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La polimedicación, un problema de salud

La polimedicación, un problema de salud

La polimedicación se define como: tomar más medicamentos de los clínicamente apropiados durante un tiempo prolongado. Para algunos consiste en la toma de 5 o más medicamentos durante al menos seis meses, para otros entre 5 a 10 medicamentos.

La polimedicación, un problema de salud

Doctora Ana Belén Cid Sánchez, Médico de familia; Granada

INTRODUCCIÓN

La polimedicación es un fenómeno cada vez más frecuente y se relaciona de forma directa con el incremento de la prevalencia de pacientes crónicos complejos que requieren en su tratamiento la combinación de diferentes fármacos. Es particularmente importante en gente mayor, que con frecuencia sufre pluripatología. Hay evidencias claras de que estos pacientes tienen algún tipo de efecto adverso derivado de la medicación.

La frecuencia de polimedicados aumenta en pacientes institucionalizados, en relación a los comunitarios, también en presencia de demencia, o cuando el paciente sufre problemas de movilidad.

OBJETIVO

El objetivo es conocer las consecuencias de la polimedicación.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se ha realizado una revisión bibliográfica de la lectura científica de las bases de datos de Cuiden, biblioteca Cochrane, Pubmed y Scielo. Se realizó utilizando las palabras clave: “polimedicados”, ancianos”,”riesgos”, y “consecuencias”. La búsqueda se limitó a los últimos diez años.

RESULTADOS

Las interacciones medicamentosas y los efectos de la polimedicación son casi siempre graves, aumentando exponencialmente con el número de medicamentos prescritos en el tratamiento. Se produce una disminución de la adherencia terapéutica a mayor número de medicamentos prescritos y con la mayor complejidad del régimen terapéutico.

Un estudio publicado en 2012 sobre población adulta y crónica sitúa la prevalencia en un 50% entre los mayores de 65 años. Asimismo, se estima una prevalencia de hasta el 59% en las personas institucionalizadas. En otro estudio, se encontró que el 35% de los pacientes ancianos polimedicados, desarrollaron algún efecto adverso.

En el estudio APEAS (estudio sobre la seguridad de los pacientes en atención primaria de salud), se observó que el 48,2% de los efectos adversos ligados a la asistencia sanitaria están causados por la medicación.

Después de controlar otras morbilidades la polimedicación se asocia a un mayor deterioro físico y mental, a un mayor riesgo de sufrir lesiones por caídas casuales particularmente fractura de fémur, una mayor morbilidad crónica, peor calidad de vida, así como una autopercepción de salud deterioradas. Incluso parece que aumentaría el riesgo de mortalidad.

Según datos oficiales publicados, el gasto en medicamentos (gasto en farmacia) representó un 18,1% del gasto sanitario público en 2011, aunque hay que destacar que la función con mayor peso en el ámbito de la asistencia sanitaria pública fue la de los servicios hospitalarios y especializados, que representaron un 58,4% del total.

Los mayores de 65 años representan el 17% de nuestra población y originan aproximadamente el 70% del gasto farmacéutico total.

Por tanto es evidente de que además de producir un mayor gasto farmacéutico, también origina un consumo de recursos sanitarios. Directa e indirectamente se asocia con un mayor riesgo de hospitalización junto con estancias más prolongadas, reingresos e incluso un aumento de la mortalidad hospitalaria.

En el paciente polimedicado tenemos que tener en cuenta una serie de consideraciones para optimizar:

  1. Se debe realizar una prescripción razonada, con un diagnóstico preciso y un objetivo terapéutico claro.
  2. Considerar tratamientos no farmacológicos.
  3. La medicación debe ser revisada periódicamente, incluyendo plantas medicinales, medicamentos sin receta y los suplementos dietéticos.
  4. Interrumpir las terapias que no sean necesarias.
  5. Considerar como posible evento adverso a medicamento cualquier nuevo síntoma que aparezca como caídas, incontinencia urinaria, confusión, cambios de comportamiento, depresión…).
  6. Sustituir por otras alternativas más seguras.
  7. Utilizar las dosis recomendadas en los ancianos (fórmulas de aclaramiento renal).
  8. Monitorización de los fármacos problemáticos
  9. Promover la adherencia al tratamiento.

CONCLUSIONES

La polimedicación es sin duda un problema global de salud pública y de seguridad del paciente, por lo que hay que concienciar que los medicamentos no están exentos de riesgos. Deben pautarse cuando existe una clara indicación, para así lograr disminuir la incidencia de este problema en nuestro medio.

Se produce una disminución de la adherencia terapéutica a mayor número de medicamentos prescritos y con la mayor complejidad del régimen terapéutico. Las consecuencias y los efectos de la polimedicación son casi siempre graves.

 Es previsible que la mejor adecuación de los tratamientos, junto a una mayor adherencia terapéutica haga que los tratamientos sean más efectivos y haya un menor número de efectos adversos a los fármacos y de complicaciones sanitarias, por lo que mejorará en la eficiencia en la utilización de los recursos sanitarios.

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