Inicio > Enfermería > Abordaje de Enfermería ante el riesgo del cansancio del cuidador informal

Abordaje de Enfermería ante el riesgo del cansancio del cuidador informal

Abordaje de Enfermería ante el riesgo del cansancio del cuidador informal

La esperanza de vida en los países más industrializados ha aumentado notablemente en las últimas décadas. Ello está ocasionando un aumento de la población anciana de manera acelerada, donde observamos un riesgo muy alto de padecer patologías crónicas tales como hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardíaca, o problemas neurológicos degenerativos entre otros (1, 2).

Abordaje de Enfermería ante el riesgo del cansancio del cuidador informal

Ossama Nasser-Laaoula *

María Garrido-Piosa **

  • Enfermero en el hospital Ambroise Paré, Paris

** Enfermera en el hospital Raymond Poincaré, Paris

Resumen:

Las patologías crónicas pueden conllevar consigo una pérdida parcial o total de la autonomía. Con dicha dependencia se requiere no solo de los cuidados que ofrece el sistema, sino en gran medida a los cuidadores informales (3). Cuidar involucra una gran responsabilidad y un enorme esfuerzo, ya que provoca un aumento en la carga del cuidador, la cual si no se logra manejar adecuadamente puede traer repercusiones físicas, mentales y socioeconómicas y, por lo tanto, comprometer la salud, el bienestar, el cuidado y autocuidado, no sólo del cuidador, sino también de la persona dependiente de cuidados.

Palabras clave: Cuidador informal. Dependencia. Cansancio del cuidador.

INTRODUCCIÓN

El aumento de la esperanza de vida en los países industrializados está ocasionando un aumento de la población anciana de manera acelerada, que padece patologías crónicas tales como hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardíaca o problemas neurológicos degenerativos entre otros (1,2). Ello puede dar lugar a una pérdida parcial o total de su autonomía.

Esto ocasiona una situación en la que cada vez es mayor el número de personas dependientes que necesitan de cuidados. Gran parte de estos cuidados, recaen sobre los denominados cuidadores informales, donde el acto de cuidar es considerado como una obligación moral (3). La experiencia de cuidar involucra una gran responsabilidad y un enorme esfuerzo. Ello no solo provoca un aumento en la carga del cuidador, sino que además si no se logra manejar adecuadamente puede traer repercusiones físicas, mentales y socioeconómicas y, por lo tanto, comprometer la salud, el bienestar, el cuidado y el autocuidado tanto del cuidador, como de la persona dependiente de dichos cuidados.

PERSONA DEPENDIENTE

El Consejo de Europa (4) define la dependencia como «un estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria»

CUIDADOR INFORMAL

El cuidador informal se define como «aquella persona que asiste o cuida a otra afectada de cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad que le dificulta o impide el desarrollo normal de sus actividades vitales o de sus relaciones» (6). Dicho rol suele recaer sobre el familiar más próximo, que sin remuneración o retribución económica, ofrece cuidados informales. Los cuidadores informales se pueden clasificar en dos tipos: principales o primarios y secundarios, dependiendo del grado de responsabilidad en el cuidado de los ancianos (5).

La experiencia de cuidar involucra una gran responsabilidad y un enorme esfuerzo, que provoca un aumento en la carga del cuidador, la cual si no se logra manejar adecuadamente puede traer repercusiones físicas, mentales y socioeconómicas y, por lo tanto, comprometer la vida, la salud, el bienestar, el cuidado y el autocuidado no sólo del cuidador, sino también de la persona dependiente de sus cuidados (7). Este cuidado a veces puede durar meses o años, no solo exigiendo un gran esfuerzo físico, sino también alterar e incluso provocar la interrupción de los roles que desempeña la persona tanto en su familia como en la sociedad.

El cuidador principal se caracteriza por ser mujer, con lazos de parentesco. Generalmente es la esposa o una hija que asume el rol de cuidador de manera informal y voluntario (8). Los cuidadores pueden experimentar una variada gama de emociones, como ira, culpa, frustración, agotamiento, ansiedad, miedo, dolor, tristeza, amor, aumento de la autoestima y satisfacción del trabajo realizado, porque dependiendo de las circunstancias individuales en que se asume el rol de cuidador, puede significar un cambio brusco para el que no se está preparado y originar sentimientos de pérdida importante, de lo que fue antes de asumir el rol de cuidador y de las expectativas que se había trazado (9).