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Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte
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Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin
Publicado: 9/10/2009
 

  • Categorías básicas en la hipnosis
  • La sugestibilidad
  • La resistencia
  • La simulación
  • El signo señal
  • Pruebas y escalas para medir la sugestibilidad hipnótica del paciente
  • Pruebas de susceptibilidad hipnótica
  • Recomendaciones para el uso de las pruebas de susceptibilidad hipnótica
  • Prueba de la caída hacia adelante o hacia atrás
  • Prueba del cuerpo oscilando o de oscilación lateral
  • Prueba de la caída por pérdida de las fuerzas del cuerpo
  • Prueba de los brazos extendidos
  • Prueba del brazo pegado a la pared
  • Prueba del cuerpo pegado al asiento
  • Prueba de las manos pegadas luego del entrecruzamiento de los dedos


Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte.1

Hipnosis terapéutica. Teoría, métodos y técnicas aplicadas. Sexta parte

 

Dr. Alberto Ochoa Govin.

 

Doctor en Medicina. Especialista en Neurocirugía. Servicio de neurología, neurocirugía y terapia del dolor. Fundación medico preventiva. Clínica médico quirúrgica de Cúcuta. Centro Integral de especialistas de Cúcuta. Colombia. Profesor Universidad de Pamplona. Norte de Santander. Colombia.

 

Colaboradora:

Dra Ana Teresa Govin Cid. Doctora en Medicina. Especialista en Hematología. Master en Ciencias en Medicina Tradicional y Natural. Profesora del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Cuba.

 

  • Categorías básicas en la hipnosis
  • La sugestibilidad
  • La resistencia
  • La simulación
  • El signo señal
  • Pruebas y escalas para medir la sugestibilidad hipnótica del paciente
  • Pruebas de susceptibilidad hipnótica
  • Recomendaciones para el uso de las pruebas de susceptibilidad hipnótica
  • Prueba de la caída hacia adelante o hacia atrás
  • Prueba del cuerpo oscilando o de oscilación lateral
  • Prueba de la caída por pérdida de las fuerzas del cuerpo
  • Prueba de los brazos extendidos
  • Prueba del brazo pegado a la pared
  • Prueba del cuerpo pegado al asiento
  • Prueba de las manos pegadas luego del entrecruzamiento de los dedos

 

 

CATEGORÍAS BÁSICAS EN LA HIPNOSIS.

 

LA SUGESTIBILIDAD.

 

No hay hipnosis sin sugestión, que precisamente es incluida en la clasificación de terapias sugestivas. La sugestibilidad es el arma común que poseen, tanto el hipnólogo como el sujeto a hipnotizar, y consiste en el hecho de que a través de la suges­tión el primero tiene que lograr el efecto sugestivo; y el segundo, a través de su sugestibilidad, hacer efectiva la suges­tión.

 

Una persona puede ser más o menos sugestionable, pero siempre lo es; sin embargo, la experiencia, delicadeza y ascendencia del hipnólogo puede acrecentarla disminuirla o inhibirla si el proceder resulta inadecuado.

 

La sugestión es, a la vez, externa (mediante la palabra, por fascinación o potencia ligada a otro estímulo verbal) y al propio tiempo interna (autosugestión), en dependencia ésta última de la predisposición o disposición del sujeto para ser hipnotizado. Ello está dado, efectivamente, por una cierta actitud que asume ante la sugestión como tal y que condiciona favorablemente la sugestibilidad.

 

LA RESISTENCIA.

 

La resistencia puede expresarse de forma consciente o inconsciente, en el primer caso, el sujeto se propone hacer frente a las sugestiones hipnóticas, es decir, refuta la acción del hipnotizador; en el segundo desea ser hipnotizado, pero no logra entrar en el trance hipnótico, pues todo parece indicar que hay ciertos mecanismos inconscientes que actúan como barreras y que él desconoce.

 

Otra especie de resistencia estriba en los temores que el sujeto es capaz de experimentar a causa de:

 

  • Información previa de que a través de la hipnosis se han violado principios éticos.
  • Pensamiento actuante de que puedan aflorar situaciones comprometedoras para él y poner en peligro su reputación y su Yo interno o público.
  • Miedo "per se"

 

Todas estas condicionantes expresan un temor generalmente consciente y que no siempre está ligado al no deseo de ser hipnotizado, no por el hecho de la hipnosis en sí misma, sino por sus posibles consecuencias. Tal vez coexistan en estos pacientes algunos conflictos que casi siempre se resuelven con la forma en que el terapeuta maneje la situación.

