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Caracterización de pacientes con parasitismo intestinal de la escuela rural “Obdulio Morales”. Cumanayagua 2010

Caracterización de pacientes con parasitismo intestinal de la escuela rural “Obdulio Morales”. Cumanayagua 2010

La lucha por el medio ecológico, obligó a los primeros pobladores del mundo a establecer diferentes relaciones entre sí. De ahí surgieron organismos que al convivir se beneficiaron mutuamente, otros por el contrario se perjudicaban cuando eran obligados a vivir en un mismo medio.

MSc. Lic. Dayami Guerra Villarpanda *
MSc. Vladimir Barco Díaz **
MSC Lic. Jorge Luis Maceira Brito ***
Lic. Iris Caridad Suárez Piloto ****
Lic. Nereida Iglesias Perez *****

* Licenciada en Enfermería, especialista en Enfermería comunitaria, máster en enfermedades infecciosas, profesora instructora en la sede universitaria. Miembro titular de la sociedad cubana de Enfermería.
** Licenciado en Enfermería, máster en ciencias de Enfermería, profesor auxiliar en la universidad de ciencias medicas, miembro titular de la sociedad cubana de Enfermería.
*** Licenciado en Enfermería, máster en Urgencias médicas, profesor asistente en la universidad de ciencias medicas, miembro titular de la sociedad cubana de Enfermería, jefe del departamento de investigaciones
**** Licenciado en Enfermería, profesora asistente en la sede universitaria, Miembro titular de la sociedad cubana de Enfermería.
***** Licenciada en Enfermería, especialista en Enfermería comunitaria, profesora instructora en la sede universitaria. Miembro titular de la sociedad cubana de Enfermería.

Universidad de Ciencias Médicas. Cienfuegos.
Policlínico Universitario “Aracelio Rodríguez Castellón”. Cumanayagua.

INTRODUCCIÓN

La lucha por el medio ecológico, obligó a los primeros pobladores del mundo a establecer diferentes relaciones entre sí. De ahí surgieron organismos que al convivir se beneficiaron mutuamente, otros por el contrario se perjudicaban cuando eran obligados a vivir en un mismo medio. (1,2) El parasitismo se conoce desde épocas tan remotas, que miles de años antes de nuestra era ya se tenían nociones reales de las tenias, filarias y lombrices intestinales, esa fue precisamente la razón por la que se escogió al gusano como símbolo de enfermedad; concepto que se extendió a los chinos, árabes y judíos. Se considera parásito todo ser vivo, animal o vegetal, que pasa una parte o toda su existencia en el interior de otro ser vivo a expensas del cual se nutre, y provoca daños aparentes o inaparentes. (3,4)

Entre las enfermedades infecciosas, las producidas por parásitos constituyen importantes problemas de salud para el hombre, y en la época actual son un problema médico-social, que afecta no solamente a los países del llamado Tercer Mundo, sino también a los de más alto desarrollo. Los parásitos afectan a millones de personas, perjudican el desarrollo económico de las naciones, y están estrechamente vinculados con la pobreza y con los sectores sociales más desamparados. (5,6) En estudios realizados en niños de regiones suburbanas de países de Europa, Asia y África se ha encontrado elevada prevalencia de parasitismo intestinal, (7,8,9) y tienden a ser elevadas en la población en edad escolar. (10, 11)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presta particular atención, desde hace años, a la lucha contra las infecciones intestinales de diferentes etiologías entre las que se incluyen las producidas por parásitos.

Actualmente las autoridades sanitarias de todos los países del mundo, están de acuerdo en que las únicas medidas preventivas que se pueden adoptar son aquellas encaminadas a cortar el ciclo epidemiológico de los parásitos, y como la mayoría de las especies parásitas intestinales utilizan la vía fecal como vehículo de dispersión por la naturaleza, su persistencia en la población humana, demuestra un fallo en la infraestructura sanitaria ambiental o en los hábitos de la población. (12)

