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Fase preanalítica: técnica correcta = resultados de calidad

Fase preanalítica: técnica correcta = resultados de calidad

Los exámenes de laboratorio clínico se emplean para confirmar o descartar un diagnóstico, establecer un pronóstico, controlar la evolución de las enfermedades, los resultados del tratamiento y/o detectar complicaciones.

Fase preanalítica: técnica correcta = resultados de calidad

Autoras: Rodríguez Oloriz Noelia, Oteo García Nerea, Jáuregui Miguel María, Urrutia Ollo Rebeca, Azcona Montero Cristina.

Unidad de Enfermería de Preanalítica y Gestión de Calidad. CHN. Pamplona (Navarra)

Resumen:

La calidad de la fase analítica y sus resultados dependen en gran medida de la fase preanalítica (P-A). Una toma mal realizada, recogida y/o transportada determina un posible fallo que puede inducir a errores de diagnóstico e incluso un tratamiento inadecuado.

Un trabajo preanalítico óptimo es un requisito básico para un diagnóstico preciso, concluyente y de calidad.

Esta revisión sistemática tiene como objetivo analizar una etapa preanalítica correcta que garantice la calidad de los resultados analíticos y disminuir el riesgo de errores.

Palabras clave: fase preanalítica, errores, calidad, técnica correcta.

Introducción:

La extracción de muestras sanguíneas para análisis en laboratorio es una técnica habitual en la práctica enfermera. Con relativa frecuencia se cometen errores en la obtención de muestras que dan lugar a resultados erróneos y, en ocasiones, rechazo de la muestra por parte del laboratorio, lo que conlleva la realización de una nueva extracción. Dado que el laboratorio interviene en el 70% de los procesos médicos, será fundamental para la seguridad del paciente el control y aseguramiento de la calidad.

Es responsabilidad del profesional enfermero prevenir, evitar y minimizar posibles errores.

El periodo analítico está compuesto por tres fases: preanalítica, analítica y post-analítica.

La P-A incluye todos y cada uno de los procesos previos al trabajo del laboratorio, es decir, previos al análisis. Durante esta etapa, los resultados de los análisis están expuestos a una multitud de factores de riesgo tanto durante el periodo que transcurre desde la solicitud de la petición, la preparación de la extracción de la sangre, el procedimiento de extracción mismo, como el almacenamiento y transporte de las muestras.

Clásicamente la fase analítica ha sido siempre la más controlada, ya que en ésta se producían una gran parte de errores del proceso. Sin embargo, en la actualidad, con la mejora tecnológica, la P-A ha mostrado ser la mayor fuente de errores en el laboratorio, por lo que los procesos de la mejora continua de la calidad se centran fundamentalmente en la utilización de acciones preventivas y correctivas en dicha fase.

Metodología:

Búsqueda y revisión sistemática de bibliografía, base de datos Google y Pubmed, guías de práctica clínica y experiencia profesional.

Exposición del tema:

La fase P-A comprende todos aquellos procesos que tienen lugar desde que se solicita una petición al laboratorio hasta que la muestra esta lista para ser analizada.

  1. Solicitud del análisis por parte del facultativo: (imagen 1)

 

Es imprescindible que en la petición se encuentren correctamente cumplimentados varios datos:

-Identificación de la petición

-Tipo de petición: ordinaria o urgente

-Identificación del paciente: nombre, apellidos y nº de historia clínica

-Datos clínicos y demográficos: fecha de nacimiento, sexo y diagnóstico.

Son necesarios para la correcta interpretación de los resultados, revisar la congruencia de los mismos y realizar recomendaciones desde laboratorio.

-Datos administrativos de la petición: médico, procedencia y destino.

-Pruebas o estudios solicitados.

La solicitud en papel resulta relativamente sencilla desde el punto de vista del facultativo, pero necesita una transcripción de la información al sistema informático de laboratorio, produciéndose en ocasiones, errores de transcripción.

