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Aspectos Eticos y Filosoficos de la Muerte
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Autor: Dra. Aida Elisa Pérez Más
Publicado: 7/11/2007
 


Las consideraciones acerca de la muerte son muy anteriores a la aparición del pensamiento filosófico. El surgimiento de la filosofía como forma sistemática y lógica de la expresión de las ideas no desplaza ni monopoliza las reflexiones esporádicas y espontáneas del pensamiento común acerca de la muerte. El pensamiento mítico, mágico y religiosa revive también y continúa tratando de responder a estos problemas de los orígenes y últimos fines. El desarrollo posterior del pensamiento científico, en particular de la biología y la medicina, arrojan una nueva luz sobre este oscuro tema. Sin embargo, la muerte continúa siendo una incógnita no resuelta y son válidas muchas de las preguntas más antiguas y originarias, ocupando un importante lugar en la vida de los hombres.


Aspectos Eticos y Filosoficos de la Muerte

Aspectos Éticos y Filosóficos de la Muerte.


Dra. Aida Elisa Pérez Más, Dra. Reina Coinda, Dra. Noris Sastre Acosta, Dr. Roberto Hernández Hernández

 

Dra. Aida Elisa Pérez Más. Hospital Universitario “Manuel Ascunce Domenech”. Carretera Central Oeste Km. 4 ½ Camagüey.

 

Datos de los Autores

Dra Aida Elisa Pérez Más

Especialista de 2º grado Medicina Interna. Profesor Auxiliar del ISCM Camagüey. MsC. en Enfermedades Infecciosas

Dra. Reina Coinda. Especialista 1er grado Medicina general Integral. Profesor ISCM.

Dra. Norys Sastre. Especialista 1er grado Pediatría. Profesor Instructor ISCM Camagüey.

Dr. Roberto Hernández Hernández. Especialista 1er grado Medicina general Integral.      Profesor Instructor ISCM Camagüey

 

 

Aspectos éticos-filosóficos del final de la vida

 

 

“La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida. La muerte no es penosa para los que han vivido bien”.  José Martí

 

 

Las consideraciones acerca de la muerte son muy anteriores a la aparición del pensamiento filosófico. El surgimiento de la filosofía como forma sistemática y lógica de la expresión de las ideas no desplaza ni monopoliza las reflexiones esporádicas y espontáneas del pensamiento común acerca de la muerte. El pensamiento mítico, mágico y religiosa revive también y continúa tratando de responder a estos problemas de los orígenes y últimos fines.

 

El desarrollo posterior del pensamiento científico, en particular de la biología y la medicina, arrojan una nueva luz sobre este oscuro tema. Sin embargo, la muerte continúa siendo una incógnita no resuelta y son válidas muchas de las preguntas más antiguas y originarias, ocupando un importante lugar en la vida de los hombres. (1 -6)

 

De origen griego la palabra ética o moral, según los filósofos de la antigua Roma procede de la cultura helénica. A lo largo de los siglos fueron formulándose y propagándose las definiciones: ciencia de las costumbres, de la conducta recta, de los deberes de los fundamentos de la moralidad, de los preceptos para actuar en la vida o de las leyes de la voluntad. A su vez la Bioética como ciencia relaciona entre otros tópicos la conducta humana en el campo de las ciencias Biológicas. (1, 4,7)

 

El Hedonismo (del griego placer) era una teoría ética en la que el bien se define como aquello que es fuente de placer para las personas o que libra el dolor, y el mal como aquello que conduce al dolor, surge en la antigüedad alcanzando su forma más plena en la ética de Epicuro, ocupando un puesto central en el utilitarismo de Mill y Benthaam, en las teoría burguesas modernas, suele aparecer tan solo como elemento componente de la ética para definir el bien. Epicuro filósofo griego materialista y ateo negaba la participación de los dioses y partía del reconocimiento de la eternidad de la materia, su doctrina fue modificada por Hegel, fundamentaba el goce racional y los basa en ideal individualista de evitar los sufrimientos y alcanzar un estado anímico de sosiego y alegría. (1,7)

