la fisioterapia, en el tratamiento de las lesiones musculares. Con esta finalidad, se ha realizado en primer lugar, una descripción de la estructurara del tejido muscular y de los principales tipos de fibras que componen el músculo. También nos hemos detenido en desarrollar los mecanismos de lesión y reparación muscular, así como los conceptos básicos y principales causas de las lesiones deportivas. Finalmente se dedica un último apartado para describir el tratamiento de las principales lesiones musculares. Las conclusiones más relevantes que se pueden obtener son el elevado número de lesiones musculares que ocurren en el deporte, sobre todo en el de rendimiento y, la importancia que tiene la figura del fisioterapeuta dentro del contexto deportivo.

 

Palabras clave: Fisioterapia, lesión, deporte, tratamiento

 

1. Introducción

 

La mayoría de las variables relacionadas con la aparición de lesiones deportivas tienen que ver con fallos en la aplicación del programa o plan deportivo, falta de tolerancia al esfuerzo y con el cuidado institucional y personal del deportista. También existen determinados factores psicológicos que pueden influir en la ocurrencia de lesiones, es decir; la motivación, la agresividad, la impulsividad, la toma de decisiones, la auto-confianza, la tolerancia a la frustración y a la adversidad, la comunicación interpersonal y el estrés 1, 2, 3, 4, 5, 6.

 

Las lesiones musculares se producen fundamentalmente dentro del contexto del deporte; siendo la incidencia de las mismas entre el 10% y el 55% de todas las lesiones 7. Por lo general, las laceraciones musculares suelen ser lesiones menos frecuentes, mientras que las contusiones y las distensiones ocurren en el 90% de los casos de afectación muscular.

 

Efectivamente, la mayor parte de las lesiones musculares que se producen, se dan dentro del contexto deportivo, sobre todo en el nivel deporte de élite, donde se exige en gran medida, la obtención de óptimos resultados. Por este motivo es fundamental que un número importante de diplomados y Licenciados desarrollen su actividad profesional exclusivamente en el contexto del deporte. En este sentido, conviene atender al trabajo desarrollado por el fisioterapeuta deportivo en el tratamiento de un gran número de patologías relacionadas con los diferentes sistemas que conforman el cuerpo humano 8, 9, 10.

 

2. Estructura del tejido muscular

 

Desde un punto de vista macroscópico, el músculo se compone fundamentalmente por fibras agrupadas en haces de aproximadamente 10-20 fascículos, separados entre si por una estructura de tejido conjuntivo o perimisio. A su vez, el músculo posee otra capa de tejido conjuntivo más gruesa y externa denominada epimisio 11

Desde un punto de vista microscópico, la unidad básica del músculo es la miofibrilla, la cual está formada por proteínas complejas y es responsable en última instancia de la contracción muscular. Una miofibrilla tiene un diámetro aproximado de 1 μm y al microscopio óptico se pueden observar bandas claras y oscuras 12. El diferente color de las bandas se debe a los filamentos que constituyen la miofibrilla:

 

-       Banda A, gruesa y oscura o filamento de miosina. Se localizan en la porción central del sarcómero y se mantienen juntos en la región M.

-       Banda I, más clara y delgada o filamento de actina; en conexión con los discos Z. Para más información al respecto acudir a 13, 14 Figura 1.

 

Figura 1: Representación de la estructura del músculo

 

tratamiento_lesiones_musculares/estructura_histologica_musculo

 

Tomada de Guyton y Hall 15

 

3. Tipos de fibras musculares

 

De forma general, las fibras musculares se pueden clasificar en rojas o tipo I y blancas o tipo II. Las fibras rojas, encargadas del control postural, deben su nombre a su amplia red capilar. Contienen una mayor cantidad de enzimas oxidativas y mitocondrias, están constituidas por miosina lenta -se les suele denominar fibras de contracción lenta- y poseen mayor capacidad aeróbica que las fibras blancas. Las fibras tipo II, especializadas en el movimiento fino y delicado, se contraen de forma más intermitente para desarrollar la fuerza y tienen abundantes enzimas glucolíticas pero pocas enzimas oxidativas y mitocondrias 16, 17. Poseen miosina más rápida y se denominan fibras de contracción rápida. Su capacidad anaeróbica es mayor que las fibras tipo. 18


