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Cuidados de Enfermería en la artritis reumatoide

Cuidados de Enfermería en la artritis reumatoide

Resumen

Con este artículo se pretende hacer una revisión global sobre la artritis reumatoide, describiendo su etiología, sintomatología, diagnóstico y principales cuidados de Enfermería.

Cuidados de Enfermería en la artritis reumatoide

Autor: Luna Aljama, José.

DUE H.U. Reina Sofía de Córdoba

INTRODUCCIÓN

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica, de naturaleza autoinmune, caracterizada por la afectación simétrica de múltiples articulaciones y la presentación de diversos síntomas generales inespecíficos y manifestaciones extraarticulares.

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una búsqueda y revisión bibliográfica en las bases de datos Cuiden, Pubmed y Cochrane plus, así como en revistas científicas y libros especializados acerca de la artritis reumatoide. Se han incluido artículos cuyo idioma fuese el castellano o inglés, además de tener acceso al texto completo.

Las palabras clave empleadas han sido: artritis reumatoide, manifestaciones clínicas, diagnóstico, cuidados, Enfermería.

RESULTADOS

Etiología

La causa de la aparición de esta enfermedad es desconocida. Se han estudiado agentes infecciosos como las bacterias o los virus y, aunque se han encontrado datos sugerentes en algunos casos, aún no hay evidencias que confirmen su implicación.

Los especialistas creen que puede tener un origen genético puesto que el propio sistema inmune ataca a las articulaciones porque no las reconoce como propias y por ello se inflaman. Lo que se conoce como enfermedad autoinmune. Asimismo, se cree que ciertas proteínas que se transmiten de forma hereditaria podrían predisponer a la enfermedad.

Las diferencias en la frecuencia de la enfermedad hacen que los especialistas también sugieran que existen factores medioambientales que intervienen en la aparición de la enfermedad.

Síntomas

La artritis reumatoide afecta generalmente las articulaciones en ambos lados del cuerpo por igual. Las muñecas, las rodillas, los dedos de las manos y los tobillos son los que resultan comprometidos con mayor frecuencia. La enfermedad generalmente comienza de manera lenta, por lo general sólo con dolor articular leve, rigidez y fatiga.

Los síntomas articulares pueden abarcar:

  • El síntoma principal de esta enfermedad es la infamación que resulta apreciable a simple vista.
  • La rigidez matutina, que dura más de una hora, es común. Las articulaciones pueden sentirse calientes, sensibles y rígidas cuando no se usan durante una hora.
  • El dolor articular a menudo se siente en la misma articulación en ambos lados del cuerpo.
  • Con el tiempo, las articulaciones puede perder su rango de movimiento y pueden volverse deformes.

Otros síntomas abarcan:

  • Dolor torácico al respirar (pleuresía).
  • Resequedad en ojos y boca (síndrome de Sjogren).
  • Ardor, prurito y secreción del ojo.
  • Nódulos bajo la piel (generalmente un signo de una enfermedad más grave).
  • Entumecimiento, hormigueo o ardor en las manos y los pies.

Diagnóstico

Existen unos criterios diagnósticos para la artritis reumatoide que se basan en la afectación clínica, valores de laboratorio y afectación radiológica característica.

  1. Criterios clínicos: rigidez matutina superior a 1 hora, artritis en tres o más áreas articulares, artritis de las articulaciones de las manos, artritis simétrica y nódulos reumatoideos.
  2. Criterios analíticos: factor reumatoide positivo.
  3. Criterios radiológicos: alteraciones típicas de la artritis reumatoide en las radiografías de las manos y de las muñecas.

Un enfermo tiene artritis reumatoide si cumple 4 de los 7 criterios descritos, teniendo en cuenta que los clínicos deben estar presentes al menos durante 6 semanas.

Cuidados de Enfermería

  • Motivar el reposo completo en cama para enfermos con la afección inflamatoria activa muy diseminada.
  • Acostar al enfermo boca arriba con almohada bajo la cabeza en un colchón duro, para quitar el peso de las articulaciones.
  • Aconsejar al paciente que descanse una o más veces en el día durante 30 a 60 minutos.
  • Alentarlo a que repose en cama ocho a nueve horas por la noche.
  • Indicarle que se acueste boca abajo dos veces al día para evitar la flexión de la cadera y contractura de la rodilla.
  • No deben colocarse almohadas debajo de las articulaciones dolorosas, ya que promueven contracturas por flexión.
  • Las articulaciones inflamadas dolorosas deben ponerse en reposo con férulas: para permitir localmente la sinovitis; reducir el dolor, la rigidez y la tumefacción (en las muñecas y los dedos); descansar las articulaciones inflamadas en la posición óptima y prevenir o corregir deformaciones.
  • Aplicar compresas calientes o frías para reducir el dolor e hinchazón de las articulaciones.
  • Dar masajes suaves para relajar los músculos.
  • Administrar medicamentos antiinflamatorios, o analgésicos según prescripción.
  • Alentar al paciente a seguir el programa diario prescrito, que se compone de ejercicios de acondicionamiento y ejercicios específicos para problemas articulares (después de controlar el proceso inflamatorio).
  • Cerciorarse que el paciente realiza los ejercicios isométricos, para ayudar a prevenir la atrofia muscular, que contribuye a la inestabilidad articular.
  • Hacer que el enfermo mueva las articulaciones por todo el arco de movimiento una o dos veces al día para impedir la pérdida del movimiento articular.

CONCLUSIÓN

El tratamiento de la artritis reumatoide requiere un enfoque multidisciplinar, siendo precisa una relación constante entre enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, podólogos, servicios sociales y cirujanos para estar al día de los progresos del paciente y de los nuevos desarrollos terapéuticos.

BIBLIOGRAFÍA

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