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La exclusion social en el escolar
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Autor: Lic. Yralí Valentina Palacios Flores
Publicado: 11/10/2010
 

La esencia del artículo está referida al tema de la exclusión social en el escolar, haciendo referencia, en primer lugar, a la exclusión como categoría de análisis que sintetiza las contradicciones de la sociedad en que nos movemos, dando sentido a mis reflexiones, supuestos, creencias, certezas, dudas, enigmas y temores.


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La exclusión social en el escolar

Autora: Yralí Valentina Palacios Flores. Licenciada en Sociología. Universidad Experimental de los Llanos Occidentales “EZEQUIEL ZAMORA” 1998. Maestría en Investigación Educativa, Universidad de Carabobo. 2005. Profesora Instructor a Dedicación exclusiva de la Escuela de Salud Pública y Desarrollo Social del Departamento de Ciencias Sociales, de la Universidad de Carabobo. Coordinadora de la Biblioteca Ciencias de la Vida. Coordinadora de la cátedra salud comunitaria de la escuela de medicina. Coordinadora de la comisión tic


LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN EL ESCOLAR

RESUMEN

La esencia del artículo está referida al tema de la exclusión social en el escolar, haciendo referencia, en primer lugar, a la exclusión como categoría de análisis que sintetiza las contradicciones de la sociedad en que nos movemos, dando sentido a mis reflexiones, supuestos, creencias, certezas, dudas, enigmas y temores.

En segundo lugar, contextualizo mi disertación en las referencias implícitas que hago a la escuela primaria, básica, elemental, general, bolivariana, o como se conozca a la institución o establecimiento que imparte a los infantes y adolescentes la educación mínima, obligatoria y gratuita. Enfatizo este contexto por ser el lugar privilegiado por la sociedad para brindar a estos sujetos escolarizados las condiciones fundamentales que garanticen la impronta de los primeros pincelazos de la cultura y la identidad, los principios fundamentales de las racionalidades y los saberes populares y disciplinarios, y los modelajes más relevantes para dar fragua al camino ciudadano en comunidad.

De allí, entonces, que la inclusión no debe ser vista como una petición utópica, sino como una necesidad latinoamericana impostergable, en la que la educación y la escuela tienen un papel muy importante que jugar. El problema de la inclusión social no es sencillo, es más delicado de lo que se supone, porque, “tiene profundas raíces históricas, económicas y culturales…cuya superación demanda una profunda transformación de las sociedades afectadas por la desigualdad en la distribución de la riqueza y del conocimiento”. (1).

Palabras Clave: Excusión Social, Escolar, Infante, Adolescente, Institución Educativa.

INTRODUCCIÓN

En varias oportunidades se ha planteado que en el sector educativo existe una crisis aparente, la cual cada día pareciera tomar dimensiones reales, y magnitudes que aún no se tienen con claridad; algunos resultados de investigaciones señalan que el problema de educación se debe a un carácter político e institucional, situación que incide directamente en la población estudiantil que es capacitada para la vida y el trabajo.

Dentro del sistema educativo, el estudiante tiene mayor significación, ya que está sujeto a la influencia de diversos elementos familiares y socioeconómicos que lo afectan directamente en el normal desenvolvimiento en su ámbito escolar y social. De aquí deriva la importancia que toman, la institución educativa, el maestro y el grupo familiar, en su rol socializador y de formación de valores individuales y sociales; estos deben demostrar que van más allá de asumir estrategias en el proceso de enseñanza-aprendizaje sino que también deben trabajar en proponer metas y retos ante un sujeto pasivo y desinteresado en cumplir su rol y función en la sociedad, desventaja que tiene ante otros individuos, que el sistema y el interés propio no los excluye.

Así, se observan nuevas y complejas interacciones de los procesos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales. Se producen diferentes percepciones sobre el tiempo y espacio en el plano de la revolución de las comunicaciones, especialmente por su grado de vivacidad, instantaneidad y penetración. Estallan nuevas conflictualidades entre lo global y lo local, entre lo homogéneo y lo heterogéneo. Las relatividades reclaman a lo estable el estatuto de permanencia que se admite sin discusión.

Por otro lado, la emergencia y la urgencia de la cultura virtual generan asimetrías y brechas entre los pueblos y los países periféricos con respecto a los del centro. Se agudizan las contradicciones entre los países del centro y los de la periferia generándose nuevas formas de violencia y de terrorismo de Estado por la presencia absoluta y hegemónica de un modelo neoliberal que se impone paulatinamente por medio de la presión del gran capital y el comercio, y la aplicación de la brutal fuerza del complejo industrial bélico y militar de la cruzada occidental de los grandes hegemones que obligan a asumir su verdad como única.

