Inicio > Psicología > La percepción. Entradas de información y errores en el sistema de procesamiento humano

La percepción. Entradas de información y errores en el sistema de procesamiento humano

La percepción. Entradas de información y errores en el sistema de procesamiento humano

Resumen.

El desarrollo de interfaces entre hombres y máquinas y el de máquinas inteligentes que puedan interactuar en un entorno, pasa por el proceso de captar ese entono y asignarle significado. Ese significado se da por un proceso constructivo de interpretación de las variaciones energéticas recogidas por los receptores. A esto se añade el componente subjetivo del sujeto que percibe.

La percepción. Entradas de información y errores en el sistema de procesamiento humano

Autores: Dr. Modesto J. Romero-López (1); Ana Romero-Barrero (2); Enrique Moraleda- Barreno (1).

(1) Servicio de Neuropsicología y Rehabilitación

(2) Dto. Psicología Clínica, Experimental y Social. Universidad de Huelva

Cuando se producen fallos en la discriminación de los patrones estimulares o en la interacción de esos patrones hablamos de agnosias. La percepción requiere la entrada de datos para el desarrollo del resto de funciones del sistema nervioso necesaria para interactuar con el entorno cuando esos datos adquieren significado.

Palabras clave: sensación, percepción, agnosia, interface.

Introducción: De la sensación a la percepción.

La senso-percepción es una de las funciones neuropsicológicas que despiertan gran interés tanto desde el punto de vista teórico como aplicado [1]. Esto se debe a que es las vías de comunicación por la que le damos significado e interactuamos con el mundo que nos rodea. Cómo ocurre esto ha sido siempre de interés en la relación del hombre y el mundo.

La filosofía y la historia dan fe de ello. Actualmente los desarrollos de interfaces entre hombres y maquinas o incluso el desarrollo de máquinas inteligentes que pueden interactuar en un entorno, pasa por el proceso de captar ese entono y asignarle significado. Pero ¿cómo es el entorno que nos rodea? Parece más o menos claro que ese entorno será dependiente de los sistemas de sensores capaces de captar determinados tipos de energía y de unos procesadores capaces de asignar significados a las variaciones o interacciones de las mismas [2]. Esto lleva a la afirmación de que el mundo es tal y como lo percibimos.

Sin embargo, esta afirmación plantea serios debates referidos a qué percibimos y cómo. Además el componente subjetivo de valor añadido a la percepción es algo singular en el sujeto que percibe [3].

En 1975, Pinillo define la percepción como una aprehensión de la realidad a través de los sentidos [4]. Esta coletilla forma parte de la psicología básica y adquiere su verdadero sentido cuando lo percibido se asocia a la conducta, donde el significado se da por un proceso constructivo en el que el sujeto tiene un papel activo e interpreta las variaciones energéticas recogidas por sus órganos sensoriales [5].

Este es el primer requisito del proceso perceptivo: dar forma a las sensaciones. No obstante, diferentes personas pueden transformar la misma estimulación (excitación del receptor sensorial) en percepciones diferentes [6-7]. Se dice entonces que la percepción se ve afectada por la aferencia sensitiva y el contexto [8-9]. Es decir, el estímulo perceptivo estará influido por las expectativas de los centros cerebrales. Los receptores sensoriales discriminan entre patrones complejos que se verán influidos inicialmente por unidades de memoria modular, específicas de la modalidad sensorial correspondiente, y posteriormente por unidades de memoria amodular independientes de las modalidades sensoriales [10]. El resultado final es del proceso perceptivo es asignar significación a lo percibido.

Agnosias

Los déficits en el proceso perceptivo se han categorizado atendiendo a la integridad de la vía aferente y a la corteza en sus diferentes áreas corticales [11]. Lissauer (1890), plantea dos tipos de síndromes agnósicos: los aperceptivos y los asociativos [12]. Los primeros hacen referencia a poder discriminar patrones complejos estimulares, mientras que los segundos a poder relacionar esos patrones estimulares con las memorias sensoriales correspondientes.

La agnosia se puede definir como un déficit en el reconocimiento de un estímulo que no puede atribuirse a déficits sensoriales elementales, deterioro cognitivo, alteraciones atencionales, afasia o falta de familiaridad con el estímulo [13]. Se atribuyen a lesiones que desconectan las áreas del procesamiento sensorial de procesamiento cognitivo superior. Quizás esta sea una visión estricta de los déficits de la percepción y los fenómenos de las sinestesias sean un buen ejemplo de ello [14].

Atendiendo al patrón sensorial las agnosias se han referido a las modalidades visual [1, 15], auditiva [16], espacial y corporal [17], aunque no exclusivamente. No todas tienen la misma importancia clínica, pero es evidente que todas importan en el estudio de la percepción. Así una anosmia puede tener escaso significado en la funcionalidad global de una persona. Esto restaría importancia clínica (aunque dependiendo del contexto puede ser de gran importancia clínica) pero