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Ingreso domiciliario: modalidad asistencial imprescindible

Ingreso domiciliario: modalidad asistencial imprescindible

RESUMEN

El ingreso en el hogar aparece en el quehacer médico desde tiempos inmemoriales y constituye uno de los eslabones más importantes del Sistema Nacional de Salud incluido en el programa de trabajo del Médico y la Enfermera de la Familia. En el presente trabajo mostramos los antecedentes históricos de esta modalidad asistencial, los criterios para su realización, sus indicaciones y ventajas.

Ingreso domiciliario: modalidad asistencial imprescindible

Dra. Rosa Caridad Truffín Hernández (1), MSc. Dr. Javier Cruz Rodríguez (2), Est. Claudia Fernández Cabrera (3), Est. Arays Cruz La Rosa (4), Est. Leany García Bermúdez (5).

  • Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Policlínico “Capitán Roberto Fleites”. Santa Clara. Villa Clara.
  • Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Máster en Urgencias Médicas. Residente de Cirugía General. Hospital “Arnaldo Milián Castro”. Santa Clara. Villa Clara.
  • Estudiante de tercer año de Medicina. Universidad de Ciencias Médicas “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”. Santa Clara. Villa Clara.
  • Estudiante de segundo año de Medicina. Universidad de Ciencias Médicas “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”. Santa Clara. Villa Clara.
  • Estudiante de primer año de Medicina. Universidad de Ciencias Médicas “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”. Santa Clara. Villa Clara.

Palabras clave: servicios de atención de salud a domicilio, cuidados ambulatorios, atención primaria de salud.

INTRODUCCIÓN

Pese a la tendencia general de las últimas décadas a reducir la estancia de los pacientes en los hospitales, las necesidades de hospitalización de la población se han incrementado. El incremento de la demanda de servicios sanitarios y de gastos en la salud, los cambios demográficos, sociales y de los patrones de morbilidad, y las constantes innovaciones en el campo de la tecnología, están modificando las actuales pautas de asistencia generando cambios en el sector de la salud y muy especialmente en la organización de los hospitales (1,2). El desarrollo de alternativas domiciliarias a la hospitalización ha sido potenciado por dos tipos de demandas: una por parte de los usuarios de la sanidad, y otra por parte de los financiadores y proveedores de servicios sanitarios.

El ingreso en el hogar se ha considerado en todo el mundo como una extensión del hospital, y se define como la atención médica domiciliaria continua a pacientes que necesitan de un seguimiento diario de su enfermedad y que no necesitan para su diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, de su permanencia en el hospital, pero sí un encamamiento, aislamiento o reposo en el hogar (3-5).

En presente trabajo presentamos los antecedentes históricos de esta modalidad asistencial, los criterios para su realización, sus indicaciones y ventajas.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La hospitalización domiciliaria aparece informada desde 1947 en New York, como una extensión del hospital hasta el domicilio del paciente. Esta experiencia la comenzó a desarrollar el doctor Bluestone del Hospital “Montefiori” cuando con su equipo del hospital y material necesario, se trasladó a los domicilios de los enfermos, experiencia que recibió el nombre de “Home Care”, que luego se extendió con el nombre de servicio de hospitalización a domicilio a todos los países desarrollados, y para todos los grupos de edades. Desde entonces han existido múltiples experiencias similares en Norteamérica, Europa y otros países, con estructuras y procedimientos adaptados a cada sistema de salud (1,2,6-8).

A partir de los años 60 comenzaron a funcionar servicios de hospitalización domiciliaria en Canadá, orientados a pacientes quirúrgicos dados de alta tempranamente. En hospitales de Montreal se llevaron a cabo, en 1987, experiencias piloto bautizadas con el nombre de “Hôpital extra‐mural” y que consistían en la administración y control de antibióticos parenterales en el domicilio de pacientes con problemas agudos (1,2,6,7).

En Europa el Hospital de Tenon de París fue el primero en crear, en el año 1951, una Unidad de Hospitalización Domiciliaria. Más tarde, en 1957, se estableció en la misma ciudad el “Santé Service”, que aún hoy sigue prestando asistencia sociosanitaria a domicilio a pacientes con padecimientos crónicos y terminales. Esta modalidad en Francia no fue reconocida plena y oficialmente como una alternativa a la hospitalización tradicional hasta 1992 (1,6,8).

En otros países de Europa tardó casi una década en empezar a desarrollarse. En el Reino Unido esta modalidad asistencial fue introducida en 1965 con el nombre de “Hospital Care at Home” (Atención Hospitalaria en el Domicilio). En Alemania y en Suecia fue desarrollada durante los años setenta, y en Italia se originó a comienzos de los años ochenta, con el nombre de “Ospedalizzacione a Domicilio” (1,6).

En el año 1981 tuvo lugar la primera experiencia en España, en el Hospital Provincial de Madrid. En 1983, el Senado Español aprobó una moción en la que se reconocía la necesidad de crear las Unidades de Hospitalización Domiciliaria en la Seguridad Social. Las Unidades de Hospitalización Domiciliaria vienen mencionadas por primera vez en el Reglamento General de Estructura, Organización y Funcionamiento de los Hospitales de la Seguridad Social de 1985 (6,7).

En 1996 la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud, inició el programa Del hospital a la atención de salud en el hogar, dirigido a promover, estandarizar y registrar el cuidado de los enfermos en su domicilio, como acción para fortalecer la labor de los profesionales de la atención primaria