“Infoxicacion” en las Ciencias Medicas
Autor: Dr. Oscar Norberto García-Roco Pérez | Publicado:  13/04/2011 | Otras Especialidades , Articulos | |
“Infoxicacion” en las Ciencias Medicas .2

La década de los años 90 del siglo XX, como si la historia quisiera repetir su influjo 100 años después, volvió a convertirse en una década de impulso para el fenómeno de la explosión de la información. Internet generó un caos informacional sin precedentes, las industria editorial se democratizó a niveles antes insospechados, cada día se aparecen millones de nuevas páginas, y ni siquiera los potentes robots de Google, Yahoo, Altavista o los integradores como Copernic, son suficientes para la indización de la información publicada en Internet. Por poner solo un ejemplo, un buscador como Google, con sus millonarias respuestas a cualquier solicitud de información, se plantea que sólo indiza el 12 por ciento de la información disponible en Internet, y tarda alrededor de 6 meses en darle la vuelta al mundo para indicar nuevas direcciones (3,17,18).

La explosión de la información es el origen de muchas tendencias dentro del campo de la información, y de ella depende hasta la propia existencia de quiénes se encargan de su procesamiento, entre otras actividades. Aunque es un problema multidisciplinario, a los especialistas en información les compete buena parte de la búsqueda de los métodos para enfrentarla (3,9).

Encontrar la información pertinente, añadirle valor para diferenciarla de la que puede encontrar el usuario común, analizar la información que generan las fuentes personales y los flujos documentales, es una misión de los especialistas en información dentro de este universo creado por el hombre.

Por ello, la gestión del recurso "información" en el siglo XXI, o desde la década del 80 del siglo XX, para ser más precisos, se impone como una función esencial de la ciencia de la información. Se trata de una revolución basada en la información, porque los avances tecnológicos actuales permiten procesar, almacenar, recuperar y comunicar información en cualquiera de sus formas (voz, textos, imágenes) sin importar la distancia, el tiempo o el volumen, información 1,19.

¿Qué implicaciones tiene esta situación en las Ciencias Médicas?

Muchos autores y asociaciones científicas han llamado la atención a esta problemática. En el campo de las ciencias médicas es particularmente importante, porque pacientes, médicos, especialistas y otros profesionales de la salud, confluyen en la red, en la búsqueda de información validada científicamente que satisfagan sus necesidades informativas. 14-22 Antes de ofrecer algunas cifras sobre cómo está repercutiendo esta realidad, debemos destacar que cada 10-15 años se duplica el volumen de información publicada en las ciencias médicas, a diferencia de otras ciencias donde este fenómeno ocurre entre 45-50 años.

Es evidente que estos aspectos no pueden ignorarse por las organizaciones de información en la actualidad, en tanto, los resultados de investigaciones científicas y el conocimiento generado por la humanidad, se ha registrado en disímiles fuentes (publicadas o no) y portadores de información, como: libros, revistas científicas, actas de congresos, informes técnicos, manuscritos inéditos, tesis doctorales, etcétera; pero su inmensa mayoría lo está en soportes magnéticos (discos compactos, películas, videos, discos flexibles, etcétera), con una tendencia marcada hacia la digitalización de la información. En el caso particular de las ciencias biomédicas, existen cientos de publicaciones electrónicas a texto completo que han roto las barreras en la difusión y puesta al día de los nuevos descubrimientos científicos que, aproximadamente cada 5 minutos, se producen en éstas ciencias. La cantidad de información y conocimientos acumulados es inimaginable. Dentro de unos 30 años, el profesional que solo sepa lo que sabe hoy en su especialidad, no pasará de ser una especie de obrero calificado, a partir de lo que se supone que sabrán los que se gradúen para esa época. (3,21,22)

Algunos datos interesantes: (3,13,21)

1. El 80% de los científicos que han existido en el transcurso de la historia viven hoy en día.
2. Cada minuto estos especialistas añaden 2000 páginas a los conocimientos científicos que posee la humanidad. A una persona le llevaría 5 años leer la información que se genera en 24 horas.
3. Todos los días se transfieren por la Internet el equivalente a 300 millones de páginas.
4. Aproximadamente la mitad de los conocimientos de medicina pierden vigencia cada 10 años.
5. Se calcula que anualmente se publican unas 15 000 revistas nuevas y que a diario se editan alrededor de 1000 libros nuevos. Se estima que existen cerca de 40 000 revistas con perfil biomédico, que publican un promedio de cuatro millones de artículos, es decir, más de 75 000 semanales.
6. El 60% de la producción científica internacional en medicina es en idioma inglés, del 9-11% en ruso y el resto en francés, alemán y otros idiomas. En algunas especialidades médicas, se estima que el 95% de la información generada es en inglés.
7. Los profesionales de la salud que pretendan mantenerse actualizados en los avances científicos de la medicina, enfrentan una tarea titánica. Si un médico quisiera revisar toda la información relevante en el área biomédica, necesitaría leer 25 000 artículos en cada una de las 3 horas que ellos manifiestan disponer para la lectura semanalmente.

