Bioetica del final de la vida humana del adulto mayor
Autor: Omaira Ramírez | Publicado:  12/03/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Geriatria y Gerontologia | |
Bioetica del final de la vida humana del adulto mayor .6

Hace una diferencia entre la eutanasia pasiva y la activa donde la eutanasia pasiva se define como: cooperar a la muerte de paciente" y la eutanasia activa se define como "técnica y procedimientos que tienen la intención deliberado de interrumpir la capacidad del paciente para continuar vivo (17)

Así también, la eutanasia es definida como "la acción medica que tiene como consecuencia principal la inducción de la muerte de un enfermo terminal que lo ha solicitado (18)

Asimismo, el mismo autor agrega que esta puede clasificarse de la siguiente manera:

Tipo – Características

1.- Por Acción:

1.1.- Activa. Cuando la acción es deliberada.

1.2.- Pasiva. Cuando no se ejecuta ninguna acción.

2.- Comisión / Omisión:

2.1.- Omisión.

2.1.1.- Suspensión de Tratamiento Necesario. Cuando se desconecta un ventilador mecánico.

2.1.2.- Suspensión de Tratamiento Innecesario. Limitación de medidas terapéuticas (ortotanasia, eutanasia pasiva).

3.- Directa:

3.1.- Directa Voluntaria. El paciente competente escoge su fin.

3.2.- Directa Involuntaria. Otros deciden el destino del paciente.

3.3.- Indirecta Voluntaria. El paciente competente solicita que no se impida el fin.

3.4.- Indirecta Involuntaria. Otros imponen su presión de medidas terapéuticas.

Fuente: Contreras, Floreal (2003) Pág. 72.

Para defender a la eutanasia activa o la pasiva Fletcher citado por Rumbold (2003) señala:

  • Es más difícil justificar, desde el punto de vista moral., el hecho de permitir que alguien muera de manera lenta y deshumanizada, que justificar ayudarlo a escapar de ese sufrimiento.
  • Las personas son algo más que seres biológicos; son seres racionales. Se considera que cuando pierden el elemento racional, entonces lo que queda es infrahumano. Se piensa que está justificado poner fin a la vida de una persona que haya perdido la capacidad de razonar por algún traumatismo o enfermedad.
  • Debe existir el mismo control de calidad para la terminación de la vida, que para su inicio. Es contradictorio dar aprobación ética a poner fin a la vida en útero, como ocurre en los abortos terapéuticos por motivos de compasión y piedad, pero negarse a aprobar el hecho de poner fin a la vida in extremis.
  • Una de las diferencias vitales entre los seres humanos y los animales es que el primero tiene la capacidad de elegir el momento apropiado para morir; el hecho de que la persona elija el momento de su muerte cuando se entera de que sufre de una enfermedad incurable, resulta piadoso para ella y de posibles beneficios para otros.(18)

Algunas concepciones en contra de la eutanasia son:

  • La eutanasia activa no intenta tomar en cuenta las necesidades de la persona que está muriendo, sino que pone fin de manera directa a su vida, y como tal, constituye una violación del individuo.
  • La vida es algo sagrada por lo tanto todas las decisiones éticas deben basarse en la reverencia hacia la vida.
  • Para algunas personas, la vida es un don de Dios y por ello solo a Dios corresponde quitarla; uno de los principios éticos contenidos en los escritos religiosos es "No Matarás", por consiguiente, la eutanasia es incorrecta
  • El ser humano tiene el derecho a morir como parte inevitable de la vida, en sí no tiene el derecho de elegir cuando o de que manera morirá.
  • Nadie tiene el derecho a quitar la vida a otra persona, por lo tanto, cualquier forma de eutanasia no es justificable.(17)

Existen unos términos que están relacionados con la eutanasia, según Arroyo, M. P. Cortina, A. Torralba, M y Zugasti, J., que son:

  • Distanasia: son las conductas terapéuticas que solo buscan evitar la muerte cercana sin tener en cuenta los posibles padecimientos de la persona ni su voluntad, dando lugar al denominado encarnizamiento terapéutico (ensañamiento).
  • Ortotanasia: término empleado como muerte correcta. Conductas contrarias a la distanasia. Se refiere a las actuaciones que, sin buscar deliberadamente quitar la vida de un enfermo, o bien, omiten las medidas terapéuticas desproporcionadas que solo alargarían el proceso de la muerte, o suponen la administración de medicamentos en dosis terapéuticas (analgésicos o sedantes) para evitar el dolor, la ansiedad extrema p en definitiva el sufrimiento, aunque se corra el riesgo de acortar en alguna medida el tiempo hasta la muerte.
  • Cacotanasia: es la conducta que supondría quitar la vida a una persona por el hecho de estar enfermo o sufrir una minusvalía o discapacidad en contra de su voluntad o sin conocer su opinión.(19)

A continuación se presentan dos opiniones que sustentan las posturas entorno a la eutanasia desde la perspectiva moral.

Sin embargo, estas reflexiones morales están adquiriendo una trascendencia social cada vez más amplia debido a las diversas situaciones de hechos que se van produciendo y que plantean la problemática sobre la eutanasia y sus posibles consecuencias jurídicas.

Para unos, la vida como premisa necesaria para que puedan ser posibles todos los demás derechos es una "facultad irrenunciable". No es disponible porque se entiende que la vida no nos pertenece al no depender su inicio de nosotros mismos; es decir, es un don del que se provee al ser. que le da la condición de humano y del que no puede disponerse libremente, sino que es un bien absoluto que hay que cuidar y proteger.

El derecho a la vida humana es una exigencia para la propia persona ya que a nadie le es permitido disponer de algo que no es suyo, en este caso, la vida de uno. Todos tenemos el deber de conservar nuestra vida, pues tenemos el compromiso de respeto hacia nosotros mismos, derivado de que ni la persona se ha hecho así misma ni ella se ha dado el valor y la dignidad que posee.(20)

Existe una segunda posición para aquellos que no profesan una religión y que dan un sentido secular a su vida y que les resulta difícil aceptar el principio general de no poder disponer de su propia vida; defienden el derecho de todo ser humano a gestionar y administrar su vida y a decidir, si lo desea, sobre cuándo y cómo terminar con ella.

Este argumento se basa en que aún cuando los derechos de la persona deban ser considerados como valores en sí mismo y el derecho a la vida sea la base ontológica de los demás derechos, no es posible entender ninguno de ellos fuera de la concepción personalista del ser humano como un fin en sí mismo y dueño de su propia vida y destino. Solo así será posible conceder al hombre la dignidad que como persona se merece, ya que sólo la vida libremente deseada merece el calificativo de derecho. (20)



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