En particular deseo reiterar como hecho evidente una pérdida de la influencia educadora de los agentes tradicionales como la sociedad, la familia, los grupos de pares, la Iglesia y, especialmente, del aparato escolar, que se refleja en una crisis de legitimidad, liderazgo y pertinencia de los establecimientos-instituciones escolares la cual ha servido de excusa y bastión para atacar por mampuesto a la escuela como supuesta única responsable de la crisis de la educación y de la pérdida de valores.

En los últimos tiempos Venezuela no escapa de esta realidad que expresa la dramática situación de los grupos más vulnerados que se encuentran en situación de pobreza y en desventaja por su condición de desigualdad, hoy en día llamados excluidos; al respecto, es importante citar que en Venezuela se mantienen intactas las condiciones que vulneran el comportamiento de los derechos de la niñez y la adolescencia, en el cual juega un papel fundamental la falta de prioridad que se le asigna al financiamiento social, en especial el que tiene que ver con la atención de los más pequeños.(2)

No obstante, la situación de vulnerabilidad no es algo nuevo, al igual que en años anteriores, las principales políticas en materia de atención y protección, se encuentran enmarcadas en programas sociales de carácter compensatorio y debido a la depresión económica del país en general se han visto limitadas y como resultado se produce el incremento en niños y jóvenes desasistidos; En consecuencia, aumentan problemas, como la exclusión escolar, desnutrición infantil, enfermedades asociadas a la pobreza y el trabajo infantil; las áreas sociales del presupuesto de la nación, especialmente la salud y educación, continúan sufriendo importantes recortes que permiten hablar de una realidad que caracteriza el financiamiento social en Venezuela: su falta de prioridad. (3)

Recientemente documentos del Banco Mundial (2000) definen la exclusión como: “un proceso por el cual individuos o grupos quedan total o parcialmente fuera del margen de la participación económica, social y política en su sociedad”. (2)

En otros casos se entiende por exclusión la falta de acceso a ciertos bienes y servicios como el crédito, la vivienda, el sistema de seguridad social, la alimentación básica o la carencia de ciertos atributos esenciales para la inserción en el mercado, como también la falta de escolaridad y de ciertas habilidades profesionales, es un tema muy nuevo que ha sido planteado por la condición de vulnerabilidad que presentan ciertos grupos sociales como son los niños, adolescentes, adultos mayores y mujeres.

En otro orden de ideas, se tiene que la estructura determinante para el adecuado desarrollo de la personalidad del individuo, es la familia, ya que es allí donde establece sus primeros vínculos con la realidad, con los otros y consigo mismo.


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Dentro de los factores de riesgo la familia y el análisis de esta como estructura celular asumen un rol protagónico, sin embargo es su estructura la cual puede describir la configuración social de los miembros.

Cabe considerar por otra parte que From, E., construyó un modelo que permite diferenciar diversos tipos según sea la constitución, su conformación y funcionamiento, refiriéndose a la familia conyugal o monogámica y por otro lado a la familia extensa y consanguínea, en la que se incluyen toda clase de parientes y cuyo funcionamiento no está definido claramente por su extensión; ambas de acuerdo a su dinámica y cohesión podrían inferir en el grado de inclusión o exclusión de los miembros que la conforma, sufriendo de grave vulnerabilidad los individuos jóvenes quienes son considerados para algunos como simples individuos aprendices del rol social. (4)

Partiendo de este enfoque surge como nuevo paradigma el modelo sistémico, el cual concibe a la familia como un sistema inmerso en un sistema mayor que en la sociedad desde el punto de vista psicológico, el primer contexto relevante es el sistema relacional en el cual la persona se haya incluida. Concibe los elementos ambientales como el sistema psicosocial o sistema principal en el cual se desarrolla el individuo, generalmente se trata del sistema constituido por una pareja o una familia. (5)

Las relaciones familiares tienen un carácter simbólico cuyo significado se halla en la estructura inconsciente. Relaciones familiares y estructura familiar corresponde a dos niveles lógicos diferentes. Las primeras se refieren a conductas explícitas, como manera de interactuar.

