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Calidad de la atención médica: Actitud de los médicos residentes

Calidad de la atención médica: Actitud de los médicos residentes

Objetivo: Conocer la actitud de los Médicos Residentes del Nuevo Sanatorio Durango ante el tema de “Calidad de la Atención”.

Material y método: Estudio transversal, observacional y descriptivo. Se realizó una encuesta a los Médicos Residentes del Nuevo Sanatorio Durango, ubicado en la Ciudad de México, en el periodo comprendido entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre del 2015.

Calidad de la atención médica: Actitud de los médicos residentes

Autores:

Espinosa Hernández Luis Eligio *

Sangines Martínez Augusto **

Arias Loza Rosa ***

Aguilera Cervantes Sandra Magdalena *

Déctor Palma Claudia Elena *

* Médico residente Ginecología y Obstetricia. Nuevo Sanatorio Durango. Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle

** Ginecoobstetra, Profesor titular del curso de Ginecoobstetricia. Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle

*** Ginecoobstetra, Profesora adjunta del curso de Ginecoobstetricia. Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle

RESUMEN

Resultados: Participaron 38 médicos residentes (IC=95%), de los cuales un 56% fueron varones, de especialidades quirúrgicas y de los primeros dos años de la residencia médica. El 76 % no cuenta con formación previa en temas de calidad. Solo un residente informó haber cursado estudios específicos (2.6%). El 52% no ha reportado eventos adversos durante su práctica médica en el mes previo a la encuesta. Solo el 39% informó saber de la existencia del Comité de seguridad y calidad de atención de los pacientes. El 63% informó el deseo de capacitarse en este tema, aunque solo un 28% afirmó desear formar parte del comité de calidad. El mayor interés se observó en los residentes de 3er y 4º año.

Conclusiones: Para mejorar la calidad de la atención intrahospitalaria es necesaria la capacitación de los futuros especialistas en estos temas.

Palabras clave: Residentes, Calidad de la atención, encuesta

ANTECEDENTES

En 1914, Ernest Amory Codman, experto en la mejora de la calidad de los cuidados de la salud afirmó que «los hospitales, si quieren estar seguros de mejorar, deben averiguar lo que sus resultados son». Codman creía que los hospitales «deben dar la bienvenida a la publicidad no sólo por sus éxitos, sino por sus errores para que el público pueda darles su ayuda cuando sea necesario» 1.

En 1951, se creó la Joint Commission International (JCI) la cual estableció un proceso estandarizado para la garantía de calidad. El modelo tradicional de control de calidad se centró principalmente en la evaluación de los eventos adversos individuales y el desempeño deficiente de los médicos de manera individual en lugar de identificar y corregir los fallos del proceso y del sistema 2.

La calidad se define, mide y evalúa de diferentes maneras y desde múltiples perspectivas. En la década de 1960, Avedis Donabedian desarrolló un modelo fundamental para el estudio de la calidad de atención de la salud mediante la identificación de tres áreas distintas de enfoque: 1) Estructura, 2) Proceso y 3) Resultados 3. El uso de este modelo para ayudar a identificar y medir diferentes aspectos de la calidad, ha permitido un gran aprendizaje que se puede aplicar en la mejora de la calidad de la atención 4.

En los últimos años, los esfuerzos de mejora de calidad han pasado de un enfoque punitivo a uno docente. La vigilancia y evaluación de la atención clínica del paciente deben concebirse como un proceso que tiene lugar a lo largo de un continuo. En la década de 1990, la atención dirigida hacia la calidad de la atención de salud se incrementó con la publicación de un informe del Instituto de Medicina (IOM) titulado “Medicare: A Strategy for Quality Assurance”. Este informe define la calidad de la atención como el grado en que los servicios de salud aumentan la probabilidad de los resultados de salud deseados y son coherentes con las cualidades profesionales actuales 5.

En el año 2000, el Comité del IOM sobre la Calidad de la Atención de la Salud en América publicó “Err is Human: Building a Safer Health System”. En este informe se estima que unos 98,000 estadounidenses mueren cada año como resultado de errores médicos. Los hallazgos crearon un furor público que contribuyó a un movimiento generalizado para mejorar la seguridad de la atención sanitaria. El informe proporciona una serie de recomendaciones específicas para mejorar la seguridad del paciente, entre ellas, que las sociedades profesionales deben hacer un compromiso visible para la seguridad del paciente mediante el establecimiento de un comité permanente dedicado a la mejora de la seguridad 6.

En 2001, el mismo comité del IOM publicó su segundo y último informe, “Crossing the Quality Chasm: A New Health System for the 21st Century”, que aboga por cambios fundamentales en el sistema de salud de Estados Unidos para cerrar las grandes brechas en la calidad de la atención que se encuentra en todos los niveles del sistema, todos los grupos de edad y zonas geográficas. Entre las importantes contribuciones presentadas en el informe, el comité identificó seis objetivos específicos para la mejora de la calidad de atención médica, indicando la necesidad de que toda la atención médica sea: segura, eficaz, centrada en el paciente, oportuna, eficiente y equitativa 7:

La publicación de estos informes del IOM fortaleció considerablemente el interés en los sistemas enfocados en la seguridad del paciente. El IOM define el error como «el fracaso de una acción planificada para ser completada según lo previsto (es decir, el error de la ejecución), o el uso de un plan equivocado para lograr un objetivo (es decir, el error de la planificación)» 6.

La obra de James T. Reason, un psicólogo clínico y profesor de Psicología en el campo de los errores humanos en la Universidad de Manchester, ha sido ampliamente aceptada por la comunidad de mejora de la calidad. Él propone que el enfoque tradicional de los errores humanos se ha centrado exclusivamente en la persona cometiendo actos inseguros, errores y violaciones de los procedimientos, que describió como estar en el «extremo filoso» (es decir, personal o partes del sistema de atención de la salud en contacto directo con los pacientes) de los eventos que culminan en última instancia, en la ocurrencia de un resultado no deseado. Los errores no se pueden superar simplemente al intentar corregir el comportamiento humano en cada caso. Más bien, los seres humanos son por naturaleza, falibles y los errores son de esperarse, por lo tanto, la implementación de protecciones del sistema reduce la variabilidad no deseada y aumentan la fiabilidad de los procesos de atención (8).