Inicio > Geriatría y Gerontología > ¿Son realmente felices los mayores?

¿Son realmente felices los mayores?

¿Son realmente felices los mayores?

RESUMEN:

Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países, así que en este articulo queremos revisar si al final de nuestra etapa somos felices y que nos hace llegar a esa felicidad.

¿Son realmente felices los mayores?

Patricia Barranco Obis– (Master en Gerontología Social). Hospital Nuestra Señora de Gracia (Zaragoza).

María Montserrat Barranco Obis– (Master en Gerontología Social). Centro de salud Santo Grial (Huesca).

Tania Sánchez Guio– (Master en Gerontología Social). Hospital Universitario Clínico Lozano Blesa (Zaragoza).

David Delgado Sevilla –(Master en Ciencias de la Salud ). Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).

PALABRAS CLAVE: felicidad, mayores, bienestar.

INTRODUCCIÓN:

Antecedentes:

La definición de felicidad que la literatura nos proporciona crea un aire de ambigüedad. Desde la literatura clásica hasta la actualidad, se han formulado diferentes definiciones, como por ejemplo, Aristóteles planteaba la existencia de unas formas de felicidad, en total tres, una primera forma básica que se obtiene con la satisfacción de los deseos más esenciales, la segunda se consigue mediante el sentimiento y conocimientos de una adecuada actuación y una tercera, llamada auténtica felicidad, que se consigue a través de la vida contemplativa. Por otra parte Platón, hace referencia a la vida virtuosa como el medio para conseguir la felicidad. Y los Epicúreos aseguran que es reduciendo el número de deseos, asegurando la consecución de los mismos y obteniendo el placer asociado a dicha consecución, como podemos conseguir la felicidad.

Entre los muchos elementos que contribuyen a la sensación de felicidad pueden citarse: la salud, el amor, el prestigio social, la fe, el dinero, el poder, la fama, las contribuciones artísticas y las actividades científicas. Hay que dejar bien claro que ninguno de estos elementos es totalmente esencial, y que “no hay fórmulas conocidas de felicidad.” (Delgado, 1988). También pueden influir diferentes factores, como es la edad, el sexo, la cultura, el estado matrimonial, estado socio económico, religión…etc.

Revisión bibliográfica de la literatura actual:

Somos muy felices en nuestra infancia y juventud, para ir decayendo y ser menos felices cuando llegamos a la llamada crisis de los 40 (arrugas, canas, michelines, análisis, reflexión sobre los fracasos y éxitos profesionales y personales). Asociando felicidad a juventud, pensamos que a los 40 empieza la cuesta abajo. Aunque las encuestas dicen que la felicidad subjetiva mejora y va aumentando conforme envejecemos. La vejez no sólo trae consigo enfermedad, sino también felicidad. No es envejecer lo que resta felicidad, sino las circunstancias que se asocian al envejecimiento.

Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. El envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad… Se estima que para el año 2050 en España, las personas mayores de 65 años representaran más del 30% del total de la población. Los octogenarios llegaran a superar la cifra de cuatro millones de personas.

Cuando envejecemos, sin duda, es importante, el mantener una disposición activa. La evidencia demuestra que la participación en actividades es especialmente beneficiosa en la adultez tardía, resultando en una mayor satisfacción vital, mayor bienestar subjetivo, mayor confianza en sí mismos, mejor salud mental y conducir a un envejecimiento exitoso (Allison y Smith, 1990; Argyle, 1987; Bammel y Burrus-Bammel, 1996; Freisinger, 1993; Kelly y Ross, 1989).

Nos resulta obvio hablar de la jubilación cuando se alcanzan los 60, y esta puede ser negativa o positiva dependiendo de cada persona, y de los diferentes factores que pueden influenciar para las adaptaciones de la misma, tanto sociales como económicas.

Por otro lado, la soledad es uno de los grandes enemigos del bienestar de nuestros mayores, un tema preocupante sin duda, ya que su calidad de vida no solo implica un buen estado físico, sino también emocional. La amargura y la tristeza roban las ganas de vivir a muchas personas mayores que se sienten solas.