 


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4. Mecanismos de lesión y reparación muscular

 

Los indicadores biomecánicos principales característicos de la actividad muscular son; fuerza de tracción muscular y velocidad de variación de la longitud 19. El músculo sometido a una fuerza de tracción pasa por diferentes fases, atendiendo a las fuerzas de acción y reacción que se producen al aplicar dicha fuerza. En un primer momento o fase elástica, una vez se deja de ejercer tracción, el músculo recupera totalmente su longitud inicial. En un segundo momento o fase plástica, el esfuerzo de tracción muscular es más claro y evidente y, en este caso, se produce un estado de readaptación molecular interno. En cualquier momento de la fase plástica donde suprimo la fuerza de tracción, la estructura no vuelve a recuperar su longitud inicial. Finalmente, una vez que se pasa de la fase plástica se produce en un primer momento un estado de rotura parcial, hasta llegar a una situación de rotura total si se sigue ejerciendo una tracción continuada sobre la estructura muscular. 20, 21

 

Las fibras musculares no tienen una buena capacidad de regeneración y, el daño ocasionado a nivel macroscópico es reparado por tejido fibroconectivo cicatricial. De igual modo, si se interrumpe la inervación o el riego sanguíneo, las fibras se degeneran y se sustituyen por tejido fibroso 22.

 

La reparación del tejido muscular implica tres fases diferenciadas. En un primer momento o fase de destrucción, se produce una ruptura del tejido muscular, necrosis a nivel microscópico de las miofibrillas con formación de hematoma y consecuentemente reacción celular inflamatoria. En una segunda fase o reparación, se produce la reabsorción del tejido necrótico, creación de nuevos capilares y producción de tejido conjuntivo cicatricial. Finalmente, en la fase tercera o remodelación, la cual normalmente se solapa en el tiempo con la fase dos, se produce la maduración de las nuevas miofibrillas y la reorganización del nuevo tejido contráctil de contracción 23, 24. En este sentido, es fundamental que el nuevo tejido cicatricial adquiera una estructura y posición adecuada para evitar, entre otras cosas, la formación de puentes cruzados entre las fibras 21.

 

5. Conceptos básicos relacionados con la lesión deportiva

 

Actualmente, se acepta una falta de acuerdo respecto a la definición de lesión deportiva. Estas diferencias en el consenso son debidas al propio profesional, es decir, el fisioterapeuta, médico deportivo, preparador físico, traumatólogo, etc., definen la lesión deportiva en función de su específico ámbito de actuación, estableciendo por ejemplo clasificaciones que atienden al área y tipo de tejido afectado, gravedad del daño, tiempo estimado de recuperación, etc.

 

Si por ejemplo se definiera la lesión deportiva atendiendo al tiempo de recuperación de la misma, se diría que el deportista se ve obligado a interrumpir su práctica durante un tiempo determinado, por ejemplo cuarenta y ocho horas, un mes, seis meses, etc. 25 Otra forma posible de definición es clasificar la lesión en agudas o de inicio repentino, consecuencia de un hecho traumático 26 y crónicas, donde en este caso se producen por un inicio lento e insidioso que implica un aumento gradual del daño estructural 27. Otra forma muy común para clasificar las lesiones deportivas es atendiendo al tipo de tejido afectado, en decir, tejidos blandos -músculos, fascias, tendones, cápsula articular, ligamentos, vasos sanguíneos y nervios- y/o tejidos óseos 28. También se podría incluir la clasificación de lesiones catastróficas, donde se incluirían aquellas que producen discapacidad neurológica y funcional transitoria o permanente 29.

