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El paciente geriátrico

El paciente geriátrico

Resumen:

En este artículo se pretende hacer un acercamiento al concepto de paciente geriátrico y abordar los cuidados a él desde una perspectiva multidisciplinar.

El paciente geriátrico

Autores: José Iglesias Moya (enfermero), Pedro Luis López Carmona (enfermero).

Palabras clave: geriátrico, cuidados, Enfermería

La complejidad de manejo del paciente geriátrico en cuanto a la diversidad e interacción de distintos aspectos clínicos, físicos, funcionales, psicológicos y sociales requiere de una serie de conocimientos, habilidades y aptitudes que no suelen estar al alcance de un único profesional.

La participación de los diferentes profesionales médicos, de Enfermería, terapeutas y trabajadores sociales en el abordaje de los diferentes aspectos de la asistencia al anciano, ha fomentado el desarrollo progresivo de la metodología del trabajo en equipo. (1) Es por ello que no podemos catalogar la atención de los ancianos como una rama médica sino que engloba otras muchas áreas de actuación.

Con todo esto queda demostrada la importancia de una atención multidisciplinar a nuestros mayores encontrando como principales beneficios

— Acceso a un mayor número de servicios y profesionales.

— Mayor eficiencia por mayor integración y coordinación de servicios para el paciente.

— Mayor comunicación y soporte entre profesionales y cuidadores

—.Mayor número de oportunidades para adquirir conocimientos y  habilidades de máxima calidad.(1)

Es necesario tener presente que el elemento fundamental a tener en cuenta en la valoración y atención del anciano es él mismo y su entorno, es por ello, que deberemos incluir una valoración social y funcional

La evaluación del funcionamiento social puede servir para determinar los factores protectores con los que cuenta el individuo para su bienestar y los factores de riesgo que necesitan vigilancia y quizás intervención psicosocial.

  • El contexto de la evaluación geriátrica, permite conocer los recursos con que cuenta la persona, así como su grupo de atributos sociales, los que pueden eventualmente llegar a decidir si necesitará cuidados permanentes o cuidados parciales.
  • La evaluación de recursos sociales puede indicar también que “algo anda mal”. Relaciones sociales, actividades comunitarias que anteriormente realizaba una persona de edad y que ahora no realiza, pueden ser una luz de alarma de que algo está pasando.
  • La valoración social de una persona mayor con fragilidad puede indicar las intervenciones sociales necesarias para evitar una institucionalización prematura.
  • La comparación de la evaluación social realizada antes y después de una intervención, como por ejemplo, el tratamiento de una enfermedad crónica, puede servir para conocer si se alcanzaron algunos de los objetivos del plan de cuidado diseñado, o para redirigir el tratamiento impuesto. Por ello, es muy importante tener mediciones basales que permitan comparar en el transcurso del tiempo cómo evoluciona esta esfera. (2)

Los cambios normales a causa del envejecimiento y los problemas de salud de los adultos mayores, a menudo se manifiestan como declinaciones en el estado funcional.

Por ello la valoración funcional es necesaria, ya que:

  • El grado de deterioro funcional no puede estimarse a partir de los diagnósticos médicos en un adulto mayor.
  • El deterioro de la capacidad funcional constituye un factor de riesgo para numerosos eventos adversos como las caídas y la institucionalización. (3)

Debemos atender también que al valorar el entorno socio-familiar es fundamental la identificación y evaluación del cuidador principal en sus posibilidades de continencia completa o parcial, considerando que la capacidad de contener a otro implica tres aspectos esenciales: económico, afectivo, instrumental.

Estas situaciones deben ser analizadas en las tres modalidades del sistema de apoyo: la informal, no mediado por pago, familia, vecinos y amigos, la formal ,mediada por pago directo o indirecto a cargo de estructuras burocráticas como sistemas de seguro social, agencias de bienestar social y la semi formal , instituciones como las religiosas, sociedades de fomento, centros de jubilados y otros que incluyan el trabajo voluntario; ya que la claudicación del cuidador de un anciano puede aparecer cualquiera sea la modalidad que los vincula (4)

Las principales repercusiones que tiene el cuidado sobre las personas cuidadores según un estudio llamado Síndrome del «Cuidador» en una población atendida por equipo multidisciplinario de atención geriátrica son:

Síntomas psíquicos del «cuidador» con predominio en la depresión (77,6%); el cansancio (69,7%) y los trastornos del sueño (67,1%). Y problemas sociales del «cuidador»; la disminución o pérdida del tiempo libre (60,5%), la soledad (40,7%) y el aislamiento (30,2%) (5)

Existen múltiples actuaciones que el profesional sanitario puede realizar para mejorar la calidad de vida del paciente en este texto solo cito algunas posibles en el caso de que el anciano sufriese patología respiratoria: