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Cuidados enfermeros en el manejo y mantenimiento de catéter venoso central tipo reservorio subcutáneo

Cuidados enfermeros en el manejo y mantenimiento de catéter venoso central tipo reservorio subcutáneo

La administración de medicación intravenosa no es un fenómeno reciente. Debido a las nuevas necesidades de los pacientes, sobre todo, pacientes hematológicos y oncológicos, y al desarrollo de tecnología biomédica, estos pacientes pueden ser candidatos a la implantación de un catéter central permanente, en este caso, el reservorio venoso subcutáneo.

Cuidados enfermeros en el manejo y mantenimiento de catéter venoso central tipo reservorio subcutáneo

AUTORES: David Delgado Sevilla 1, Tania Sánchez Guio 2, Eugenio Alfaro Martínez 3, Clara Catalán Sánchez 3, Belén Fernández Castro 3

1 Máster Universitario en Investigación en Ciencias de la Salud. Enfermero en Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.

2 Máster Universitario en Gerontología Social. Enfermera en Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.

3 Diplomado/a Universitario en Enfermería. Enfermero/a en Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.

No existe conflicto de intereses entre los autores

Datos de correspondencia: David Delgado Sevilla

PALABRAS CLAVE: Enfermería, cuidados, reservorio, vía central.

RESUMEN

            Este dispositivo consiste en la implantación de una cámara unida a un catéter de silicona bajo la piel y conectado con un vaso de gran calibre, vena subclavia o yugular. El tipo de reservorio subcutáneo más utiliza son de tipo Port-a-Cath®.

            Estos dispositivos cada vez cobran más importancia en la administración de tratamientos de quimioterapia en los pacientes oncológicos. Se trata de pacientes que se realizan numerosas extracciones de sangre, y además, la canalización repetitiva de vías venosas para la administración de los agentes citostáticos generan un alto impacto negativo sobre el estado vascular periférico.

            En este trabajo se enumeran las ventajas, complicaciones, así como los procedimientos más básicos para su manejo y cuidado por parte de los profesionales de Enfermería.

INTRODUCCIÓN

            La administración de medicación intravenosa no es un fenómeno reciente. Las primeras referencias de las que se dispone de esta actuación completamente del profesional de Enfermería datan del siglo XVII, con mayor o menor tecnología y técnica, pero no es hasta la creación del catéter intravenoso por Broviac en 1973, cuando se empieza a utilizar la perfusión continua de medicamentos por vía intravenosa (1).

            El reservorio subcutáneo consiste en la implantación total de un dispositivo bajo la piel, cuya inserción se realiza en servicios de Radiología Intervencionista o incluso en el quirófano. Este dispositivo está compuesto por una cámara de titanio o acero inoxidable, cubierta en su parte superior por una membrana de silicona autosellable, y que lleva unido un catéter de silicona que va desde la cámara a una vena de gran calibre (1). El tipo de reservorio subcutáneo que más utiliza son de tipo Port-a-Cath®.

            Estos dispositivos, así como otros catéteres venosos centrales, son un gran avance para la administración de medicación ante patologías hematológicas y oncológicas, ya que evitan continuas punciones traumáticas en las venas de los pacientes, tanto para la realización de analíticas, así como para administración de medicación (2).

            Estos dispositivos son cada vez más conocidos, aunque su manejo y cuidado es menos conocido en servicios como Atención Primaria, o servicios de Urgencias (2).

            El acceso a la cámara del reservorio subcutáneo se debe realizar a través de agujas específicas de tipo Huber, ya que la forma que dispone la misma, favorece que una vez retirada, la membrana de silicona superior se cierre, y por tanto, no se extravase el contenido farmacológico de la cámara al tejido subcutáneo, e incluso, para poder realizar punciones repetidas (3).

            El uso del reservorio está indicado para:

  • Extracción de analíticas.
  • Administración de medicamentos (bolos o perfusiones).
  • Administración de fluidoterapia.
  • Administración de hemoderivados.
  • Administración de nutrición parenteral.
  • Administración de agentes citostáticos.

            Estos dispositivos cada vez cobran más importancia en la administración de tratamientos de quimioterapia en los pacientes oncológicos. Se trata de pacientes que se realizan numerosas extracciones de sangre, y además, la canalización repetitiva de vías venosas para la administración de los agentes citostáticos generan un alto impacto negativo sobre el estado vascular periférico del paciente (4), provocando una mayor fragilidad en las venas superficiales, dificultad en la canalización de las mismas por deterioro, mayor riesgo de hematoma, y un mayor riesgo de extravasación de agentes citostáticos durante la administración.

