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Revisión bibliográfica de la obesidad infantil, un problema de salud pública actual

Revisión bibliográfica de la obesidad infantil, un problema de salud pública actual

Resumen

La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y de origen multifactorial, que se caracteriza por una acumulación de grasa superior al 20%. La obesidad infantil es un trastorno metabólico que conduce a una excesiva acumulación de energía en forma de grasa corporal. Su existencia aumenta el riesgo de padecer importantes enfermedades en la edad adulta tales como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Revisión bibliográfica de la obesidad infantil, un problema de salud pública actual

Sánchez Guio Tania a, Delgado Sevilla David b

a Master Universitario en Gerontología Social, Hospital Universitario Clínico Lozano Blesa Zaragoza

 b Master Universitario en Investigación en Ciencias de la Salud, Hospital Universitario Miguel Servet

No existe conflicto de intereses entre los autores

Palabras clave: obesidad, sobrepeso infantil, prevención, dieta, riesgo, obesidad infantil.

A lo largo del artículo se presentan diferentes estudios que justifican la hipótesis que se plantea.

INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN

La obesidad es una enfermedad crónica, compleja, de origen multifactorial, que se caracteriza por una acumulación de grasa neutra localizada en el tejido adiposo, superior al 20% del peso corporal de una persona, según edad, talla y sexo, debido a un balance energético positivo mantenido durante un tiempo prolongado, y se debe a un desequilibrio entre la ingesta dietética y el gasto energético.

El causante de esta verdadera epidemia, básicamente, se centra en el cambio de hábitos alimentarios (mayor consumo de alimentos hipercalóricos, con alto contenido en grasas y azúcares) y el sedentarismo. Los niños, prescinden del consumo de frutas, verduras, legumbres y pescado, en favor de la comida rápida, bollería y golosinas, en gran medida, por la influencia de los padres. En relación al sedentarismo, hoy en día, la práctica de actividad física se ha dejado atrás por la televisión y los videojuegos. El número de horas que los niños y adolescentes dedican a jugar con los ordenadores y videojuegos ha aumentado de forma exponencial. Estos cambios recientes en la rutina diaria suponen importantes consecuencias.

En primer lugar, la obesidad puede crear al niño problemas físicos, tales como, diabetes tipo II, hipertensión, triglicéridos y colesterol, trastornos hepáticos, también psicológicos, como baja autoestima, estigma social. Estas consecuencias, aparecen, de una forma mas agravada, en una obesidad adulta, hasta tal punto que, la siguiente generación podría tener una esperanza de vida menor que la actual. Diversos estudios apuntan que la obesidad acorta la esperanza de vida en 13 años, a pesar de los avances médicos. En estos últimos años, se ha demostrado que algunos factores genéticos modulan el impacto ambiental en cada persona (Willer et all), lo que provoca una alteración en los mecanismos biológicos, fisiológicos y moleculares de regulación del peso corporal.

Una alimentación y nutrición adecuadas es muy importante durante la infancia. La dieta de los niños y adolescentes españoles se caracteriza por un exceso de carnes, embutidos, lácteos y alimentos con alta densidad energética, como productos de bollería y bebidas carbonatadas (ricos en grasas y azúcares refinados, respectivamente), y por un déficit en la ingesta de frutas, verduras y cereales.

Las dietas tradicionales han sido sustituidas por otras de mayor densidad energética, lo que implica más grasa, principalmente de origen animal, más azúcar añadido en los alimentos, unido a una disminución de la ingesta de carbohidratos complejos y de fibra. Estos cambios alimentarios se combinan con cambio de hábitos durante el tiempo de ocio, reduciendo la actividad física, siendo el resultado final la acumulación de grasa. En ocasiones, el acto de comer adquiere un valor y un sentido de gratificación emocional, independiente de las necesidades calóricas. Se asocia, de forma subliminal, el comer con estados anímicos. También la comida es utilizada por los padres para premiar a sus hijos.

La obesidad infantil, considerada un factor de riesgo, puede desencadenar en el adulto enfermedades cardiovasculares, unido con hipertensión, tabaquismo, sedentarismo e hipercolesterolemia (2). La obesidad, tanto en el niño como en el adulto, es uno de los problemas clínicos mas frecuentes en los países desarrollados.

La probabilidad de que un niño obeso tenga dicha patología de adulto, variará en función de la edad de comienzo de dicha enfermedad, siendo del 40% cuando la obesidad comienza entre los 6 meses y los 7 años de vida, y, del 70% para los que comenzaron con obesidad entre los 10 y los 13 años. Una buena forma de diagnosticar el desarrollo del niño, es midiendo el Índice de Masa Corporal (IMC), al menos una vez al año. El IMC es el método validado para conocer la masa de grasa en la evaluación. Tiene la ventaja de contabilizar, tanto la altura, como el peso del individuo. En la práctica, señala si un niño está ganando demasiado peso, o por el contrario está equilibrado.

Es una patología muy frecuente, y se considera como enfermedad prevalente, sobre todo en los países industrializados, siendo un motivo de epidemia global. En EEUU se calcula que el 34% de los adultos y el 22% de los niños son obesos, aumentando de forma visible en la población infantil.

Desde la primera Encuesta Nacional de Salud en 1987, la obesidad en España sigue una línea ascendente en ambos sexos, más marcada en hombres que en mujeres. La prevalencia de obesidad infantil (2 a 17 años), se ha mantenido relativamente estable desde 1987. Un 27,8% de esta población padecía obesidad o sobrepeso. De cada 10 niños uno tenía obesidad y dos sobrepeso, con proporción similar en ambos sexos. No había diferencias sustanciales respecto a 2006. Actualmente, se ha convertido en uno de los mayores problemas de Salud Pública. Su prevalencia está en torno a un 10%, pero gracias a la investigación, son conocidos los genes candidatos, aunque los factores ambientales también influyen. Desde el punto de vista sanitario, lo más efectivo sería la prevención, ya que el tratamiento de dicha patología es complicado.

En la actualidad, se ha triplicado la tasa de obesidad infantil (16%), en el año 1997 tan solo era de un 5%, sólo superada por Gran Bretaña. Las consecuencias de este crecimiento son alarmantes, pero, cambiando los hábitos alimentarios y aumentando la práctica de ejercicio físico puede mejorar.

En la población infantil-juvenil (2-14 años), según datos del estudio enKid (años 1998-2010), la prevalencia de obesidad es de un 15,6%. La tendencia indica un incremento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en las últimas décadas, más marcado en varones en edad preadolescente (niños de 6 a 13 años). También es más frecuente en niveles socioeconómicos o de estudios más bajos, y en personas que no desayunan o bien su desayuno es deficiente.

Un estudio epidemiológico de prevalencia en España realizado entre 1998 y 2000, en un estudio enkid, una estudio observacional-transversal, con una muestra de 3534 niños y jóvenes entre 2 y 24 años. Los resultados del estudio enkid, concluyen en que la prevalencia de obesidad es el 13,9%, la del conjunto de sobrepeso y obesidad el 26,3% y solo de sobrepeso el 12,4%. La prevalencia en varones es superior (15,65%) que en mujeres (12%), y ocurre lo mismo con la prevalencia de sobre-peso.

La obesidad es más frecuente en los 6 y 13 años de edad y en entornos socioeconómicos y educativos desfavorecidos. Diferenciando por zonas geográficas, el norte y el centro, tienen una prevalencia media, están por encima de la media Canarias y Andalucía, y por debajo, Levante y el nordeste. Los niños españoles de 7 a 14 años muestran un porcentaje de sobrepeso superior al de la media de los niños de su misma edad del norte y este de Europa, aunque parecido al de los de la franja mediterránea. Comparando la población norteamericana con la española indica que tienen una mayor prevalencia los varones españoles de 2 a 8 años y las mujeres entre 12 y 14, pero muy inferior en el resto de edades, especialmente en mujeres.

OBJETIVOS

  • Realizar una revisión bibliográfica para conocer la situación actual sobre la obesidad infantil.
  • Revisar los estudios publicados sobre la prevalencia del a obesidad infantil.

METODOLOGÍA

Las bases de datos consultadas han sido Cuiden, Elsevier, Pubmed y Medline, utilizando palabras clave como obesidad, sobrepeso infantil, prevención, dieta, riesgo, obesidad infantil,