La estructura inconsciente de las relaciones familiares es un conjunto ligado de relaciones entre términos a saber. Como ejemplo las relaciones de alianza entre padres e hijos. Estas relaciones son términos organizados en un modelo transformacional. La estructura familiar inconsciente contiene el significado, el orden, el sentido y es un objeto en sí mismo, distinto a los sujetos que lo conforman

El concepto del doble vínculo es incluido dentro de este modelo, existen varios elementos necesarios para esta construcción: dos o más miembros de la familia; una experiencia repetida, lo que significa que ser un miembro de una familia se encuentra disociado de uno ó más factores sociales, existe mayor probabilidad que un segundo miembro repita y adopte para consigo la conducta psicosocial aprendida; dentro del grupo se manifiesta como un mandato primario negativo, un mandato secundario en conflicto con el primero a un nivel más abstracto; un mandato negativo terciario que prohíbe escapar del campo. Todo este conjunto se convierte en una unidad funcional sistémica repetitiva, por lo cual la emergencia o riesgo de uno sólo de los elementos funciona como un signo del conjunto.

FACTORES DE RIESGO PARA LA EXCLUSIÓN SOCIAL DEL ESCOLAR

Uno de los factores de riesgo a nivel familiar se conoce como la Sobreprotección, esta se define como un estado en que los padres se encuentran llenos de ansiedad y miedo por la seguridad de sus hijos, acto natural que incurre en impedir cualquier actividad en que exista un elemento de peligro.

La actitud del educador sobreprotector en general los padres, en la estructura familiar lo protagoniza la madre y se corresponde a diferentes motivaciones y circunstancias; lo que resulta más evidente son las consecuencias que el niño sufre de tal actuación educativa, lo cierto es que el motivo inmediato más frecuente de la sobreprotección suele consistir en la precisión de evitar riesgos o peligros al niño o adolescente, lo que ocasiona grandes estados de ansiedad para quienes asumen tal factor.

Sucede pues, que al presentarse una educación sobreprotectora, el adolescente se retrasa en la adquisición de los hábitos básicos de autocuidado y autodefensa como mecanismos de resguardo ante factores sociales perturbadores, en virtud de que poco logran desarrollar autonomía, se vuelven temerosos de tomar decisiones o de hacer cosas por sí mismos dificultando su rol como adultos independientes y productivos.

La sobreprotección como elemento de riesgo se manifiesta de una manera ansiosa, sentimiento de culpa o de una manera autoritaria lo que provoca rebeldía y desobediencia. El autoritarismo limita la necesidad de independencia del adolescente y mutila el libre desarrollo de su personalidad, para provocar como respuesta en la mayoría de los casos, rebeldía y enfrentamientos con la figura autoritaria y perdida de la comunicación con los padres.

El rol fundamental en este factor lo asumen los padres; la palabra padre proviene del latín pater patris, que significa patrono, defensor o protector. En la formación cultural de occidente, se ha visto que el padre, es el que determina con más intensidad los patrones morales y las reglas que sirven como base y fundamento de la conducta de sus hijos. (6). El sistema patriarcal en el cual la sociedad se ha desarrollado, sigue imponiendo la obediencia al padre de la familia.

Actualmente los factores familiares no son tan rígidos, exclusivas o privativas, sino que por naturaleza biopsicosocial unas parecen más naturales o propias, del uno o del otro, en distintas circunstancias y por diferentes razones, pero pueden compartirlas (padre-madre) y rechazarlas en forma complementaria. (7)

Desde este sentido, se comprende que la autoridad o disciplina, es una de las aportaciones importantes del padre, hoy en día se habla mucho de la desobediencia de los hijos, pero está muy relacionada con la falta de autoridad de los padres. La función educadora del padre debe estar respaldada por el padre, quien es el que tiene que dar la última palabra ante conflictos serios.

El padre desempeña un papel estabilizador, que va más allá del aspecto financiero y de la provisión que haga para la comodidad de la familia. Cuando el padre se separa de la familia, ya sea física o emocionalmente, los niños o jóvenes muestran serias deficiencias en sus relaciones sociales y morales con su entorno inmediato y aun más el social.

La relación de los padres con sus hijos se identifica a través de tres categorías; Van Pett (1.985) clasificó estos tres estados de paternidad como, autoritarios, permisivos y democráticos. Los padres autoritarios, tratan de colocar el comportamiento y las actitudes de sus hijos y lo hacen ajustarse a un estándar de conducta. Autoritarismo significa imposición inflexible de normas de disciplina, sin tomar en cuenta la edad del niño o adolescente, sus características y circunstancias. Valoran la obediencia incondicional y castigan a sus hijos, por actuar en forma contraria a sus estándares.

El padre que emplea este estilo se caracteriza por ser absorbente y centrar la atención del hijo en sí mismo produciendo individuos dominados por la ley, la autoridad y el orden, reprimiendo en los niños la capacidad de iniciativa y creación.