 

El utilitarismo (del latín utilidad) es una teoría burguesa según la cual el criterio de la moralidad radica en el provecho que un acto proporciona, su fundador el inglés Bentham (1748-1832) definió su principio básico como ”facilitación” de la mayor dicha al mayor número de personas” atendiendo a los intereses particulares de estas. La moralidad de un acto puede calcularse matemáticamente como el balance de satisfacciones y sufrimientos obtenidos a consecuencia del acto en cuestión (1).

 

Mill (inglés 1806-1873) introdujo en el utilitarismo, el principio de la estimación cualitativa de las satisfacciones, la exigencia de preferir el goce intelectual al físico. (1)

 

Numerosos autores se han ocupado del tema de la muerte, el suicidio y la eutanasia. El Juramento Hipocrático (siglo IX ane) dice: “no daré a nadie que lo pida un remedio mortal o un consejo que lo induzca a tal fin”, por su parte Platón (427-3357 ane) refería que había que dejar morir a los que no están sanos corporalmente. (1,7, 11)

 

En la filosofía de Shopenhauer (filósofo idealista alemán 1788-1860) preconiza un esteticismo que desdeña la realidad y es ajeno a los intereses vitales de los hombres, se incorpora el ideal místico de Nirvana (tomado del budismo de la serenidad absoluta) que aniquila la voluntad de vivir, el suicida no es que no ame la vida, si no que no puede aguantar más su propia vida. Por su parte Nietzsche (idealista alemán 1844-1900) uno de los precursores de la ideología fascista, preconiza que su ideología contrapone a la razón su voluntad, habla de practicar la eutanasia contra los parásitos de la sociedad, se refiere a  la posibilidad de terminar con la vida que solo nos acarreé sufrimientos. (1)

 

Dentro de la historia de la eutanasia tres figuras eminentes de la Anestesiología han jugado un papel preponderante: Bonica, Madrid Arias y Castro Méndez en su enconada lucha contra el dolor. (8,12, 13,)

 

La medicina y la filosofía no se excluyen mutuamente, en occidente, el pensamiento Pitagórico y en oriente las enseñanzas Taoístas de casi 2500 años sentaron las bases de una filosofía médica que acentuaba los principios de armonía y equilibrio, considerando el equilibrio entre salud y felicidad.  La enfermedad era producto de algún desequilibrio la función de la medicina era restituir el desequilibrio o la armonía y aceptar, y entender las limitaciones de la pericia médica como confines naturales de la intervención humana. (1, 5,8)

 

El ejercicio de la medicina está orientado por principios éticos arraigados en el concepto filosófico “nil nocere” no causar daño y bonum facere ”hacer bien”. La filosofía clásica de la medicina comprende los siguientes conceptos metafísicos: el lugar que ocupa el hombre en la naturaleza, su relación con lo divino la salud y la enfermedad y los conceptos epistemológicos y metodológicos de diagnóstico, clasificación, evaluación de riesgos y tratamientos. La ética médica clásica establece criterios para la relación entre el paciente y el médico, lo que es mejor para el paciente y el conjunto de virtudes que debe reunir el buen médico. (7, 11,10)

 

Los adelantos de la tecnología médica y el surgimiento de la sociedad pluralista han producido una combinación de factores que determinan el conjunto particular de prioridades de la filosofía y la ética médica en los umbrales del siglo XXI. La medicina moderna, nos permite mediante cuidados especiales, prolongar la vida de algunos pacientes hasta tal punto debemos preguntarnos si ese acto es exigido por el ethos médico y su gloriosa tradición. (1,14)

 

La relación médico-paciente se ha convertido en una relación de usuario-servidor, creando una desconfianza entre ambos, por la relación económica que se crea, que lleva al reclamo de morir dignamente, existen una serie de hechos que están ocurriendo que han aumentado esta preocupación.(10,12,13,14,16)

 

La aceptación de la eutanasia voluntaria en Holanda que exige que la petición proceda de un paciente competente, reiterarlo a lo largo de una semana, documentada entre testigos y con opinión de otro médico, se aprueba en 1994 a la raíz de la petición de muerte de una señora cuyo primer hijo había fallecido de leucemia e, el segundo hijo se suicida y es abandonada por   su esposo, solicita a su médico que termine con su vida, a lo que este accede, el médico es acusado por no haber consultado a un Comité de ética.