  1. Identificación del paciente:

Es responsabilidad de Enfermería asegurarse de que la muestra de sangre se extrae a la persona que figura en la petición.

Debe solicitar al paciente que se identifique con su nombre y apellidos y compararlo con lo que figura en la petición y el nº de identificación de dicha petición con el nº de etiqueta de los tubos.

  1. Preparación del paciente:

Debemos tener en cuenta las características individuales: edad, sexo, raza, situaciones fisiológicas especiales (embarazo, menopausia…), hábitos tóxicos, ejercicio físico, toma de medicación…

Informar al paciente del procedimiento y verificar que las condiciones para la extracción sean las adecuadas:

-Ayunas: el paciente debe acudir en ayunas, como norma general de 8 horas, salvo que específicamente sepa que no es necesario para las determinaciones solicitadas o en caso de diagnóstico de urgencia.

-Hábito de fumar: no fumar antes de la extracción. Provoca aumento de la glucosa, colesterol, triglicéridos y enzimas hepáticas.

-No realizar actividad física intensa previa: aumenta los valores de las enzimas musculares (CPK, LDH, potasio, glucosa, lactato, prolactina y cortisol).

  1. Adoptar postura correcta:

El brazo del paciente debe estar en línea recta y apoyarse firmemente en el apoyabrazos sin doblarse a nivel del codo.

  1. Preparar los materiales adecuados: (imagen 2)
  2. Colocación del compresor:

Se coloca unos 10 cm por encima del punto de punción con una presión entre 50-100 mmHg (el pulso debe ser perceptible).

No debe mantenerse más de 1-2 min ya que puede producir hemoconcentración con aumento del hematocrito, y trombopenias, aumento del potasio y gamma GT.

Por ello, aflojar el torniquete cuando la sangre empiece a fluir en el primer tubo.

Ante venas difíciles, pediremos al paciente que cierre el puño, golpearemos suave la zona de punción o aplicaremos calor en la zona. Abrir y cerrar el puño provoca aumento de potasio y magnesio.

Tendremos en cuenta que en pacientes sometidos a infusión intravenosa debemos elegir un punto de extracción sanguínea en el brazo opuesto al que se encuentra el gotero, debido a que si se extrajese sangre de un punto por encima del lugar de infusión se correría el riesgo de que ésta se encontrase diluida con la solución administrada.

En el caso de que en ambos brazos se esté realizando infusión intravenosa se pueden extraer muestras (siempre por debajo del punto de infusión) con la siguiente sistemática:

-Detener momentáneamente la infusión.

-Esperar 2-3 min, colocar el compresor por debajo del lugar de la administración intravenosa y seleccionar una vena distinta de la que tiene el gotero.

-Realizar la extracción de 5ml de sangre y desecharla.

-Extraer una nueva muestra para las pruebas.

-Reanudar la infusión intravenosa.

-Informar al laboratorio sobre el procedimiento que se ha seguido en la petición de análisis.

  1. Inspección y selección de la zona de punción:

En los procedimientos de punción venosa en adultos generalmente se utilizan las venas del brazo, siendo la cubital media la más habitual, por su calibre, accesibilidad y menos dolorosa, aunque también sean frecuentes la cefálica y la basílica.

Otras zonas utilizadas son el área de muñeca, dorsal de la mano y antebrazo.

Deben evitarse zonas con hematomas, quemaduras, tobillos o pies en pacientes diabéticos y/o con trastornos circulatorios.

  1. Desinfección de la zona de punción:

Limpiaremos la zona de punción con movimientos concéntricos de dentro hacia fuera.

Esperar que se seque o se evapore para permitir las funciones bacteriológicas y porque los restos de alcohol pueden producir hemólisis y escozor en el momento de punción.

  1. Extracción de la muestra: (imagen 3 y 4)

-Respetar siempre la proporción sangre-anticoagulante.

-Para evitar hemólisis dejar resbalar suave la sangre por la cara interna