 

6. Principales causas de lesiones deportivas

 

Sería interesante conocer las condiciones generales de tipo intrínseco que pueden favorecer la ocurrencia de lesiones deportivas -entre ellas las musculares- :

 

1.     La condición física. Esta variable depende fundamentalmente de un trabajo específico que, según la edad y condiciones del deportista, puede abarcar el entrenamiento para el desarrollo de la capacidad física y el acondicionamiento dirigido al rendimiento en la competición. 30 En este apartado se debería atender a variables tales como:

 

-       Ausencia de reconocimientos médicos que ayuden a detectar estados del organismo de riesgo 31.

-       Historia pasada de lesiones 32

-       Edad y el deterioro del cuerpo.

-       Fragilidad constitucional 33.

-       Falta de suficiente preparación física para acometer las exigencias del entrenamiento y la competición 34.

-       Cansancio y la falta de suficientes periodos de descanso.

-       Una alimentación inadecuada 35.

-       Falta de un adecuado apoyo farmacológico.

-       Falta de adherencia a medidas preventivas -un trabajo específico para fortalecer los tobillos, realizar los ejercicios de calentamiento adecuados, etc.-.

 

2.     La condición técnica. Cada especialidad deportiva requiere, en mayor o menor medida, que los deportistas dominen movimientos específicos que constituyen la técnica deportiva de ese deporte. Como en el caso anterior, la condición técnica puede mejorar a través del entrenamiento, ampliándose así las posibilidades de rendimiento en la competición y evitando indirectamente una lesión muscular 31.

 

3.     La condición táctico/estratégica. Este apartado abarca la ejecución de las múltiples decisiones que los deportistas deben adoptar en la competición en función de las circunstancias relevantes propias de cada deporte. El comportamiento táctico determina que los deportistas utilicen sus habilidades técnicas y de ahí, la importancia de perfeccionarlas para la competición 30.

 

4.     La condición psicológica. Es importante favorecer en los deportistas el desarrollo de distintas habilidades que les ayuden a autorregular los estados psicológicos que influyen en su rendimiento 36. En esta faceta, el psicólogo desempeña un papel fundamental, abarcando por un lado la enseñanza de las técnicas apropiadas y su forma de aplicarlas adecuadamente y por el otro, el control de los posibles riesgos consecuencia del entrenamiento incorrecto y el mal uso de las estrategias psicológicas 37

 

7. Clasificación de las lesiones musculares

 

De todas las formas posibles para la clasificación de las lesiones musculares, en nuestro caso las vamos a dividir en extrínsecas o causadas por un mecanismo directo, como por ejemplo un choque 38 y lesiones de tipo intrínseco o secundarias a un mecanismo interno que provoca movimientos violentos y favorece un exceso de tensión en la musculatura. A su vez, desde un punto de vista evolutivo, las lesiones intrínsecas se dividen en agudas o de aparición brusca -contracturas, distensiones, roturas, etc.- y crónicas -principalmente fibrosis muscular, hematoma enquistado y miositis calcificante-.

 

7.1. Lesiones extrínsecas

 

7.1.1. Traumatismos contusos.

 

Son muy comunes dentro del ámbito del deporte. Puede verse implicado uno o varios grupos de músculos y en función si estos estaban previamente contraídos o relajados antes del impacto, la afectación puede implicar piel y tejidos subcutáneos 39 o afectación de fibras más profundas. En las contusiones de alto impacto, por lo general, las fibras musculares son comprimidas contra el hueso, produciendo un mayor enrojecimiento de la zona, dolor, calor local, tumor, rigidez y limitación funcional 38. Los signos y síntomas descritos son debidos a la extravasación de plasma intracelular y vasodilatación producida por el proceso inflamatorio agudo. El grado de hematoma -que puede estar localizado en tejido subcutáneo, zona inter o intramuscular- producido tras un golpe, va a ser directamente proporcional al flujo sanguíneo muscular e inversamente proporcional al tono muscular en el momento de producirse la lesión 40.


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7.2. Lesiones intrínsecas.