 

 

El proyecto de nuevo código penal español en que se solicita solo una petición expresa y seria.

La absolución del Dr. Kevorkian en USA patólogo retirado que crea un aparato para ayudar al suicidio.

La aprobación en Mayo de 1995 en el territorio Norte de Australia de la eutanasia activa.

 

Estos hechos evidencian que el carácter sagrado de la vida se ha visto cuestionado por el concepto de   calidad de vida, ya que se acepta de hecho que hay un cierto nivel de vida no deseable. Debemos darnos respuesta para avanzar en este tema a las siguientes interrogantes: (14 – 21)

 

¿Qué significa eutanasia?

¿Qué temores tenemos ante la idea de la muerte y cómo la enfrentan las diferentes religiones?

¿En qué consiste el ensañamiento terapéutico?

¿Cómo enfrentar el diagnóstico de la muerte?

¿Cuál es nuestra posición materialista ante la muerte?

 

 

Eutanasia

 

“¡Ah doctores de las sales, hombres de las esencias, prójimos de las bases! ¡Pido se me deje con mi tumor de conciencia, con mi irritada lepra sensitiva, ocurra lo que ocurra, aunque me muera! Dejadme dolerme, si lo queréis, más dejadme despierto del sueño, con todo el universo metido, aunque fuese a las malas, en mi temperatura polvorosa.” (22).

Vallego 1892-1938

  

Definida por los diccionarios como:

 

Muerte natural suave, indolora, sin agonía. Muerte criminal sin sufrimientos, provocada por medio de agentes adecuados.

Teoría que defienda la licitud de acortar la vida a un enfermo incurable.

 

Etimológicamente ”buena muerte natural”.

 

Se debe distinguir bien, al menos de la intencionalidad, entre evitar omisiones voluntarias en los cuidados normales de apoyo vital (eutanasia pasiva) y evitar actuaciones ineficaces o inútiles en enfermos terminales (ventilación, marcapasos). Ciertamente morir sin agotar todas las técnicas de reanimación disponibles, es dejar llegar la muerte de forma natural, pero no es eutanasia pasiva. (12, 14, 15,16)

 

La eutanasia pasiva y activa son normalmente indistinguibles, porque ambas son idénticas en intención y final, la muerte se consigue aunque método opte por no tratar o la inyección letal. Los defensores de la eutanasia activa se ven anulados en sus métodos ante la terapia antiálgica, al permitir morir con dignidad y sin dolor a los enfermos oncológicos en fase terminal. (13,17)

 

Existen dos posturas irreconciliables respecto a la eutanasia; el biologicismo que idolatra la vida por encima de cualquier otra consideración y que, por tanto defendería a toda costa la vida y el elitismo que distinguiría entre “persona humana real “y “ser biológicamente humano”, lo que llevaría a discutir en qué casos se pueden considerar ciertos seres “personas reales” o no. (1)

 

La mayoría de las sociedades se refieren al ideal de la buena muerte, tema que se relaciona directamente con la decisión libre y voluntaria del enfermo sobre el acto de morir. Admitir la eutanasia en una sociedad no es una cuestión de nuevas costumbres; la eutanasia es un problema crucial que indica el grado de humanidad de una civilización, aceptarla en alguna de sus variantes supone el inicio de la barbarie. (19-23)

 