            Las ventajas a los pacientes que son portadores de estos dispositivos son (5):

  • Disponer de acceso venoso rápido, seguro y eficaz en aquellos pacientes que su sistema vascular periférico está gravemente deteriorado por tratamientos crónicos.
  • Reducir el número de venopunciones traumáticas.
  • Mantener el perfecto estado la vía venosa central de larga duración
  • Disminuir el dolor y la ansiedad del paciente en la venopunción
  • Facilitar el tratamiento ambulatorio y comodidad del paciente.
  • Evitar la aparición de extravasaciones.

            Toda técnica dispone de ciertas complicaciones. En el caso de la implantación de estos dispositivos tipo reservorio subcutáneo, pueden surgir las siguientes situaciones (5):

  • Trombosis
  • Embolismo
  • Infección.
  • Neumotórax.
  • Embolismo aéreo.

TÉCNICA DE ACCESO AL RESERVORIO SUBCUTÁNEO (6)

            Esta técnica es la actividad principal para poder obtener el acceso a la vía venosa central. Para ello, necesitaremos el siguiente material:

  • Guantes estériles.
  • Gasas estériles.
  • Solución antiséptica.
  • Aguja de punción Huber ó Gripper (según disponibilidad).
  • Jeringa de 5 cc con suero fisiológico 0.9%.
  • Apósito adhesivo estéril.

Procedimiento:

  • Preparar al paciente, informándole y solicitándole su colaboración para la realización de la técnica. Comprobación de la identidad del paciente.
  • Inspección de la zona:
    • Estado de la piel situada por encima del reservorio
    • En el caso de presencia de signos de infección (eritema, dolor, fiebre sin causa aparente), se debe retirar el apósito si lo portase.
  • Debe ser una técnica lo más aséptica posible:
    • Antes de realizar la técnica, lavado de manos.
    • Poner los guantes estériles.
  • El antiséptico de elección es la clorhexidina alcohólica al 2%.
  • Desinfectar la zona desde el interior hacia fuera en sentido circular.
  • Purgar el sistema de punción Huber con jeringa de 5 cc de suero fisiológico, dejando la jeringa conectada.
  • Localizar el reservorio con los dedos índice y pulgar.
  • Inmovilizar el reservorio subcutáneo entre ambos dedos de la mano no dominante.
  • Introducir la aguja a través de la piel, en ángulo de 90º con respecto al plano de la piel, hasta tocar el fondo de la cámara (sonido metálico). La punción se debe realizar en la zona más central. Solicitaremos al paciente que realice una inspiración profunda para facilitar la maniobra de punción.
  • Comprobación de la permeabilidad del catéter:
    • Se realizará con la jeringa que se encuentra conectada a la aguja.
    • Introducir suavemente el suero fisiológico de la jeringa y comprobar su correcta entrada.
    • Aspirar 5 cc para comprobar correcta permeabilidad.
    • En el caso de que la aspiración no sea efectiva, se comprobará:
      • La línea no esté clampada
      • Aguja debe estar en la cámara del reservorio.
    • Si todo está correcto, y sigue sin aspirar sangre del reservorio, se le indicará al paciente que gire la cabeza hacia el lado contrario del reservorio y que tosa.
  • Una vez comprobada la permeabilidad, se clampará y se retira la jeringa y se conecta el equipo de infusión para iniciar la administración.
  • Colocar una gasa estéril con antiséptico alrededor de la aguja para almohadillar la aguja, y también colocación de gasa y apósito encima de la aguja para fijar la aguja.

            Desde el momento en el que el reservorio es implantado, se recomienda no utilizar en 48 – 72 horas para administrar medicamentos o perfusiones continuas. En determinadas ocasiones, en tratamiento oncológicos, los reservorios se pueden utilizar desde el mismo día de la implantación guardando siempre la mayor asepsia posible.

TÉCNICA DE HEPARINIZACIÓN (6)

            La heparinización del reservorio consiste en administrar heparina de bajo peso molecular con el objetivo de mantener el catéter del reservorio limpio y anticoagulado. Este procedimiento se realiza cuando el paciente ha finalizado el tratamiento intravenoso, tras la realización de una analítica, o de mantenimiento si al paciente no se le administra ningún tratamiento intravenoso.

Procedimiento:

  • Informar al paciente y solicitar su colaboración para la realización de la técnica. Comprobación de la identidad del paciente.
  • Realizar higiene de manos y colocación de guantes estériles.
  • Clampar sistema.
  • Quitar clamp, conectar jeringa con 10 cc de suero fisiológico y lavar catéter.
  • Clampar sistema y desconectar jeringa.
  • Conectar jeringa con solución de heparina (Fibrilin® ó Heparina sódica al 1%) y abrir clamp.
  • Sellar el reservorio con presión positiva (introducir los 0,5 cc últimos al mismo tiempo que clampamos el sistema).
  • Desconectar aguja de reservorio:
    • Sujetar el reservorio para evitar su movilización.
    • Esperar hasta el encapuchado completo de la aguja (click de seguridad).
    • Desechar en contenedor de elementos cortantes.
  • Colocar apósito estéril.