Es evidente que los científicos de la salud constituyen el grupo profesional que mayor cantidad de información produce y en consecuencia el que mayor cantidad de información consume. En medio de la hipertensión documentaria que se produce como consecuencia del exceso de información y la imposibilidad real de que científicos, gerentes de salud, médicos asistenciales, investigadores o estudiantes puedan consultarla o consumirla, ha surgido como tratamiento hipotensor, la actividad de información aplicada a la Medicina (2,22). De esta manera, la sociedad ha creado organizaciones encargadas de Recolectar, Procesar, Almacenar, Recuperar y Diseminar la información que deberá ser utilizada por los usuarios con el fin de generar nueva información, de modo que se completa el denominado Ciclo de Vida de la Información Científica (22,23).

REFLEXIONES FINALES

Los profesionales sanitarios necesitan “consumir” información científica adecuada, clara, rigurosa y accesible. Información que genere conocimiento, fácil de leer y de aplicar a la hora de mejorar la práctica clínica. El problema estriba en la falta de tiempo para realizar búsquedas bibliográficas exhaustivas y en la falta de conocimiento para filtrar con cierta agilidad la información válida y relevante en la maraña del exceso de información en Ciencias Médicas. Una potencial estrategia para combatir esta intoxicación de información a la que estamos sometidos (“infoxicación”) es conocer las fuentes de información existentes, saber acceder a ellas y manejar herramientas de gestión adecuadas: es decir, realizar búsquedas bibliográficas eficientes.

¿Cómo mantenerse al día en la información bibliográfica?

Si parece complejo obtener una información relevante en una especialidad, más difícil parece mantenerse actualizado en la información biomédica. Para ello se debe poner a trabajar Internet para nosotros, y es suficiente disponer de una cuenta de correo electrónico hasta donde nos llegarán las actualizaciones que se vayan produciendo, pues la mayoría de las fuentes citadas disponen de sistemas de alerta (1,19):

• La mayoría de las revistas biomédicas disponen del servicio eTOC (tabla electrónica de contenidos), lo que le permite conocer las novedades sin tener que abrir regularmente la página de dicha publicación; es oportuno activar el eTOC de las revistas biomédicas generales y de la especialidad de nuestro mayor interés.

• Alertas bibliográficas, para estar al día sobre un tema(s) concreto(s), y se nos devuelve a nuestro correo todo lo aparecido en las revistas seleccionadas (en Amedeo) o en Medline (en Biomail) con determinada periodicidad (en Amedeo de forma semanal y en Biomail con la periodicidad elegida).

• Alertas sobre Medicina basada en la evidencia: TRIP permite activar una alerta mensual de la temática que decidamos (utilizando como palabras clave los MESH), así como la National Guidelines Clearinghouse dispone de un boletín semanal que informa de las nuevas guías en su directorio.

• Participar en una lista(s) de distribución es una modalidad complementaria para compartir información científica y laboral relevante y de actualidad.

• Tener en cuenta el factor de impacto (FI) de las revistas biomédicas, el indicador bibliométrico más conocido y una valiosa herramienta para cuantificar y evaluar la actividad científica en las distintas áreas de trabajo, por medio del cómputo y el análisis de las distintas facetas de la comunicación escrita. El análisis bibliométrico constituye un método documental cuyos objetivos fundamentales son:

1) el estudio del tamaño, el crecimiento y la distribución de los documentos científicos; y
2) la indagación de la estructura y la dinámica de los grupos que producen y consumen dichos documentos y la información que contienen (6,11).

Los profesionales que quieran estar adecuadamente informados y actualizados deben utilizar Internet (no hace falta ser expertos, sino simplemente tener claro algunas estrategias y fuentes de información) y necesitan disponer de estrategias eficientes que mejoren el rendimiento de la búsqueda y recuperación de la información bibliográfica (3,15,23).


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