Se ha producido un debate continuo en torno a la interpretación del concepto tradicional “del carácter sagrado de la vida” y el concepto más reciente de la “calidad de vida”. Mientras que la tradición del carácter sagrado de la vida tiene profundas raíces históricas y en general, se entiende que implica la conservación de la vida siempre que sea posible, la noción de la calidad de vida es de cuño más reciente. A veces se piensa que el carácter sagrado de la vida exige mantenerla a toda costa; por otra parte se piensa que el concepto de calidad de vida requiere dejar siempre de lado el carácter sagrado de esta cuando existe un conflicto entre los dos principios. (19)

 

Aceptar la eutanasia es recomendarla la idea eutanásica surge como una solución requerida o buscada por el enfermo, forzada a admitirla sin elección y se ejecuta bajo pretendidos de compasión, esgrimiendo libertades, derechos y filosofías. En el fondo de las discusiones sobre la posible permisividad legal, despenalización o abierta legalización de las conductas eutanásicas están dos ideas básicas: (12, 13, 14, 23,24)

 

El derecho a determinar el momento de la propia muerte, por una exaltación sin límite del principio bioético de la autonomía del paciente.

 

El derecho de la sociedad de intervenir en el proceso de morir, por el principio utilitarista de relación entre costos y beneficios, en una política sanitaria que afirma que la no intervención médica en una determinada enfermedad atendible dentro del sistema público, o la no utilidad social de determinadas prestaciones sanitarias por la “calidad de vida” del paciente.

 

Los principios básicos en toda intervención médica con la de no maleficencia y de justicia y en segundo término, los de autonomía y beneficencia, donde debe existir una adecuada relación de prioridades. En el principio utilitarista de procurar proporcionar el mayor bien, al mayor número de personas, según los recursos disponibles, es importante a la hora de establecer cualquier política sanitaria, que no puede servir para encubrir una mentalidad eugenésica, de un utilitarismo llevado al extremo, que considera cada vez más a la medicina como una crisis al servicio de una sociedad perfecta, integrada por individuos sanos donde la eutanasia seria una acción médica más. Solo desde una ética personalista puede encuadrarse el principio de utilidad. (19, 20, 23, 25, 26)

 

La mentalidad eugenésica supondría eliminar vidas por considerarlas” inútiles” para la sociedad o el sistema sanitario, o excesivamente “costosas” en relación a su mala” calidad de vida”, entendida así por su utilidad social. La batalla más decisiva para el futuro de la profesión está en que la medicina siga siendo un servicio para todos los hombres y cada hombre individual, incluidos incurables y moribundos, o que se convierta en un instrumento de ingeniería socioeconómica al servicio de los poderosos. (19)

 

La decisión de vivir o morir no puede hacerse bajo el principio del utilitarismo. Para que el paciente tome una decisión es requisito indispensable que actúe de forma autónoma y competente. Sin embargo, existen algunas circunstancias que impiden que el paciente sea competente para actuar autónomamente. Tanto autonomía como competencia son conceptos que no deben tratarse como absolutos, sino que deben particularizarse en cada caso. (14)

 

En los últimos años la autonomía ha desplazado a la beneficencia como primer principio  de la ética médica, esta es la reorientación más radical ocurrida en la larga historia  de la tradición hipocrática. Como resultado la relación entre el paciente y el médico es ahora más franca y abierta y en ella se respeta más la dignidad de los pacientes. Este cambio de lugar casi irreversible de la toma de decisiones, es una respuesta a la confluencia de fuerzas sociopolíticas, legales y éticas (14, 26,27)



Aspectos Eticos y Filosoficos de la Muerte.2

Temores de la muerte

 

“La muerte hermana gemela de la vida, es tan bella como ella misma, no es un enigma, sino una necesidad filosófica. Cuando el cuerpo siente la fatiga de un día de trabajo, duerme ¿no es el sueño un placer?, la muerte es otro, más hondo, más absoluto, porque se ha hecho esperar más tiempo. No hay choque ni temor en la muerte, cuando el sano equilibrio se ha conservado durante la vida….La máquina no se rompe cesa, y eso es todo. Después ¿qué importa? ¡La obra está hecha!  ¡El creador reposa!  ¡Es su recompensa!  Bienaventurados los que mueren y legan el sublime ejemplo de su agonía a sus hijos”. (28)

Miguel de Carrión (1875-1929)

 

 

Existen tres temores ante la muerte:

 

El temor ante el evento mismo.