El concepto de bienestar personal se ha estudiado desde diversas perspectivas y con diferentes metodologías. Sin embargo, la mayoría de los estudios realizados han sido en población abierta, por lo que, el bienestar específicamente en adultos mayores ha sido poco estudiado, es por ello que nos surge la necesidad de investigar sobre el bienestar personal de los adultos mayores. Entendiendo el bienestar en diferentes aspectos como la satisfacción consigo mismo, con su trabajo, la valoración de los logros y aspiraciones a lo largo del tiempo, la diferencia percibida entre sus ambiciones y sus ganancias.

Para algunos autores, el sentir un alto bienestar subjetivo también se le denomina “felicidad”. De este modo se entiende que una persona tiene un alto bienestar subjetivo cuando está satisfecha con su vida y la vive de forma positiva. En cambio, una persona con un bienestar subjetivo bajo está insatisfecha con la vida, y vive las emociones negativas con ansiedad y/o depresión. A menudo es denominada también satisfacción vital (La dimensión global de Diener, 1994). Según Diener (1994, las distintas definiciones existentes en el área del bienestar subjetivo (subjective well-being) pueden ser agrupadas dentro de tres categorías: Normativa, subjetiva y experiencia emocional.

Otro concepto relacionado es el estado de ánimo positivo, considerado como la expresión del predominio de los sentimientos positivos sobre los negativos. Además, contiene el agrado experimentado por la persona en el momento actual. La percepción de felicidad es la estimación de los sentimientos que la persona ha tenido. No es solamente la expresión de los afectos sino que también incluye la valoración de los mismos a través del tiempo. La percepción del tiempo es la apreciación del avance del tiempo, permite apreciar o despreciar la cotidianidad. No es solamente la expresión de aburrimiento sino que incluye la percepción de utilidad e integración social.

La felicidad es subjetiva, y no se puede definirse de forma objetiva, porque es muy difícil preguntar a una persona si es feliz o no, normalmente se pregunta con el grado de satisfacción. Así que se utilizan escalas y otros instrumentos y que proporcionen que datos orienten para saber si los mayores son felices. Tales escalas como son: Escala Eudemon de Bienestar Personal (EBP: Fierro y Rando, 2007), Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS: Diener, Emmons, Larsen and Griffin, 1985), Escalas de Afecto Positivo y Afecto Negativo (AP y AN: Brim y Featherman, 1998; en Mroczek y Kolarz, 1998), Escala de Autoestima (Rosenberg, 1965), Cuestionario de Optimismo (cuestionario P.I.S.I; Olàh, 2002), Nivel de participación en Actividades (adaptada de Harlow y Cantor, 1996).

Estudiosos sobre el tema, como Rocío Fernández Ballesteros, catedrática de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Autónoma de Madrid, y estudiosa del tema refiere que cuando se es mayor, se experimentan emociones con la misma intensidad que cuando se es joven y los mayores sienten emociones positivas con igual frecuencia que la gente más joven. Existe una fuerte evidencia de que la experiencia emocional negativa se da en mucha menor frecuencia a partir de los 60 años. Así, a esas edades, existe más expresión de “felicidad”, “gratitud”, “contento” que de “frustración”, “tristeza” o “rabia”. La conclusión a la que llegan la mayoría de autores que investigan el mundo afectivo de los mayores es que en la vejez existe una mayor complejidad y riqueza emocional. Es decir, que en la vejez se ve incrementado el manejo adecuado de los afectos y que, por tanto, existe una mayor “madurez” afectiva.

Algunos de los estudios leídos sobre calidad de vida en la vejez, determinan diversos factores que las personas ancianas consideran importantes en su vida: salud, autonomía, factores psicológicos (soledad, personalidad, sentimientos de inutilidad que influyen en la percepción del bienestar), entorno ambiental adecuado (vivienda, entorno social, servicios), factores sociales (aislamiento social), autoestima y dignidad, así como la privación económica.