 

Ciertos tipos de resistentes son más vulnerables a ceder ante la hipnosis, entre ellos los conscientes y estos últimos; porque si existe un enfoque adecuado del problema, la actitud resistente se modifica, en tanto haya seguridad afectiva y conocimiento del elemento cognitivo de la causa de la resistencia, que al conscientizarse positivamente, se convierte en un movilizador del cambio favorable.

 

Si analizamos los elementos expuestos anteriormente, podríamos afirmar que cualquiera puede ser resistente y a la vez ser modificado.

 

En ocasiones, el sujeto a hipnotizar opera con contrasugestiones que repite constantemente y ello obstaculiza la actitud hipnó­tica, por lo cual podemos considerarla como un tipo de resistencia.

 

LA SIMULACIÓN.

 

Es un elemento que debe tenerse en cuenta en nuestro quehacer hipnótico, puesto que hay sujetos que captan todas las manifestaciones conductuales de otros en estado de trance y simulan éstos en el trance también.

 

Ello implica que siempre el terapeuta ha de comprobar el nivel de hipnosis, y si con el paciente se ha logrado ésta. Un hipnólogo experimentado no carece nunca de recursos para satisfacer esa necesidad cognoscente.

 

Por lo general estos sujetos cumplen "al pie de la letra" todas la orientaciones sugestoras, pero con mayor rapidez que cuando se produce realmente en hipnosis.

 

Hay operadores que hacen el juego al simulador y logran hipnotizarle bajo los mismos términos; sin embargo, de acuerdo con las características psicológicas del sujeto a hipnotizar, puede optarse por este criterio de trabajo o interrumpir la sesión haciéndole saber (suave, dulce y amigablemente) la necesidad de no engañarse a sí mismo, pues no podrá confundir al terapeuta.

 

La simulación puede responder a un criterio de excentricidad y exaltación del Yo o constituir una genuina defensa psicológica; por ello es que se ve mucho en personas histéricas, tímidas y también en niños, que la llevan al plano del juego para demostrar su infalibilidad. Aconsejo a los menos experimentados tener estos elementos en cuenta.

 

EL SIGNO SEÑAL.

 

Es un elemento de gran utilidad, pues deja abierta la posibilidad de usar cualquier gesto, movimiento o palabra como señal para entrar nuevamente en trance hipnótico. Este signo será efectivo solamente cuando se ha llegado a niveles profundos de hipnosis, donde el acto sugestor llega selectivamente a la corteza con una fuerza tal, que operará como un nuevo condicionamiento que facilitará la ejecución de la acción implícita en el signi­ficado del nuevo estimulo-señalizador.


Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte.2

Pueden servir de signo señal varias opciones; palmadas, chasquidos de dedos, apretón de manos, una frase cualquiera pero siempre conectada con el terapeuta o hipnólogo, el cual debe ser preciso y dejar claramente expresados las condiciones de su efectividad.

 

Veamos este ejemplo:

 

Pronto despertarás, muy pronto, cuanto yo te diga despierta suavemente, lo harás sin ningún problema; sin embargo, cada vez que yo te dé la señal CORO CORO, caerás irremisiblemente en el sueño hipnótico.

 

La despierto y apto seguido digo: "CORO CORO", "CORO CORO", y si la señal es efectiva, caerá en sueño hipnótico.

 

Esta señal tiene una ventaja incuestionable y es que sintetiza el trabajo del terapeuta y economiza tiempo. Ello evita que cada vez que haya que enfrentarse a un paciente al que estemos hipnotizando, tengamos que realizar todo el proceder como si fuera la primera vez.

 

Siempre ha de dejarse selectivamente la acción del signo-señal para la eficacia del acto hipnótico, bien para el terapeuta o para otra persona que ha de manejar el caso. Un ejemplo elocuente de ello es que podemos pasar la acción a un familiar o a otro médico, como ocurre en las embarazadas, a quienes tratamos como profilaxis psicológica para prepararlas a la hora del parto, dejándole la señal que recibirá la acción por el médico o del acompañante para proceder a un sueño hipnótico que le permitirá un parto seguro, relajado y feliz.

 

También lo usamos en casos de intervenciones quirúrgicas, para eliminar el estrés que implica una nueva hipnosis.

