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Cefaleas: ¿sensibles a los cambios atmosféricos?

Cefaleas: ¿sensibles a los cambios atmosféricos?

La atmósfera es una masa gaseosa constituida por Nitrógeno.

El ser humano es sensible a los cambios atmosféricos, pero no toda la población lo nota, sólo un 30% de la población son meteoro-sensibles a los cambios de temperatura, humedad y presión prediciendo a través de su cuerpo cuando cambiará.

Cefaleas: ¿sensibles a los cambios atmosféricos?

Autores:

Pilar Márquez de Torres. Diplomada  Universitaria Enfermería. Área Gestión Sanitaria Norte de Córdoba. Licenciada Empresariales. Experta Universitaria en Gestión de Recursos Humanos en Enfermería. Experta Universitaria en Probabilidad y Estadística en medicina. Auditora Sistemas de Calidad.

Antonio González Caballero. Diplomado Universitario Enfermería. Área Gestión Sanitaria Norte de  Córdoba. Profesor electrocardiografía Escuela Ciencias de la Salud  –  Especialista Universitario en Acupuntura.

Palabras clave: cambios atmosféricos, cefaleas, malestar

Breve resumen: Analizamos la repercusión de los cambios atmosféricos en pacientes con cefaleas cuya sensibilidad es tal que son capaces de percibir estas alteraciones

INTRODUCCIÓN

Se ha de tener en cuenta que esto no es nuevo: en la antigüedad, los romanos, egipcios,  árabes y griegos dedicaron un tiempo considerable a estudiar lo que sucedía cuando cambiaba bruscamente el tiempo, observando que el frío, tormentas, humedad, viento y calor repercutía en el estado físico y emocional.

Desde entonces, se han realizado multitud de investigaciones  (Nature y The Lancet ) que han demostrado que cada vez que cambia el tiempo bruscamente empeoran ciertas patologías (cefaleas, ansiedad, hipertensión, insomnio, depresión, astenia, fatiga, asma, dolor osteomuscular…), es decir este tipo de manifestaciones tienen su base científica.

Por todo ello, cuando el cuerpo pronostica las variaciones atmosféricas como una tempestad o lluvia, el cuerpo intenta compensarlo fisiológicamente, pero sólo aquellas personas sensibles notarán los cambios y no serán suficientes los mecanismos fisiológicos para equilibrarse, de hecho es frecuente cuando va a llover que ciertas personas notan que el ambiente está muy cargado, apareciendo una migraña en pacientes con antecedentes y cuando cesa la lluvia desaparece, todo esto es debido a ese “barrunto” atmosférico. Realmente cuando va a llover científicamente el ambiente se carga de cationes y disminuyen considerablemente los aniones, tras la lluvia el ambiente energético y eléctrico vuelven a la normalidad (igual proporción de cationes y aniones).

Podemos resumir:

  • Los cambios extremos de temperatura producen trastornos emocionales (tipo rigidez, ansiedad…), cardiovasculares y
  • Los cambios de presión atmosférica y de humedad afectan fundamentalmente al dolor.

Es relevante destacar, que los animales están preparados fisiológicamente para detectar pequeños o grandes cambios atmosféricos mejor que el ser humano, por tal motivo, cuando han existido grandes desastres naturales (  volcanes en erupción, Tsunami.. ) pueden notarlo, huyendo aproximadamente 24 horas antes de producirse el desastre.

Ciertos autores, han considerado, que ser sensible a dichos cambios atmosféricos es causa de un rasgo vestigial positivo, pudiendo anticiparse a esos cambios y así poder tratar utilizando prevención.

OBJETIVOS

  • Analizar la bibliografía consultada valorando si efectivamente los cambios de tiempo pueden promover cefaleas
  • Hacer seguimiento a un pequeño grupo de población afectados para verificar si les afecta

METODOLOGÍA

Seleccionamos 12 pacientes tratados en consulta por cefalea en la provincia de Córdoba (tensional, en racimo, oftalmológica, hemicránea .. ) a los cuales les aparecen los síntomas con los cambios de tiempo, haciéndole el seguimiento durante un año, les pedimos que anoten fechas de cuando tienen cefalea así como si los días están nublados, lluviosos…

RESULTADOS

Casualmente, la estación cuyas cefaleas se han incrementado notablemente ha sido en invierno,  seguido de otoño y primavera y la estación con menos incidencia ha sido verano.

Revisando las anotaciones de todos los pacientes, hemos podido concluir que las cefaleas han sido más frecuentes antes de llover y cuando hay muchas nubes. También hemos verificado la presión atmosférica los días de cefalea viendo en la web que cuando bajaban o subían bruscamente es cuando estaban sensibilizados

CONCLUSIONES  

Los cambios de tiempo,  en personas meteoro-sensibles afectados por cefalea, realmente tienen un impacto negativo sobre la salud.

Científicamente, no existe ninguna línea de tratamiento para evitar que esos cambios desencadenen una cefalea,  quedando como una opción plausible, tomar un analgésico antes de notar el dolor muy fuerte.

Es curioso, como distintos estudios evidencian de una forma  clara (al igual que en el nuestro) que las personas que se ven muy afectadas por cambios meteorológicos y por ser una minoría no se estudie tratamientos que soslayen dicho problema.

BIBLIOGRAFÍA

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