Caso contrario se presenta en los padres democráticos, estos tratan de dirigir las actividades de sus hijos en forma racional, prestan atención a sus problemas. Son consistentes, exigentes y están dispuestos a aplicar el castigo limitado.

Como conclusión se plantea que los padres autoritarios y permisivos retrasan el desarrollo cognoscitivo y socioemocional de los hijos; en estos últimos se reprimen la capacidad de iniciativa propia y creatividad, convirtiéndose en reprimidos, callados e inseguros. La figura de autoridad (padres) de igual forma se caracteriza por altos niveles de control, exigencia de madurez, poca comunicación y poca afectuosidad. Hacen hincapié en la obediencia a la autoridad y utilizan castigos y disciplinas enérgicas. Los hijos tienden a ser obedientes, ordenados y poco agresivos, pero también tímidos y poco luchadores e irritables.


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Palacios (2.003) afirma: los padres tienen una gran influencia sobre el desarrollo cognitivo, teniendo en cuenta la teoría de Sigel, los padres que propician un mayor desarrollo son aquellos que con sus verbalizaciones, obligan al niño a anticipar sucesos futuros, reconstruyen y se relacionan con un mundo sociocultural con bajas limitantes. (8). Ante tales situaciones una de las respuestas o elementos que se conjugan como otro factor de riesgo es la Agresividad.

Esta se define como la conducta cuya finalidad es causar daño a un objeto o persona. La conducta agresiva en el ser humano puede interpretarse como manifestación de un instinto o pulsión de destrucción, como reacción que aparece ante cualquier tipo de frustración o como respuesta aprendida ante situaciones determinadas.

Freud, postuló que la agresión era una reacción primordial del ser humano ante su imposibilidad de buscar el placer o evitar el dolor; posteriormente sus estudios conllevaron a la conclusión de que en todo individuo existe un instinto de destrucción y de muerte.

Para otros la conducta agresiva se encuentra vinculada a la frustración. El psicoterapeuta John Dollard desarrollo la hipótesis de que la intensidad de la agresión es inversamente proporcional a la intensidad de la frustración. Para Dollard la frustración es una interferencia que impide llevar a cabo una respuesta de acercamiento al objetivo en un determinado momento. Al parecer, la frustración origina un estado emocional que predispone a actuar en forma agresiva, pero solo en determinadas condiciones y en personas propensas.

Con respecto al aprendizaje juega un papel fundamental en la conducta agresiva. Seres humanos y animales pueden aprender a evitar reacciones de forma agresiva ante situaciones que originan una respuesta hostil y pueden de forma paralela reaccionar de forma agresiva ante situaciones que no provocan violencia. Sin embargo la agresividad y la violencia pudiesen para algunos definirse únicos y estrechos y sus diferencias se devienen de las experiencias sociales.

El término agresión procede del latín agredí que posee dos acepciones, la primera significa, acercarse a alguien en busca de consejo y la segunda ir contra alguien con la intención de producirle un daño, aunque de igual forma se describe como una tendencia o disposición. Así, la agresividad puede manifestarse como una capacidad relacionada con la creatividad y la solución pacífica de los conflictos. Visto de este modo la agresividad es un potencial que puede ser puesto al servicio de distintas funciones humanas y su fenómeno contrapuesto se hallaría en el rango de acciones de aislamiento, retroceso, incomunicación y la falta de contacto

Agresión, se refiere a la forma física y verbal, menoscaba la integridad del adolescente, su auto imagen y dificulta en gran medida la comunicación familiar.

Contrariamente a la actitud agresiva de los miembros de un grupo o de forma individual aparece como factor regenerador de la formación coyuntural del individuo sociocultural; la Permisividad. Como padres permisivos, se consideran aquellos cuyas exigencias son menores, permitiendo de esta forma al niño o adolescente regir sus propias actividades, no exigentes, ni controladoras; los padres son relativamente cariñosos con sus hijos, casi nunca los castigan; este comportamiento suele generar inseguridad en el rol de los padres, ausencia en el control de los hijos y se doblegan ante los caprichos.

Los hijos de padres permisivos tienden a ser indulgentes, inadaptados sociales, destructivos, generalmente son menos autocontrolados, tienen logros escolares bajos, agresivos, inmaduros, mentirosos, desobedientes, inseguros ante los roles y metas, poseen bajo nivel de autoestima y en pocas ocasiones cuando la permisividad se mezcla con hostilidad pueden llevar a los hijos a la delincuencia.