Los más recientes estimados señalan que más de 2.000 millones de personas, están afectadas por las helmintiasis a escala mundial, de los cuales 300 millones sufren de morbilidad severa asociada, y 155 mil muertes se reportan anualmente. Los estimados globales de prevalencia señalan que alrededor de 1.450 millones de personas en todo el mundo están infectadas por Áscaris lumbricoides, 1.050 millones por Trichuris trichiura y 1.300 millones por ancylostomídeos. Las infecciones por protozoos no se quedan a la zaga, estimándose que 480 millones de personas sufran de amebiasis. En los Estados Unidos de Norteamérica, la Giardiasis es considerada como la responsable de no menos de 4.000 admisiones en hospitales cada año; mientras que otros la señalan como la infección intestinal por protozoos más frecuente en la población mundial. A partir de la epidemia del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), comienzan a reconocerse los coccidios intestinales como importantes patógenos humanos, particularmente Cryptosporidium parvum, responsable de cuadros diarreicos tanto en pacientes inmunocompetentes como en los inmunocomprometidos por diferentes causas. (12)

En la reunión de la 54 asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebrada en el año 2001, se urgió a los estados miembros para garantizar a través de todos los niveles de atención de salud, y en específico como parte integral de los sistemas de atención primaria de salud, el acceso a los fármacos esenciales contra las geohelmintiasis, tanto para el tratamiento de casos clínicos como para el de los grupos de alto riesgo como los escolares; la administración regular de quimioterapia para al menos el 75% de los escolares en riego de morbilidad antes del año 2010; y emprender esfuerzos comunitarios sostenibles para mejorar las condiciones sanitarias, el suministro de agua apta para el consumo humano, y la educación para la salud. (12) En América Latina se han desarrollado múltiples investigaciones relacionadas con el parasitismo intestinal, fundamentalmente en áreas rurales. En países como Colombia, Venezuela, México, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Perú, Argentina, Uruguay y Brasil se ha visto la relación que existe entre el parasitismo intestinal y las malas condiciones socioeconómicas en que viven las poblaciones rurales, detectándose una mayor incidencia de protozoarios, seguidos de helmintos. (13)

En Argentina, las parasitosis intestinales constituyen un importante problema de salud pública, y son especialmente prevalentes en niños y adultos de poblaciones con necesidades básicas insatisfechas. Su distribución se encuentra influenciada por factores bióticos, abióticos y culturales. (13, 14)

Venezuela, país en desarrollo situado en el trópico americano, con una numerosa población infantil, registra como principales enfermedades parasitarias: Amebiasis 100.000 casos al año con 80 muertes; paludismo 30.000 casos al año con 28 muertes y helmintiasis, más de 900.000 casos. (15)

La Organización Panamericana de la Salud, en un reporte reciente cita que en América Latina la infección por helmintos llegó hasta un 20-30% de la población general y en zonas endémicas hasta un 60-80%, siendo la prevalencia de los principales helmintos: Áscaris lumbricoides de 1.250.000 casos, Uncinarias 990.000 casos y Tricocéfalos 700.000 casos. La mortalidad mundial por parásitos intestinales se sitúa en el tercer lugar precedida por las infecciones respiratorias agudas y las diarreas de otra etiología. (14,15).

A pesar de la existencia de bajos índices de mortalidad por parasitismo intestinal, dada la alta prevalencia de estas infecciones, cada año ocurren hasta cien mil muertes debidas a Amebiasis (16, 17,18) y cientos de miles debidas a helmintos. (19, 20)

Al margen de lo expresado se subestima la importancia del parasitismo intestinal como problema de salud a escala mundial (21) e incluso su morbimortalidad no es bien conocida, ya sea por subregistros o por diagnósticos incorrectos. (22)

La existencia de medicamentos seguros, eficaces y de bajo costo no ha logrado modificar significativamente las altas tasas de prevalencia del parasitismo intestinal, sobre todo en la población infantil. (21,22,23) El desinterés de las autoridades sanitarias de muchos países por combatir el problema (24,25) así como el aumento significativo de la población global en los últimos 50 años y su asentamiento en áreas suburbanas y rurales con pobres condiciones higiénicas, podría explicar esta situación. (21,23-26)

Las infecciones parasitarias intestinales pueden afectar a todas las personas por igual, sin embargo, en la población existen diversos grupos que por sus características poseen un nivel de susceptibilidad más elevado de padecerlas, tal es el caso de los niños, y en particular los mayores de 5 años de edad, porque permanecen gran parte del día en las escuelas y desarrollan actividades en colectivo, lo que puede favorecer las condiciones para la transmisión de algunas enfermedades parasitarias, especialmente aquellas en que su principal mecanismo de transmisión es la vía fecal oral.

