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Presencia de interacción farmacológica en pacientes con tratamiento anticoagulante oral

Presencia de interacción farmacológica en pacientes con tratamiento anticoagulante oral

Se realizó un estudio observacional transversal mediante la revisión de las 221 historias clínicas de aquellos pacientes en tratamiento anticoagulante oral de manera crónica pertenecientes al Centro de Salud de San Pablo de Zaragoza desde Agosto de 2011 a Agosto de 2012. El principal objetivo fue analizar qué posibles factores influyen en la presencia de interacciones farmacológicas con el Acenocumarol (Sintrom®) durante este tipo de terapia crónica. En España, el Acenocumarol es el fármaco oral más común prescrito para el tratamiento anticoagulante oral.

Presencia de interacción farmacológica en pacientes con tratamiento anticoagulante oral

Autor: Natalia García Catalán. Diplomada en Enfermería. Centro de Salud de San Pablo, Zaragoza. NHS Worcestershire Alexandra Hospital, United Kingdom.

Resumen:

En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo para, a continuación, realizar el análisis bivariante mediante el estadístico de χ², la prueba U-Mann-Whitney y la t-Student. Por último se elaboró un modelo multivariante de regresión logística. Según el análisis, el ser paciente hipertenso y estar polimedicado mantenían una relación significativa con el hecho de presentar interacción farmacológica con el Sintrom®. El diagnóstico de fibrilación auricular y flutter como inicio de la terapia anticoagulante se presenta como factor de protección frente a la presencia de interacciones farmacológicas.

Palabras clave: anticoagulación oral, interacción farmacológica, acenocumarol, Sintrom®.

INTRODUCCIÓN

Desde hace más de una década estamos asistiendo a un fuerte incremento de la población sometida a Tratamiento con Anticoagulante Oral (TAO) (1,2) observándose un incremento anual que oscila entre el 10 y el 20% (3). Actualmente en España se estima que el número de pacientes con Tratamiento con Anticoagulante Oral (TAO) es de alrededor de 600.000, lo que representa aproximadamente el 1,5% de la población general (3, 4, 5).

El Tratamiento con Anticoagulante Oral (TAO) es un tratamiento de tipo crónico en la mayor parte de los casos, empleado para la prevención primaria o secundaria, que mejora el pronóstico de los pacientes con riesgo tromboembólico (4,6). El objetivo es mantener unos niveles de coagulación adecuados, alargando el tiempo de coagulación hasta un intervalo eficaz y seguro (rango terapéutico), en el que se eviten episodios tromboembólicos con un incremento razonable de riesgo hemorrágico (3,4,6,7,8,9).

Los anticoagulantes orales fueron descubiertos en los años 30 y hace más de 50 años que se utilizan (4,6,7,10). Son fármacos inhibidores de la síntesis de los factores de la coagulación sanguínea, actúan impidiendo que la vitamina K pueda ser utilizada por el hígado para formar alguno de los factores de la coagulación. Por esta razón a los anticoagulantes orales se les llama también antivitaminas K (3,4,8,9,11,12,13,14).

El anticoagulante oral más utilizado en España es el acenocumarol (Sintrom®), mientras que en el mundo anglosajón se utiliza más la warfarina (Aldocumar®, Tedicumar®) (3,6,5,8,9,11). Ambos fármacos presentan una buena absorción por vía oral, con una biodisponibilidad sistemática de un 60% como mínimo. El tiempo que tarda en manifestarse el efecto anticoagulante es de 34-72 horas, por lo que no son útiles cuando se requiere un efecto inmediato. Se unen en una proporción elevada a proteínas plasmáticas (>95%); esta característica es de gran importancia, ya que es la responsable de un gran número de interacciones con otros fármacos capaces de desplazar al anticoagulante de su unión a proteínas plasmáticas, aumentando la proporción de fármaco libre y, por consiguiente, el efecto anticoagulante (3,8,9,10,12,13).

§     Complicaciones del tratamiento

Existe un riesgo de complicaciones tanto hemorrágicas como tromboembólicas asociadas fuertemente con la anticoagulación ya sea excesiva como insuficiente (13).

El efecto secundario más temido al utilizar el Tratamiento con Anticoagulante Oral (TAO) son las hemorragias por niveles supraterapéuticos. Además existen otras menos frecuentes como hipersensibilidad, intolerancia gastrointestinal, osteoporosis y riesgo de fracturas, alopecia, prurito, urticaria, uricosuria, síndrome del dedo púrpura, necrosis hemorrágica de la piel, teratogenia y hemorragias fetales y placentarias (3,6,8).

§     Interacciones farmacológicas y no farmacológicas

El efecto farmacológico del tratamiento anticoagulante oral puede alterarse por cualquier proceso o fármaco que interfiera con la absorción, la unión a proteínas, la biodisponibilidad de vitamina K o el metabolismo del anticoagulante oral (10,15). De esta forma, es posible que la adición o la retirada de un fármaco trastornen el equilibrio en un paciente que se halla bien estabilizado con el empleo del anticoagulante (15).

Dada la elevada incidencia de interacciones medicamentosas, se recomienda manejar el menor número posible de fármacos durante el tratamiento anticoagulante. La norma básica es utilizar los estrictamente imprescindibles y aquellos con mayor seguridad probada. Es necesario realizar un control farmacológico y evitar la polimedicación, así como valorar el efecto sumatorio del uso de diferentes