Discusión
El amplio conocimiento de los factores de riesgo para diversas enfermedades permite a los sistemas sanitarios trazar estrategias en aras de fortalecer la atención médica y lograr la reducción de la incidencia de muchas noxas.
Bembibre y otros 11 encontraron discreto predominio en el sexo masculino; en un estudio prospectivo realizado en Massachusetts citaron a los varones como los más frecuentemente afectados. 9 Estos resultados coinciden con nuestros hallazgos.
La senectud se ha considerado un importante factor de riesgo, varios autores reportan la edad como uno de los más importantes, con OR similares a los nuestros. 8,12 En el paciente geriátrico hipertenso se triplica el riesgo de muerte por enfermedades cerebrovasculares en general. 13 La edad avanzada favorece el desarrollo y mantenimiento de la hipertensión sistólica, y esta última se asocia con alta frecuencia con la enfermedad cerebrovascular aguda (ECVA), incluso superior a la diastólica. 8 Estos hechos podrían explicar los resultados de esta serie.
Muchos pacientes están convencidos de que el consumo de alcohol tiene un efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular, sin embargo la realidad es otra, la asociación entre el hábito tóxico y la lesión isquémica o hemorrágica cerebral es elevada en el hipertenso. 16 En un estudio prospectivo 5 se encontró que el etilismo se asoció con la enfermedad cerebrovascular hemorrágica en hipertensos. El alcohol puede ocasionar vasoconstricción cerebral aguda y conducir al fenómeno isquémico, otro efecto sería incremento de la hipertensión sistólica, facilitando la rotura vascular y la consiguiente hemorragia subaracnoidea o hematoma parenquimatoso. 16
Nigro y otros 17 citan una asociación significativa entre el daño a órganos diana por hipertensión arterial (HTA) y las condiciones siguientes: obesidad (RR de 2,25), sedentarismo (RR de 1,58), consumo abundante de sal (RR de 1,25). Baena Díez y su grupo 15 encontraron asociación entre el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en obesos, hipercolesterolémicos y sedentarios en el enfermo hipertenso con odds ratio muy similares a los nuestros.
El sedentarismo aumenta la resistencia a la insulina e influye negativamente en la coagulación y la fibrinólisis y empeora el perfil lipídico, aumenta globalmente el riesgo cardiovascular. 18
De igual forma, la hipercolesterolemia favorece el desarrollo de la aterosclerosis en la carótida, facilita el proceso cerebral isquémico, que en el paciente hipertenso se hace pronunciado. 5 La importancia de esta unión reside en la potencialización exponencial del riesgo cardiovascular que implica. 19 La obesidad, factor de riesgo conocido para enfermedades cerebrovasculares, no es de extrañar su contribución con la hipertensión arterial (HTA) para producir o facilitar la lesión cerebral. Se han relacionado de manera directa con la disfunción endotelial y otras más estrechamente con la aparición de hipertensión arterial (HTA). Concretamente, se ha descrito que los valores bajos de adiponectina se asocian con la aparición de hipertensión arterial (HTA) y mayor daño orgánico. 20
El tiempo de evolución de la hipertensión arterial (HTA) se ha asociado con la enfermedad cerebrovascular aguda hipertensiva (ECVA), López Rodríguez 18 y su grupo encontraron asociación entre el tiempo de hipertensión y el daño orgánico, donde los pacientes con 10 años o más de hipertensión severa tenían un riesgo de 30% o más de desarrollar lesión a órganos dianas. Arrozola y otros 20 y Conde-Sendín y otros 19 reportan OR similares a los nuestros, donde pacientes con más de 15 años de evolución de la enfermedad mostraron mayor riesgo de enfermedad cerebrovascular aguda (ECVA). La hipertensión arterial (HTA), en dependencia de su evolución y magnitud, provoca alteraciones estructurales y funcionales de la circulación cerebral que favorecen a la lesión cerebral. 20
Existen reportes de que mientras más severa sea la hipertensión arterial mayor será la lesión orgánica. Las consecuencias clínicas del remodelado vascular asociado a la elevación mantenida de la presión arterial van a ser diferentes en función del tipo de vaso, mientras la pérdida de la elasticidad de grandes arterias implica disminución de su capacidad amortiguadora, la rigidez en la aorta o sus ramas favorecen el desarrollo de hipertrofia ventricular izquierda y la afectación de pequeños vasos provoca hipoperfusión de órganos e isquemia, lo cual favorece el accidente cerebral. 24 Estos hechos bien pueden explicar nuestros hallazgos y los de otras literaturas revisadas que citan resultados similares a los encontrados en esta serie.