En ellos estas infecciones son más intensas, con efectos deletéreos, tanto sobre el crecimiento y desarrollo, como sobre el aprendizaje. (27,28)

El parasitismo constituye un importante factor de morbimortalidad en la edad pediátrica, produciendo cuadros diarreicos, anemia crónica y considerables daños al estado nutricional e inmunológico. (27,28,29,30)

Estas enfermedades son más frecuentes durante la infancia por haber más oportunidades de contacto con dichos parásitos, menor el nivel inmunológico y por tanto la tolerancia a éstos. En la medida que se va desarrollando el sistema inmunológico esto cambia, y el cuerpo tiende a acostumbrarse más al invasor; por ello es que la afección puede desencadenar síntomas más evidentes y serios en el transcurso de los primeros 5 años de vida. (30,31)

Las infecciones y enfermedades parasitarias en el niño constituyen un importante problema de salud en la mayoría de los países latinoamericanos, por su frecuencia, por los problemas diagnósticos y terapéuticos que plantean y en ocasiones por su gravedad. (32)

El mayor riesgo de padecer las infecciones por helmintos intestinales lo tienen los niños en edad escolar y se acepta que más de 200 millones de ellos sufren enfermedades producidas por este grupo de parásitos. (33) Es conocido además que la carga parasitaria alcanza su máxima expresión en este grupo poblacional, por ende, se plantea que tienden a sufrir las infecciones más intensas (33) y duraderas llegando en ocasiones, a producirse efectos negativos sobre el crecimiento y el aprendizaje. (34,35)

Las enfermedades parasitarias son causa significativa de morbimortalidad y constituyen aún uno de los problemas de mayor importancia en Salud Pública a pesar de las modernas medidas para el control de su transmisión. Los parásitos intestinales, como causantes de muchas de estas enfermedades no están exentos de lo expresado, e independientemente de la revolución científico- técnica que tiene lugar en el mundo, así como las avanzadas medidas de diagnóstico existentes, se presentan como un desafío para la medicina moderna. (36)

Estos parásitos se encuentran ampliamente representados por todo el planeta, sin embargo, las afecciones que ocasionan aparecen con mayor frecuencia en los países de más bajo desarrollo económico, particularmente aquellos asentados en regiones tropicales y subtropicales donde son causa importante de morbilidad y pueden provocar pérdidas inestimables de vidas. (37,38,39).

Es importante que el médico de asistencia conozca algunas de las características macroscópicas fundamentales para comprender a primera vista, si un paciente le trae a la consulta un helminto eliminado en las heces, a cual grupo de parásitos correspondería esa especie en cuestión. (37,38)

Debido a que los parásitos están bien adaptados a sus modos de vida, son difíciles de destruir, desarrollan estrategias para evitar los mecanismos de defensa de sus huéspedes y muchos han conseguido ser resistentes a los medicamentos e insecticidas que se aplican para su control. (40)

La prevención y el control de parasitosis se basa en los métodos tradicionales, consistentes en la adopción de una serie de medidas importantes en la profilaxis de las enfermedades parasitarias: saneamiento ambiental, construcción higiénica de la vivienda humana, disposición adecuada de las excretas, uso de letrinas, suministro de agua potable y alimentos contaminados, campaña contra los roedores, evitar los criaderos de insectos, evitar las picaduras de insectos vectores o transmisores de enfermedades parasitarias, implantar costumbres de buena cocción, control de carnes en los mataderos, educación, aplicación de reglas elementales de higiene individual y promover el uso de calzado, entre otros. (41-43)

En Cuba, la prevención y control de protozoarios y helmintos de importancia médica se llevan a cabo a través del Programa Nacional de Prevención y Control, del Parasitismo Intestinal. La Habana, Cuba 1986 que se ejecuta básicamente en la atención primaria de salud. Este Programa constituye la guía para la acción de las autoridades de salud involucradas, sin embargo, estudios realizados recientemente han demostrado que resulta necesaria su reevaluación, debido a que independientemente de su estrategia las parasitosis permanecen con una alta incidencia. (14,15)

A través del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) Cuba mediante la ejecución de múltiples estrategias, ha logrado modificar de manera significativa los indicadores de salud existentes antes de 1959. (41)

