Caracterizacion antropometrica de la judoca cubana.
Autor: Dra. Evelina Almenares Pujadas | Publicado:  24/04/2006 | Medicina del Deporte | |
Caracterizacion antropometrica de la judoca cubana.2

En la tabla 1 se resumen las características antropométricas generales del grupo objeto de estudio, cuyo comportamiento se corresponde con la composición de un equipo en el que están representadas divisiones que van desde menos de 48 kilogramos hasta las de mas de 72 Kg, donde se incluye una judoka cuyo peso es superior a 100 Kg. Esto explica la dispersión de los valores observados.

Callister (11) en judokas de nivel internacional de 23,8 ± 1,5 años de edad, reporta promedios de 53,8 Kg, de peso y 158 cm de estatura. Los valores promedio de la grasa de depósito encontrados por este autor fueron del 15,2 %, pero el método utilizado para su cuantificación fue diferente al nuestro. Littel (12) reporta en judokas bien entrenadas de experiencia competitiva de nivel nacional e internacional, entre las juveniles, una talla similar a la de estas judokas, con valores de peso y grasa de depósito notablemente menor, mientras que el grupo de las mayores estudiadas por el mismo autor, tenía una estatura promedio superior con menos peso y proporciones de grasa a las de las cubanas.

En las investigaciones de referencia, no estuvieron representadas todas las categorías de pesos. También, es necesario tener en cuenta que las características étnicas de las poblaciones estudiadas por ellos, son diferentes a las de la cubana. La comparación con estos resultados permite tipificar a la judoca cubana como de una estatura media, con tendencia al sobrepeso por acumulo de grasa superior al de otros países. Las diferencias encontradas, además de las características étnicas, están condicionadas por alto nivel de preparación y la maestría deportiva de estas deportistas objeto de este estudio, así como por uso de diferentes métodos de análisis de la composición corporal.

El peso corporal y la grasa de depósito disminuyen al aproximarse la competencia, mientras que la MCA expresada en kilogramos se incrementa de forma no significativa (Tabla 2).



Es muy difícil que esta variable cambie en proporciones elevadas, debido a varios factores: las judokas de alta calificación, se encuentran muy cerca de los valores óptimos a veces imposibles de trasponer, por lo que la magnitud de los cambios no debe ser marcada ni entre los diferentes mesociclos de entrenamiento ni a lo largo del ciclo olímpico estudiado. También aumentos marcados en los kilogramos de MCA, implicarían un incremento del peso, que capaz de llevar a estas deportistas a pesos superiores a los permitidos en su división, aún manteniendo la grasa de depósito en el rango de los adecuado para categoría de peso.

A pesar de esto, el índice AKS, si se incrementa significativamente en la etapa competitiva, debido al ascenso de la proporción de masa muscular con relación a la talla, la que se mantiene invariable. Este índice está estrechamente relacionado con el desarrollo de las capacidades mas involucradas en el desempeño del judoka en la competencia, como lo son la fuerza y la rapidez.

En la tabla 3 se presenta la evolución de las variables objeto de estudio durante los cuatro años que dura el ciclo olímpico y se observa un incremento no significativo del peso corporal sin incremento de la grasa. El aumento del a MCA y el índice AKS muestra mayores proporciones que se encuentran cercanas al os límites del a significación estadística.



El incremento alcanzado por un equipo de tan elevado nivel de entrenamiento, confirma el resultado positivo del trabajo de preparación y fundamentalmente del a fuerza realizado en este periodo.

En la tabla 4 se presenta el comportamiento de los indicadores antropométricos realizado a partir de la agrupación de las judocas según divisiones de peso. En ella se hacen evidentes las diferencias del peso y la MCA, las que ser agrupados los datos en cuatro categorías, son significativas (P< 0,05).



En esta disciplina deportiva el control del peso adecuado es un elemento determinante para la preparación y los resultados competitivos del atleta. Es bien conocido que las reducciones provocadas de forma brusca pueden afectar el desempeño (13,14) y poner en riesgo su salud (15, 16). Las altas exigencias metabólicas del combate (17) demandan un adecuado respaldo energético, por lo que se ha tenido en cuenta en el diseño de esta investigación, aunque no se dispone de valores de referencia o resultados de estudios similares para establecer un debate o hacer comparaciones de este importante aspecto con los resultados de otros investigadores.