 

7.2.1. Contractura muscular.

 

Se trata de una contracción involuntaria, duradera o permanente, de uno o varios grupos musculares. Puede ser causada principalmente por hipersolicitación muscular, mal calentamiento antes de realizar la práctica deportiva o lesión muscular reciente. A la exploración se puede observar una zona de hipersensibilidad dolorosa que se acentúa cuando el paciente realiza una contracción muscular contrarresistencia. La contractura se asocia a déficit circulatorio y a veces produce incapacidad funcional 41.

 

7.2.2. Distensiones.

 

Se trata de un tipo de lesión muscular causada por la aplicación de una fuerza de estiramiento excesiva sobre el tejido muscular. Estas lesiones afectan especialmente a la unión miotendinosa y músculos biarticulares 24,42. En los deportes donde predominan las aceleraciones y los saltos se produce un mayor número de distensiones 43. El deportista, en el momento de la lesión puede sentir un dolor súbito y luego, suele persistir el estado de hipersensibilidad con disminución de la función contráctil 31.

 

7.2.3. Roturas musculares.

 

Cuando se produce una lesión muscular, es inevitable la producción de hemorragia, la cual puede afectar al proceso de curación de forma mecánica al favorecer la separación entre las fibras que se han roto. De forma general, un ejercicio físico puede producir roturas por distracción o compresión -ver traumatismos contusos.

 

Las roturas por distracción suelen darse a consecuencia de sobreesfuerzos o sobrecargas y se localizan normalmente en las partes superficiales de los músculos, en los orígenes, e inserciones. La causa principal de rotura es una fuerza intrínseca que ejerce el propio deportista en algún punto del cuerpo. Evidentemente, si esa zona ya estaba previamente lesionada, aumentan las probabilidades de volver a lesionarse dos veces en el mismo sitio. Se suele hablar de tres grados de rotura muscular: grado I o rotura fibrilar -se rompe un número muy pequeño de fibras-, grado II o rotura parcial -se rompen aproximadamente un 50% de las fibras- y grado III o rotura total. En este último caso, donde se produce una rotura total del 100% de las fibras y una hendidura en la piel muy característico, el único tratamiento posible es la intervención quirúrgica 44.

 

Los signos y síntomas más comunes -a mayor grado de rotura, más intensidad- en relación a las roturas son la incapacidad funcional, el sangrado y hematoma, edema, dolor a la movilidad activa y a los movimientos contrarresistencia. Una diferencia a reseñar es que en las roturas fibrilares el tiempo de recuperación no suele ser mayor de quince días. Para las parciales, el tiempo aumenta y, para las roturas totales, la recuperación total puede alargarse incluso a varios meses o más 45.

           

7.3. Complicaciones del tejido muscular -lesiones crónicas-

 

Aparecen como consecuencia de una evolución inadecuada de las lesiones musculares, produciendo por lo general síntomas dolorosos persistentes. Se describen en este caso tres tipos de complicaciones musculares: fibrosis muscular, nódulo fibroso cicatricial y miositis osificante.

 

7.3.1. Fibrosis muscular.

 

Se trata de un tipo de complicación con pérdida de elasticidad muscular y ligera limitación funcional, producida tras una rotura parcial o completa, donde no se ha realizado tratamiento o éste ha sido de mala calidad. Este tipo de lesión crónica se manifiesta también por dolores cuando se realiza algún tipo de esfuerzo 33.

 

7.3.2. Nódulo fibroso cicatricial.

 

Cuando se produce un proceso de cicatrización consecuencia de una rotura muscular, sobre todo si es de grado II o III, el cuerpo comienza a crear abundante tejido de cicatrización. En este sentido, en función del tipo de tratamiento y rehabilitación que se lleve a cabo, esas nuevas fibras cicatriciales que sustituyen a las ya lesionadas, pueden tomar una disposición más o menos funcional 21. En ocasiones se puede producir una disposición demasiado anárquica de las fibras en la zona lesionada favoreciendo la creación de entrecruzamientos patológicos de las fibras por acumulación excesiva de tejido conjuntivo fibroso. A consecuencia de esta situación aparece un nódulo fibroso en la zona afecta que provoca dolor acentuado a la palpación y al movimiento, así como una reducción de la elasticidad muscular e impotencia funcional 46.