De acuerdo a los estilos de crianza ideal, el padre democrático es el mejor, ya que los hijos saben que se espera de ellos, aprenden a juzgar sus expectativas y son capaces de decidir arriesgarse a que sus padres se disgusten o a que sus actos tengan consecuencias desagradables; este rol ideal de los padres conduce a formar hijos seguros, independientes, adaptados socialmente y exitosos.

Permisividad, tendencia educativa, propicia la adopción de conductas inadecuadas en los adolescentes por carencias o límites claros.

Autoridad Dividida, es el tipo de educación que no permite claridad en las normas y reglas de comportamiento, y provoca la desmoralización de las figuras familiares responsables de su educación.

Cuando el adolescente no encuentra adecuadas manifestaciones de afecto se siente en un ambiente frustrante de riesgo, con censura inmotivada y frecuente hacia su persona, el ambiente es de continuas amenazas, castigos e intromisiones en su vida privada, se aprecia un desentendimiento y alejamiento de las problemáticas que presentan.

De allí pues, que la familia es el grupo natural del ser humano y el más importante pese a las trasformaciones del mundo contemporáneo, los progresos científicos y tecnológicos que generan un nuevo sistema de vida. La polaridad masculino- femenino esta en todo ser humano, con los valores que implican, la gran diferencia es que cada uno de los componentes de la pareja aporta al niño los valores propios de su sexo. En la actual civilización el padre ejerce la figura de la autoridad, la fuerza y el poder, este aporta dentro de la comunidad familiar la seguridad física y material, lo cual apoya a que el niño adquiera la seguridad en sí mismo y en la sociedad. (9)

Un ejemplo muy común es el del niño al nacer, este se encuentra físicamente separado de la madre; a pesar de que continúa formando parte de la unidad madre-hijo sus emociones dependen directamente de las materias, si la madre esta alegre y de buen humor, el niño estará alegre; caso contrario sucede cuando el niño avanza en la etapa del desarrollo y comienza a sentir las impresiones transitorias de la adolescencia; otro elemento confuso en él se manifiesta según los roles familiares, estos últimos han cambiado, debido al proceso de la realidad social actual, que repercutió en la transformación de la estructura familiar. Este cambio fue lento y gradual.

El primer factor desencadenante fue el trabajo de la mujer fuera de casa, el hombre no es el único que mantiene a la familia, ni es el único en tomar decisiones con respecto a la educación de sus hijos o a los problemas que afectan el núcleo familiar. Los hijos dan su opinión y también suelen ayudar a los padres en la toma de decisiones. Este proceso de cambio induce a la familia a situaciones conflictivas que van desde la seguridad hasta las alteraciones mentales, capaces de afectar a algunos miembros y puede provocar problemas para el desarrollo de la personalidad psicosocial.

Para superar los conflictos es necesario que cada integrante de la familia cumpla con su función determinada respetando y aceptando las opiniones de los demás. Esta es la forma en que se constituye un verdadero grupo social. Si la familia se asienta sobre auténticos y sólidos valores morales, como el amor y el respeto mutuo, proyecta esos valores fuera de ella, es decir, a la sociedad de la cual forma parte. En la etapa de la adolescencia estos valores morales juegan un rol protagónico, para algunos bueno o malo pero obliga a madurar y a pensar de una manera totalmente diferente a la anterior.

Ahora bien, la adolescencia de, “adolecer” viene de un verbo latino que indica crecimiento, desarrollo hacia la adultez, evoca también “a dolere” que significa sufrir dolor y que prosigue a tener afectos, pasiones o vicios.


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La adolescencia no es sólo un fenómeno marcado por los cambios biológicos y psicológicos, sino histórica, cultural y de poder socioeconómico que sitúa a quienes transitan por esa etapa vital en un período de moratoria psicosocial, es decir, un tiempo permitido y prolongado para devenir adultos, tiempo durante el cual se encuentra en situación de marginalidad familiar y social, y aún en muchos casos de exclusión como ocurre en los sectores carenciados, por falta de oportunidades educativas y laborales, por represión de conductas de enfrentamiento con las normas sociales o por hostigamiento y violencia hacia los jóvenes, quienes muchas veces padecen la crueldad y criminalidad de otros adultos y jóvenes.

En resumidas cuentas, la definición de joven o adolescente está marcada por la pertenencia a esta época, por los criterios contemporáneos acerca de esa etapa de la vida, por los imaginarios sociales y culturales vigentes. Existen condiciones socioeconómicas y culturales en las cuales la adolescencia no aparece, casi no existe, debido a la pronta exigencia del cumplimiento de un rol productivo o reproductivo que anula la posibilidad de moratoria en la asunción de los roles adultos; esto se observa frecuentemente en las madres adolescentes, los chicos y las chicas que comienzan a trabajar muy precozmente, abandonando la escuela.