 

PRUEBAS Y ESCALAS PARA MEDIR LA SUGESTIBILIDAD HIPNÓTICA DEL PACIENTE.

 

La sugestibilidad constituye una característica de todo ser humano en mayor o menor cuantía y su reconocimiento y confirmación para el proceso hipnótico es un elemento de gran importancia.

 

La sola presencia de un hipnólogo con los atributos de poseer un buen rol profesional, ya es un elemento de impacto y sugestión que debe ser aprovechado, partiendo del conocimiento de cómo es la persona a hipnotizar y del empleo de técnicas eficaces y sencillas, entre las que figuran las que mencionamos en este trabajo y que han demostrado su elevada efectividad.

 

PRUEBAS DE SUSCEPTIBILIDAD HIPNÓTICA.

 

La susceptibilidad hipnótica o sugestibilidad es la propiedad de respuesta ante la sugestión. Varía de un individuo a otro y en el mismo individuo de un momento o estado a otro, en dependencia de diversos factores psicológicos y fisiológicos.

 

Se conocen una serie de pruebas que han sido utilizadas por los hipnotizadores con vistas a detectar a aquellas personas que son susceptibles a la aplicación de determinadas técnicas hipnóticas. Estas pruebas nos dan una idea del grado de sugestibilidad de un sujeto.

 

Las pruebas que describiremos en este capítulo aplican recursos fisiológicos que facilitan unidos a la sugestión y establecer una combinación fisiopsicológica que favorezca la aparición espontánea de la sugestionabilidad del sujeto a quien se le aplican.

 

Las ventajas adicionales que tiene la aplicación de pruebas de susceptibilidad hipnótica son las siguientes, Fortalece el rapport entre el hipnoterapeuta y el paciente. Prepara al sujeto, psicológica y reflexológicamente para el relajamiento corporal completo, así como para las sugestiones verbales bajo las que tendrá que interactuar en el proceso de inducción hipnótica. Permite conocer cómo se comporta el individuo ante ciertas y determinadas sugestiones que se le van aplicando.

 

RECOMENDACIONES PARA EL USO DE LAS PRUEBAS DE SUSCEPTIBILIDAD HIPNÓTICA.

 

Aunque estas pruebas no son las únicas que existen sí son las más usadas. Además, nuestra recomendación parte de la experiencia práctica de haberlas aplicado a un número significativo de sujetos desde hace varios años y comprobar que miden efectivamente lo que se desea valorar, así como que nos permiten tener una visión general de la sugestionabilidad de aquellos a quienes se apliquen, para seleccionar los métodos de inducción hipnótica.

 

Una vez establecido el rapport y obtenidos los datos de la anamnesis del sujeto, se le explicará que se necesita su cooperación para realizar unas sencillas pruebas de reacción motriz que van encaminadas a conocer su capacidad de respuesta desde el punto de vista médico. Debe aclarársele al sujeto que estas pruebas son muy simples, que no tienen ningún tipo de contraindicación y que es necesaria su cooperación activa para que las mismas sean confiables. El paciente debe conocer que las pruebas se basan en el proceso de relajación; nunca se empleará el término hipnosis ni sugestión. Se le orientará que trate de comprender las consignas que se le darán y concentrarse en ellas.

 

Es importante crear en el sujeto una actitud científica hacia las pruebas, o sea, que las tome seriamente. Bajo ningún concepto el individuo se debe sentir desafiado a vencer o ser vencido en estas pruebas, por lo que es necesario poner énfasis en la importancia de la participación activa del mismo.

 

Las consignas deben ser dadas en un tono de voz bajo, preferiblemente como un susurro en forma mantenida y monótona, y con entonación imperativa. Nunca el sujeto debe recibir la impresión de que existe inseguridad por parte del terapeuta; para esto es necesario que la voz del operador sea pausada, firme y segura.

 

Cuando se emplace al sujeto a que trate de ir en contra de una sugestión mediante la consigna "Intente...", ésta se debe dar en voz baja y sugerir automáticamente, de modo imperativo y con una tonalidad de voz más fuerte, la consigna "No puede... imposible...”, para contrarrestar el efecto.

 

La utilización de la voz en tono bajo obliga al individuo a concentrarse para poder captar las consignas del operador.

 

El entrenamiento y la práctica van indicando las distintas tonalidades que en cada momento se necesitan. Estas indicaciones son válidas también para el proceso de inducción hipnótica.