En España, según un artículo publicado en el ABC por investigadores de la Universidad de Granada en la prestigiosa revista Journal of Happiness Studiesas, en el que han explorado la felicidad actual (en el año 2013) y pasada (a lo largo de la vida), se demuestra que aquellos mayores que no padecen depresión, tienen un apoyo familiar, niveles bajos de estrés, y presentan un “correcto funcionamiento cotidiano”, están más satisfechos con su vida al final de ésta que los demás.

Revisión literaria:

Existen diversos estudios sobre la felicidad y los ancianos. Al realizar una búsqueda bibliográfica sobre la felicidad en ancianos, se han encontrado diferentes artículos relacionados con dicho tema.

Un estudio de los revisados, en casadas octogenarias, examinó los vínculos del día a día entre la salud percibida y la felicidad, y entre el tiempo pasado con los demás y la felicidad, en 47 parejas de adultos mayores durante un periodo de 8 días a través de entrevistas telefónicas. La satisfacción y el tiempo que pasamos con los demás son explorados como posibles moderadores de vínculos entre la salud y la felicidad. Tanto para hombres y mujeres, reveló que pasar más tiempo con los demás crea una mayor felicidad. Además, tener pareja crea una satisfacción marital, es decir, estar casado o vivir en pareja desempeña un papel importante en la felicidad.

Por otra parte, otro estudio desarrollado en Villafranca del Penedés sobre la calidad de vida, analizo a 26 personas, con un promedio de edad de 84,5 años. Los motivos que expresaron los ancianos cuando se les preguntó (a través de una entrevista telefónica de aproximadamente de 30 minutos por persona), por qué valoraban su calidad de vida de forma positiva o negativa fueron diversos en cuanto a la percepción de la felicidad. Se observó que la respuesta más frecuente realizada por los ancianos fue la de bastante feliz con un 57,7%, 11,5% se mostraba muy feliz y 30,8% poco feliz. Algunos de los ancianos, opinaron ser muy felices por estar contentos con los hijos, la salud de la familia y la adaptación a las circunstancias. La ausencia de felicidad la asociaban a la pérdida de familiares, a tener la familia con mala salud, a tener pocos recursos o por no poder visitar a familiares que viven lejos.

Se observó que las mujeres (87%) perciben mejor calidad de vida que los hombres (60%), Sin embargo la existencia de más mujeres en la muestra puede producir sesgos en dichos resultados En relación a la percepción de felicidad, se observó que una parte importante de ancianos, se mostraba bastante feliz, y lo relacionaban con estar contentos con los hijos, la salud de la familia y la adaptación a las circunstancias y a la edad. En general, los entrevistados estaban bastante satisfechos con su vida actual y con su vida familiar, aunque les gustaría poder ser más autónomos.

Otro estudio que trata del maltrato a los mayores, encuestó a una muestra probabilística representativa a nivel nacional de las personas mayores de 57 a 85 años residentes en Estados Unidos. Una de las variables que media era la felicidad, con la escala de la felicidad global (Happiness.- Global). Se pidió a los encuestados que opinaran «Si consideran su vida en general, feliz o infeliz, en su conjunto», con la escala de respuesta de 5 puntos que oscilaba entre infeliz a muy feliz. Como era de esperar, las respuestas más bajas de la felicidad fueron para las personas con múltiples tipos de maltrato.

Los niveles de felicidad mayor son más altos para las personas con alta autoestima, los que tienen un cónyuge o pareja, o bien amigos y parientes más cercanos, los que tienen un apoyo social positivo, y los que tienen una mayor participación social. Las probabilidades de felicidad son más bajos para los que tienen más críticas por parte de las relaciones cercanas. La asociación entre el maltrato y la felicidad es atenuada pero sigue siendo significativa.

La felicidad en la vejez obedece más a una actitud positiva que a la salud que se posea, señala un estudio realizado por el Sam and Rose Stain Institute for research on aging (SIRA), perteneciente a la Universidad de California en San Diego. La investigación, llevada a cabo por el profesor Dilip Jeste señala que el optimismo y la actitud positiva hacia los devenires de la vida, son importantes para conseguir un buen envejecimiento y que el estado físico no es sinónimo de un envejecimiento óptimo.

