Control de la conducta agresiva tras lesion cerebral
Autor: Dr. Modesto J. Romero-López | Publicado:  28/08/2012 | Psicologia , Neurologia , Articulos | |
Control de la conducta agresiva tras lesion cerebral .1

Control de la conducta agresiva tras lesión cerebral

Dr. Modesto J. Romero- López. Doctor en Psicología, Especialista en Psicología Clínica, Máster en Neuropsicología.
Dr. Enrique Moraleda-Barreno. Doctor en Psicología, Especialista en Psicología Clínica, Máster en Neuropsicología.

Servicio de Neuropsicología y Rehabilitación (SEREN)
Departamento de Psicología Clínica, Experimental y Social.
Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Huelva. España.

Resumen

El daño cerebral tiene consecuencias en las funciones cognitivas, emocionales y conductuales. Es frecuente que los pacientes después del daño cerebral experimenten períodos de agitación, baja tolerancia a la frustración, estén limitados en el control emocional y muestren conductas agresivas. Estas conductas debidas al daño cerebral, se explican desde una triple perspectiva: la neurológica, psicológica y social. Cualquier tratamiento de estos problemas requiere de modelos que consideren esas perspectivas si no quieren verse limitados en su eficacia.

Palabras clave: Daño cerebral. Trastornos emocionales. Conducta agresiva. Evaluación neuropsicológica. Rehabilitación neuropsicológica.

Abstract

Brain injury has implications for the cognitive, emotional and behavioral functions. Often the patients after brain injury have periods of agitation, low frustration tolerance, are limited in emotional control, and showing aggressive behaviors. These behaviors, due to brain injury, are discussed from three perspectives: neurological, psychological and social. The treatments of these problems require models that consider these perspectives or they will be limited in their effectiveness.

Key words: brain injury. Emotional disorders. Angry behavioral. Neuropsychological assessment. Neuropsychological rehabilitation.


Introducción.

Los pacientes después de una lesión cerebral frecuentemente experimentan períodos de agitación, baja tolerancia a la frustración, se encuentren limitados en el control emocional y muestran conductas agresivas. Los cambios comportamentales son complejos y con serias consecuencias negativas como la destrucción de relaciones familiares, afectivas, etc. Estos cambios, a su vez, pueden interferir en el desarrollo del proceso terapéutico y de la rehabilitación [1-3]. Cuando estos cambios en el comportamiento se mantienen en el tiempo pueden dificultar o impedir la vuelta del paciente a su entorno o comunidad. Los cambios en los patrones del comportamiento van a dificultar la consecución de objetivos en la rehabilitación de forma global.

Algunos pacientes experimentan agitación y muestran comportamientos agresivos sólo durante el período agudo del daño cerebral. En algunos casos, la agitación y la agresividad no es más que la expresión motora de todo aquello que el paciente no puede expresar verbalmente con coherencia y eficacia, una manifestación del propio desorden cognitivo que presentan como consecuencia del daño cerebral adquirido. Muy pocos pacientes recuperarán sus funciones cognitivas, atención y memoria espontáneamente. En general, los pacientes necesitarán ayuda neuropsicológica para el control de la estimulación ambiental y en esta fase son de gran ayuda el empleo de fármacos específicos.

Otros pacientes desarrollarán problemas persistentes en el control del comportamiento irascible y agresivo. La conducta violenta puede darse dentro y fuera del hospital aunque es más evidente y más desestabilizadora cuando el paciente se encuentra en su hogar y en su entorno habitual. Los desafíos diarios del hogar y en la comunidad son los que muestran claramente las limitaciones del paciente en el control de su comportamiento y es donde se hace evidente la falta de control en la frustración; aspectos que no podrán dominar, especialmente en público. Cuando estos problemas se mantienen, los pacientes tienen limitaciones importantes en su entorno social. Sus oportunidades laborales o educativas se reducen y ganan en rechazo y aislamiento social y/o familiar. En general, no serán aceptados en la comunidad.

El control de la frustración en estos pacientes puede ser el obstáculo más difícil en la rehabilitación y en la adaptación a las demandas de la vida diaria. Los pacientes con daño cerebral no están recuperados totalmente si no pueden controlar sus emociones y su conducta social; de hecho pacientes con importantes limitaciones motoras pueden tener sustancialmente más y mejores oportunidades en su vida social, laboral y familiar que los pacientes con déficits en el control emocional.

El diagnóstico y clasificación de los pacientes agresivos no está exento de dificultades. Los criterios de clasificación han variado bastante en los últimos años. El Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) propone dos clasificaciones del comportamiento agresivo [4]: Desorden Explosivo Intermitente (312.34) y; Cambios de Personalidad Debido a Causa médica, tipo Agresivo (310.1), como se muestra en la Tabla I.

Tabla I. Criterios diagnósticos DSM-IV

CAMBIOS DE PERSONALIDAD DEBIDO A ENFERMEDAD MEDICA, tipo AGRESIVO - 310.1

A.- Alteración duradera de la personalidad que representa un cambio de las características previas del patrón de personalidad del individuo. (En los niños la alteración se manifiesta por una acusada desviación del desarrollo normal o por un cambio significativo en el patrón habitual del comportamiento del niño y que se mantiene como mínimo durante un año).

B.- Demostración, por la historia clínica, exploración física o pruebas de laboratorio, de que la alteración es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica.

C.- La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental.

D.- La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium y no cumple los criterios diagnósticos para la demencia.

E.- La alteración causa un malestar clínicamente significativo o deterioro laboral, social o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

DESORDEN EXPLOSIVO- INTERMITENTE - 312.34

A.- Varios episodios aislados de dificultad para controlar impulsos agresivos que dan lugar a violencia o a destrucción de la propiedad.

B.- El grado de agresividad durante los episodios es desproporcionado con respecto a la intensidad de cualquier estresante psicosocial precipitante.

C.- Los episodios agresivos no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental y no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o a enfermedad médica.

Neurobiología de la conducta agresiva tras daño cerebral.

Antes de considerar las razones neurológicas de la agresión, debe explorarse todas las posibles causas patológicas. Así, por ejemplo, el paciente con un nivel de glucosa alterado puede presentar comportamientos agitados y/o agresivos. Psicólogos y psiquiatras deben asegurarse de que se han considerado todas las posibles causas comórbidas.

Después de una lesión cerebral las limitaciones en el control de conductas agresivas pueden deberse al resultado de la alteración en la organización y coordinación de los distintos sistemas cerebrales como se describe en la Figura. 1. 

conducta_agresiva_cerebral/isquemia_cortex_neuroeje

Figura. 1: Neuroeje, sistemas cerebrales y conducta agresiva: Siguiendo el neuroeje, se localiza el umbral para el comportamiento agitado o agresivo controlado por el Sistema Límbico, específicamente por el hipotálamo. En un segundo nivel, la relación entre la focalización, dirección hacia el objeto y comportamiento agresivo es controlada por la amígdala y centros corticotemporales. En un tercer nivel, la corteza frontal controla las reglas de expresión y de función ejecutiva que supervisan, evalúan y controlan las conductas sociales.


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