 

Cuando vayan a ser aplicadas las pruebas en sujetos del sexo opuesto con personalidad y neurosis histéricas, no se puede dejar de valorar la posibilidad de que aparezcan vivencias autosugestivas provocadas por la imaginación y la fantasía de este tipo de entidad nosológica, que impliquen comentarios infundados en contra del terapeuta. Para evitar posibles acusaciones, es necesario realizar las pruebas en presencia de una persona del mismo sexo que la paciente, ya que siempre existe la posibilidad de que sujetos muy sugestionables entren en un estado hipnótico profundo. Al mismo tiempo, la presencia de un tercero tiene inconvenientes, ya que el paciente puede establecer resistencia por temor a hacer el ridículo, pero este riesgo es necesario correrlo para evitar las complicaciones señaladas. A continuación describimos las siguientes pruebas:

 

PRUEBA DE LA CAÍDA HACIA ADELANTE O HACIA ATRÁS.

 

Se le pide al paciente, puesto de pie, que cierre sus ojos, una bien los pies en talones y puntos y se relaje completamente. Una vez situado el paciente parado con los pies bien unidos, el cuerpo relajado, los brazos a los lados del cuerpo. Es importante que se realice la maniobra de levantar los brazos y soltarlos para comprobar que los mismos caigan relajados al suspenderlos, completamente pesados y abandonados, efectuando un movimiento de péndulo al caer.

 

Entonces se le dice: Yo pondré mis manos en sus hombros, y nos colocamos de frente si la sugestión es con la caída hacia adelante, siempre en el mismo sentido de la caída, y se le indica igualmente: Usted siente cómo su cuerpo se echa hacia adelante y no lo puede resistir y no tendrá miedo porque nada malo le pasará.


Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte.3

Si la caída es hacia atrás, el hipnotizador se coloca detrás, pone sus manos en la espalda del paciente y hace que el cuerpo del mismo se apoye ligeramente sobre la mano, dando la sensación de sostén, el paciente debe mantener los ojos cerrados Inmediatamente se comienza con las sugestiones verbales: Su cuerpo debe estar relajado, descansando sobre las manos... no tenga miedo…deje todo su cuerpo relajado... los ojos cerrados…. No trate de abrirlos... los brazos flojos, piense ahora que lo están empujando hacia atrás... su cuerpo relajado... no tenga miedo...

 

Cuando se entienda que efectivamente el sujeto se encuentra apoyado sobre las manos y que el mismo las ha establecido como punto de equilibrio, se comienza a aflojar la presión que se tenía sobre la espalda y se continúa diciendo: Su cuerpo se inclina hacia atrás se inclina hacia atrás... No tenga miedo... Los ojos cerrados...

 

Siempre debe existir entre cada sugestión un intervalo de aproximadamente tres a cinco segundos y es necesario que la voz siga con la misma entonación y en forma imperativa.

 

Si nos encontramos con un sujeto sugestionable y, por ende, susceptible a la hipnosis, se podrá observar que cae hacia atrás. Esta prueba es efectiva para los sujetos que presentan un alto grado de impresionabilidad.

 

Si el sujeto es sugestionable, inclinará fácilmente su cuerpo en la dirección sugerida.

 

Puede ser que mientras siente su caída, despierte abruptamente por temor a dañarse, y será nuestro deber tomarlo y calmarle de inmediato.

 

PRUEBA DEL CUERPO OSCILANDO O DE OSCILACIÓN LATERAL.

 

Se coloca al paciente de pie con las piernas bien unidas, los brazos al lado del cuerpo, totalmente relajados. Es muy importante comprobar este último aspecto. Se le indica que no tenga miedo y se le da confianza, sugiriéndole que cierre los ojos y repitiendo que mantenga los pies bien unidos y el cuerpo relajado.

 

El hipnotizador debe situarse frente al sujeto, ponerle una mano en cada brazo y comenzar a hacer un movimiento oscilatorio. Se le indica que piense en una sábana en blanco o en la pantalla de un cine donde no estén proyectando ninguna película.

 

Posteriormente se comienza con las sugestiones verbales siguientes:..Sus brazos relajados... Los ojos cerrados... no tenga miedo... No se va a caer... los pies bien pegados... El cuerpo muy relajado... Cada vez más floja... Todos sus músculos sin ninguna contracción...