Por otro lado, es interesante hacer una mención especial de la felicidad en los ámbitos rurales, siempre ha dado la impresión que estos mayores tienen una red natural más extensa que en las ciudades, ya que el rol del cuidador es como en la etapa de Bienestar keynesiano-fordista en la que el hombre ocupa una función productiva y la mujer reproductiva y cuidadora. Llama mucho la atención cuando en las visitas domiciliarias en una zona rural, acude hasta el camarero del bar, la vecina, la panadera…para cualquier “cosa”.

Por ello, se va a revisar algún artículo, como es el de calidad de vida, y felicidad en una zona rural en el caso de personas mayores en la población de La Llacuna, comarca de Anoia, provincia de Barcelona (España), allí se estudió la calidad de vida y la percepción de felicidad de las personas mayores, identificando a 30-35 las personas mayores de 65 que suelen acudir a la casa del pueblo, con un cuestionario de preguntas abiertas pero antes se le explicó cómo tenían que rellenarlo, y el resultado fue que algunos mayores determinan la salud como único elemento que participa en la calidad de vida “tener salud”.

Según los mayores del estudio, la adaptación es importante para conseguir el bienestar, como se refleja en las siguientes frases: “Conformarse con lo que se tiene”, «sentirme bien como soy y estoy ahora”, también le dan importancia a tener autonomía y ser activos es otro elemento importante, como también sentirse querido y tener buenas relaciones. Por todo esto, las personas mayores perciben su calidad de vida dando importancia al estado de salud y a la capacidad de autonomía para la realización de sus tareas diarias.

Por otra parte, otro estudio revisado que trata de la felicidad es el que realizaron unas enfermeras en una residencia con personas mayores de 80 años los cuales carecían de diagnóstico de demencia ni otras discapacidades cognitivas, en total de 159 personas mayores. La hipótesis era si los ancianos mejoraban su felicidad con juegos de azar. Los resultados obtenidos fueron que aquellos individuos que con frecuencia jugaban tuvieron mayor percepción de salud, menores tasas de depresión, y una red de apoyo social mayor que el resto. Otros investigadores han observado que el juego es beneficioso para la salud mental de las personas mayores, ya que no sólo proporciona una actividad social, sino que también implica el uso de habilidades de resolución de problemas, la concentración y la memoria.

Nos interesaba comparar también la felicidad en los ancianos y en niños, por la frase tantas veces dichas y tantas veces pensada y que en la vida diaria y en el trabajo del personal sanitario podemos comprobar, que los adultos son como niños. Este estudio revisado, abordó la felicidad en jóvenes y mayores del mundo, incluyendo 80 países diferentes. Según el artículo, hay mayor felicidad durante el principio y el fin de la vida y hay más tristeza durante la mitad de los años.

Otra forma de medir la felicidad cuantitativamente que nos ha llamado la atención es con pruebas diagnosticas con un electroencefalograma, una resonancia magnética por imagen y la tomografía de positrones, que permite medir la actividad eléctrica de las zonas del cerebro donde se experimentan «los sentimientos positivos y negativos». Eso permitirá comprender mejor cómo se distribuye la felicidad.

Se ha demostrado, por ejemplo, que quienes declaran una alta felicidad tienen una mayor actividad cerebral en la zona de los pensamientos y las emociones placenteras (corteza prefrontal izquierda), estas personas suelen confirmar su satisfacción vital. (Layard 2005).

Reflexiones finales:

España es uno de los países con mayor esperanza de vida de la Unión Europea, esto nos hace pensar en nuevas hipótesis, como la alimentación, el clima, la felicidad que aquí englobaríamos, enfermedades orgánicas, mentales y percepción de la salud. etc.…si son factores determinantes en la esperanza de vida, todo ello sin olvidar nuestro pasado histórico, el cual nos dejo muy atrás con respecto a la Unión Europea.