En Cuba, como consecuencia de una voluntad política dirigida a mejorar los índices de salud del pueblo, algunas parasitosis han desaparecido y otras han disminuido sensiblemente sus efectos negativos sobre la salud de la población. A pesar de las profundas transformaciones socioeconómicas y culturales logradas, persisten condiciones ecológicas que mantienen este problema, y así lo demuestran estudios realizados por el laboratorio de parasitosis intestinal en la calidad diagnóstica de la red nacional, así como investigaciones efectuadas en círculos infantiles, niños hospitalizados, asistentes a centros educacionales y pertenecientes a áreas de salud. (26)

En la provincia de Cienfuegos las parasitosis intestinal continúa siendo un problema de salud a pesar del esfuerzo realizado en los últimos años por los médicos y enfermeras de la familia, tanto en la comunidad como en las instituciones infantiles las cuales han sido demostradas en diferentes trabajos como por ejemplo en el proyecto de prevalencia del parasitismo intestinal en la zona montañosa del Escambray realizado por el Centro Provincial de Higiene y Epidemiologia de Cienfuegos, en el que se comprobó predominio de Helmintos sobre los Protozoario.

Problema Científico.

El parasitismo intestinal constituye un problema de salud en la población infantil que vive en el asentamiento rural “Hoyo de Padilla” y no se conocen los factores capaces de favorecer su prevalencia.

Justificación del estudio.

Teniendo en cuenta la alta incidencia documentada de parasitismo intestinal en niños es que nos propusimos la realización de un estudio de prevalencia de parasitismo intestinal en los niños entre 5 y 11 años de edad pertenecientes, a la escuela primaria “Obdulio Morales” lo cual permitiría conocer la situación del parasitismo como problema de salud y realizar acciones preventivas y terapéuticas adecuadas para poder accionar positivamente sobre las causas que lo hacen preponderar.

Idea a defender.

La prevalencia de parasitismo intestinal en niños de la escuela primaria Obdulio Morales se debe a la influencia de factores socios demográficos, higiénicos y epidemiológicos, sanitarios

MARCO TEÓRICO

El parasitismo data de millones de años, aunque existen relativamente pocas evidencias fósiles de ello. Se ha notificado la presencia de huevos de nematodos en las heces fósiles de reptiles procedentes del Mesozoico, de la pulga Paleopsyella klebsiana e insectos procedentes del Oligoceno que estaban incluidos en el ámbar y escorpiones fósiles procedentes del Carbonífero. (44)

Todas las evidencias hacen suponer que los parásitos fueron, originalmente, organismos de vida libre que lograron contacto sistemático con el posible hospedero de lo que devino una asociación. En todos los casos, esa asociación hubo de desarrollarse gracias a la adaptación producida entre los dos organismos, lográndose finalmente un equilibrio en la misma. De esta manera, encontraron un medio bioquímico y biofísico tal que pudieron adaptarse de forma relativamente sencilla. (45) El término parasito ha sido utilizado a lo largo de la historia para hacer referencia sólo a las infecciones producidas por parásitos cuyo hábitat natural es el aparato digestivo. Para simplificar la clasificación podemos dividirlo en dos grandes grupos protozoos y helmintos.

Los protozoos que infectan al ser humano se dividen a su vez en cuatro phylum: sarcodyna (Incluye todas las amebas) ciliphora (protozoos ciliados), sporozoa (coccidios) y mastogophora (protozoos flagelados) Existen dos organismos que siguen generando duda a la hora de clasificarlo: Blastocystis y Microsporidium.

Los helmintos incluyen parásitos trematodos, cestodos y nematodos.Todos ellos se reproducen a través de huevos, por lo que su diagnóstico se basará tanto en la visualización de larvas como huevos. (46)

Las enfermedades parasitarias son responsables de una morbilidad considerable en el mundo entero; se presentan frecuentemente con síntomas no específicos y altas tasas de prevalencia. Las ascariosis, tricocefalosis, giardiasis, y amebiasis se encuentran entre las diez infecciones más comunes observadas en el mundo. Actualmente los autores prefieren sustituir la terminología de parasitismo intestinal por el de enfermedades causadas por protozoarios y helmintos. En general tienen baja mortalidad, pero igualmente ocasionan importantes problemas sanitarios y sociales debido a su sintomatología y complicaciones. Los protozoarios son organismos eucariota, unicelulares, cada uno de los células aisladas cumplen con todas las funciones vitales. Muchas de ellas son patógenos importantes y se encuentran entre las primeras causas de enfermedades y mortalidad, otros son causas frecuentes de diarreas en áreas de desarrollo y países industrializados y otros provocan enfermedades severas en pacientes con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.