El temor a lo que hay después.

El temor a lo que se deja.

 

El paciente grave que se supone morirá pronto tiende a ser aislado, alejado de sus compañeros de sala y en ocasiones de su familia, pensando en evitarles el enfrentamiento con una experiencia vital que nos asusta: la muerte. La enfermera lo visita cuando debe realizar los controles o tratamientos de rutina. Se centra en la ejecución de técnicas y evita la relación interpersonal, ¿por qué? , quizás por temor, porque muchas veces no está preparada para permanecer junto al paciente que muere, es el “papel no aprendido” en nuestra sociedad. El cuidado del paciente moribundo conlleva aspectos éticos que la enfermera debe conocer y practicar, para que hasta el último momento de su vida el enfermo reciba la atención que merece por su condición humana y poder morir con dignidad. (13, 19,23)

 

También es importante la atención después de la muerte, la asistencia del médico y la enfermera a las exigencias es el colofón final. La experiencia indica que esta actitud es gratificante, ya que después de todo, la relación humana ha sido intensa e íntima, por breve que haya sido esta.17, 32)

 

 

Ensañamiento terapéutico

 

“Si los profesionales de la salud no son esclavos del paciente tampoco son sus dueños” (8)

                                                                                                                       

El intento médico de prolongar la vida, por medio de complejas tecnologías, en pacientes con estados irreversibles, debe encaminarse a mitigar el dolor y el sufrimiento del paciente para lograr una muerte digna. La obstinación terapéutica es un error ético y una falta de competencia. (10, 16, 25, 30,31)

 

Thomas, se refiere a dos tipos de ensañamiento terapéutico que hay que evitar

 

El consistente en querer prolongar la vida a toda costa.

El eutanásico, que decide rápidamente que lo mejor para el enfermo es la muerte

 

La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados, no equivalen al suicidio o a la eutanasia, expresa más bien la aceptación de la condición humana ante la muerte. El criterio válido para algunos médicos que “mientras haya un soplo de vida hay esperanza” a conducido a implantar la distanasia, la prolongación injustificada de la agonía en enfermos en quienes la medicina ya no tiene nada que ofrecer. (24, 31,33)

 

El médico debe estar consciente de lo que implica prolongar la vida de un paciente. Si existe una probabilidad razonable de que sobreviva a su enfermedad, todo esfuerzo está justificado. Si está consciente de que no va a sobrevivir y de que no hay manera de saber cuánto tiempo estará “vivo” mediante técnicas y tratamientos sofisticados, debe valorar lo que significa en sufrimiento para el paciente y en costos y sufrimientos para la familia, debemos tratar a nuestros pacientes como desearíamos ser tratados. (17, 18, 26,27)

 

La medicina del futuro no puede en realidad limitarse a ser futurista. Habrá de ser ante todo, educación y prevención. Otro cambio importante en la forma de morir consiste en la prolongación de la existencia humana, esto en dos sentidos:(18,33)

 

La mayoría de las personas mueren en la madurez o la mayoría de edad.

 

Que el acto mismo de morir se ha prolongado, se ha hecho científico, porque la mayoría de las personas muere en centros hospitalarios, se ha hecho además pasivo, puesto que en muchas partes, los médicos de acuerdo con los familiares toman las decisiones sin contar con el paciente, se ha hecho profano, ya que los servicios religiosos tienden a desaparecer de los centros hospitalarios y se ha hecho aislado pues el  enfermo muere solo y abandonado.