Desde el punto de vista sanitario, promover la felicidad de los mayores beneficiaría la salud de los mismos y también al resto de la sociedad. Las personas que son felices no solo disfrutan más de la vida, sino que además tienen menos posibilidades de morir en los próximos años si su estado anímico es positivo. La felicidad es un estado que brota de un conjunto de emociones potenciadoras como son la alegría, la esperanza, gratitud, ausencia de miedos…etc., así que tenemos que ofrecerle todo esto a nuestros mayores para que la última etapa de la vida disfruten de una felicidad, si pueden absoluta.

Dados los posibles beneficios para la salud física y psicológica de los juegos de azar para los ancianos, debemos explorar la opción de permitir tal oportunidad en centros de atención a largo plazo y promulgar dichos beneficios del ocio en ancianos. A veces, están aparcados muchas horas en casa o en instituciones, las cuales no fomentan dichos beneficios del ocio.

En conclusión, se ha llegado a un punto en la sociedad actual que los avances médicos están haciendo posible que la gente viva más tiempo, incluso más que en las últimas décadas. Evidentemente, esto es algo positivo, sin embargo, se necesita investigación adicional para identificar los factores que promueven el bienestar mental y emocional durante estos últimos años de vida. Aquí podemos reflexionar y quizás abrir nuevas líneas de investigación. ¿Hemos ganado años de vida?, ¿y calidad de vida?, ¿Hasta qué punto las políticas sociales van encaminadas a ganar años de felicidad? Lo ideal es añadir vida a los años, no años a la vida.

BIBLIOGRAFIA:

  • Academic Search Index. (2008). Felices, niños y ancianos.
  • Alejandro Cid, D. F. (2007). Testeando los determinantes de la felicidad en mayores de 60 años en Uruguay. . Revista de antiguos alumnos del IEM., 53.
  • Canut3, M. P. (Mayo, junio 2001). Calidad de vida, felicidad y satisfacción con la vida en personas ancianas de 75 años atendidas en un programa de atención domiciliaria.
  • Fernández-Mayoralas G, R. F. (2007). El significado de la salud en la calidad de vida.
  • Waite, V. L. (s.f.). Maltrato y Bienestar Psicológico los adultos mayores: Explorando el papel de los recursos psicosociales y déficit.
  • Ladra, J.R (26 de febrero de 2013). Obtenido de ABC: http://www.abc.es/sociedad/20130226/abci-felicidad-personas-mayores-201302261104.html
  • Mark R Dixon, B. L. (s.f.).El efecto de las actividades de juego en los niveles de la felicidad de Enfermería principal residentes.
  • Martinez , M. (29 de Noviembre de 2011) Obtenido de El INSERSO: http://www.imserso.es/imserso_01/envejecimiento_activo/libro_blanco/index.htm.
  • Morales, M (7 de Julio 2007). Obtenido de Tendencias 21: http://www.tendencias21.net/Los-seres-humanos-somos-mas-felices-en-la-vejez-que-en-la-juventud_a1064.html
  • Moran, M. (28 de noviembre 2014). Obtenido de ABC: http://www.abc.es/sociedad/20130226/abci-felicidad-personas-mayores-201302261104.html
  • Laura L. Carstensen, B. T.-H.-L. (2011). Emotional Experience Improves With age: Evidence Bases on Ober 10 Years of Experience Sampling. . Psychol Aging , 6-8.
  • Perez Barco, M. J. (12 de Junio de 2013). Obtenido de ABC: http://www.abc.es/20121003/familia-mayores/abci-envejecimiento-activo-mayores-201210031513.html
  • Torrijos,G (10 de Febreo de 2008). Obtenido de El pais: http://elpais.com/diario/2008/02/10/eps/1202628417_850215.html.
  • Rojo-Pérez F, F.-M. G.-S.-M.-M. (s.f.). Poblacion,Calidad de Vida y redes de apoyo: demanda y prestación de cuidados en el seno familiar. Madrid: Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III.