Los rasgos adolescentes y juveniles actuales que se reiteran respecto a lo sociocultural son: la adhesión a ídolos de la música y del deporte, el individualismo narcisista en lo corporal, en lo alimentario, y en las formas estéticas musicales, de indumentaria y de estilos expresivos (fenómenos culturales postmodernos). Otros se refieren a la caída de ideales, el grupo de edad como sustituto de los modelos de los adultos; la “adolescentización social” y el surgimiento de valores postmaterialistas (ecología, derechos de grupos minoritarios o marginados, pacifismo, neo espiritualismo).

Con respecto a lo psicológico personal los adolescentes, se caracterizan por el anhelo de libertad personal para elegir y realizar sus experiencias; el ansia por disfrutar el tiempo libre, la contraposición conflictiva entre el orden laboral-educativo “disciplinario” y el orden consumista; la dificultad para expresar sus ideas, opiniones, definir y lograr metas personales; angustia e insatisfacción habitual en ámbitos laborales y de estudio; grave dificultad para des-identificarse de los mandatos familiares y considerarse protagonista de sus propios proyectos y por último reiteradas dificultades en la inserción educativa y el rendimiento académico.

En la esfera escolar encontramos en la educación media distintas problemáticas enmarcadas en un duelo, debido al desprendimiento de la adolescencia, este ocurre por las transformaciones corporales, con abandono del cuerpo infantil; por los cambios de las relaciones infantiles con los padres, por tener que abandonar los roles y el estatus infantil-adolescente donde prevalece el sentido de placer, para aceptar la vigencia del principio de realidad.

La desorientación vocacional o elecciones vocacionales poco consistentes, ocasionando estas una crisis o conflicto personal lo cual infiere en el fracaso y deserción escolar particularmente en los sectores populares.

En algunos casos se presentan narcisismo, impulsividad, dificultad para reflexión, aceleramiento, autoestima y sentimientos de identidad fluctuante, depresión difusa, desmotivación, descompromiso y aburrimiento; originando el miedo a lo nuevo, miedo ante distintas situaciones, evitando las decisiones por miedo al fracaso, lo que conduce a conductas evasivas, violencia individual, consumo de drogas o alcohol, concluyendo en conflictos de convivencia en los distintos espacios (familia-escuela).

Morin (1.999), describe los efectos en los jóvenes de los grandes cambios socioculturales y económicos actuales, son inducidos permanentemente al consumo, se les hace problemático insertarse laboralmente en forma estable; los salarios que obtienen son bajos, los estudios no los incentivan a la realización personal en vista de la falta de seguridad a un empleo no precario, buscan la satisfacción pronta, el contacto con sus pares y sus familias como reaseguro ante la crisis. (10)

Asimismo, la Sexualidad Mal Orientada se hace presente en los factores de riesgo para exclusión social en escolares, por los prejuicios en relación con los temas sexuales, la comunicación en esta esfera queda restringida y el adolescente busca por otros medios, no siempre los idóneos; sus propias repuestas e informaciones o en muchos casos mantiene grandes lagunas que le acarrean grandes problemas por el desconocimiento, la desinformación y la formación de juicios erróneos en relación con la sexualidad. Otros de los elementos que se consideran inmersos en los factores de riesgo tienen que ver con la Creación De Sistema De Valores; fundamentalmente en la experimentación y el riesgo. Consumo de drogas; estas generan conductas violentas. Preferencia por estar armados; generalmente aducen su utilización a la defensa personal. Respuestas aprendidas, ante situaciones de conflictos. Otros problemas que también se relacionan son los estudios académicos interrumpidos, analfabetismo y baja autoestima.

No obstante, la familia es la célula fundamental de la sociedad, es el lugar donde el niño aprende las normas y valores del medio en que vive, ella juega un valor decisivo en su desarrollo, al convertirse en su primer modelo producto de la interacción del grupo familiar. (11)

Sostiene que como consecuencia de esta interacción surgen a veces conductas delictivas o criminales y otras que sin llegar a serlo, pueden llevar a sus miembros más débiles, niños y adolescentes a manifestarlas dentro y fuera de su hogar. Esto comprueba que la familia puede constituirse en un factor criminógeno de la sociedad.

En el caso del niño o joven en la escuela; el sistema escolar es abierto y como tal interacciona con su entorno y de él recibe los objetivos, los valores, los contenidos y los recursos. El fracaso escolar se debe a variadas circunstancias de la vida, una de ellas se debe a que el adolescente como ciudadano del futuro está desarrollando el proceso de construcción de su identidad y si fracasa con continuidad, pone en riesgo dicho proceso de identidad futura.