 

La muerte se está hospitalizando, y ya el mayor por ciento de los pacientes muere en los hospitales alejados de sus seres queridos, en estado de aislamiento y soledad, con tubos en todos los orificios y agujas en las venas. (80% en USA). Un sociólogo estadounidense llama pornografía de la muerte a este fenómeno de manipulación y disfrute de la muerte por parte de la sociedad de consumo. (10, 15,16)

 

Curiosa contradicción la de este siglo, con respuesta a la muerte, que quiere pasar por alto la muerte real y a la vez abusa de su imagen en forma de juego y violencia a través de los medios de comunicación. Como un símbolo de este ocultamiento social de la muerte puede entenderse el intento cada vez más difundido en diversos países del mundo de disimular la muerte lo más posible, maquillando los cadáveres para dar a los presentes la sensación de que no están muertos. Y preguntas como estas en el funeral: ¿De qué murió su ser querido?, ¿Se le desfiguró mucho el rostro?, ¿Trajo alguna fotografía? La medicina ha ido alejándose del confort y deseo del paciente, describiéndose toda una serie de anécdotas al respecto que  así lo muestran.(2,5,7,34)

 

Hayden, describe una experiencia personal, como médico y paciente a la vez, por un accidente del tránsito, y señala las lecciones aprendidas: (27)

 

La pérdida del control propio ocasiona al paciente disturbios y agradece todo esfuerzo encaminado a hacerlo independiente.

El dolor es peor de lo que se puede imaginar, por lo que debe consultarse frecuentemente en cuanto a su solución.

El paciente acostado pierde relación con el médico, por lo que el contacto “ojo con ojo” es más confortable.

El paciente se interesa por su contexto social, por lo que debe asistirse en este sentido para alejar preocupaciones.

El enfermo crítico no desea conocer todos los detalles, pero si desea que los médicos cumplan su juramento

 

Muchos médicos consideran que su trabajo está limitado a salvar vidas y no a preocuparse por las condiciones de confort de sus pacientes.

 

En 1983 en la 35 Asamblea Médica Mundial se promulgó la declaración sobre enfermedad Terminal donde se señala:(35)

 

Es deber del médico curar y aliviar en la medida de lo posible el sufrimiento, teniendo siempre a la vista los intereses de sus pacientes.   

El médico se abstendrá de utilizar o emplear cualquier medio extraordinario que  no reportara beneficio alguno al paciente.

   

 

Diagnóstico

 

Un aspecto a definir ante un paciente grave sería la diferencia que desde el punto de vista moral implica no iniciar un procedimiento de sostén de funciones vitales y el suspenderlo después de comenzado por considerarlo inútil (25, 26, 27, 35).

Se debe evaluar el paciente crítico en salas de medicina en cuatro categorías:

 

El paciente que necesita cuidados intensivos totales y debe solicitarse trasladado a unidad de cuidados intensivos.

El paciente que requiere todos los cuidados, excepto reanimación cardiopulmonar (RCP)

El paciente con criterio de “dejarlo morir”

El paciente con criterios de muerte cerebral.

 

El dejar morir debe hacerse de acuerdo a las costumbres médicas, legales y éticas de la comunidad. Requiere de la interrupción de las medidas extraordinarias, tales como ventilación mecánica, drogas para el mantenimiento de la vida, transfusiones, antimicrobianos etc.  (23, 25,27)

 

A este respecto deben existir elementos comunes para la toma de decisiones:

 

El interés del paciente que es lo fundamental.

La opinión del enfermo y de no ser posible la de sus familiares.

La decisión médica adoptada por unanimidad de los miembros del equipo.

La primera medida a limitar es la de no resucitar, cuando se produzca el paro cardíaco.

