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Influencia de la tonificación de los músculos del suelo pélvico en la calidad de vida y sexualidad de mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo leve-moderada

Influencia de la tonificación de los músculos del suelo pélvico en la calidad de vida y sexualidad de mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo leve-moderada

El objetivo del presente estudio es comprobar que mediante ejercitación del suelo pélvico se puede mejorar e incluso curar una incontinencia leve-moderada con la consiguiente mejoría de la calidad de vida y función sexual.

Influencia de la tonificación de los músculos del suelo pélvico en la calidad de vida y sexualidad de mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo leve-moderada

Autoras: Lucía Soraya Sánchez Fernández, Rebeca Gil Losilla, Marta Santiago Sancho, Tamara Arias Cortés, Estíbaliz Laga Cuen. Enfermeras especialistas en Enfermería obstétrico-ginecológica (matronas).

RESUMEN

Antecedentes y objetivo: La incontinencia urinaria (IU) de esfuerzo es un problema habitual en mujeres adultas de todas las edades que a veces conlleva a una deficiente percepción de la calidad de vida y de la función sexual.

Método: Estudio piloto de un ensayo cuasi-experimental con valoración pre-post en una muestra de 8 mujeres. Se utilizó la escala de Brink para evaluar la fuerza muscular del suelo pélvico por medio de palpación digital; el diagnóstico de incontinencia urinaria de esfuerzo en la mayoría de los casos se realizó con el ICIQ-SF valorando el impacto en la calidad de vida. Se valoró más específicamente la calidad de vida con el I-QOL y la función sexual con el PISQ. El número de pérdidas urinarias se contabilizó a través de diarios miccionales. La duración del programa de ejercicios fue de 6 semanas.

Resultados: La comparación de las variables medidas antes y después de llevar a cabo el programa completo reveló diferencias estadísticamente significativas en todas las medidas realizadas. A saber: puntuación en el ICIQ-SF (p=0,012), I-QOL (p=0,012), nº de pérdidas urinarias (p=0,012), fuerza muscular por el test de BrinK (p=0,011), puntuación en el PISQ (p=0,042).

Conclusión: Aumentó la fortaleza del suelo pélvico a través de la realización de ejercicios perineales, curando en algunos casos y disminuyendo en otros la gravedad de la incontinencia urinaria, lo que influyó de forma positiva en la calidad de vida y en la función sexual de estas mujeres.

ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA

Según la International Continence Society (ICS) la incontinencia urinaria (IU) es la pérdida involuntaria de orina objetivamente demostrable que origina un problema social o higiénico 1. Tiene alta prevalencia en mujeres adultas y ancianas sobre todo en postmenopáusicas 2 (ocurre en más de la mitad de mujeres por encima de 45 años 3); estando también presente en otras épocas de la vida de la mujer. Afecta al 15-50% de las mujeres en la comunidad 4, situándose en torno al 35% en países europeos 5. Su prevalencia media en España es del 40,6% 1

Menos de la mitad de mujeres (15-40%) que sufren incontinencia urinaria buscan ayuda por lo que una proporción importante de casos permanecen sin diagnosticar. 1,4 Según algunos estudios el embarazo y el parto juegan un papel importante en el desarrollo de incontinencia urinaria de estrés y prolapso de órganos pélvicos sugiriendo que si estas mujeres no reciben tratamiento apropiado ya en esta época de la vida pueden desarrollar incontinencia urinaria de esfuerzo permanente 6. Uno de los primeros autores en relacionar el trabajo de parto con la debilitación o lesión del suelo pélvico fue Arnold Kegel en 1948. Decía que no era suficiente con suturar los desgarros o episiotomías para conseguir la reinervación de los tejidos sino que había que reeducar las células musculares (que habían sufrido una gran distensión) para que recuperasen su función. 7

Otros estudios apuntan que el 47% de mujeres que regularmente practican ejercicio físico intenso tienen algún grado de incontinencia urinaria, sobre todo ejercicios de alto impacto sobre el suelo pélvico. Incluso jóvenes atletas nulíparas sufren ya este problema. 8 La obesidad es otro factor de riesgo puesto que hace que aumente la presión intraabdominal debilitando el suelo pélvico existiendo también mayor presión sobre la vejiga urinaria. 9 El incremento de presión intraabdominal “estresa” al músculo, tejido conectivo y nervios del suelo pélvico permitiendo que se manifieste daño estructural o disfunción neurológica dando como resultado incontinencia urinaria. 10

El tipo de incontinencia más común es la de esfuerzo o estrés y se define como cualquier pérdida involuntaria de orina relacionada con cualquier esfuerzo abdominal como toser o estornudar. Se estima que el 49% de las mujeres con síntomas de incontinencia urinaria presentan incontinencia urinaria de estrés 2. La prevalencia más alta de este tipo de incontinencia se da en mujeres de 40 a 49 años 11 El incremento de la esperanza de vida, sobre todo en las mujeres, ha conducido a un aumento de la incidencia de incontinencia urinaria cada vez mayor. 2

La incontinencia urinaria trae como consecuencia una significativa morbilidad, efectos adversos en la percepción de la calidad de vida y elevados costes económicos. 12 Interfiere además en aspectos sociales, físicos y sexuales, afectando negativamente a la autoestima de estas mujeres. 2,13,14. Cuando la pérdida de orina ocurre durante la actividad sexual el impacto psicológico es grande. 15 La pérdida de orina durante el coito es común (10-56% de las incontinencias urinarias), en mujeres con incontinencia urinaria de estrés y tiene un impacto negativo en el funcionamiento sexual global pudiendo conducir a una disfunción sexual. 16

Debemos tener presente que la etiología de la disfunción sexual femenina es compleja y engloba factores biológicos, psicológicos e interpersonales. 17 La edad y la menopausia producen cambios en la sexualidad femenina aunque no siempre hay una disminución gradual del deseo sexual con la edad,