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La funcionalidad familiar y su relación con el consumo de tabaco en adolescentes

La funcionalidad familiar y su relación con el consumo de tabaco en adolescentes

El hábito de fumar es un aprendizaje del diario vivir. De modo constante, niños y niñas, a lo largo de su infancia aprenden a identificar el tabaco con el mundo adulto, a través de sus padres, profesores, amigos, personas significativas de su vida, o también mediante modelos sociales.

La funcionalidad familiar y su relación con el consumo de tabaco en adolescentes

Autor: Dra. Maritza Esmeralda Cabrera Chávez 1, Dra. Miriam Margoth Vega Elizalde 2, Dra. Gloria Liliana Carrión Bravo.

  1. Doctora en Medicina y Cirugía. Posgradista de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja.
  2. Médico General. Posgradista de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja.
  3. Doctora en Medicina y Cirugía. Posgradista de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja.

Resumen:

La adolescencia, es un momento evolutivo complejo, cuyos protagonistas quieren entrar en el mundo adulto. Por considerarse una etapa de rebeldía y de búsqueda de su propia identidad, se convierte por lo tanto en un momento crítico para el inicio en el consumo de sustancias adictivas.

El consumo de tabaco es alarmante tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, de ahí que se la haya denominado como una epidemia mundial y un alarmante problema de salud pública.

Mucho se hablado y se ha escrito acerca del consumo de tabaco, pero al ser un problema de salud que afecta a toda la población es de interés realizar un enfoque de la realidad actual, los múltiples factores que intervienen tanto personales, sociales, culturales y familiares.

Palabras clave: consumo de tabaco, adolescencia, familia, funcionalidad familiar.

Introducción

Se estima que alrededor del mundo existen cerca de 1 000 millones de fumadores y consumidores de productos de tabaco, convirtiéndose en la principal causa de muerte prevenible y que cobra la vida de alrededor de 6 millones de personas en todo el mundo cada año.(Organización Mundial de la Salud, 2014).

Nuestro planeta es el hogar de 1.200 millones de adolescentes que tienen entre 10 y 19 años (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 2011).

La adolescencia es un período de transición, en el cual los adolescentes desarrollan sus capacidades experimentando nuevos tipos de comportamiento y enfrentan el desafío de adoptar conductas saludables que tienden a prevalecer en la edad adulta, y, de igual forma, los comportamientos de riesgo para la salud, adoptados en la infancia o en la adolescencia, son muchas veces difíciles de erradicar en la edad adulta y pueden representar impacto en la salud, a corto o largo plazo. El tabaco es generalmente la primera droga consumida por los niños y adolescentes. (Dos Santos & Leite, 2010).

Las influencias de determinados modelos sociales (adaptación a un grupo de amigos consumidores, bajo rendimiento escolar), las actitudes familiares (consumo por parte de los padres, mala percepción del funcionamiento familiar) y ciertos factores personales (baja asertividad, ansiedad, rebeldía) parecen ser decisivos para el consumo de tabaco.(Pérez et al., 2012)

Con la finalidad de alguna manera de aplacar esta terrible epidemia mundial y problema de salud pública en el 2003 se da “El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT OMS)” es el primer tratado negociado bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud. Además hace 7 años se implementa las medidas MPOWER (M (Monitor): Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención de cada uno de los países miembros. P (Protect): Proteger a la población del humo de tabaco. O (Offer): Ofrecer ayuda para el abandono de la adicción. W (Warn): Advertir de los peligros del tabaquismo. E (Enforce): Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio. R (Raise) Aumentar los impuestos al tabaco), actualmente, en más de la mitad de los países del planeta, con el 40% de población mundial se aplica al menos una medida de MPOWER con todo el rigor. (Organización Mundial de la Salud, 2015)

 En el Ecuador la Asamblea Nacional en el 2011 se aprueba la Ley Orgánica para la Regulación y Control de Tabaco, con el fin de prevenir y controlar el tabaquismo, como una medida para la prevención de enfermedades, discapacidades y muertes prematuras; y beneficiosa y de impacto positivo para el ambiente, la economía del Estado, de las empresas y familias.(Hugo & Del, 2011).

Edad y sexo frente al consumo de tabaco

Las personas que empiezan a fumar a edades tempranas son susceptibles de convertirse en fumadores adictos, lo que además incrementa su riesgo de morir a causa de alguna enfermedad asociada al tabaquismo. El 80% de los jóvenes del mundo viven en países en desarrollo y éstos comienzan a fumar a edades cada vez más tempranas. Se ha estimado que, cada día, entre 80000 y 100000 jóvenes en todo el mundo se vuelven adictos al tabaco. (Instituto Nacional de Salud Pública, 2013).

En el estudio Prevalence and determinants of tobacco use among Iraqi adolescents: Iraq GYTS 2012, realizado en las preparatorias y escuelas en Baghdag, se pudo detectar que el 21,8% de los adolescentes iraquíes son consumidores de tabaco habiendo una gran diferencia con respecto al sexo siendo más probable el consumo de tabaco en hombres.(Hussain & Abdul, 2013).

En Noruega se hizo el seguimiento desde la edad de 13 a 30 años. Al analizar los datos de los primeras 5 ondas, que cubre el tramo de edad de 13 a 18 años, encontraron que las tasas de tabaquismo aumentó de 3% a 31% a partir de los 13 años a 18 años de edad de los participantes y el consumo de tabaco en los dos tiempos se asoció fuertemente con el consumo de sus mejores amigos, padres consumidores y a los hermanos mayores.

Además no existieron diferencias significativa en relación al género.(Tjora, Hetland, Aaro, & Overland, 2011). Lo que se puede contrastar con datos obtenidos de adolescentes suecos en los cuales la prevalencia de tabaquismo aumentó de 3,3% entre los 12-13 años de edad al 25,1% entre los 17-18 años de edad, en el seguimiento cinco años más tarde. Con predominio en el sexo femenino.(Joffer et al., 2014).

Entre alumnos españoles y mexicanos de 12 y 16 años, en España se aprecian una mayor probabilidad de consumo en las alumnas. En México, en cambio, no se encontraron diferencias notorias al respecto. En ambos países, a medida que aumenta la edad se acrecienta la probabilidad de consumir alcohol y tabaco con más frecuencia. Este dato es más destacado en España donde, a mayor edad, mayor cantidad de unidades ingeridas. (Abad, Ruiz, & Zamarripa, 2012).

Específicamente en México al tomar en cuenta escuelas públicas rurales de un Municipio de Guanajuato, en estudiantes de 12 a 18 años se pudo