 

La resucitación cardiopulmonar no debe practicarse a en enfermos en la etapa final de sus padecimientos, ni en enfermos con severo deterioro de sus funciones cerebrales (en estados vegetativos persistente o demencia senil avanzada), ni en aquellos que hayan dado su deseo de no recibir tal tipo de tratamientos. En relación a estas medidas los diferentes países adoptan diversas medidas. En varios estados de USA se ha tratado de fijar el límite a los programas de derechos reglamentarios y numerosas corporaciones y empresas han buscado los medios de restringir el alcance y tipo de atención que proporcionan, reduciendo el derecho de atención a los ancianos a través de diversas medidas. (25,26)

 

Sin embargo la introducción de la Trasplantología ha hecho que se introduzca el diagnóstico precoz de muerte encefálica, con el fin de la óptima utilización de los órganos a trasplantar, con el impacto social e institucional que conlleva. Se reportan como beneficios: aprendizaje y práctica del trabajo multidisciplinario, mejoría de la atención del paciente grave en general, aplicación de tecnologías avanzadas entre otras. (6).

 

Virchow (creador de la teoría de la patología celular, alemán 1821-1902), subraya el origen social de la morbilidad, por lo que cada vez más se preconiza en el mundo la posibilidad de facilitar al hombre morir con dignidad en el hogar y rodeado de su familia y su médico. (34,36,)

 

El neoliberalismo en el tercer mundo, acentúa las diferencias, la injusticia distributiva y el acceso real a los servicios de salud, a su vez los países desarrollados incrementan la comercialización y el encarecimiento de la atención médica.

 

La satisfacción de las necesidades de la población coloca en primer plano la salud, por lo que es tarea prioritaria de nuestro gobierno la atención médica a nuestro pueblo, y el rescate de las acciones éticas que la componen.(27,28)

   

 

Analizando la siguiente frase: “Existe algo tan inevitable como la muerte, la vida” (Charlie Chaplin), nos motivamos a realizar esta revisión de los aspectos éticos relacionados con la muerte, defendiendo el criterio ético, cada vez más preconizado en el mundo desarrollado, de que se respete al hombre su derecho a morir dignamente, y de ser posible de acuerdo a los criterios de “enfermo terminal”, en Su hogar y rodeado de su familia.

 

 

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ANEXO:

 

Juramento de Hipócrates

 

"JURO POR APOLO médico y por Asclepio y por Higía y por Panacea y todos los dioses y diosas, poniéndoles por testigos, que cumpliré, según mi capacidad y mi criterio, este juramento y declaración escrita:

TRATARÉ al que me haya enseñado este arte como a mis progenitores, y compartiré mi vida con él, y le haré partícipe, si me lo pide, y de todo cuanto le fuere necesario, y consideraré a sus descendientes como a hermanos varones, y les enseñaré este arte, si desean aprenderlo, sin remuneración ni contrato.

Y HARÉ partícipes de los preceptos y de las lecciones orales y de todo otro medio de aprendizaje no sólo a mis hijos, sino también a los de quien me haya enseñado y a los discípulos inscritos y ligados por juramento según la norma médica, pero a nadie más.

Y ME SERVIRÉ, según mi capacidad y mi criterio, del régimen que tienda al beneficio de los enfermos, pero me abstendré de cuanto lleve consigo perjuicio o afán de dañar.

Y NO DARÉ ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente.

Y NO CASTRARÉ ni siquiera (por tallar) a los calculosos, antes bien, dejaré esta actividad a los artesanos de ella.

Y CADA VEZ QUE entre en una casa, no lo haré sino para bien de los enfermos, absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria, pero especialmente de trato erótico con cuerpos femeninos o masculinos, libres o serviles.

Y SI EN MI PRÁCTICA médica, o aun fuera de ella, viviese u oyere, con respeto a la vida de otros hombres, algo que jamás deba ser revelado al exterior, me callaré considerando como secreto todo lo de este tipo. Así pues, si observo este juramento sin quebrantarlo, séame dado gozar de mi vida y de mi arte y ser honrado para siempre entre los hombres; más, si lo quebranto y cometo perjurio, sucédame lo contrario".