 

Cuando, se ha comprobado que el movimiento tiene cierta estereotipia, que las manos del hipnotizador no tienen que hacer mucha presión para que se produzca el movimiento, se le indica: Ahora piense que esta sobre un barco. Un barco que se mueve... que se mueve... usted se mueve como si estuviera en el barco... Para un lado y para otro se mueve... Se mueve...

 

Se retiran las manos de los hombros del sujeto y se le dan las siguientes sugestiones: Está muy bien. Continúe... el barco sigue su movimiento... usted se mueve... de la misma forma... de un lado para otro... de un lado para otro... ya su cuerpo se mueve y se balancea...para la derecha y para la izquierda...

 

Esto debe coincidir con los movimientos que el sujeto está experimentando.

 

Cuando en él existe cierto mareo, las oscilaciones tienden a ser circulares; entonces se indica: Ya es imposible parar, esos movimientos son automáticos... imposible parar....imposible parar....aunque usted quiera... no puede parar ese movimiento... imposible parar…imposible parar. Intente... no puede... imposible parar... imposible parar.

 

Estando de pie el sujeto, se le pide que una bien sus pies totalmente y que cierre sus ojos, aclarándole que sentirá como a partir de ese momento su cuerpo oscilará cada vez más y que nada malo habrá de sucederle. Cuando el cuerpo esté oscilando, se detiene el movimiento a través de una orden verbal o sujetándolo suavemente. Este es también un elemento o ejercicio demostrativo de sugestibilidad.

 

El porcentaje positivo que se obtiene con esta prueba en personas sugestionables es alto, pues el movimiento estereotipado con los ojos cerrados provoca cierto mareo, que al unirse con las sugestiones verbales producen cierta tendencia a que los movimientos se hagan involuntarios y respondan a las indicaciones verbales del hipnotizador.

 

PRUEBA DE LA CAÍDA POR PÉRDIDA DE LAS FUERZAS DEL CUERPO.

 

Puesto de pie, nos colocamos frente al sujeto, le pedimos que cierre sus ojos y decimos: "Ejerceré una presión sobre tu cabeza que cuando sea muy fuerte para ti significará que tus fuerzas te abandonan y caerás pero nada te pasará, pues te sostendremos".

 

Procedemos a oprimir con nuestras dos manos, aumentando la fuerza y será fácil observar cómo las personas se doblan o caen rápidamente porque no hay fuerza que los sostenga.

 

Para evitar caídas y daños físicos debemos contar con un auxiliar que pueda ayudarnos a sostener el cuerpo cuando éste caiga.

 

PRUEBA DE LOS BRAZOS EXTENDIDOS.

 

Se puede sentar al paciente o mantenerlo parado, pero los pies deben estar fuertemente unidos y los ojos abiertos, los brazos extendidos paralela y horizontalmente, de modo que las palmas de las manos estén vueltas hacia adentro y a una distancia de 15 a 18 cm entre sí. Inmediatamente después se comienza con las sugestiones verbales siguientes: Su cuerpo debe estar firme. Los pies unidos... las manos extendidas... cada vez más extendidas... sus manos comienzan a aproximarse.

 

.. Se aproximan poco a poco... las manos se pegan... se pegan….se unen... están firmemente unidas... apretadas... duras... pegadas... Muy pegadas. Imposible separarlas. Imposible separarlas. Están pegadas.

 

El hipnotizador debe tocar con un dedo ambos brazos y continuar diciendo: A medida que yo toco sus brazos... Se ponen cada vez más duros... Duros y extendidos... cada vez más duros y extendidos... Se pegan cada vez están más pegados... más pegados... más pegados..., imposible separarlos... imposible separarlos... están pegados.

 

Esta prueba mide también el grado de sugestionabilidad del sujeto, pero hemos comprobado que tiene menos efectividad que las otras pruebas.

 

Si se obtiene un resultado positivo con alguna de las pruebas aplicadas, es decir, si el sujeto se ha visto incapacitado para desobedecer la sugestión del hipnotizador, se debe comenzar con la aplicación de sugestiones que eliminen el fenómeno provocado y llevar al sujeto a su estado natural. Para esto se le indica relajamiento y se le debe felicitar por su cooperación con vistas a formar un reforzamiento de la conducta del mismo.

 

Por lo general, los pacientes que han respondido afirmativamente a estos ejercicios quedan condicionados para la aplicación de la hipnosis.