Para que este proceso se lleve a cabo adecuadamente es necesario considerarlo como una persona en su conjunto, es decir, de forma integral y que evoluciona en un entorno dinámico, el cual va a determinar su conducta, su pensamiento característico y su escala de valores. En la práctica diaria un adolescente presenta dificultades escolares cuando sus resultados pedagógicos a partir de un determinado momento están claramente por debajo de sus capacidades intelectuales.

Es bien cierto que el desarrollo biopsicosocial de los seres humanos depende de factores genéticos y ambientales; no se puede obviar la importancia de la herencia en las capacidades individuales, pero el entorno familiar, social y cultural ejerce desde el nacimiento un decisivo papel que se plasma diariamente durante la infancia y adolescencia en el rendimiento escolar global.

En relación con los factores de riesgo social, el ambiente social juega un factor fundamental que puede conducir a resultados negativos en los jóvenes, Herrera, (2002) hace mención de los siguientes:

Inadecuado ambiente familiar, cuando la familia es disfuncional, no cumple sus funciones básicas y no quedan claras las reglas y roles de los miembros, se dificulta el libre y sano desarrollo de la personalidad del adolescente. Es necesario que exista un soporte familiar abierto, capaz de asimilar los cambios requeridos para la individualización del adolescente.

Un ambiente inadecuado se considera como aquel donde prevalece la violencia familiar, esta es toda acción u omisión comitiva en el seno de la familia por uno de sus miembros que menoscaba la vida o integridad física o psicológica o incluso la libertad de otro miembro de la familia.


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Tal situación deviene de un problema social de magnitudes epidémicas; estos aspectos están constituidos por los diferentes contextos que contribuyen a la aparición del fenómeno, como lo son las variables histórico-socio-culturales, con su cargo de creencias, costumbres, leyes, concepciones jurídicas, políticas, y las ideas tradicionales sostenidas acerca de la familia, los hijos, el amor, el matrimonio, el poder, la masculinidad, la feminidad, la obediencia y otros valores a analizar.

Además se debe incluir a las instituciones educativas las cuales intervienen en la formación de los individuos, fungen como transmisoras de los mensajes acerca del comportamiento, las creencias y las relaciones entre la gente. Dichas instituciones tienen un papel importante, siendo mediadoras entre los valores y las prácticas sociales. Por último las familias son el contexto en que los sujetos construyen su historia personal, adquieren los modelos de identificación y son marcados por las experiencias que los van educando y formando.

Dichas experiencias pueden incluir diversos grados de maltratos que se padecen directamente o como testigos, siendo afectados por la violencia. Estas vivencias se refuerzan por los entornos institucionales y culturales que fomentan el uso de la fuerza y el poder en los hombres.

Pertenencia a grupos antisociales, este factor tiene como causa fundamental la satisfacción de la necesidad de autoafirmación y seguimiento del código grupal, por lo general cuando los adolescentes no encuentran una vía adecuada de autoafirmación tratan de buscarla en este tipo de grupo donde fácilmente la encuentran.

La promiscuidad, este factor no sólo puede ser motivo de los embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, sino que también propicia una autovaloración y una autoestima negativa que puede deformar la personalidad del adolescente.

Abandono escolar y laboral, este hecho provoca que el adolescente se halle desvinculado de la sociedad, y no encuentre la posibilidad de autoafirmación positiva, al disminuir las posibilidades de comprobar sus destrezas para enfrentar los problemas y asumir responsabilidades, lo cual resquebraja su autoestima, la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de desarrollo social.

Dentro de los factores no excluyentes, que ponen fin al factor de riesgo antes mencionado, es el de la seguridad humana como elemento de desarrollo humano, amplio y definido como un proceso de ampliación de la gama de opciones de que dispone la gente. La seguridad humana significa que las personas pueden ejercer esas opciones en forma segura y libre. El desarrollo humano fallido o limitado provoca un aumento de la privación humana, la pobreza, el hambre, la enfermedad, y las oportunidades económicas. A su vez esto puede provocar la violencia. La seguridad humana está centrada en el ser humano.

El concepto de seguridad humana está orientado a las oportunidades que las personas encuentran para poder satisfacer sus necesidades, interrelacionarse, organizar su vida cotidiana y en última instancia, tener certidumbres básicas que permitan dar sentido a su existencia.

La falta de oportunidades, la inequidad en la distribución de la riqueza, la desocupación, la falta de acceso a la salud y la educación, la imposibilidad de disponer de una vivienda digna, el deterioro de la calidad de vida, generan en las personas incertidumbres que derivan en situaciones de inseguridad.

