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Uso de azúcar comercial en heridas

Uso de azúcar comercial en heridas

Resumen:

Se ha realizado la revisión de varios artículos. Esta revisión ha sido fruto de la incertidumbre acerca del uso o no de azúcar comercial en la curación de heridas. Los artículos han sido revisados mediante el acceso a distintas bases de datos.

Uso de azúcar comercial en heridas

Autor: Francisco Javier Mesa Mesa. Enfermero especialista en Atención Familiar y Comunitaria

Durante la lectura de estos trabajos, me he percatado de las propiedades de esta sustancia en el uso de las heridas; y he quedado sorprendido al observar los resultados tan óptimos que obtuvieron los investigadores.

Palabras clave: azúcar, heridas, cicatrización, antibacteriano.

Introducción:

El azúcar granulado (de mesa) y la miel se han utilizado desde antes de la era cristiana para la cicatrización de heridas en humanos. En la actualidad se usan en todo el mundo para tratar heridas contaminadas y lentamente están empezando a tener aceptación en medicina veterinaria.

La “actividad del agua” (Aw) es la concentración mínima de agua requerida en el ambiente de un microorganismo para que éste se reproduzca. El azúcar crea un medio con bajo contenido de agua (alta osmolaridad) ya que se genera migración de agua y linfa fuera del tejido hacia la solución de azúcar, inhibiendo el crecimiento bacteriano por disminución en la Aw del sustrato. La linfa a su vez proporciona nutrientes al tejido.

El azúcar además atrae macrófagos que participan en la limpieza de la herida, acelera el desprendimiento de tejido desvitalizado, necrótico y/o gangrenoso, provee una fuente de energía local y forma una capa proteica protectora en la herida.

Se ha registrado el uso de la miel y sus beneficios en la curación de heridas, no obstante dada su consistencia muy melosa, que «cansa» al propietario cuando debe realizar las curaciones, no se suele utilizar en la práctica diaria.

Al parecer el azúcar tiene una serie de ventajas sobre la cura y cicatrización de heridas, como:

  • Rápida acción antibacteriana.
  • Promueven la formación de tejido y epitelización, lo que ha sido demostrado histológicamente (Dr. Lightower; Bs As-Argentina).
  • Aceleran la cicatrización de la herida.
  • Accesible y barato.
  • Evita el uso de antibiótico sistémico durante largo tiempo; a menos que exista bacteriemia. En general, en 2 a 4 días las heridas están limpias (5 a 7 días en las severamente infectadas).
  • No hay reacciones adversas y no se han demostrado efectos colaterales en diabéticos.

Además, el azúcar puede ser usado en ilimitada variedad de heridas como las infectadas, posquirúrgicas, por quemaduras, traumáticas, diabéticas, úlceras por decúbito, peritonitis y lesiones en cavidades.

Pero, sobre todo, en heridas donde tras un traumatismo, no haya suficiente piel para cubrir la herida y sirve como una alternativa válida a la cirugía plástica.

Objetivos:

Conocer la eficacia del uso de azúcar para la curación de heridas.

Material y método:

Se ha realizado una revisión bibliográfica de los artículos relacionados con el tema que exponemos, haciendo posteriormente una valoración y análisis de los resultados. Los artículos han sido buscados en bases de datos como, COCHRANE, EXPLORAEVIDENCIA, SCIELO y CUIDEN.

Resultados:

Después de revisar varios artículos, se ha decidido incluir los resultados de dos de ellos solamente, ya que es en estos donde más claros están expresados estos.

En el estudio de Esteban Merchán Mayado et al. se llegó apreciar que en las primeras 24 horas de aplicar azúcar sobre la herida, se disminuyó el olor y la secreción purulenta; a los 5-7 días la secreción se volvió escasa, quedando solo restos de esfacelos que fuero resecados de manera cortante; a los 7-10 días comenzó el proceso de reparación de tejidos; y finalmente, a los 12-15 días comenzó el proceso de cicatrización, extendiéndose hasta los 30 días aproximadamente.

Con respecto al estudio de Susana Zamora Castro et al., este coincide con el anterior en que en las primeras 24 horas de aplicar el azúcar sobre la herida, se eliminó el olor. También añade que a los 7 días, la herida ya no presentaba edema perilesional ni secreciones; los esfacelos y tejido desvitalizado desaparecieron a los 15 días desde el inicio del tratamiento. Fueron descritos efectos indeseables en 10 personas (20% de la muestra total), los cuales no revistieron gravedad alguna, siendo ardor y escozor en la herida; las 40 personas restantes (80%) no observaron ningún signo. Al final del estudio, ninguna de las personas empeoró su herida, dos pacientes (4%) mejoraron y 48 personas (96%) se curaron completamente.