En la figura 1 se refleja el comportamiento promedio del peso real (P. Real), de cada una de las judokas durante la preparación general, mesociclo en el que se permitía un rango de 3 kilogramos por encima del peso de competencia (P. Tol.). Este es nivel de tolerancia que tradicionalmente han establecido los técnicos del deporte para ese momento de la preparación, ha sido un límite que en la práctica ha permitido disponer de una referencia para ejercer el control del peso. La línea que limita el rango de libertad propuesto por los médicos (P. Rec.) y que se corresponde con una desviación máxima del 3 % del peso ideal de cada judoka, se encuentra en general en valores mas cercanos al peso de competencia (P. Com.) y establece rangos de libertad menores para las judocas de categorías ligeras, las que de acuerdo con otras formas de control, son las que ene l momento del a competencia confrontan mayor dificultad para dar el peso.




Las representantes de las divisiones de menos de 52 y 61 kilogramos, mantuvieron la tendencia a sobrepasar ese nivel, lo que implica que deben realizar un mayor esfuerzo para dar el peso de competencia en el momento requerido. No obstante, la utilidad práctica que ha tenido esta forma de control general, los resultados de estudios previamente realizados (5) recomiendan que se establezca un por ciento igual para todas las divisiones, y que al hacerse las adecuaciones de cada caso, los excesos permitidos en valores absolutos (kilogramos) sean diferentes para cada uno del os judocas. Esto debe contribuir a que se mantenga un control mas riguroso, pero menos traumático en el caso del las competidoras de divisiones de pesos mas ligeros.

Las judokas que integraron el equipo objeto de estudio muestran un predominio mesomórfico, con valores promedio para este componente de 6,3 ± 1,4. Los valores promedio de la endomorfia son de 3,6 ± 2,6 y los de la ectomorfia, 1,3 ±1,0. Se encuentran situadas en las áreas meso-endomórfica y meso-ectomórfica. El promedio del grupo se encuentra cerca del centro del área meso-endomórfica. Las divisiones más ligeras muestran una mayor tendencia hacia la ectomorfia, mientras que las más pesadas se encuentran totalmente ubicadas en el área de la endomorfia, encontrándose muy cercanas al límite del predominio endomórfico.




La literatura disponible que trata esta temática, no permite hacer muchas comparaciones con estudios de judokas del sexo femenino, por haber sido elaborada fundamentalmente con atletas masculinos. Estos resultados concuerdan con los reportados por Modrego (18) en judokas del sexo masculino. La endomorfia tiene los mismos valores que los reportados por Gualdi-Russo en judokas del sexo femenino, pero la mesomorfia es superior a la de esa muestra, tanto para el sexo femenino como para el masculino (19). Existe una mayor similitud aún, con la distribución en el somatograma, de los judokas estudiados por Farmosi (20), en el que los sujetos de las divisiones más ligeras se encuentran situados igual que las de este estudio. Carter (21) reportó en 13 participantes del sexo masculino en las Olimpiadas de Montreal, un predominio mesomórfico mucho más marcado.

Los resultados obtenidos en este estudio han permitido definir las características somatotípicas de estas deportistas. Aún teniendo en cuenta las conocidas diferencias de la composición corporal que existen entre el hombre y la mujer (dadas por la mayor tendencia de estas a acumular grasa subcutánea y menor muscularidad de la mujer), las judokas cubanas se encuentran como promedio en una posición aceptable para las características del deporte en el que se desempeñan.

Estos hallazgos demuestran la marcada influencia que ejerce el tipo de trabajo que predomina en la preparación de los deportistas, el que tiene un gran predominio de ejercicios de fuerza para todos los judokas independientemente del sexo. La dispersión de los sujetos en el somatograma, es la característica de un deporte en el que las atletas se agrupan en categorías de peso.


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