Bajo nivel escolar, cultural y económico, estos son elementos considerados como protectores del desarrollo y la salud y el hecho de presentar un déficit en ellos le impide al adolescente un enfrentamiento adecuado a las situaciones de conflicto. Otros estudios indican que, el desempleo; los medios de comunicación social, consumismo, la difusión del comercio de las drogas; inseguridad personal y los valores sociales, igualmente están involucrados con estos.

Un clima familiar donde la violencia doméstica, y los conflictos paterno-filiales son permanentes o donde la falta de una autoridad eficiente para normar es una constante, produce una desestabilización mayor en el adolescente, que atraviesa por una etapa de cambios que le acarrea confusiones. Así mismo, existen factores cotidianos en la vida familiar que no permiten un desarrollo equilibrado del niño y del adolescente, privándole de la seguridad y confianza necesaria para afrontar las dificultades, lo que conduce a conformar una personalidad refractaria al afecto, temerosa a sufrir nuevas decepciones y por ende a adoptar actitudes defensivas.

El adolescente asume respuestas estereotipadas, tienden a formar grupos, presentan baja tolerancia a la frustración y se enfrascan en una búsqueda permanente de un concepto estable de sí mismo. En todo caso la adolescencia es considerada una fase de desarrollo humano importante y crítica, en vista de que el joven un estado de confusión en torno al concepto de sí mismo a lo que se agregan cambios vertiginosos de carácter físico, con influencias socio-ambientales que determinan demandas y limitaciones específicas en cada cultura, facilitando o dificultando la estabilidad psicológica de los jóvenes.

REFLEXIONES

• La exclusión social, es consecuencia del deterioro de los ingresos de las poblaciones en pobreza, numerosas familias están fuera de la posibilidad de acceder a los bienes y servicios básicos, así como de los mecanismos que organizan la vida social, la justicia y la equidad, entre otros aspectos, a esta situación se deben agregar las desigualdades sociales, características de los últimos años, se advierten en la segregación urbana e inequidad que prevalece en el acceso a bienes y servicios sociales.

• Cuando la familia pierde la capacidad funcional ocurren alteraciones en el proceso de salud-enfermedad de sus miembros y en sus relaciones. La familia es tanto más saludable en la medida en que facilite el crecimiento y el impulso de cada uno de sus integrantes y contribuya a la satisfacción de sus necesidades materiales y afectivas según las exigencias de cada etapa de la vida. Por el contrario, si la familia no se enmarca en valores y modos de vida saludables seria un factor de riesgo importante para la exclusión social en el escolar y/o adolescente.

• La exclusión social, conlleva un gradual alejamiento de los derechos fundamentales de las personas y de las ventajas de la vida participativa de la sociedad.

• En este sentido, la exclusión social se traduce en desigualdad, discriminación e injusticia social. Los niños son especialmente vulnerables a las consecuencias de la pobreza y la exclusión social, dada que sus capacidades físicas, mentales, emocionales y sociales, están en plena evolución. El impacto de la pobreza les perjudica durante la infancia y socava sus perspectivas futuras y de esperanza de vida.

• La escuela es una condición indispensable, aunque no suficiente, para sostener el lugar social y obtener la inserción laboral, es considerada un factor importante de ascenso social con una posibilidad de brindar una estabilización socio laboral, situación que cada vez es más imposible en familias en riesgo social.

• Las instituciones educativas deben brindar conocimientos instrumentales y que contribuyan a formar a ciudadanos participativos, que incorpore la cotidianeidad mediante los temas y ejes transversales; ética y valores, convivencia, diversidad cultural, inclusión y exclusión, ciudadanía participativa, la cual de la misma forma enseñe procedimientos, saber expresarse y participar grupalmente.


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• La escuela no puede funcionar como un ámbito cerrado, el docente debe interactuar con la familia y con la comunidad en su conjunto, es decir convertirse en un Gerente Social. La Gerencia Social es el proceso mediante el cual se realizan acciones tendientes a fomentar el desarrollo integral de los conglomerados sociales, la finalidad es promover en los ciudadanos la creación de una conciencia colectiva, orientada a la búsqueda de la participación activa, en los procesos que conllevan al desarrollo social y económico.

• La escuela de hoy debería abrir espacios a la comunidad para proporcionar a sus miembros oportunidades de participar en la construcción de una sociedad capaz de resolver sus problemas y promover el establecimiento de una cultura democrática y aminorar la exclusión social.

REFERENCIAS

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