TÉCNICA DE EXTRACCIÓN DE ANÁLISIS (6)

Procedimiento:

  • Informar al paciente del procedimiento a realizar y solicitar su colaboración. Comprobación de la identidad del paciente.
  • Punción del reservorio tal y cómo se ha detallado en apartados anteriores.
  • Desechar 10 cc de sangre (con el objetivo de extraer los restos de heparina y evitar la alteración de los diferentes parámetros analíticos).
  • Cerrar clamp.
  • Desconectar la jeringa y depositarla en el contenedor de riesgo biológico.
  • Conectar el adaptador Vacutainer®.
  • Abrir clamp.
  • Conectar los diferentes tubos de analítica, siguiendo el orden específico.
  • Cerrar clamp cuando se han extraído todos los tubos.
  • Desconectar adaptador.
  • Heparinizar el reservorio como el apartado anterior.
  • Retirar agujar y colocación de apósito.

TÉCNICA DE RETIRADA DE AGUJA Y SISTEMA DE INFUSIÓN (6)

Material necesario:

  • Gasas, paños, compresas y guantes estériles.
  • Antiséptico (clorhexidina al 2%).
  • Guantes estériles.

Procedimiento:

  • Comprobar la identidad del paciente.
  • Informar al paciente, según su nivel de conciencia, y solicitarle su colaboración.
  • Higiene de manos al inicio y final de la técnica.
  • Retirar el apósito.
  • Colocación de guantes estériles.
  • Inmovilizar el reservorio con los dedos pulgar e índice de la mano no dominante.
  • Solicitar al paciente que realice una inspiración profunda, al mismo tiempo que se retira la aguja con un pequeño tirón.
  • Limpiar la zona, aplicar antiséptico y colocar apósito estéril.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Cotilla Jm, Prieto J, Frigolet P. Protocolo de uso y mantenimiento del reservorio venoso subcutáneo. Enfermería Global. 2008; 7 (13): 1-8. Disponible en: http://revistas.um.es/index.php/eglobal/article/view/19601
  2. Monle L, Camerlingo D, Castillo ME. Valoración de los conocimientos del catéter con reservorio subcutáneo del personal de Enfermería en el servicio de urgencias. En: I Congreso Virtual Internacional SEEUE. Madrid; 2015. Disponible en: http://congreso2015.enfermeriadeurgencias.com/wp-content/uploads/2015/11/013.Valoraci%C3%B3n-de-los-conocimientos-del-cateter-con-reservorio-subcut%C3%A1neo.pdf
  3. Servicio Asturiano de Salud. Catéteres Venosos Centrales. Guía para Enfermería. Disponible en: https://www.asturias.es/Astursalud/Ficheros/AS_Calidad%20y%20Sistemas/AS_Calidad/SEGURIDAD%20DEL%20PACIENTE/C%C3%A1teteres%20reservorio.pdf
  4. Ropero I, García R. Manejo del Reservorio Subcutáneo. Enfermería Ciudad Real. 2012; 83. Disponible en: http://www.enfermeriadeciudadreal.com/manejo-del-reservorio-subcutaneo-83.htm
  5. Instituto Donostia de Onco-Hematología. Guía para pacientes. Reservorio venoso subcutáneo. 1ª edición. Donostia-San Sebastián. Osakidetza. Disponible en: http://www.osakidetza.euskadi.eus/contenidos/informacion/hd_publicaciones/es_hdon/adjuntos/Guia_Reservorio_Venoso_C.pdf
  6. Corella JM, Fuster C, Vázquez A, Corella JM, Galbis JM, Mas T. Reservorios, acceso venoso de larga duración. Abordaje y complicaciones. Consorci Hospital General Universitari. Valencia. Disponible en: http://chguv.san.gva.es/documents/10184/28338/reservorios,+acceso+venoso+de+larga+duraci%C3%B3n.+abordaje+y+complicaciones/e9c9b54c-561b-4ae2-ab42-2524ac77c689
  7. Guía de cuidados de Enfermería en la instauración de un reservorio subcutáneo permanente. Nure Inv. 2009; (39): Disponible en: http://www.nureinvestigacion.es/OJS/index.php/nure/article/view/431/422
  8. Ruiz J, Martín MC, García R. Procedimientos y técnicas de Enfermería. Ediciones Rol S.A. 2006.