 

7.3.3. Miositis osificante.

 

Se la considera una complicación grave localizada sobre todo en el muslo. Se trata fundamentalmente de una inflamación crónica del tejido muscular, el cual va perdiendo sus propiedades y termina degenerándose hasta convertirse en tejido óseo. Durante la fase inicial del proceso de calcificación el área afectada se encuentra edematizada y suele estar bastante hipersensible 28. Los signos y síntomas más característicos son dolor e inflamación de la zona lesionada, espasmos musculares, pérdida de fuerza en la zona afecta, induración y historia de haber recibido un golpe en la zona afecta 47.

 

Si con el tiempo esta sintomatología se mantiene, es posible que nos encontremos ante un problema de miositis osificante.

 

8. Tratamiento de las principales lesiones musculares

 

En el tratamiento de una lesión muscular se puede hablar de tres estadios relacionados con el proceso de rehabilitación 28:

 

  • Estadio agudo: dura desde varios días hasta varias semanas. El objetivo principal es limitar el sangrado interno y disminuir el dolor con la finalidad de facilitar el tratamiento y curación posterior de la lesión.
  • Estadio de rehabilitación: dura desde algunas semanas hasta varios meses. En este caso el proceso de rehabilitación se centra en ayudar al deportista a entrenarse con total normalidad gracias al trabajo en las variables de fuerza, amplitud, función neuromuscular y capacidad aeróbica.
  • Estadio de entrenamiento: dura desde algunas semanas a meses. En este momento es importante que el deportista recupere todas las capacidades necesarias para rendir de forma óptima durante el entrenamiento y la competición.

           

De forma general, para el tratamiento en fase aguda, tanto de los traumatismos contusos como distensiones y roturas musculares grado I y II, se aconseja la aplicación de hielo, vendaje compresivo circulatorio, aplicación de vendaje funcional, kinesiotaping, reposo y colocación de la zona afecta en posición de “descarga” 48,49,50,51,52. En combinación con lo descrito más arriba se pueden utilizar ya, desde un primer momento, la terapia miofascial, terapia craneo-sacral, osteopatía, así como el drenaje linfático manual o la termoterapia -estas últimas técnicas y terapias también se pueden utilizar en el tratamiento de contracturas- 53, 54, 55, 56.


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Para el tratamiento en fase subaguda -aproximadamente a partir del tercer día de producirse la lesión- de los traumatismos contusos -de igual manera forma, para contracturas, distensiones y roturas grado I y II (para las roturas musculares grado III o rotura total, el tratamiento es quirúrgico)-, se pueden utilizar los mismos medios físicos y técnicas descritos para la fase aguda, pero en este caso se irá prescindiendo poco a poco del vendaje compresivo, vendaje funcional y el reposo -dependerá del paciente, tipo de golpe, intensidad del mismo y grado I o II de rotura muscular-. También se pueden ir incorporando nuevas herramientas terapéuticas como los estiramientos mioconjuntivos -no utilizar en distensiones-, técnicas de masoterapia, movilizaciones, contracciones isométricas, técnica cyriax -en la rotura grado II, esperar por lo menos siete u ocho días después de la lesión-, etc. 57,58,59,60.

 

Si prestamos atención ahora al tratamiento de las principales lesiones musculares con carácter crónico, se debe tener en cuenta que en muchas ocasiones es necesario y fundamental la intervención quirúrgica. También es cierto que no se debe desdeñar los efectos terapéuticos de la técnica ciryax en el tratamiento de los nódulos fibrosos. Para el tratamiento de la miositis osificante y fibrosis muscular, sería interesante citar la más que posible influencia positiva de terapias que favorecen la estimulación de los procesos autocurativos del organismo. Nos estamos refiriendo en este caso a la terapia craneo-sacral 54 y terapia miofascial 21.

 

 

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