Dentro de los parásitos incluidos en el grupo de los protozoarios se mencionan a la Giardia lamblia y a la Ameba. La Giardia es un protozoario flagelado que habita en el duodeno, primera parte del yeyuno, aunque también suele encontrarse en vesícula biliar y vías biliares. El modo de transmisión es a través del agua y alimentos contaminados, y por la vía directa de persona a persona. La infección es más frecuente en los niños, con una elevada tasa de portadores asintomáticos. Entre los síntomas más frecuentes están las diarreas agudas y crónicas, dolor abdominal, distensión abdominal, con regularidad los pacientes presentan un síndrome de mala absorción intestinal y pérdida de peso.

La Ameba es un protozoario que habita en el intestino grueso, aunque se puede encontrar extraintestinalmente – hígado, pulmón, cerebro, genitales, piel, entre otros. El modo de transmisión es a través de agua, alimentos contaminados y por la vía directa de persona a persona. Afecta con preferencia a las personas malnutridas y a las que viven en condiciones higiénicas inadecuadas. Las diarreas agudas desde la forma leve hasta la fulminante, la deshidratación, dolores abdominales (cólicos) es la forma de presentación que más se observa, también puede aparecer invaginación intestinal, diarreas crónicas además de síntomas y signos según la localización fuera del intestino grueso que se presente. (47)

Los helmintos o lombrices son animales multicelulares ampliamente distribuidas en la naturaleza y comprenden el grupo de los Nematelmintos y el de los Platelmintos, todas las especies de los Platelmintos, importantes en medicina, pertenecen a la clase Céstoda (gusanos acintados, segmentados, sin tubo digestivo) y Trematodos (formas generalmente foliácea, segmentados, con tubo digestivo incompleto). La mayoría de los helmintos afectan el tracto gastrointestinal, agravan el déficit nutricional crónico por parasitismo intestinal y pueden producir infecciones severas como la filariosis y esquistosomiasis. (48) En el grupo de los nematodos se encuentran Enterobius vermicularis, Áscaris lumbricoides, Necátor americanus, Estrongyloides stercolaris y Trichuris trichiura.

La enterobiasis es también conocida como oxiuriasis, esta enfermedad es producida por un nemátodo de pequeño tamaño que por lo general habita en el ciego y el apéndice, cuyos huevos son infestantes al salir por el ano, lo que explica su gran frecuencia en la población mundial. La infestación se extiende casi siempre a toda la familia, la prevalencia es más alta en los niños de la edad escolar y algo menor en los preescolares y lactantes. El cuadro clínico se caracteriza por prurito en la región del ano que inducen al rascado, lo cual produce escarificaciones e infecciones bacterianas secundarias en la piel, en niños pequeños produce irritabilidad, pérdida del apetito e insomnio.

El Áscaris es un nemátodo y dentro de las parasitosis por helmintos es el más común. Esta enfermedad está distribuida por todo el mundo y los niños se infestan de manera más intensa que en los adultos, especialmente los preescolares y los pequeños. La transmisión es por la vía fecal-oral. En muchas ocasiones cursas asintomático, puede presentarse expulsión del parásito por vía oral o fecal, diarreas, vómitos, dolor abdominal, anorexia, irritabilidad, alteraciones del sueño, tos espasmódica y disnea.

El Necátor americanus es un gusano cilíndrico que vive en la parte alta del intestino delgado, la infección se presenta cuando la larva filariforme penetra en la piel, casi siempre por los pies. Se caracteriza porque en el lugar de penetración se produce una dermatitis local acompañada de edema, eritema y erupción papular o vesicular, que habitualmente desaparece de manera espontánea, molestias abdominales, dolor ligero, flatulencia, diarreas y otros síntomas de irritación intestinal, anemia.

La estrongiloidiasis es producida por el Estrogiloides stercolaris, es el nemátodo de menor tamaño entre los que afectan al hombre y se localiza habitualmente en el duodeno. Es la infestación con mayor letalidad potencial en el ser humano, sobre todo en inmunodeprimidos, en la forma sintomática puede aparecer edema, prurito, urticaria, epigastralgia, astenia, síndrome de mala absorción, diarreas, vómitos, náuseas y en las formas agudas producidas por infestaciones masivas se caracteriza por trastornos respiratorios, fiebre alta, y shock.