 

Es importante conocer que el hecho de que no se responda en forma afirmativa a las pruebas no implica necesariamente que el sujeto no pueda ser hipnotizado, sino que es poco susceptible a la hipnosis mediante los métodos habituales de inducción.


Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte.4

PRUEBA DEL BRAZO PEGADO A LA PARED.

 

Se sitúa al paciente completamente relajado y parado con sus pies unidos, frente a una pared, a una distancia tal que para que llegue el brazo derecho extendido horizontalmente hasta la misma se necesite una inclinación del cuerpo hacia adelante (unos veinte grados). Al paciente se le indica que coloque su mano derecha pegada a la pared, pero con el brazo vuelto hacia arriba, quedando prácticamente apoyado sobre la palma de la mano, mientras que el brazo izquierdo ha de ponerse completamente relajado al lado del muslo. La mirada debe estar dirigida hacia la mano derecha.

 

El apoyo del cuerpo sobre la mano, en esta posición, provoca calambre en el antebrazo, así como rigidez total de los músculos estriados del mismo y sensación de dolor, por la posición forzada del pulso, que hacen sentir la mano como realmente pesada y pegada a la pared, siendo casi imposible separarla si no se retira el cuerpo hacia atrás por un mecanismo completamente físico.

 

Una vez que se ha comprobado que el brazo está contraído y en completa tensión muscular, se le indica al paciente que cierre los ojos y se comienza con sugestiones verbales. Primeramente se le indica en forma pausada: Usted ya a sentir cómo su mano se pega a la pared... no tenga miedo... Su brazo se pone duro y en tensión... Deje el resto del cuerpo relajado."

 

Se debe dejar entre cada sugestión un intervalo de tres segundos aproximadamente. Las indicaciones deben tener cierto énfasis imperativo y afirmativo, procurando que coincidan con lo que físicamente está pasando en el sujeto. A continuación se sugiere: "Su mano continúa pegada... muy pegada... cada vez más pegada. Más pegada...Más dura... Más cansada... Mucho más pegada... Imposible separarla.... imposible separarla. “aunque usted intente no puede. No puede separarla... está completamente pegada... imposible separarla..."

 

Esta sugestión verbal tiene que ser dada cuando se observa en el sujeto una total contracción en el antebrazo y se ha provocado que todo el resto del cuerpo esté completamente relajado. Se comienza a tocar con el dedo el brazo del paciente y se le indica: A medida que yo toco su brazo... éste se pone más duro... mucho más tenso... más contraído. Imposible separarlo... imposible separarlo... Cierre sus ojos... déjelos cerrados... Su cuerpo totalmente relajado. Totalmente relajado. Su brazo está duro... pesado... contraído... sus párpados pegados... Todo su cuerpo relajado... su brazo duro y contraído...su mano pegada a la pared... Imposible separarla... imposible separarla.

 

Después de repetir varias veces Imposible separarla, se le indica: Intente... no puede... no puede... imposible separarla... imposible separarla.

 

Nunca debe indicarse más de una vez el reto "Intente...Se continua reforzando la conducta del sujeto diciendo: "Está muy bien... no se preocupe... ha cooperado muy bien... fíjese bien. Yo contaré hasta tres... y cuando llegue a tres... usted podrá abrir los ojos y separar la mano... cuando yo cuente hasta tres... Uno... su mano comienza a dejar de estar pegada... Dos... todo su cuerpo flojo... Tres.”

 

Los sujetos de gran sugestionabilidad quedan casi hipnotizados, con imposibilidad de separar la mano. Pero, en general todo aquel que no logre separar la mano de la pared es un buen candidato para la aplicación de la hipnosis.

 

Consideramos que esta prueba es prácticamente la más efectiva que existe para medir la sugestionabilidad de una persona, pues el fenómeno que se provoca se basa en mecanismos puramente físicos, que imposibilitan la retirada de la mano de la pared si el cuerpo no echado hacia atrás. Es conveniente destacar que si se obtiene un resultado negativo en la prueba, esto no implica necesariamente que el sujeto no pueda ser hipnotizado.

 

PRUEBA DEL CUERPO PEGADO AL ASIENTO.

