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Angioedema labial en niño. Caso clínico

Angioedema labial en niño. Caso clínico

RESUMEN

Se presenta el caso clínico de un paciente varón de 3 años de edad sin antecedentes familiares de interés ni alergias medicamentosas conocidas, que consulta porque presenta episodio de angioedema labial con prurito orofaríngeo tras la ingesta de un cacahuete.

Angioedema labial en niño. Caso clínico

Doctora Ana Belén Cid Sánchez, Médico de familia; Especialista en Alergología e Inmunología Clínica; Granada

Palabras clave: angioedema labial, cacahuete, alergia

PRESENTACIÓN DEL PACIENTE

Paciente varón de 3 años de edad sin antecedentes familiares de interés ni alergias medicamentosas conocidas. Lactancia materna durante 3 meses y luego mixta.

Antecedentes personales de intolerancia a las proteínas de leche de vaca en la primera infancia (bien tolerada con posterioridad).

Es remitido al servicio de alergia por su pediatra por sospecha de alergia alimentaria.

La madre refiere que el niño presenta reacciones con diversos alimentos: con huevo enrojecimiento ocular, con fruta fresca preparada en casa vómitos, pero toleraba los potitos de frutas. En una ocasión el niño tras ingerir cacahuete de forma accidental presentó eritema facial inmediato, prurito orofaríngeo con edema labial, sin compromiso glótico ni otra sintomatología asociada. Era la primera vez que lo comía.

Exploración física:

Todo dentro de parámetros normales para su sexo y edad.

Pruebas complementarias:

  • Hemograma y bioquímica básicos: todos los parámetros dentro de la normalidad.
  • IgE total: 70 kU/L
  • IgE específica: Positiva a cacahuete 6,8 kU/L
  • Pruebas cutáneas en prick test: negativa a ácaros, hongos, pólenes y epitelios de animales.
  • Pruebas cutáneas en prick test: negativas a leche de vaca, caseína, lactoalbúmina, lactoglobulina, huevo y resto de fracciones de huevo.
  • Prueba cutánea en prick test con extracto de cacahuete: positivo.

El diagnóstico fue de angioedema labial por hipersensibilidad inmediata a cacahuete. Se recomendó dieta exenta de cacahuete.

DISCUSIÓN

Las reacciones alérgicas a los frutos secos son reacciones adversas debidas a un mecanismo inmunológico, en general de hipersensibilidad inmediata, mediado por anticuerpos IgE específicos frente a esos alimentos. En muchas ocasiones estos alimentos se comportan como alérgenos ocultos, es decir, sustancias con poder alergénico que forman parte de productos alimenticios y cuya presencia puede pasar inadvertida.

El cacahuete es responsable de la mayoría de las reacciones en Estados Unidos. América es el tercer país productor tras China e India y un 40% de su consumo se realiza en forma de mantequilla de cacahuete. La incidencia de las reacciones alérgicas está aumentando en los últimos años como consecuencia del incremento de su consumo debido a su alto valor proteico.

El cacahuete es una leguminosa por lo que a veces los pacientes con alergia al cacahuete pueden presentar síntomas con otras legumbres o también pueden aparecer sensibilizaciones (es decir, pruebas cutáneas y/o IgE específica positiva) aunque con tolerancia del alimento.

Las reacciones alérgicas a los frutos secos pueden provocar síntomas de intensidad leve, como prurito oral o general, estornudos, lagrimeo o enrojecimiento cutáneo, hasta síntomas más intensos, como dolor abdominal, diarrea, vómitos, urticaria, angioedema, disnea, mareo, hipotensión y shock. Los síntomas pueden desarrollarse desde unos pocos minutos hasta unas pocas horas tras la ingestión del fruto seco. El ejercicio puede ser un factor asociado en algunos casos de reacciones alérgicas con frutos secos.

El diagnóstico se basa en una historia clínica detallada, en la demostración de una reacción mediada por la IgE y, cuando se crea necesario, en las pruebas de provocación.

Como en el caso de otras alergias alimentarias, el tratamiento de la alergia a los frutos secos consiste en una dieta de exclusión de los frutos secos responsables de la reacción.

Lo simple de esta medida se complica porque los frutos secos se utilizan como ingredientes de otros alimentos, a veces en pequeñas cantidades no declaradas (introducidas en el alimento por una contaminación del equipo de fabricación, por errores de los empleados o de los suministradores) o por un etiquetado poco claro o erróneo. Como consecuencia, se siguen produciendo reacciones después del diagnóstico y en lugares que son considerados seguros. Las mejores estrategias para evitar estas reacciones se basan en proporcionar la información adecuada a los pacientes alérgicos o cuidadores, y en conseguir un etiquetado claro de los alimentos.

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