 

Se sienta al sujeto sobre una silla o cualquier asiento y se le dice: “Cierre sus ojos y respire profundo y lentamente. Usted verá cómo su cuerpo comienza a pesarle y le pesa cada vez más y más, que parece está casi pegado al asiento, y aunque usted quiera no puede levantarse. Cada vez es mayor, mucho más, y usted comprueba que es imposible levantarse". Se le repite la inducción varias veces, siempre con un gradiente de compromiso mayor, hasta que al final se le ordena: "Levántese", y no podrá. El sujeto hará entonces marcados esfuerzos para separarse del asiento, pero no lo hará y permanecerá adherido a éste. Ello es un signo de sugestionabilidad elevada y un indicador de que el individuo puede ser hipnotizado.

 

PRUEBA DE LAS MANOS PEGADAS LUEGO DEL ENTRECRUZAMIENTO DE LOS DEDOS.

 

Se trabaja al paciente de pie o sentado (preferiblemente en esta última forma) con los ojos abiertos. Se le indica que entrecruce los dedos hasta su base y haga gran presión con ambas manos entrecruzadas, para que queden fuertemente cerradas. Una vez hecho esto, debe sugerírsele que las voltee de forma que las palmas queden hacia afuera; inmediatamente se le indica que apoye el dorso de los dedos sobre la frente haciendo presión sobre ella, fuertemente, con los brazos arqueados y los codos en una posición alta.

 

Una vez que se ha puesto al sujeto en esta postura que físicamente es incómoda y forzada, pues las articulaciones digitales funcionan como nódulos que dificultan la salida de los dedos que se encuentran entrecruzados, se le manda a cerrar los ojos y se comienza con las sugestiones verbales': "Sus dedos deben permanecer firmemente unidos... firmemente unidos... sus codos y brazos elevados... las manos apoyadas sobre su cabeza. Todo el resto del cuerpo relajado... Completamente relajado... Las manos pegadas. Muy pegadas... Cuando se observe que existe cierta contracción muscular se indica: Ahora ya es imposible separarlas... sus dedos no se pueden separar.. Están pegados... muy pegados... amarrados... apretados... imposible separarlos... Intente... no puede... imposible separarlos... imposible separarlos.”

 

Los sujetos muy sugestionables se impresionan rápidamente con el ejercicio que provoca incomodidad física para poder separar los dedos. Las sugestiones verbales, deben ser dadas de forma pausada, siempre en un tono imperativo y con la misma tonalidad de voz, que hagan notar al sujeto la seguridad del profesional que está aplicando la técnica. Esta prueba es buena, pero la frecuencia en provocar resultados positivos es menor que la del brazo pegado en la pared o del cuerpo pegado al asiento.

 

Otra forma de realizar esta prueba es la siguiente: Se le pide al sujeto sentarse, que una las palmas de sus manos y que en la medida en que escuche que se crece numéricamente, vaya entrelazando sus dedos y ejerciendo una presión descomunal, que hará que sus manos queden como pegadas y adheridas (el hipnotizador puede contar hasta donde estime). Una vez mencionado el último número, se le dice: "Verá que no puede separar sus manos al tratar de hacerlo".

 

Toda observación que signifique dificultad para desunirlas, constituye un signo de elevada sugestionabilidad.

 

Podríamos mencionar muchas otras pruebas que indican una elevada sugestibilidad, como son: la prueba de los puños caídos y las pruebas de trasmisión de calor o del frío, que son muy populares; pero atiborraríamos de información este acápite. Una vez captada una respuesta positiva o acorde con la inducción, podrá hablarse de que hay sugestionabilidad y se pasará entonces al momento deseado: la hipnosis.

 

Otros signos de sugestionabilidad están dados por el reflejo palpebral aumentado, la mirada hacia arriba y la rotación de los ojos en el sujeto que estamos llevando al trance hipnótico.

 

Algunos experimentadores consideran que una sola prueba de sugestibilidad sirve para diagnosticar el grado de la misma y proceder inmediatamente a aplicar técnicas hipnóticas, pero otros expresan la necesidad de emplear más de una para obtener un mayor grado de confirmación y poder clasificar a los sujetos por niveles de susceptibilidad, en función de puntajes acordados según los resultados de la prueba. Así han surgido escalas, entre las cuales se usa mucho en Cuba la de Martínez Perigod y Asís (2), que permite clasificar al sujeto como: No suscepti­ble, Poco susceptible, Medianamente susceptible, Altamente susceptible y Susceptible total.

Es válido aclarar que las escalas posibilitan estandarizar los criterios de clasificación; sin embargo, en la práctica, cada experimentador aplica sus propios criterios, basados en una fuerte observación de las respuestas del sujeto, su experiencia y su intuición.